Pardo de Donlebún y Lanzós Osorio, Sancho. Lugar de Donlebún, Barres, Castropol (Asturias), c. 1537 – ?, c. 1602. General de la Real Armada.
Navegante de vocación, pasó un tiempo a las órdenes de Pedro Menéndez de Avilés, adelantado de La Florida. Durante este período desempeñó el gobierno de Cuba, isla en la que dejó su huella como poliorceta en tierra y cartógrafo de aquellas costas.
Prestó diversos servicios, después, en la Península, donde sentó plaza de capitán en el Tercio de Gabriel Niño, que marchaba a la guerra de Portugal; luego se le encuentra de gobernador del castillo de Bayona, en Galicia. A las órdenes de Álvaro de Bazán, tomó parte en la conquista de las Islas Terceras y se involucró en los preparativos de la Armada Invencible, hasta el punto de alistar a un hijo en la expedición y construir, a su costa, varios buques, del tipo urca, en La Linera (Castropol). En 1625, su pariente, Juan Pardo Osorio, construyó, por Real Orden, cuatro galeones, en diez meses, por 32 ducados la tonelada, a pagar mitad en plata, mitad en vellón.
Pasaba el tiempo y Sancho Pardo, al ver que sus servicios a Felipe II, en los que había comprometido su vida y sus bienes, no eran recompensados, en lo que se refiere a honores y sueldo, como él pensaba, acudió al duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán, su valedor, que envió un memorial al Rey.
El caso es que, poco después, se encontraba Sancho Pardo de general de la Armada de Galicia.
En 1590, a través de Juan de Idiáquez, Pardo pidió al Rey la concesión del hábito de Santiago. En el mismo año se le dio el mando de una escuadra, con la que tomó parte en la campaña de Bretaña.
Por fin, en 1593, Felipe II, atendiendo a un requerimiento de Sancho Pardo al Consejo de Indias, le concedió el honor de nombrarlo general de la Flota de Tierra Firme, llevando a sus órdenes, como almirante de los barcos, a Sebastián de Sasiola.
En 1595, encontrándose la Flota en San Juan de Puerto Rico, reparando averías en los barcos que regresaban a Cádiz transportando el Real Tesoro, los piratas F. Drake y J. Hawkins, enterados de la situación en que se encontraban los buques españoles, intentaron apoderarse de los caudales. Entablada la batalla entre los buques ingleses y españoles y las fortificaciones de San Juan, Hawkins encontró la muerte a manos de los artilleros españoles. Drake, derrotado, contrajo unas fiebres, en su deambular por el Caribe, que lo llevaron a la muerte. Con motivo de la victoria española, el Rey concedió a Sancho Pardo el hábito de Santiago que tanto ansiaba, como paso previo a obtener un título de Castilla.
En 1598, Sancho Pardo fue nombrado capitán general de la Flota de Nueva España y, en el mismo año, general de la Flota de Tierra Firme, con lo que reanudó sus viajes a través del Atlántico.
Alrededor de 1602, Sancho Pardo murió, después de más de cuarenta años de servicio.
Fuentes y bibl.: Archivo Casariego (Tapia de Casariego, Asturias); Archivo Pardo de Donlebún (Figueras, Castropol, Asturias).
A. Romeu de Armas, Los viajes de John Hawkins a América (1562-1595), Sevilla, Escuela de Estudios Hispano Americanos, 1947; E. Blanco, Los tres ataques británicos a la ciudad de San Juan Bautista de Puerto Rico. Drake 1595, San Juan de Puerto Rico, 1968; K. Andrews, The last voyage of Drake and Hawkins, London, 1972; H. Kelsey, Sir Francis Drake. El pirata de la Reina, Barcelona, Ariel, 2002.
Miguel Ángel Serrano Monteavaro