Goy de Silva, Ramón. Ferrol (La Coruña), 29.III.1883 – Madrid, 10.X.1962. Poeta, dramaturgo y narrador.
El escritor nació en Ferrol, en 1883, fecha que contradice la mayoría de las referencias bibliográficas existentes al respecto, puesto que gran parte de los críticos sitúan su nacimiento en 1888, retraso cronológico también habitual en otros escritores de la misma época (Cristóbal de Castro, Álvaro Retana, etc.) y que en este caso pudiera buscar, además de la ocultación de la edad real, la coincidencia con la fecha de edición de uno de los hitos del Modernismo hispánico: Azul…, de Rubén Darío. Su nombre auténtico era Ramón Segundo Goy y Silva y fue bautizado en la iglesia de San Julián, el 14 de abril de 1883.
Sus padres se llamaban Roque Goy Prado y Francisca Silva Balaguer y vivían en el n.º 90 de la calle Frutos Saavedra, en la población coruñesa indicada. La familia pertenecía a una clase media acomodada; el padre era por entonces militar jubilado y maestro del asilo de su ciudad, con inquietudes científicas, fruto de las cuales fue la edición de un libro de astronomía, redactado en forma epistolar y dirigido a su hijo, titulado Estrellas siderales (1889), del que puede existir algún eco, al menos en el título, en la posterior recopilación poética de Goy de Silva, Antenas siderales (1927). A la muerte del padre en 1892, cuando Ramón aún no contaba diez años de edad, la viuda y los huérfanos (cuatro hermanos: Araceli, Angélica, Mercedes y Ramón) se trasladaron a vivir a La Coruña. Varios años más tarde, en 1897, todos ellos marcharon a Madrid y habitaron en la calle Príncipe de Vergara, n.º 12.
A partir de entonces, Goy de Silva fue un madrileño más de adopción, y sólo abandΩonó la capital para viajar a la tierra natal o a diversos lugares de la geografía nacional, entre los que se encuentra Córdoba, o al norte de África, como corresponsal de guerra en la década de 1920.
Tras cumplir el servicio militar, en 1904, se tiene noticia de que estrenó dos comedias en teatros de provincias (cuyos textos están en paradero desconocido); la primera, El puntal, en dos actos, se estrenó en 1906, en el teatro de Rojas, de Toledo; la segunda, La institutriz, en colaboración con el infante Fernando Borbón Braganza, en el mismo año, en el teatro Arriaga, de Bilbao. Esta última se repuso en el teatro New-England, de Ferrol, en 1908.
Su carrera literaria presenta algunos hitos importantes en el ámbito teatral y en el poético, por los que obtuvo cierto reconocimiento oficial, como la concesión, en 1911, del Premio de la Academia de Poesía, que le entregó el rey Alfonso XIII en persona, en el Ateneo de Madrid, por el libro (inédito) La caja de Pandora. A partir de entonces se relacionó con Emilia Pardo Bazán, que lo felicitó en el acto, y con Benito Pérez Galdós, que se había erigido en protector de Goy, desde un poco antes, y que escribiría en Le Temps, de París, un comentario afectuoso ocasionado por la pieza teatral La Corte del Cuervo Blanco, del joven escritor gallego, que don Benito incluso anteponía a la comedia simbolista Chantecler, de Edmond Rostand.
Estrenó y editó varias obras teatrales al mismo tiempo que frecuentó algunos círculos literarios de carácter modernista y decadente, un tanto influidos por la figura de Oscar Wilde, al que Goy seguía también en sus tendencias homosexuales, algo que se documenta con cierta frecuencia en las memorias de diversos escritores de la época, como Cansinos Assens. El hecho es que el personaje nunca contrajo matrimonio y parece ser que sufrió algún tipo de marginación por tal actitud e incluso alguna broma pesada por parte de sus propios paisanos, ya tardíamente, en 1958, al ser arrojado a un pilón de agua, cosa que hizo que no volviese más a Ferrol. Quizás por esta preferencia sexual el personaje llevó una vida retraída y un tanto ajena a muchos de los cenáculos de la época, hasta tal punto que en algún momento, en 1918, se difundió en una publicación barcelonesa la noticia de su muerte.
Fue, algo después, corresponsal de la Guerra de Marruecos (1921-1922), para el periódico La Correspondencia de España, cuyas crónicas se recogieron luego en un libro, Borrón y cuenta nueva (1923), un texto que tuvo problemas con la censura del general Primo de Rivera. Viajó también por el sur de España —Sevilla y Granada—, y en estos viajes escribió crónicas en la misma publicación periódica madrileña.
