Franco López, Gabriel. Astorga (León), 14.X.1897 – Madrid, 29.I.1972. Economista, ministro de Hacienda.
Catedrático de Economía Política y Hacienda Pública, político azañista durante la Segunda República y un largo exilio en México y Puerto Rico constituyen los principales rasgos de la rica biografía de Gabriel Ángel Santos Calixto Franco López. Hijo de Domingo Franco, médico, cursó estudios de Derecho, obtuvo en 1920 una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar Economía Política en Alemania (con Schumacher, Stepfinger, Fuchs, Wilbrandt, Pistorius, Gutmann, Sombart y Bernstein), y, a su vuelta a España, después de algunos años cerca de Flores de Lemus, obtuvo por oposición la cátedra de Economía Política y Elementos de Hacienda Pública de la Universidad de Murcia, para la que fue nombrado por Real Orden de 23 de noviembre de 1925. Después de casi tres años en esta Universidad, por Real Orden de 29 de septiembre de 1928 obtuvo el traslado a la Universidad de Zaragoza y, a los pocos meses de tomar posesión en ella, el 27 de febrero de 1930, permutó con la de Enrique Rodríguez Mata en la Universidad de Salamanca, en la que permanecería ya hasta su exilio.
Durante sus años como catedrático de Economía Política y Hacienda Pública en España, llevó a cabo una valiosa obra académica y trabajó al mismo tiempo en informes económicos para la Administración y en misiones políticas de distinta naturaleza.
En 1925, tradujo del alemán la Economía Política de Kleinwächer, un libro de texto de inspiración historicista que tendría gran éxito en España y al que el propio Franco adicionó algunas notas sobre la economía española. En 1927 publicó su conocido capítulo correspondiente a España en el libro colectivo de Hans Meyer sobre la teoría económica contemporánea, que, por su lucidez y brevedad, ha venido sirviendo desde entonces de referencia obligada sobre los estudios de economía en España desde la llamada escuela “economista” o liberal hasta Flores de Lemus.
En 1930, disertó sobre inflación y estabilización del cambio. En ese mismo año, tradujo el K. Marx de R. Wilbrandt. En 1931, tradujo, junto a Pérez Bances y Flores de Lemus, una obra menor de Seligman. Y en 1935, el Tratado Elemental de Economía Política, de Truchy, con numerosas y jugosas notas sobre la economía española.
En cuanto a su carrera política, Gabriel Franco militó, junto a otros economistas académicos, como Agustín Viñuales y Rodríguez Mata, en Acción Republicana y, más tarde, en Izquierda Republicana, contando en todo momento con la confianza del fundador de ambos partidos, Manuel Azaña, quien, apenas llegado a la presidencia del Consejo de Ministros, le nombró director del Banco Exterior de España, cargo del que dimitió en octubre de 1931. En marzo de 1933, formó parte de la Comisión Parlamentaria que viajó a Casas Viejas. En junio de ese mismo año, fue designado miembro de la Delegación española que participó en la Conferencia Económica de Londres.
Y, por Decreto de 19 de febrero de 1936, con Azaña de nuevo en la presidencia del Gobierno, fue nombrado ministro de Hacienda, cargo del que dimitiría también tres meses más tarde. Ya en plena Guerra Civil, se le encargó la delicada misión, como enviado especial del Gobierno Republicano, de comprar armas en Suiza.
Como diputado de Acción Republicana intervino muy activamente en defensa de diferentes proyectos de ley. En la sesión del Congreso de los Diputados de 4 de marzo de 1931, lo hizo en relación con el proyecto de Ley modificando el impuesto del timbre. En las de 11 y 24 de noviembre, en el debate del proyecto de Ley de Ordenación Bancaria. En la de 15 de diciembre, para contestar en nombre de la Comisión de Hacienda a las enmiendas a la totalidad de Marraco y Azarola al proyecto de Ley de Contribución sobre la Renta presentado por Carner, en cuya redacción probablemente había participado. En la de 26 de febrero de 1932, en la discusión del proyecto de ley relativa a la elevación del tipo impositivo en determinadas contribuciones.
Y en la de 18 de diciembre de este mismo año, en la discusión del presupuesto del Ministerio de Guerra. En todas sus intervenciones, Franco acreditó siempre una excelente preparación técnica, pero escasa garra política.
Como ministro de Hacienda, aparte de que nunca llegó a estar muy de acuerdo con la política económica del Frente Popular, sus tres meses en el cargo apenas le permitieron sacar adelante algún proyecto significativo. En un clima de gran desconfianza, por un Decreto de 16 de marzo de 1936 se vio obligado a establecer medidas muy restrictivas sobre la salida de capitales. Por Decreto de 2 de mayo de 1936, y en una situación de provisionalidad presupuestaria, se aprobaron los créditos correspondientes al segundo trimestre de 1936.
