Herrero de Collantes, Ignacio. Marqués de Aledo (IV). Oviedo (Asturias), 2.VI.1881 – Madrid, 8.XII.1961. Banquero y académico.
Nació en el seno de una familia acomodada. Su padre, Policarpo Herrero Vázquez, era banquero y, como jefe de la familia, dirigía la más importante casa de banca de Asturias y otros negocios, entre los que sobresalían los relacionados con la minería del carbón. Su madre, María Teresa de Collantes y Arce, era hija de Antonio de Collantes y Bustamante, de Cantabria, primero dedicado a la política, después de obtener el título de licenciado en Derecho, y más tarde a los negocios, sobre todo a los mineros.
Los primeros estudios los hizo Herrero de Collantes en la escuela privada que regentaba Juan Rodríguez Muñiz. A los diez años comenzó los estudios del bachillerato en el instituto de Oviedo, que estaba en el mismo edificio que ocupaba la universidad. En esta misma completó la carrera de Derecho, Facultad muy prestigiosa por el claustro de profesores que tenía, entre ellos Herrero, Adolfo González Posada, Adolfo Álvarez Buylla, Aniceto Sela, Fermín Canella y Rafael Altamira. Licenciado en Derecho, y después de visitar con su padre París y Londres, se trasladó a Madrid para ocuparse allí del negocio de banca de la familia y tratar de ampliarlo. La Casa Herrero siempre había tenido personas de confianza representándola en la capital, pero no a un miembro de la familia. Que Ignacio Herrero estableciese su residencia en Madrid no quiere decir que olvidase su ciudad natal, en la que siguió avecindado y a la que volvía con frecuencia. En Madrid, además de atender los negocios y de asistir a las sesiones del Ateneo y a las tertulias de Fornos, no se olvidó de los viajes, de la fotografía —en su archivo llegó a tener treinta y cinco mil placas— y de los estudios sobre el pasado, ya que estaba destinado a ser banquero, como él mismo decía, tenía que buscar derivativos.
Ignacio Herrero de Collantes se casó con María Teresa Garralda y Calderón, nieta de Francisco Calderón de la Barca Collantes, marqués de Reinosa, participante en la restauración de la Monarquía en España y en la preparación de la Constitución de 1876 y que fue ministro de Gracia y Justicia y de Estado. María Teresa recibió, en 1918, el título de marquesa de Aledo, cedido por su madre, María Teresa Garralda y Montalvo, a quien había pasado de su hermana Josefa, a su vez esposa de Mariano Vergara y Pérez de Aranda, a quien le había concedido el título la Reina Regente el 3 de marzo de 1897. El matrimonio tuvo seis hijos, de los que sólo uno fue varón, Ignacio, quien más adelante fue el que sucedió a su padre al frente de los negocios de la familia.
Ignacio Herrero entró en el mundo de la política, lo que no había hecho su padre, que siempre se mantuvo al margen de ella, aunque ayudó a su hijo cuando presentó su candidatura por Oviedo, como conservador liberal, a las elecciones de 1914 al Congreso de los Diputados. Fue diputado hasta que Miguel Primo de Rivera disolvió las Cortes. Siguiendo a su amigo y correligionario José Sánchez Guerra, en ningún momento fue partidario del régimen que se había establecido, a pesar de la voluntad que hubo para atraerle, aunque ello supusiera perder influencia política y tal vez algún beneficio social.
Miembro del consejo de administración del Banco Herrero desde que en 1911 la casa de banca Herrero y Compañía se convirtió en banco. Al fallecer su padre, en 1929, accedió a la presidencia, que mantuvo hasta su muerte. En sus años de presidente el banco siguió atendiendo las peticiones razonables de créditos y contribuyendo al fomento de la riqueza, sin desatender los requerimientos de la Administración pública, y llegó a ocupar un lugar destacado en el sistema bancario español. También fue consejero, en Asturias, de Petrolífera Asturiana, de Cerámica de Langreo y de Hidroeléctrica del Cantábrico. Esta sociedad fue creada el 31 de diciembre de 1919, al terminar las obras del salto de agua de Somiedo, empresa en la que participaron los Herrero, junto con José Tartiere y Narciso Hernández Vaquero, y que tuvo un gran crecimiento a lo largo del siglo XX. A la muerte de su padre Ignacio Herrero presidió esa sociedad por espacio de diez años. Si activa fue la vida empresarial de Herrero en Asturias, no lo fue menos en Madrid, ya que ocupó puesto en el Consejo del Banco de España y en el del Banco Hispano Americano, sucediendo, en 1934, a Luis Ibáñez en la presidencia de éste. Participó Ignacio Herrero en el conocido como “Pacto de las Jarillas”, por el que quedó asegurado al Banco Urquijo el apoyo financiero del Hispano y del Herrero para llevar a cabo sus planes de reindustrialización de España. También ocupó la presidencia de Tabacalera Española y la de la Unión Española de Explosivos.
Elegido académico de número de la Real Academia de la Historia, el 6 de mayo de 1949, para ocupar el Sillón n.º 26, tomó posesión el 15 de enero de 1950, con un discurso titulado Los viajes oficiales por España de Isabel II. Le contestó Gregorio Marañón y Posadillo, quien señaló que, además de la amistad, le unía a Herrero de Collantes el afán coleccionista y que, como él, reunía una importante colección de libros de viajes, que donaría a la Academia. Fue tesorero de ésta desde el 11 de diciembre de 1950 hasta su muerte el 8 de diciembre de 1961. Tenía la Gran Cruz de Isabel la Católica y la de Beneficencia.
Publicó a sus expensas la Colección marqués de Aledo, obra de fotografías y comentarios, con volúmenes dedicados a Sevilla, Santillana del Mar, Salamanca y Ávila. Asimismo, preparó y costeó la edición de la Colección de Asturias, con los documentos que Jovellanos había reunido en el Real Instituto de Náutica y Mineralogía.
Obras de ~: Colección marqués de Aledo: Sevilla, Madrid, Gráficas Reunidas, 1932; Santillana del Mar, Madrid, Gráficas Reunidas, 1934; Salamanca, Madrid, Gráficas Reunidas, 1944; Ávila, Madrid, Gráficas Reunidas, 1947; Colección de Asturias, reunida por D. Gaspar Melchor de Jovellanos, ed. y notas de M. Ballesteros Gaibrois, Madrid, Gráficas Reunidas, 1947-1952, 4 vols.; Viajes oficiales por España de Isabel II. Discurso leído ante la Real Academia de la Historia en la recepción pública del día 15 de enero de 1950, Contestación de Gregorio Marañón Posadillo, Madrid, Real Academia de la Historia, 1950; A. H...i [A. Holinsky], Una ojeada sobre Asturias. Notas extractadas de un viaje a España, trad. y pról. de ~, Madrid, Gráficas Reunidas, 1956; Comunicaciones de los embajadores españoles en Roma y París en ocasión de la unidad italiana, 1860, Madrid, Maestre, 1956; Historiadores de Asturias anteriores a Jovellanos, Madrid, C. Bermejo, 1958; W. Stirling Maxwell, Evocación asturiana de Carlos V y relato romántico de su vida en Yuste, intr. de ~, trad. de A. Martín Gamero, Madrid, Gráficas Reunidas, 1958.
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Rafael Anes y Álvarez de Castrillón