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Isidoro Rodríguez Acevedo y González de Posada

Biografía

Rodríguez Acevedo y González de Posada, Isidoro. Luanco (Asturias), 2.I.1867 – Moscú (Rusia), 8.XI.1952. Escritor, periodista y político.

De humilde familia, a los diez años de edad se trasladó con sus padres a Madrid, donde estudió en un colegio de los padres Escolapios y tres años después abandonó los estudios para comenzar a trabajar. En 1880, se inició como aprendiz de tipógrafo y muy pronto participó en las luchas societarias escuchando al “apóstol obrero” Pablo Iglesias. En 1886 ingresó en el Partido Socialista y se incorporó como redactor al semanario El Socialista, donde comenzó una larga carrera como periodista. Su actividad como orador y articulista le llevó a ser elegido secretario de la Asociación del Arte de Imprimir (1896). Dos años después, en 1898, el partido le envió a Santander, donde trabajó como tipógrafo en El Cantábrico y al colaboró en la difusión del ideario socialista con intensas campañas de propaganda por toda la provincia, dirigiendo entre 1900 y 1905 el semanario La Voz del Pueblo, y siendo designado presidente de la Federación Socialista de Santander. Delegado de la agrupación socialista de Santander en los Congresos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de 1899 y de 1902, y de la Unión General de Trabajadores (UGT) de 1902 y 1905. En 1905 se trasladó a Bilbao para dirigir el semanario La Lucha de Clases, de 1905 a 1914, continuando con su intensa actividad política y sindical. Por supuestas injurias al rey en un artículo fue condenado a ocho años de cárcel, si bien, sólo cumplió un año y medio. En la capital vizcaína formó parte de la ejecutiva del PSOE, fue elegido concejal en las elecciones de 1909 y 1913, y ostentó el cargo de teniente de alcalde del Ayuntamiento.

En 1914 regresó a su tierra natal, fijando su residencia en Oviedo, donde se hizo cargo de la dirección del semanario La Aurora Social (de 1914 a 1921), participó en la vida política y sindical, ocupó la Presidencia de la Federación Socialista de Asturias y fue vocal del Comité Nacional del PSOE (1919-1921). Detenido por su participación en la huelga general de 1917, de la que había sido importante organizador, permaneció en la cárcel varios meses. Fue delegado de Asturias en los congresos de la UGT de 1916, 1918 y 1920, presidió la Mesa del XI Congreso Nacional del PSOE (noviembre de 1918), en el que se reformó el programa del partido y fue candidato del PSOE por Sevilla en las elecciones generales de 1919. Entre 1919 y 1920, mantuvo en las páginas de La Aurora Social una famosa controversia con el padre dominico José Gafo sobre cuestiones sociales y religiosas. Sus coetáneos le apodaron Pidalejo, debido a su poblada barba semejante a la de Alejandro Pidal, el gran cacique conservador asturiano. Según Andrés Saborit, Acevedo “escribía muy bien y hablaba maravillosamente”.

Tras el triunfo de los bolcheviques en Rusia, se decantó por el nuevo modelo inaugurado por Lenin, alejándose de la vía socialista defendida hasta entonces.

En el congreso extraordinario de diciembre de 1919, Acevedo, delegado por Asturias, mantuvo una posición favorable, de momento, a seguir en la II Internacional que era la opinión mayoritaria. En junio de 1920 tuvo lugar un nuevo congreso extraordinario, en el cual el dictamen de la minoría —que llevó la firma de Acevedo, junto con Fernando de los Ríos— fue aprobado y supuso el ingreso en la III Internacional pero con condiciones, conservando la autonomía. En agosto del mismo año, el II Congreso de la III Internacional (Moscú) aprobó “las 21 condiciones”, provocando la ruptura del movimiento socialista y el nacimiento de los partidos comunistas. El PSOE celebró su tercer congreso extraordinario, en abril de 1921, enfrentándose las dos posiciones antagónicas, socialistas y terceristas, y Acevedo fue uno de los defensores de la Internacional Comunista y de “las 21 condiciones”.

Los terceristas, al quedar derrotados en la votación democrática, abandonaron el Congreso y formaron el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), siendo Acevedo uno de los firmantes del manifiesto fundacional, y miembro de su Comité Central.

En Asturias, organizó el nuevo partido, fue nombrado presidente de la Federación Comunista de Asturias y director del órgano del PCOE, La Aurora Roja (1922). En diciembre de ese año viajó a Moscú para asistir como delegado al IV Congreso de la Internacional Comunista, donde participó en las sesiones defendiendo la táctica leninista del frente único. A su regreso pronunció una serie de conferencias en Madrid, Bilbao, Santander y Asturias, que refundió en un libro titulado Impresiones de un viaje a Rusia. En las elecciones generales de abril de 1923 figuraba en la candidatura comunista por Madrid. En julio, regresó a Moscú como delegado al III Congreso de la Internacional Sindical Roja. Colabora, como redactor, en La Antorcha, portavoz del Comité Central del Partido Comunista de España (PCE).