Su dedicación profesional fue, posteriormente, un empleo de funcionario que había obtenido a raíz de la instauración de la República, “Redactor de documentos de la presidencia”, que simultaneó con otras actividades, tales como el comercio de obras de arte, que venía ejerciendo desde hacía varios lustros, solo o en colaboración con algún amigo, como Isaac del Vando Villar, el jefe del Movimiento Ultraísta, en denominación de Cansinos. El episodio mercantil hay que situarlo en la década de 1920, quizás antes de la llegada de la República, aunque se desarrolló hasta su muerte.
Sus años de funcionario de la República acabaron con la Guerra Civil, etapa que pasó refugiado en una embajada; después compareció ante el Juzgado Militar por desafecto al régimen (12 de abril de 1939), con el resultado de internamiento en la cárcel, primero en el Ministerio de la Marina y más tarde en Guadalajara. Los cargos principales se basaban en haber sido hombre de confianza de Manuel Azaña, de manera especial en los últimos meses de su cargo.
Su actividad literaria se resintió durante esta etapa, y apenas publicó media docena de poemas en el ABC, diario con el que siguió colaborando hasta los años finales de su vida.
La última etapa la pasó dedicado al comercio de arte, empresa que le produjo pingües beneficios, aunque al parecer dilapidaba el dinero tan pronto como lo obtenía; en su casa existía una nutrida pinacoteca, que alcanzaba el número de ciento veintiocho cuadros en 1955; en ella figuraban lienzos de los más importantes pintores: Murillo, Zurbarán, El Greco, Velázquez, Goya, etc. Con el paso del tiempo fue regalando algunos cuadros a instituciones y a amigos, algo que siguió haciendo la heredera y cuidadora del escritor, su sobrina María del Carmen Varela Goy, hija de su hermana Araceli. Por estos años se hizo más estrecha su amistad con la familia del doctor Enrique Luque, de Córdoba, al que había conocido durante su etapa de corresponsal de guerra en el norte de África (1921-1922); esta relación amistosa se prolongó hasta la muerte del escritor.
Su salud empezó a flaquear; sufrió una trombosis cerebral precisamente cuando asistía a una representación teatral acompañado del doctor Luque y de su esposa.
Se restableció un poco de estos problemas, pero la muerte le llegó el día 10 de octubre de 1962, a las diez menos cuarto de la mañana, tras recibir los santos sacramentos. Murió sin hacer testamento, a causa de un carcinoma de faringe. Su último domicilio estuvo situado en la calle Lista (hoy Ortega y Gasset), en el n.º 61, bajo, derecha, de Madrid. Su cuerpo descansa en el cementerio de la Almudena.
La obra literaria de Ramón Goy de Silva se puede agrupar en tres tendencias genéricas: poesía lírica, drama y relato breve, aunque es citado habitualmente como un dramaturgo innovador de tendencia simbolista. En las primeras fases de su carrera literaria, está influido por diversos autores europeos, como Maurice Maeterlinck, Oscar Wilde, Gabriel D’Annunzio y Eugenio de Castro, en cuya constatación se advierte también el carácter internacional que presenta el movimiento simbolista, como si el escritor español estuviese asumiendo la parte propiamente hispánica del Simbolismo.
Además de una abundante poesía dispersa en publicaciones del primer tercio del siglo xx, el escritor recopiló en un volumen gran parte de la misma, en la que se mezclan elementos modernistas con otros de tipo vanguardista, sobre todo relacionados con el Ultraísmo. La publicación aparece en 1927, bajo el título de Cuenta de la lavandera, y está seguida de otras dos recopilaciones, Vía Iris y Antenas siderales.
El texto se presenta ante el lector con un prurito de originalidad, de rechazo de las tendencias anteriores, algo muy propio de las vanguardias.
En el ámbito teatral cultivó la tendencia del poema dramático, pieza breve de carácter lírico, con escasa acción, en la línea de la Salomé, de Oscar Wilde, con la que están relacionados sus libros Sueños de noches lejanas (1912), La de los siete pecados (1913) y El libro de las danzarinas (1951), llenos de personajes bíblicos y orientales, aunque la pieza más importante de todas ellas es La Reina Silencio (1911), que no tiene parangón con ninguna otra obra de Goy, por el tratamiento humanizante de la Muerte, que suele considerarse tema fundamental de la corriente simbolista. A estas obras se pueden añadir otras parecidas, como El eco (1913), La corte del cuervo blanco (1914), comedia de animales, Sirenas mudas (1915) y Juicio de bufón, cuya fecha de redacción es coetánea de las anteriormente mencionadas, pero que se editó tardíamente, en 1955.
