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Pedro Fernández de Quirós

Biografía

Fernández de Quirós, Pedro. Évora (Portugal), c. 1565 – Panamá, 1615. Marino, almirante.

De origen portugués, nació en Évora y se educó en Lisboa. Participó desde joven como escribano y sobrecargo de naves mercantes, donde adquirió los conocimientos de navegación en alta mar. Casó con la madrileña Ana Chacón de Miranda, de la cual tuvo al menos dos hijos: Francisco y Jerónima.

Se sabe que pasó a Perú en 1594, y que en 1595 participó como piloto mayor de la segunda expedición de Álvaro de Mendaña en los descubrimientos de los archipiélagos de las islas Marquesas y de Santa Cruz. Muerto Mendaña en la isla de Nendo, Quirós llevó la nao San Jerónimo hasta Manila, para meses más tarde navegar hacia Acapulco, en 1596. Del virreinato de Nueva España regresó al Perú y allí propuso al virrey Luis de Velasco una nueva expedición.

Quirós creía en la existencia de la “Terra Australis incognita”.

Su utopía estaba basada principalmente en su misticismo con clara influencia franciscana, apoyada también en las teorías del abad Joaquín de Fiore y de la obra Utopía de Tomás Moro. En este caso la práctica y la utopía estaban unidas en un solo fin: la expansión hispana en una de las zonas del Globo desconocida.

Pero al no recibir respuesta del virrey, decidió en 1600 regresar a España, presentando varias cartas al rey Felipe III. Como peregrino se trasladó a Italia en una galera, visitó Roma y con ayuda del duque de Sessa obtuvo una audiencia con el papa Clemente VIII. Consiguió del Sumo Pontífice cartas de recomendación y con ellas la ayuda del rey Felipe III.

En 1605 regresó al Perú presentando las cédulas reales al nuevo virrey, Gaspar de Zúñiga, conde de Monterrey, quien le facilitó ayuda y le proporcionó las naves para su expedición.

La flota estaba compuesta por dos naos: la capitana San Pedro y San Pablo, donde iba Quirós, y la almiranta San Pedro, al mando de Luis Váez de Torres, y un patache, Los Tres Reyes, a cargo del capitán y piloto Pedro Bernal Cermeño, con una tripulación total de unos ciento sesenta hombres. Entre la tripulación se hallaban el capitán Diego de Prado y Tovar, los pilotos Juan de Ochoa y Gaspar González de Leza, Lucas y Vicente de Quirós, sus sobrinos, y el franciscano Martín de Munilla, quien escribió un importante diario del viaje.

Partió la expedición del Callao rumbo oeste-sureste el 21 de diciembre de 1605, y el 26 de enero del año siguiente sobre los 24º 40’ de latitud Sur y 124º 48’ longitud Oeste descubrieron una isla que llamaron Luna puesta, la actual Ducie. Dos días después avistaron la de San Juan Bautista (Henderson), el 3 de febrero penetraron en el archipiélago de las Tuamotu, descubriendo las de San Telmo (Marutea), Las 4 coronadas (Maturei-Vavao), San Miguel (Vairaatea), La conversión de San Pablo (Hao), Decena (Tauere), Sagitaria (Rekareka), Fugitiva (Raroia), y avistando después la de San Bernardo (Caroline), en el grupo de las Kiribati. Durante este trayecto Quirós fabricó un aparato para destilar agua del mar. El 1 de marzo descubrieron la denominada Peregrina (Rakahanga) de las islas Cook, y el 7 de abril arribaron en la que bautizaron como Nuestra Señora del Socorro (Taumako), del grupo Duff, en las Salomón. Después de permanecer allí ocho días y avituallarse continuaron viaje, descubriendo Tucopia (Tikopia) y el día 25 hallaron la isla de San Marcos (Mera Lava) del archipiélago de las Vanuatú, viendo después la de Santa María (Gaua) y los Portales de Belén (Vanua Leva).

El 30 de abril descubrieron una gran isla, que Quirós llamó en un principio Cardona, en recuerdo del duque de Sessa, embajador en Roma, Antonio Fernández de Córdoba y Cardona, y que cambió después su nombre por el de Austrialia del Espíritu Santo, la actual Santo, donde fondearon las tres naves el 3 de mayo en un gran bahía que bautizaron con el nombre de San Felipe y Santiago, situada en los 15º 9’ latitud Sur y en los 166º 57’ Oeste. La tierra fértil y con abundancia de alimentos sirvió a Quirós para fundar la ciudad de Nueva Jerusalén, próxima a un río que llamaron Jordán. Tomó posesión de la tierra descubierta en nombre del rey de España y celebró diversos actos religiosos, nombró ministros y creó la nueva Orden de Caballería del Espíritu Santo. Las relaciones con los isleños a medida que pasaron los días fueron más tensas, hasta que hubo muertos. El hostigamiento por parte de los naturales era continuo.