Bajo la dictadura de Primo de Rivera, en 1924, fue encarcelado dos veces, cumpliendo cuatro meses de prisión, a causa de sus actividades clandestinas. Debido a su difícil situación económica, en 1925, fijó su residencia en Madrid, donde trabajó como corrector de pruebas en una imprenta. En esta época, consagró una parte de su labor a la literatura, publicando dos novelas, Ciencia y razón y Los topos, ésta última sobre la difícil vida de los mineros.

Acusados de criticar a la dirección del PCE, Acevedo y el Comité de la agrupación madrileña, fueron expulsados del partido en 1930. A las elecciones generales del 28 de junio de 1931, se presentó en Madrid una candidatura comunista denominada Bloque Obrero y Campesino, dirigida por Joaquín Maurín, en la que figura Acevedo como tipógrafo, frente a la oficial del PCE encabezada por José Bullejos. La candidatura de Acevedo logró 805 votos, el 0,5% de los votantes.

La crisis interna del PCE debida al sectarismo estalinista se resolvió con la expulsión del grupo de Bullejos, ordenada por Moscú, y el ascenso del nuevo equipo dirigido por José Díaz, que resultó tan sectario como el anterior. En ese contexto, Acevedo reingresó en el PCE en 1933. En abril del mismo año fue uno de los firmantes del manifiesto fundacional de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética y en el verano, el partido le envió a Asturias donde realizó una amplia campaña de propaganda. En las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933, el PCE incluyó a Acevedo en su candidatura por Asturias. A pesar de aparecer en el sexto puesto en la lista comunista, logró el mayor número de votos en los seis distritos de la ciudad de Oviedo (1378 sufragios) y 16.623 en la región, frente a los 85.386 del PSOE. En Madrid trabajó como corrector de pruebas en Mundo Obrero, órgano central del PCE, y presidió la sección española del Socorro Rojo Internacional.

Durante la Guerra Civil, viajó a Moscú como miembro de la delegación española para asistir al desfile del 1º de mayo de 1937, regresó al año siguiente y al terminar la guerra en España, se exilió definitivamente en la Unión Soviética (URSS), instalándose en Moscú, donde presidió el Socorro Rojo Internacional hasta su fallecimiento en 1952.

En Barcelona, en 1923, Juan Laguía Lliteras publicó los artículos firmados por Isidoro Acevedo y José Gafo, con el titulo Polémica entre un fraile de alma y hábitos blancos y un recio insurgente de corazón e ideales rojos, sobre socialismo y catolicismo. Recientemente, en 2002, la editorial Silverio Cañada de Gijón sacó a la luz Socialistas y católicos en Asturias. Un debate histórico (1919-1920) que incluye los 17 artículos cruzados entre Isidoro Rodríguez Acevedo y José Domingo Gafo Muñiz, con presentación y notas de Etelvino González López. Con prólogo de Isidro Mendieta y notas de Isidoro Acevedo, la editorial Nuestro Pueblo de Madrid, publicó en 1938, Cien cartas inéditas de Pablo Iglesias a Isidoro Acevedo, reeditada por Hispamerca de Madrid en 1976.

 

Obras de ~: Impresiones de un viaje a Rusia, Oviedo, Imprenta Santamarina, 1923; con J. D. Gafo Muñiz, Polémica entre un fraile de alma y hábitos blancos y un recio insurgente de corazón e ideales rojos, sobre socialismo y catolicismo, Barcelona, Confederación de Sindicatos Libres del Norte de España, 1923 (los 17 artículos también en Socialistas y católicos en Asturias. Un debate histórico (1919-1920) presentación y notas de E. González López, Gijón, Silverio Cañada, 2002); Ciencia y corazón. La novela de la fidelidad conyugal, Madrid, Rivadeneyra, 1925; Los topos. La novela de la mina, Madrid, Rivadeneyra, 1930; Problemas de la Historia antigua de Asturias. El Melso Noega. Laberris. Lucus Asturum Tuisa. Lancia, Madrid, Imprenta Torrent, 1935; Cien cartas inéditas de Pablo Iglesias a Isidoro Acevedo, pról. de I. Mendieta y notas de I. Acevedo, Madrid, Nuestro Pueblo, 1938 (reed. Madrid, Hispamerca, 1976).

 

Bibl.: C. Suárez, Escritores y artistas asturianos. Índice biobibliográfico, t. I, Madrid, Imprenta Sáez Hermanos, 1936, págs. 81-85; A. Saborit, Asturias y sus hombres, Toulouse, Dulaurier, 1964, págs. 107-112; E. Comín Colomer, Historia del Partido Comunista de España, t. I, Madrid, Editora Nacional, 1967, págs. 104, 118, 149, 310-311 y 537; J. Tusell Gómez, La segunda República en Madrid: elecciones y partidos políticos, Madrid, Tecnos, 1970, págs. 34 y 47; L. Gómez Llorente, Aproximación a la historia del socialismo español hasta 1921, Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1972, págs. 487, 494, 499, 508, 541, 546 y 554; J. Girón Garrote, Elecciones y partidos políticos en Asturias (1890-1936), Oviedo, Universidad de Oviedo, 1981, t. I, vol. 3, pág. 1209, y t. II, vol. 3, págs. 1036, 1043 y 1049.

 

 

José Girón Garrote

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