Al concluir la Guerra Civil, pese al conservadurismo que le atribuía el propio Azaña y a su sonada dimisión como ministro de Hacienda del Frente Popular, el Gobierno del general Franco no le perdonó sus servicios a la República y, por Orden de 25 de noviembre de 1939, fue declarado incurso en el artículo 171 de la Ley de Instrucción Pública, “por abandono del servicio”.
Aquí comenzaron sus años de exilio, primero en México, donde fue profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, y a partir de 1948 en San José de Puerto Rico, donde ejerció la cátedra de Ciencias Empresariales de la Universidad de Río Piedras, llevando una vida muy reservada y sin participar nunca en la vida política.
En 1957, publicó en Buenos Aires, con la inestimable ayuda de Claudio Sánchez Albornoz, sus Principios de Hacienda Pública, una obra equilibrada y con bibliografía muy actualizada, que mostraba claramente los profundos conocimientos hacendísticos de su autor. En 1958 apareció, con un importante estudio introductorio, su traducción de La Riqueza de las naciones, de A. Smith, en la colección del Fondo de Cultura Económica, editorial para la que ya había hecho también la traducción de Prosperidad y Depresión, de G. Haberler. En 1965, publicó en Aguilar un libro de lecturas, titulado Historia de la economía por los grandes maestros, también con un estudio introductorio.
Y, finalmente, en 1968, apareció su conocida edición facsimilar de la Theorica de Geronymo de Uztariz, publicada también en la editorial Aguilar.
Para entonces estaba ya intentando regresar definitivamente a España y acariciaba la idea de crear una biblioteca de economistas españoles de los siglos xvi a xix, que había de titularse Clásicos Españoles de la Economía.
En sus frecuentes viajes a España, trataba de obtener su rehabilitación como catedrático jubilado y como ministro cesante del Gobierno de la República con derecho a pensión, lo que conseguiría finalmente el 7 de marzo de 1968. Poco después fallecería en Madrid, completamente solo, en un hospital del barrio de Salamanca.
Obras de ~: F. Von Kleinwächter, Economía Política, trad. de la cuarta edición alemana de ~, Barcelona, Gustavo Gili, 1925; H. Meyer (ed.), Die Wirtschftstheorie der Gegenwart, trad. de ~, t. I, Viena, Julius Springer, 1927, págs. 218-235 [trad. española de M. A. Guinot Almeda, rev. por E. Lluch, en Anales de Economía (julio-septiembre de 1972), págs. 5-28]; R. Wilbrandt, Carlos Marx. Ensayo para un juicio, trad. de ~, Cénit, Madrid, 1930; Edwin R. A. Seligman, La venta a plazos. Estudio sobre el crédito a los consumidores, con especial consideración del automóvil, trad. de ~ con Pérez Bances y Flores de Lemus , Madrid, Espasa Calpe, 1931, 2 ts.; E. Truchy, Tratado elemental de Economía Política, trad. de la 4.ª edición francesa y notas sobre la economía española de ~, Madrid, Editorial Reus, 1935; Principios de Hacienda Pública [con un apéndice referente a las finanzas nacionales por el doctor Francisco Villamil], Buenos Aires, Ediciones de Ciencias Económicas SRL, 1957; Historia de la economía por los grandes maestros, Madrid, Aguilar, 1965; “Introducción” a G. de Uztariz, Theorica y Practica de Comercio y de Marina, Aguilar, Madrid, 1968.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Universidad de Zaragoza, expediente personal de G. Franco; Archivo Central de la Dirección General de Clases Pasivas, exp. 3281/1967; Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Fondo Archivo de Burgos, sign. 000590-R.
R. Calle Sáiz, La Hacienda en la II República Española, vol. II, Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, Ministerio de Hacienda, 1981, págs. 1240 y ss.; Cincuenta años de exilio español en Puerto Rico y el Caribe, 1939-1989, La Coruña, Edicios do Castro, 1991, pág. 25; M. Martín Rodríguez, “Gabriel Franco, un economista del exilio del 39”, en E. Fuentes Quintana (dir.), Economía y economistas españoles. 6, La modernización de los estudios de economía, Madrid, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2000, págs. 431-448; J. M. Martínez Valdueza y C. Seco Martínez, Las elecciones generales de 1936 en León y su provincia, León, Lobo Sapiens, 2007, págs. 213-214.
Manuel Martín Rodríguez