El 8 de junio partieron las naves para hacer nuevas exploraciones, de las islas cercanas. Un fuerte temporal separó a las embarcaciones y la nave de Quirós no regresó al punto de partida donde le esperaban las otras dos naos restantes y siguió rumbo a la Nueva España, hasta fondear en el puerto mexicano de la Navidad. Mientras, Váez de Torres navegando hacia el Oeste comprobó que la tierra avistada por Quirós no era un continente, sino que pertenecía a la isla actual de Santo. Torres en su intrépida navegación hacia el norte dio su nombre al estrecho entre Australia y Nueva Guinea y atravesando el mar de las Molucas arribó en las Filipinas.

En el viaje a Nueva España Quirós descubrió el 8 de julio de 1606 una nueva isla que nombró Buen Viaje (Burati) del archipiélago de Kiribati, trayecto durante el cual murieron varios tripulantes, entre ellos el padre Munilla. Las noticias que llegaron a México por testigos de las tripulaciones del San Pedro y Los Tres Reyes, no dejaron en buen lugar a Quirós y las autoridades novohispanas no prestaron la ayuda que pedía para una nueva expedición.

En 1607 estaba en Madrid presentando más de cincuenta Memoriales al rey Felipe III para conseguir el favor real que le permitiera seguir sus exploraciones en las islas del Mar del Sur. A los siete años comenzó a recibir respuesta a sus peticiones. Una cédula real de 1614 disponía que el virreinato del Perú aprestase una armada a las órdenes de Pedro Fernández de Quirós.

Solicitó permiso para trasladar a su mujer y a sus dos hijos, Francisco y Jerónima, al Perú en 1615. No tuvo suerte en llevar a cabo esta expedición, pues falleció ese año en Panamá.

 

Bibl.: F. M. Dunn (comp.), Quirós memorials: a catalogue of Memorials by Pedro Fernández de Quirós 1607-1615 in the Dixson and Mitchell Libraries, Sydney, Sydney, Public Library of New South Wales, 1961; C. Kelly, La Austrialia del Espíritu Santo, Madrid, Franciscan Historical Studies-Archivo Ibero- Americano, 1965, 2 vols.; P. Fernández de Quirós, Descubrimiento de las regiones austriales, ed. de R. Ferrando, Madrid, Historia 16, 1986 (col. Crónicas de América, 25); J. Gil, Mitos y utopías del Descubrimiento. 2. El Pacífico, Madrid, Alianza Universidad, 1989; O. Pinochet de la Barra, Quirós y su utopía de las Indias Australes, Madrid, Cultura Hispánica, 1989; P. Fernández de Quirós, Memoriales de las Indias Australes, ed. de Ó. Pinochet, Madrid, Historia 16, 1991 (col. Crónicas de América, 64); J. M. Gómez-Tabanera, Reencuentro desde la otra orilla: utopía europea, utopía indiana y utopía del Pacífico, conferencia en el Palacio de las Academias Nacionales, Caracas, 1991; A. Landin Amancio y L. Sánchez Masiá, “Fernández de Quirós a Nuevas Hébridas”, en Descubrimientos españoles en el Mar del Sur, t. III, Madrid, Banco Español de Crédito, 1991, págs. 629-675; J. M. Gómez-Tabanera, Reencuentro desde la otra orilla: utopía europea, utopía indiana y utopía del Pacífico, conferencia en el Palacio de las Academias Nacionales, Caracas, 1991; “Sir Thomas More (1478-1535), Pedro Fernández de Quirós (1562-1615) y Sir Francis Bacon (1561-1626): La forja de una utopía política en la Inglaterra del siglo xvii”, en VV. AA., XII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Universidad de Birmingham, agosto de 1995; J. M. Gómez Tabanera, “Mitos y utopías de la tierra austral y algo más”, en VV. AA., VII Congreso Internacional de la Asociación Española de Semiótica, Zaragoza, 4-9 noviembre de 1996; J. M. Gómez Tabanera, “La Sinapia, una España imposible en el mundo austral o la forja de una utopía hispana en el siglo xvii”, en A. García-Abásolo (ed.), España y el Pacífico, Córdoba, 1997; A. Baert, Le Paradis Terrestre, un mythe espagnol en Océanie. Les voyages de Mendaña et de Quirós 1567- 1606, Paris, L’Harmattan, 1999; S. Bernabeu, “El océano Pacífico en los siglos xvi y xvii: el lago español”, J. Gil, “Los mitos del Pacífico”, y J. Pimentel, “Australia, el continente visto y figurado”, en S. Bernabeu (ed.), El Pacífico español. Mitos viajeros y rutas oceánicas, Madrid, Prosegur-Sociedad Geográfica Española, 2003, págs. 9-36, 39-67 y 99-125, respect.

 

Francisco Mellén Blanco