Argençola de Vilana-Montrodón, Jerónimo de. ?, m. s. xvi – 1616. Militar catalán, gobernador de los condados de Rosellón y Cerdaña, gobernador general de Cataluña.
Inició la carrera militar en la jornada del Peñón de Vélez de Gomera, expedición al mando de García de Toledo, que compuesta por más de ciento cincuenta buques y nueve mil hombres, zarpó el 29 de agosto de 1564 y tomó el referido peñón el 5 de septiembre siguiente tras una tenaz resistencia por parte de los rifeños. Al año siguiente se halló en el socorro de Malta, asediada por el gran ejército de Mustafá.
Estuvo luchando en Italia hasta pasar a Flandes con el ejército del duque de Alba, en julio de 1567, para reprimir la rebelión de los Estados. Allí participó “en las jornadas, sitios y batallas que ofrecieron en dicho tiempo en que mostró su valor”, bajo las órdenes de Alba, del gobernador Requesens, y finalmente de Juan de Austria, hasta su muerte (mayo de 1578).
Entre sus numerosas acciones militares cabe destacar la toma de Oudewater (1574), cuando era alférez, siendo “el primero que arremetió [...] y parte para que se ganase”, y en la toma de la isla de Schouwen (1574) “siendo de los que esguazaron el mar y el primero que arremetió a la caveça del fuerte que se ganó”. En el decurso de tantas campañas militares, aunque honrosas, recibió hasta ocho arcabuzazos y numerosas heridas, quedando además “estropeado de un brazo, perdido un ojo y parte de las quijadas”, viéndose obligado a regresar a Cataluña.
Una vez allí, fue continuamente requerido por las autoridades para servir en diversas ocasiones, aprovechando su larga experiencia militar. En 1583, bajo las órdenes del virrey conde de Miranda dirigió a la gente de guerra que se juntó en Perpiñán para oponerse a la entrada del francés. En 1585 fue comisario de ocho compañías que pasaban de Castilla a Italia. En octubre de 1592, el virrey duque de Maqueda insistió para que capitanease los cuatrocientos hombres que, pagados por la Diputación, tenían la misión de desarmar a Juan Cadell, cabecilla de uno de los bandos que asolaban el Principado. El desenlace del asedio final de Arséguel levantó sospechas en el virrey sobre una posible complicidad; sólo la intervención de los diputados evitó que fuera encarcelado.
En 1597 el virrey duque de Feria le nombró maestre de campo del tercio de milicianos de la ciudad de Barcelona, con el que defendió valerosamente el Rosellón de la invasión francesa de Alfonso Corso.
Al cabo de la misma, en 1599 fue gobernador de los condados de Rosellón y Cerdaña. Aquel mismo año, Felipe III lo nombró teniente de capitán general de la ciudad de Tortosa y alcaide de las torres de defensa de los Alfaques. Justo antes de morir el virrey Juan de Terés, fue nombrado gobernador de Cataluña interino, hasta la llegada del virrey duque de Monteleón (15 julio de 1603). Aprovechando su nombramiento, y para acabar con el bandolerismo que asolaba el país, publicó un edicto prohibiendo el uso y tenencia de pedreñales (armas cortas), cosa que motivó la airada protesta del estamento militar. Volvió a ejercer en el cargo entre 1611 y 1613, insistiendo en la prohibición de pedreñales, y consiguiendo una dotación de doce caballos ligeros y cuarenta soldados para perseguir bandoleros.
Cuando en 1625 su hijo reclamó el pago de salarios atrasados de su padre en el cargo (unas 1.000 libras), el Consejo de Aragón reconoció que era justa la demanda porque los servicios de Argençola “en guerra y paz fueron grandes”.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, legs. 373, 387 y 395.
VV. AA., Gran Enciclopèdia Catalana, vols. IV y XII, Barcelona, Fundación GEC, 1973 y 1978, pág. 727 y pág. 765, respect.; J. M. Capeille, Dictionnaire de biographies roussillonaises, Marsella, Laffite Reprints, 1978, pág. 28a.; X. Torres, Nyerros i cadells, bándols i bandolerisme a la Catalunya moderna (1590-1640), Barcelona, Reial Acadèmia de Bones Lletres, 1993, págs. 132-133; J. L. Palos, Catalunya a l’Imperi dels Àustria, Lleida, Pagès editors, 1994, págs. 98-99; Dietaris de la Generalitat de Catalunya, vol III, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1997, pág. 460.
Manuel Güell Junkert
