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Pedro Celestino Espinosa

Biografía

Espinosa, Pedro Celestino. Madrid, 2.V.1814 – 19.XI.1887. Ingeniero de caminos.

Nacido en Madrid en 1814, ingresó en la Escuela de Caminos al poco tiempo de su reapertura y formó parte de la tercera promoción de la nueva época, la de 1841. Ocupó en ella el último puesto, inmediatamente detrás del autor del Ensanche de Barcelona, Ildefonso Cerdá. Al acabar la carrera fue destinado al distrito de Burgos, que comprendía varias provincias, incluida la de Vizcaya, en la que trabajó. En Bilbao dirigió un puente de hierro, inaugurado a principios de 1848, que fue uno de los primeros construidos en España.

Desde Bilbao marchó a Toledo, ciudad en la que, en 1849, publicó un libro sobre las calles y cementos de Vizcaya. Tres años más tarde se encontraba, ya con categoría de ingeniero jefe, como profesor de la asignatura de Caminos en la escuela.

Permaneció en ella durante los cursos 1853-1854 y 1854-1855 y a finales de este último año pasó al distrito de Obras Públicas de Madrid. Su paso por las aulas dejó algunas huellas en la recién fundada Revista de Obras Públicas y en varios libros. Sus lecciones de caminos ordinarios se plasmaron en un Manual de Caminos, publicado en 1855, que fue el primer tratado completo publicado sobre caminos en España. De sus lecciones de ferrocarriles quedaron unos apuntes litografiados, aparecidos ese mismo año 1855 bajo el título Clase de caminos de hierro. Sistemas de vías. Adición a las obras de texto. También en 1855 tradujo la Memoria histórica y teórica sobre la conservación de maderas, de P. Jousselin, a la que antepuso una introducción acerca de “Estudios sobre la madera” y añadió un epílogo con siete extensas notas. Al parecer se reeditó en 1858.

Como ingeniero del distrito de Madrid tuvo ocasión de construir las líneas de telégrafo que antes había explicado en la Escuela. Pero duró poco en el distrito. A comienzos de 1858 se encontraba como jefe en Sevilla y ese mismo año pasó a Logroño, donde publicó una Instrucción sobre viveros y arbolado. A finales de 1858 o principios de 1859 realizó el proyecto de reparación del puente de Calahorra, sobre el Cidacos, compuesto por tres tramos de madera del sistema Town, sobre pilas de sillería.

En agosto de 1859, Espinosa estaba otra vez en Madrid. Ejercía como secretario de la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos, e intervino en el dictamen sobre el proyecto del Código general de aguas de Cirilo Franquet. Por esas fechas debió de estar destinado también en la Escuela, igual que otros profesores que se ocuparon de las secretarías de sección de la Junta y, posiblemente, se encargó de la clase de Estereotomía. De ese año, 1859, data la que sería su obra más apreciada, el Manual de construcciones de albañilería, que venía a llenar un hueco en la literatura técnica en español. Contiene noticias de los estudios que se estaban efectuando en diversos países europeos y recoge las experiencias de los ingenieros de las distintas provincias. Puso al día la técnica española y dio carta de naturaleza al léxico popular usado en los trabajos de albañilería. El vocabulario recogido en un apéndice suscitó el interés de la Real Academia Española, que en 1991 reeditó el libro, junto con el Consejo General de la Arquitectura Técnica, incorporándolo a una selección de textos clásicos de la lengua.

En 1864, siendo jefe de Obras Públicas de Madrid, fue agregado a la Junta Consultiva como vocal, adscrito a las secciones 1.ª, Asuntos generales, y 3.ª, Carreteras. Tras su ascenso a inspector, a finales de 1865, quedó en la Junta Consultiva, donde, en noviembre de 1881, se le encargó la inspección de las obras de la bajada de Pajares.

En 1875, tras un paréntesis de más de tres lustros, volvió a colaborar en la Revista de Obras Públicas. Entre 1878 y 1879 publicó una reseña de puentes antiguos, que ha sido muy apreciada por los estudiosos de los puentes españoles.

En mayo de 1882 ascendió a inspector general de primera clase. En 1886, teniendo ya setenta y dos años, se le concedió la jubilación a instancia propia.

Falleció el año siguiente, dejando mujer e hijos. La Revista de Obras Públicas le dedicó una necrológica en la que afirma que formó parte de la comisión de estudios del ferrocarril del Norte entre Madrid y Ávila.

 

Obras de ~: Observaciones sobre las cales y cementos de la provincia de Vizcaya, e instrucción para el conocimiento y empleo de las cales, cementos, morteros y hormigones, Toledo, 1849; “Breve reseña de los aparejos de puentes oblicuos y de las principales memorias que de ellos tratan”, en Revista de Obras Públicas (ROP), 4 (1853); “Programa de la clase de caminos ordinarios, caminos de hierro y telegrafía”, en ROP, 5 (1854); Manual de Caminos, Madrid, R. Ballone, 1855 (2.ª ed., Madrid, Imprenta del Colegio de Sordomudos y de Ciegos, 1858); “Líneas electrotelegráficas en el distrito de Madrid”, en ROP, 21 (1857); Instrucción sobre viveros y arbolado, Logroño, 1858; Manual de construcciones de albañilería, Madrid, Imprenta de Severiano Baz, 1859 (ed. facs., Madrid, Real Academia Española-Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, 1991); “Apuntes relativos al trazado de los ferrocarriles, ancho de vía, pendientes, curvas, comparación de trazados”, en ROP, 1859; “Estadística de materiales empleados en la conservación de carreteras”, en ROP, 1859; “Observaciones relativas a los firmes de piedra machacada y a las mamposterías”, en ROP, 7 (1875); “Reseña de varios puentes construidos en España desde la antigüedad hasta principios del siglo xix”, en ROP, 16 (1878 y 1879); “Modificaciones experimentadas por ciertos materiales de construcción”, en ROP, 1 (1879); “Apuntes relativos a los materiales de construcción”, en ROP, 20 (1879).

 

Bibl.: Redacción, “Necrología”, en ROP, 23 (1887); F. Sáenz Ridruejo, Los Ingenieros de Caminos, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1993.

 

Fernando Sáenz Ridruejo

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