Lope de Vega y Luján, Marcela. Marcela de San Félix. Toledo, V.1605 – Madrid, 9.I.1688. Trinitaria descalza (OSST), poetisa.
Marcela Lope de Vega, hija ilegítima de Lope de Vega y de Micaela de Luján, nació en Toledo a primeros de mayo de 1605, siendo bautizada en la iglesia de la Magdalena el 8 de mayo de 1605 como “de padre no conocido”. Hasta 1621 vivió en Toledo, con su madre y hermanos, aunque pasaba algunas temporadas con su padre en Madrid; se sabe que la primera de estas estancias fue en 1613, cuando el Fénix vivía ya en la calle de Francos. El natural de Marcela, vivo y despierto, hizo que desde muy pequeña gozara de la predilección de su padre. Al cumplir los quince años de edad, éste le dedicó su comedia El remedio de la desdicha. Un año más tarde, Guillén de Castro dedicó a Marcela la primera parte de sus comedias.
A finales de 1620, a Lope se le escapó la noticia de que su hija, Marcela, quería hacerse monja, en la séptima epístola de la Filomena. El 23 de enero de 1621 entró en el convento de San Ildefonso, de trinitarias descalzas, situado en la madrileña calle de Cantarranas (actual calle de Lope de Vega); el 28 de febrero sucesivo recibió el hábito trinitario. Para la dote, le ayudó con 1.000 ducados el duque de Sessa. Allí encontró, entre otras religiosas, a sor Isabel de Saavedra, hija natural de Miguel de Cervantes. El 5 de marzo de 1622 emitió su profesión, tomando el nombre de sor Marcela de San Félix; memorable ocasión, en la que actuó como su madrina la marquesa de Tela, de guarda el marqués de Povar, como predicador fray Hortensio Félix de Paravicino y Arteaga, como cantor Ponce Valdés, el canario del cielo. El 12 de diciembre de 1623, Lope de Vega había otorgado una escritura de venta e imposición de censo a favor de las monjas trinitarias, ante el escribano Juan de Piña. Sobre las fechas de entrada, toma de hábito y profesión, a causa de una tachadura en la fecha, que se repite en las actas del Archivo de Madres Trinitarias, hay un intervalo de un año para el error, pudiendo ser 1622 el año de entrada y toma de hábito, y 1623 el de la profesión; razón por la cual se encuentran discordancias en cuantos autores han escrito sobre sor Marcela.
En las elecciones conventuales del 27 de enero de 1628 sor Marcela aparece como gallinera; en las del 6 de febrero de 1631, como refitolera. En 1629 tuvo que asistir a uno de los hechos más sonados de la época, que tuvo por escenario, precisamente, el convento de las trinitarias: Pedro Calderón de la Barca entró en la clausura, persiguiendo al comediante Pedro de Villegas, que había dado una puñalada a su hermano. El escándalo fue mayúsculo, y los malos tratos a las monjas, por creer que habían escondido a Villegas, hicieron lamentarse a Lope: “Yo estoy lastimado tanto por todas como por mi hija”.
El convento de trinitarias fue el lugar escogido por Lope para recibir el hábito militar de San Juan. El 27 de agosto de 1635 murió Lope de Vega en Madrid; su cortejo fúnebre, hacia la parroquia de San Sebastián, se desvió por la calle de Cantarranas para que su hija lo viera desde las celosías conventuales. Sor Marcela ocupó el cargo de ministra (superiora) del convento en los trienios 1663-1666, 1669-1672, 1675-1678 y 1683-1685. Durante su segundo superiorato, en 1668, se determinó la construcción de la iglesia del convento, que no se comenzó sino en 1673, concluyéndose en 1697. Durante nueve años fue maestra de novicias y durante seis, vicaria y secretaria del capítulo.
En las memorias manuscritas sobre sor Marcela, escritas por las monjas trinitarias de su convento, éstas hablan de su relación con fray Luis de la Madre de Dios, trinitario en el cercano convento descalzo madrileño, como familiar suyo; detalle interesante, ya que se trata de su hermano, según la acusación burlesca que Góngora hizo contra Lope a propósito de sus hijos naturales, entre los que cita al trinitario, habido con una cómica.
La obra poética de sor Marcela de San Félix se conserva en el archivo de su convento, en un volumen de 560 páginas, del que existe una copia en la Real Academia Española; inédita hasta hace poco, su poesía refleja, como no podía ser de otra forma, el influjo de Lope. Su producción poética cuenta con el Coloquio espiritual titulado Muerte del apetito, Coloquio espiritual de la estimación de la religión, Coloquio espiritual del Nacimiento, Coloquio espiritual, Coloquio espiritual entre el alma y la paz y Coloquio espiritual del Santísimo Sacramento. Tiene cinco romances en esdrújulas, para celebrar acontecimientos comunitarios, con magistrales tintes irónicos en A la miseria de las provisoras. Treinta loas se conservan, escritas con motivo de profesiones de religiosas, en honor a diversas festividades, y otras que expresan vivencias místicas y sentimientos ascéticos.
Escribió su autobiografía, en dos tomos, que ella misma quemó antes de morir, noticia que se conoce por dos octavas escritas a su memoria por la madre Francisca de Santa Teresa. En prosa escribió también la Vida de la Venerable sor Catalina de Cristo.
La monja encargada de registrar su muerte en el libro de profesiones dejó consignadas las siguientes palabras: “Murió esta religiosa en 9 de enero de 1688 a las siete de la mañana, jueves. Fue muy madre de todos. Vivió en la religión 66 años, en todos los cuales fue grande el rigor de la vida en no faltar a la más pequeña obligación. Fue continua en el coro, de gran espíritu y entendimiento tan superior a su edad, ya que más parecía ilustración divina. Era de piadosísimas entrañas y de santísimo pensar de todos. No se le oyó en su última enfermedad un ay, habiendo sido de muy sensibles dolores. Fue amadísima de todos, porque sus obras lo merecieron”.
Obras de ~: Sor Marcela de San Félix Lope de Vega y Luján: obra poética completa, ed. de J. A. Ramírez Nuño y C. I. Delgado Ramírez, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1987.
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Pedro Aliaga Asensio, OSST