Menos relevantes son sus textos narrativos en prosa, cuentos breves de variada tipología y rasgos costumbristas, que vieron la luz en diversas publicaciones periódicas y se recopilaron luego en pequeños volúmenes en la década de 1950; entre ellos están Mientras cantaban las ocarinas, Viaje a Belén, de tema navideño, Las educandas y Doña Gárgola.
Obras de ~: Poesía: Cuenta de la lavandera. Vía Iris. Antenas siderales, Madrid, Imprenta G. Hernández y Galo Sáez, 1927; La poesía de Ramón Goy de Silva. Antología crítica, ed. de R. L. Landeira, Ferrol, Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 1989. Teatro: La Reina Silencio. Tragedia, Madrid, Imprenta Casa Vidal, 1911; Sueños de noches lejanas, Madrid, Imprenta Helénica, 1912; El Eco. Drama en tres actos y en prosa, Madrid, R. Velasco, 1913; La de los siete pecados (El libro de las danzarinas), Madrid, R. Velasco, 1913; La Corte del Cuervo Blanco. Fábula escénica en cuatro jornadas, en prosa, y un prólogo en verso, cubierta e ils. en color de J. Zamora, Madrid, R. Velasco, 1914; El reino de los parias, palabras liminares de J. Grau, ofrenda de F. Villaespesa e ils. de F. Escriña, Madrid, Sáez Hermanos, 1915; Sirenas mudas. Drama en tres actos, portada e ils. interiores de J. Zamora, Madrid, Sociedad General Española de Librería, 1915; Salomé, con una trad. del poema de Oscar Wilde, Madrid, Afrodisio Aguado, 1950; Teatro escogido: La reina silencio, La corte del cuervo blanco, Juicio de bufón, Esther, espejo de amor. Con unas confesiones del autor, Madrid, Aguilar, 1955. Prosa: Borrón y cuenta nueva. Crónicas de Marruecos, Alcoy, Imprenta E. Insa, 1923; Mientras cantaban las ocarinas, Madrid, Afrodisio Aguado, 1949; Viaje a Belén. Cuentos para recreo y enseñanza de los niños hasta los ciento y pico de años, Madrid, Afrodisio Aguado, 1949; Las educandas. Diario de una colegiala, Madrid, Afrodisio Aguado, 1950; Doña Gárgola, Madrid, Afrodisio Aguado, 1951; Obras escogidas de Ramón Goy de Silva, ed. de R. L. Landeira, Ferrol, Concello de Ferrol, 1995.
Bibl.: R. Cansinos-Assens, Salomé en la literatura […], Madrid, América, 1919; La novela de un literato (Hombres, Ideas, Efemérides, Anécdotas...), Madrid, Alianza, 1982, 1985 y 1995, 3 vols.; J. Toledano Molina, “Teatro simbolista en España: algunas formas del poema dramático”, en J. Villegas (ed.), Encuentros y desencuentros de culturas: Siglos xix y xx [Actas del XI Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Universidad de California Irvine-92], vol. IV [Los Ángeles], University of California, 1994, págs. 97-105; J. Toledano Molina, “Una aportación al teatro simbolista en España: los dramas de Ramón Goy de Silva”, en D. W. Flitter (ed.), Actas del XII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Birmingham 1995, t. IV. Del Romanticismo a la Guerra Civil, Birmingham, University, 1998, págs. 275-283; R. Cansinos- Assens, Obra crítica, Sevilla, Diputación, 1998, 2 vols.; J. Toledano Molina, “En la periferia del Ultraísmo: la poesía de Goy De Silva”, en F. Sevilla y C. Alvar, Actas del XIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Madrid, 1998, vol. II, Madrid, Castalia, 2000, págs. 772-778; J. Toledano Molina, El sueño simbolista. Vida y obra de Ramón Goy de Silva (1883-1962), Córdoba, Diputación Provincial, 2005; M. Palenque, “La Judith (1910) de Ramón Goy de Silva en la revista Prometeo”, en Testi e Linguaggio, 3 (2009), págs. 231- 250.
Juana Toledano Molina