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Juan de Escalante de Mendoza

Biografía

Escalante de Mendoza, Juan de. Ribadesella (Asturias), c. 1545 – ?, 1596. Marino, gobernador de Honduras y general de la Armada española.

Nace en Ribadesella, aunque Lamb indica que lo hace en el valle de Riva de Deva, en Santander. Siendo muy joven se traslada a Sevilla, donde acompaña a su tío el capitán Álvaro de Colombres en numerosos viajes por alta mar, y de quien aprendió de navegación lo suficiente, para que a los dieciocho años de edad cuente con algunas naos que capitanea y navega de España a Honduras, por orden de los oficiales de la Casa de Contratación.

Se casó en Sevilla, con Johana Salgado, que era hija de Alexo Salgado Correa, juez en la Real Casa de Contratación, y por ello, cuando Escalante indica que fue gobernador de Honduras “por espacial comisión de la Real Audiencia [de Honduras] que reside en Guatemala”, habría que añadir que también es por la importancia que tiene algunos de sus familiares, como son su tío capitán de Marina y especialmente su suegro miembro de la Casa de Contratación, aunque no se debería omitir los méritos propios, que después de veintiocho años de profesión de marino, lucha contra los corsarios franceses en el Atlántico y aprende todas las lecciones del oficio de marino, escribiendo el libro titulado Itinerario de navegacion de los mares y tierras occidentales, escripto en modo de dialogos de preguntas y respuestas entre dos interlocutores, uno de ellos nombrado el Inclinado á la arte de navegar, y el otro, el Piloto muy práctico y cursado en la navegacion de los mismos mares y tierras occidentales. Entre 1559 y 1566, Escalante ayudó a promover y explorar una nueva base para las expediciones españolas desde Nombre de Dios o Porto Bello, en el istmo de Panamá hasta el cabo de Caballos, en Honduras. Por el servicio prestado a la Corte le concedieron el título de regidor municipal de Sevilla y una renta de 500 ducados impuesta contra los beneficios reales de Nueva España. Al final de su vida, en 1595, fue nombrado almirante de la flota para Nueva España, y un año más tarde, en 1596, muere mandando la escuadra que por entonces estaba en Tierra Firme.

Juan de Escalante de Mendoza escribe su autobiografía en el Itinerario de navegación [...], diciendo que “habiendome Dios engendrado de padres de noble y lexitimo nascimiento desiendente y natural de las nobles antiguas casas y solares de Noriega y Mendoza, y la Concha de Colombres, en el valle de Riva de Deva [Riva de Sella], en la diocesis de Oviedo, hijo de García de Escalante y de doña Johana de Mendoza, su legitima mujer, mis señores, y deprendiendo yo las primeras letras de leer y escribir en la villa de Potes, de la Merindad de Liébana, y comenzando en tierna edad á estudiar gramática latina, con ser de complexion colérica y naturalmente inclinado á las armas y exercicios militares y maritimos, me vine á Sevilla á casa del capitan Alvaro de Colombres, mi tio, en cuya disciplina y administracion comencé á navegar con él en sus propias naos, exercitando en ello mi persona en las cosas que convenian, usando de mi natural inclinacion, y con la corporal soltura que Dios para ello me habia dado en los pocos años de edad que entonces tenia, y habiendo navegado de aquella suerte varios viajes á las provincias de las tierras occidentales, con la atencion, y especulacion y estudio que se requeria para aprender y saber lo que este arte pide, asi por mi natural condicion, como para el uso necesario y tan importante de la navegacion; llegando yo á la edad de diez y ocho años, las continué en mis propias naos, capitaneandolas y acaudillando con ellas las demas que en mi compañía y conserva acertaron á navegar de ida y vuelta á las provincias de Honduras, por orden y comision de los señores Justicia y Gobernadores de aquellas tierra y de los Reales Administradores de la Casa de la Contratacion y navegacion de las Indias. En cuyos viajes se me ofrecieron diferentes recuentros que tuve en diversas veces con diversos corsarios franceses, asi en el mar como en esta costa de Hespaña, sobre el cabo de San Vicente, y en el mar y costas de las mesmas provincias de Honduras, y gobernando yo en ellas por espacial comision de la Real Audiencia que reside en Guatemala, en que Dios siempre me dió las victorias de ellos, que á todos los navegantes de aquellos tiempos fueron tan notorias, y en el Consejo y Reales Senados de las Indias han constado. En cuyo discurso de todas las dichas navegaciones que hice de mar, de ocupar y emplear mi persona en el exercicio y gobierno que en ello se requeria con toda la vigilancia y diligencia humana que en ello se ponia y debia poner, fuí desde el principio aplicando á ello muy particular y especifico estudio y speculacion, para saber y entender, y comprobar por arte lo que por experiencia en ello iba especulando y entendiendo, lo cual fuí siempre escribiendo en suma y recomendando á la memoria por lo escribir mas extenso, dandome Dios tiempo para ello, y procurando asi mesmo buscar y ver todos los memoriales y relaciones particulares de las derrotas de esta navegacion, que algunos pilotos practicos deella habian escripto para las conferir y verificar, como lo hice, con todo el estudio y diligencia que en ello se requeria, en que empleé muchos meses y años con la deliberacion y madurez que esta materia pedia, disponiéndo Dios asi y dando para ello la inteligencia que él fue servido, con la especulacion, estudio y diligencia que convino hasta que habiendo yo tomado estado de matrimonio en Sevilla con doña Johana Salgado, mi mujer, hija del Licenciado Alexo Salgado Correa, mi señor y suegro, Juez del Rey nuestro Señor, en su Real Casa de la Contratacion de las Indias, teniendo ya hijos, que Dios me dio, fui de Su Merced aconsejado, persuadido é instado que pusiese en perfeccion esta obra para los efectos que ya la habia emprendido y continuado”.

