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Rodrigo de Vadillo

Biografía

Vadillo, Rodrigo de. Arévalo (Ávila), 1506 – Cefalú (Italia), 1.II.1577. Benedictino (OSB), abad general de la Congregación de San Benito de Valladolid, predicador real, obispo de Cefalú (Sicilia).

Hijo de noble familia, ingresó en el Monasterio Benedictino de San Benito de Valladolid hacia 1524, profesando al año siguiente. Estudió en el Colegio de San Vicente de Salamanca, perteneciente a la Congregación de San Benito de Valladolid, de la que el Monasterio vallisoletano era cabeza, pero nada se sabe de él hasta que en 1544 fue electo abad de San Benito de Zamora, pasando en 1547 con el mismo cargo al de Irache, que tenía la consideración de Universidad. Allí estuvo hasta 1550 y siendo abad de Irache viajó a Gante a entrevistarse con Carlos V por motivos que se desconocen. El capítulo general de 1550 lo eligió general de toda la congregación; estando reunido en el mes de septiembre en capítulo privado en el Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos), fray Rodrigo recibió orden del príncipe Felipe de ponerse en camino hacia Trento para participar en el Concilio ecuménico. Así lo hizo, pero como una vez en Francia supiera que las sesiones sinodales habían sido suspendidas, retornó a Castilla con los monjes que lo acompañaban. En mayo de 1553 reunió capítulo general en Valladolid y en él cesó, según lo dispuesto, como general de la congregación, pasando a residir a su Monasterio de profesión y a ejercer su cargo de predicador real, puesto para el que había sido nombrado en 1551 por Carlos V.

Fray Rodrigo escribió en 1562 el prólogo de la obra de Melchor Cano De locis theologicis, impresa en Salamanca al año siguiente, lo que prueba la amistad que le unía al dominico y su consideración como teólogo, que le había valido ser nombrado calificador del Santo Oficio. En calidad de tal censuró entre 1563 y 1564 algunas obras del arzobispo de Toledo, fray Bartolomé Carranza, procesado por la Inquisición desde 1559 y al que Cano profesaba conocida animadversión.

En el capítulo general de su congregación de 1565 fue de nuevo elegido general, pero el 25 de enero de 1567 Felipe II le encargó que tratara en Roma la posibilidad de la unión del Monasterio de San Gregorio de la Ciudad Eterna a la Congregación vallisoletana.

La unión se llevó a cabo, pero no duró muchos años. Sin embargo, fray Rodrigo partió para Roma en el mes de mayo con otra misión mucho más importante, ya que debía defender las calificaciones de la Inquisición española contra el arzobispo Carranza ante el Papa, que había avocado a sí la causa. Estando en Roma cesó en su cargo de general de la Congregación de San Benito, pero siguió defendiendo la postura de Felipe II y la Inquisición en el proceso romano contra Carranza, aunque no con mucho éxito. Sin embargo, el monarca español premió sus esfuerzos presentándolo para el obispado de Cefalú, en Sicilia, y el papa Pío V lo preconizó el 9 de febrero de 1568, ocho años antes del final del proceso contra Carranza. Durante su pontificado se dedicó con ahínco a la reforma de su diócesis de acuerdo con los decretos del Concilio de Trento y a la defensa de la jurisdicción eclesiástica frente a las intromisiones del poder civil. Murió repentinamente y fue enterrado en su Catedral.

 

Obras de ~: M. Cano, De locis theologicis, pról. de ~, Salamanca, Matías Gast, 1563.

Bibl.: J. Pérez de Urbel, Varones insignes de la Congregación de Valladolid, Pontevedra, Museo Provincial, 1967, págs. 291-292; E. Zaragoza Pascual, Los Generales de la Congregación de San Benito de Valladolid. Los abades trienales (1499-1568), Silos, Stvdia Silensia II, 1976, págs. 265-287 y 477; F. López Hernández, Personajes abulenses, Ávila, Caja de Ávila, Obra Social, 2004, págs. 47-50.

 

Miguel C. V ivancos Gómez, OSB

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