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Francisco de Soto Salazar

Biografía

Soto Salazar, Francisco de. Bonilla de la Sierra (Ávila), 1513 – Llerena (Badajoz), 29.I.1578. Consejero de Inquisición, comisario general de Cruzada, obispo de Albarracín-Segorbe y de Salamanca.

En 1542, entró como capellán en el Colegio de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca, donde se licenció en Cánones y Gramática. Mientras estudiaba, obtuvo una capellanía en la pequeña localidad de El Barco de Ávila, cuyo cargo mantuvo hasta que fue nombrado obispo, varios años más tarde.

Al terminar sus estudios, comenzó a servir a un letrado de Valladolid, que le ayudó en su ascenso social. Gracias a la amistad que unía a este letrado con el obispo de Astorga, Diego de Álava, Soto Salazar fue nombrado provisor de dicho episcopado.

Durante los siguientes años, ambas figuras siguieron estrechamente vinculadas, ya que acompañó a Álava en su gobierno en Ávila, donde Soto Salazar recibió una canonjía, y en el posterior obispado de Álava en Córdoba.

Fue allí donde Francisco de Soto Salazar obtuvo el nombramiento como inquisidor del tribunal de la ciudad, a finales de la década de los cincuenta. En 1560, fue destinado a Sevilla con el mismo cargo y, dos años después, en 1562, marchó a Toledo, también como inquisidor del tribunal de la ciudad.

Durante los últimos tiempos del inquisidor general Fernando de Valdés obtuvo un puesto en la administración filipina, como consejero de Inquisición, cargo que le fue concedido el 14 de diciembre de 1565. La buena relación que mantuvieron ambos personajes queda de manifiesto con el nombramiento de Soto Salazar como testamentario del inquisidor. En el testamento se incluía la puesta en marcha de una universidad en Oviedo, en lo que Francisco de Soto puso especial empeño.

Asimismo, mantuvo una gran relación con Santa Teresa de Jesús, a quien estimuló para que escribiera el Libro de la vida y levantara el convento de San José en Ávila.

Por otra parte, tras las numerosas quejas elevadas durante las Cortes de Monzón de 1563 en relación a la actuación de la Inquisición, Soto Salazar fue enviado como visitador a los reinos de Valencia, Cataluña y Aragón, en 1567. Su visita tuvo varias consecuencias, como la castellanización de los juzgados de esos reinos, la suspensión de los tres inquisidores de Cataluña: Padilla, Mexía de Lasarte y Zurita por tres años, pero, por encima de todo, la creación de la Concordia de 1568.

También en 1567, fue enviado a Murcia con motivo de las quejas elevadas a la Inquisición de la ciudad por unos supuestos excesos contra un grupo de judeoconversos. Allí se mantuvo hasta marzo de 1569, al terminar con los problemas del propio tribunal y normalizar las relaciones entre el Santo Oficio y las altas esferas de la ciudad.

En el año 1571, Soto Salazar fue nombrado comisario general de Cruzada en sustitución de Bernardo de Fresneda, y, meses antes, había sido elevado al episcopado de Albarracín-Segorbe, siendo el último obispo de la diócesis unida. En el primero de esos oficios dirigió la comisión encargada de regular la impresión y circulación de los libros del Nuevo Rezado.

Sirvió en todos los cargos hasta el 15 de febrero de 1576, cuando fue nombrado obispo de Salamanca, en el que trabajó por una reforma del clero.

Sin embargo, la pérdida de los oficios cercanos a la política no significó su aislamiento de las labores de la administración, ya que en 1577 fue enviado a Extremadura con el objetivo de acabar con un brote de alumbrados que tuvo lugar en la zona. Durante su labor contra el alumbradismo, le sorprendió la muerte en Llerena en los últimos días del mes de enero de 1578. Soto Salazar fue enterrado en una capilla que había ordenado construir en el convento de Santo Tomás de Ávila.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, PTR, leg,62, doc.114 - 223Va.

G. González de Ávila, Historia de las antigüedades de la ciudad de Salamanca: vidas de sus obispos y cosas sucedidas en su tiempo, Madrid, Imprenta Artus Taberniel, 1606; F. Ruiz de Vergara y Álava, Historia del Colegio Viejo de San Bartolomé, vol. I, Madrid, Andrés Ortega, 1766; V. Beltrán de Heredia, Cartulario de la Universidad de Salamanca (1218-1600), vol. 4, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1970-1973; A. Huerga Teruelo, Historia de los alumbrados (1570-1630), vol. 4, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1978-1994; J. García Sánchez, Un Primer proyecto de universidad en Asturias: 1570-1572, Oviedo, Universidad de Oviedo, 1991; J. Martínez Millán, “El confesionalismo de Felipe II y la Inquisición”, en Trocadero: revista de historia moderna y contemporánea, n.º 6-7 (1994-1995), págs. 103-124; H. Pizarro Llorente, “Francisco de Soto Salazar”, en J. Martínez Millán y C. J. De Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598) La configuración de la Monarquía Hispana, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998; P. Rodríguez, El Catecismo romano ante Felipe II y la Inquisición española, Madrid, RIALP, 1998; D. Moreno Martínez, Representación y realidad de la inquisición en Cataluña. El conflicto de 1568, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona, 2002; G. Morisse, “Blas de Robles (1542-1592). Primer editor de Cervantes” en El libro antiguo español, vol. VI, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2002.

 

Paris González-Albo Manglano

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