Su obra Itinerario de navegación [...] resume un cuarto de siglo de experiencia en la carrera de Indias, y aunque Fernández Martínez indica que “el extraordinario interés [del libro] radica en que su prólogo es la autobiografía del autor”, es sobre todo por su contenido sobre el arte del mar, donde presenta un compendio de todos los conocimientos adquiridos con práctica marítima, por lo que realiza una descripción física de todos los puertos de la ruta atlántica, así como se ocupa también de las mareas, corrientes, vientos..., y contiene información sobre la construcción de barcos, con detalles relativos al armamento del navío y a la guerra en alta mar. Igualmente, recomienda el uso de la observación astronómica del tránsito del sol al mediodía y las estrellas circumpolares para determinar la hora por la noche; discute sobre los derechos y obligaciones y la salud de la tripulación, y pone de relieve los defectos de la práctica en el empleo de la brújula y de las cartas de marear utilizada por los marinos en la época, pues las agujas de marear eran corregidas permanentemente, colocándolas ½ al Este del Norte de manera que, cuando la aguja apuntaba el Norte magnético, la flor de lis de la rosa de los vientos indicaba aproximadamente el verdadero Norte astrológico. Por todo esto, Fernández Navarrete en su Biblioteca Marítima, dirá que “[...] sería muy largo el dar completa idea de todos los artículos de obra tan dilatada; pero no debe callarse, siendo cosa tan notable, que habiéndola escrito después de veintiocho años de navegación, y que presentada al Consejo de Indias fue por ésta aprobada, precedidos los informes de los más acreditados astrónomos, cosmógrafos y marinos de aquella época, no pudo con todo eso obtener ni la licencia que pidió para imprimirla, porque temió el gobierno hacerle ostensible á los extranjeros, ni un resarcimiento de más de diez mil ducados que había gastado en componerla”. Aunque, Lamb señala que el Itinerario de navegación [...] “no ha sido aprovechado; tal vez porque abarca demasiados temas y ofrece poca información de cada tema en particular”.

El Itinerario de navegación [...] de Escalante no se imprimió en su época por temor a que su contenido pudiera ser empleado por algunos de los países enemigos de España en la época (Francia, Gran Bretaña, Holanda...), y su borrador —según Navarrete— de 398 hojas en folio, con numerosas correcciones del propio autor, se encuentra en la Biblioteca Nacional, en Madrid. Posteriormente, se realizó una copia, que se conserva en la Biblioteca del Ministerio de Marina (del que transcribe Fernández Duro el texto íntegro que publica en el quinto volumen de “A la mar, madera” en Disquisiciones Náuticas, y según Nicolás Antonio, existe otra copia en la biblioteca privada del conde de Villahumbrosa, y parece que “el original presentado en el Consejo de Indias, paso a poder de Simón de Santander” o es en cambio la copia aparente que se conserva en el Archivo General de Indias.

En un documento aparte, titulado “Representación de J.E. de M.A.S.M.” trata sobre la piratería, y para luchar contra ella propone realizar cambios en el tiempo empleado y en la ruta seguida por las expediciones transatlánticas, frente a la movilidad seguida por el mar por el enemigo de España, y destaca negativamente la figura del corsario inglés Francis Drake (c. 1540-1596).

 

Obras de ~: Itinerario de navegacion de los mares y tierras occidentales, escripto en modo de dialogos de preguntas y respuestas entre dos interlocutores, uno de ellos nombrado el Inclinado á la arte de navegar, y el otro, el Piloto muy práctico y cursado en la navegacion de los mismos mares y tierras occidentales, 1575 (ms.) (Biblioteca Nacional de España).

 

Bibl.: F. Fernández Navarrete, Biblioteca Marítima Española, t. II, Madrid, Viuda de Calero, 1851; C. Fernández Duro, Disquisiciones Náuticas, t. V, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1876-1881, págs. 472-571; W. M. Jackson, Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias, Artes, Londres, W. M. Jackson Editor, 1890; A. Vigneras, The Andalusian Voyages, Chicago, University of Chicago Press, 1977; U. Lamb, “Juan de Escalante de Mendoza”, en J. M.ª López Piñero, T. F. Glick, V. Navarro Brotóns y E. Portela Marco, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, t. I, Barcelona, Ediciones Península, 1983, pág. 301-302; M. Artola Gallego (dir.), Enciclopedia de Historia de España, Vol. IV. Diccionario biográfico, Madrid, Alianza Editorial, 1991.

 

Miguel Héctor Fernández-Carrión

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