Gutiérrez de Alba, José María. Alcalá de Guadaíra (Sevilla), 2.II.1822 – 27.I.1897. Literato, autor teatral.
Mayor entre once hermanos, se trasladó, todavía en la infancia, a la capital de la provincia para dedicarse con diversa suerte a los estudios. En la universidad hispalense hizo Filosofía, y más tarde, Derecho hasta el grado de bachiller. No obstante, su verdadera inclinación siempre le condujo por el aventurado mundo de la república de las letras, con especial predicamento en el ámbito escénico, teniéndosele por introductor de la revista teatral en España.
En estos primeros momentos debió lecciones a los clérigos paisanos de Alanís (Sevilla) Francisco Rodríguez Zapata, autor de un popular cancionero de la Inmaculada, y José Fernández Espino, director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, que alcanzaron a oír las últimas conferencias de Alberto Lista, patriarca de la escuela poética sevillana.
Su primera etapa estuvo plena de colaboraciones en conocidas revistas literarias de la época: El Vergel, La Floresta Andaluza…, algunas de las cuales dirigió él mismo: El Duende, La Giralda, El Genio de Andalucía, etc. Gozaron sus escritos iniciales –y no con exclusividad, pues se mantuvo a lo largo de toda su vida– un intenso carácter político, acreedor de funestas consecuencias de las que habría de dar cuenta.
Con apenas veinticinco años se estableció en Madrid dedicándose a tareas literarias y teatrales. Ausencia de su tierra natal que no impidió la influencia e intervención en asuntos sevillanos, de modo que –y ésa es una de las incómodas cargas de la opinión a distancia– declarado rebelde, fue condenado como reo político por un consejo de guerra, a diez años de prisión en Ceuta. Medida que eludió emigrando a París hasta que un año más tarde sacó provecho del decreto por el que la reina Isabel II concedía amnistía en aras del nacimiento de su hijo Alfonso XII. No amilanó esta experiencia la tozuda intromisión política de Gutiérrez de Alba, quien participó en las revoluciones decimonónicas del 66 y del 68, “La Gloriosa”, que dieron finalmente con el destronamiento de Isabel II.
A la cercana simpatía del nuevo gobierno debió el encargo de una misión confidencial en América del Sur que llevó a cabo entre 1870 y 1874. La reserva de esta encomienda acaso explique que no se dejara razón en archivos oficiales, y de ello se queja Méndez Bejarano, que lo incluyó en una curiosa relación de Poetas españoles que vivieron en América (Madrid 1929), en donde puede leerse que “el feliz desempeño de su difícil cometido dejó expedita la vía para el Tratado que en 16 de abril de 1879 se celebró en Caracas entre España y la república de Colombia”.
Gustó mucho del ambiente colombiano, y allí permaneció por propia decisión hasta 1890. Su actividad en este país fue muy intensa: publicó una Cartilla Agraria, pero sobre todo destaca El Cachaco (joven de buen humor), periódico fundado y escrito sólo por él. No pasó de proyecto, y es lástima, una obra que, con más de mil dibujos de su mano tomados por aquel continente, pretendía publicar y de la que aireó algunas muestras en revistas como El Globo, La Ilustración Española y Americana, etc.
Regresado a España, buscó refugio en su patria chica, que lo amparó como bibliotecario municipal. Volvió, en su innata afición por la agricultura, al cultivo de textos literarios de difusión, y redactó un Poema didáctico de 1.300 versos con diversidad de metros, que es un tratado elemental.
Cascales, en su Sevilla intelectual, lo señala como decano de los escritores hispalenses, y hace gala de su ocupación postrera en una Confesión general, autobiografía, que no llegó a publicar.
Obras de ~: Fábulas políticas, Sevilla, Impr. de Juan Moyano, 1845 (introd. de José Manuel Campos Díaz, Sevilla, Fundación el Monte, 1997); La Tapada, Sevilla, Impr. del autor, 1846 (introd.. de Enrique Baltanás, Sevilla, Fundación El Monte, 1997); Correspondencia entre los matrimonios españoles, Madrid, Impr. de Luis García, 1848; Diego Corrientes o el bandido generoso, Madrid, Impr. de J. González y A. Vicente, 1848 (introd.. de José Luis Pérez Moreno, Sevilla, Fundación El Monte, 1997); Lecciones para el pueblo (Fábulas políticas o sean sinapismos, ventosas y cantáridas, aplicables a algunos enfermos de toda situación, con la historia de ocho animales célebres de la isla de los Camaleones), Madrid, Impr. de La Discusión, 1856; Romancero español contemporáneo, Madrid, Impr. de Gregorio Estrada 1863; La política en imágenes, Madrid, Impr. de Manuel Minuesa 1868; El pueblo andaluz. Sus tipos, sus costumbres, sus cantares, Madrid, Impr. de Gaspar, 1877; El canal interoceánico. Oda dedicada al genio del ingenio, Mr. Ferdinand de Lesseps, Bogotá, Impr. de Enrique Zalamea, 1879; Álbum de excentricidades, caprichos, locuras y tonterías, escritas a vuela pluma y coleccionadas en honor del Excelentísimo, Eminentísimo y Enamoradísimo poeta D. Manuel Carnevalli…(Letrillas carnavalescas), Sevilla, Impr. de Salvador Acuña, 1888; Elementos de agricultura (Poemita didáctico para las escuelas de instrucción primaria), Sevilla, Impr. de la calle Almudena, 1895; Del cielo a la tierra. Viaje curioso del apóstol San Pedro a este pícaro mundo, y sus consecuencias entre los ángeles, entre los diablos y entre los hombres, Sevilla, Impr. de Gironés y Orduña, 1896; La política de aldea, Sevilla, Impr. Monsalves, 1898.
Bibl.: J. Cascales Muñoz, Sevilla intelectual. Sus escritores y artistas contemporáneos, Madrid, Impr. Victoriano Suárez, 1896, págs. 127-134; M. Méndez Bejarano, Poetas españoles que vivieron en América, Madrid, Renacimiento, 1929, págs. 165-186; J. M. Campos Díaz “Aproximación a la vida y obra de José María Gutiérrez de Alba”, en Actas de las V Jornadas de Historia de Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Guadaíra, 1998, págs. 36-49; A. Ribelot Cortés, “José María Gutiérrez de Alba”, en Diccionario de Ateneístas de Sevilla, vol. I, s.l., 2002, págs. 213-214.
Alberto Ribelot Cortés