Orense Milá de Aragón y Herrero, José María. Marqués de Albaida (IX). Laredo (Cantabria), 28.X.1803 – Astillero (Cantabria), 29.X.1880. Político.
De familia noble de origen valenciano y asentada en Palencia y Cantabria. Su abuelo, Francisco Milán de Aragón, fue prócer del Reino (1834-1835). Hijo de Concepción Herrero y de Francisco Orense de Rábago (1781-1846), defensor de Gerona en la Guerra de la Independencia y conspirador, junto a Luis de Lacy (1775-1817) y Francisco Miláns del Bosch (1769-1834), contra Fernando VII en 1816. Fue además procurador (1834) y senador electivo (1843-1844). Su hermano Francisco de Paula (1808- 1865), barón de Adzaneta, fue diputado por Palencia en 1846 y 1850. Su hijo, Antonio Orense y Lizaur, diputado por Gerona en dos ocasiones (1872, elecciones de 2 de abril y 24 de agosto) y Palencia (1873, elecciones de 10 de mayo), no abonó los derechos fiscales a la Hacienda por la sucesión en el título, que quedó vacante y recayó en persona ajena a la familia.
Orense estudió las primeras letras en Bilbao y Filosofía en la Universidad de Oñate. Durante el trienio se alistó en las filas de la Milicia Nacional de Voluntarios de Laredo y en 1823 defendió la villa de la invasión francesa. Tras triunfar ésta, consiguió pasar exiliado a Francia y del país vecino —poco propicio en aquel momento a las ideas progresistas— a Gran Bretaña. En Londres formó parte del grupo de emigrados españoles, realizando estudios sobre la política y la administración de las islas. Al parecer, socorrió económicamente a algunos también exiliados, como el anciano magistrado aragonés Juan Romero Alpuente. En 1827 casó en la capital británica con Gertrudis Lizaur, de familia acaudalada y originaria de la localidad santanderina de Ramales.
A la muerte de Fernando VII, en 1833, regresó a la Península y se estableció en la provincia de Santander. Al estallar la Primera Guerra Carlista marchó a la ciudad de Santander y a Santoña. Cuando abandonó la región el general Sarsfield, encargado de sofocar la rebelión, se convocó un ayuntamiento general para la defensa del país y Orense resultó elegido diputado de la Junta de Armamento y Defensa el 18 de noviembre.
A partir del año 1834 apareció implicado en distintas conspiraciones para el restablecimiento de la Constitución de 1812 y pasó largos períodos en cárceles de Santander y, sobre todo, Madrid. Colaboró en los periódicos El Duende Liberal y El Tribuno. Durante el mes de agosto de 1836 se encontraba en La Granja, aunque negó tener participación alguna en el motín de los sargentos de 12 de agosto que supuso la puesta en vigor de nuevo de la Constitución doceañista. El 18 de noviembre del mismo año fue detenido y encarcelado, por lo que presentó una solicitud a la Comisión de Examen de Infracciones de la Constitución de las Cortes Constituyentes. Recabada información al juez de primera instancia, éste manifestó que se había dispuesto su libertad y que la causa era secreta, por lo que rendiría cuenta más extensamente cuando pudiera hacerlo (Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes, 2 de diciembre de 1836, apéndice al n.º 45).
En 1837 y 1838 viajó por Castilla y volvió a Santander para hacerse cargo de sus propiedades en Ramales, donde tenía unas ferrerías. Salió hacia Francia a finales de 1838 en circunstancias confusas, que propiciaron un largo debate años después, en las Cortes Constituyentes de 1856, con el general O’Donnell, que lo acusó de connivencia con los carlistas basándose en un panfleto anónimo publicado en Palencia (Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes, 24 de enero de 1856, n.º 297: 10160-10167). Regresó a Ramales después de la batalla de Guardamino (13 de mayo de 1839) y en 1841 volvió a Madrid, donde estaba el 7 de octubre entre los defensores del Palacio Real frente al intento de golpe de los generales Concha, Pezuela, Borso di Carminati y Diego de León, que fracasó.
En septiembre de 1844 fue elegido diputado por la circunscripción de Palencia, lo que le convirtió en el único representante del Partido Progresista en el Congreso. Interpeló al Gobierno con motivo del proyecto de ley para la dotación de culto y clero (17 de diciembre de 1844 y 16 de enero de 1845), la enajenación de conventos desamortizados (15 de abril de 1845) y los ataques a la libertad de imprenta (24 y 31 de enero de 1846), entre otros asuntos.
El 14 de septiembre de 1846 inquirió al Gobierno sobre la boda de la infanta Luisa Fernanda con el duque de Montpensier, deseando conocer si se iba a celebrar inmediatamente o se iba a esperar a que estuviera asegurada la sucesión de la reina Isabel II. En un amplio debate, manifestó la inconveniencia de que la infanta casara con un príncipe francés y se decantó por un pretendiente portugués “para que en el caso de llegar a faltar la descendencia de nuestra Reina, las dos Coronas se reuniesen”. En líneas generales, se declaró contrario a la influencia francesa en la política española y a favor de la británica. Orense solicitó votación separada para el matrimonio de la infanta y fue el único diputado que votó en contra del enlace (Diario de las Sesiones de Cortes, Congreso de los Diputados, n.º 50, 18 de septiembre de 1846: 890-899).
Los años siguientes fueron de gran activismo político e intelectual para el marqués de Albaida. En 1847 publicó el folleto ¿Qué hará en el poder el partido progresista? y en 1848 Los presupuestos como los desea el pueblo español, o sea, proyecto de enmienda a los de la Comisión del Congreso de Diputados y del Gobierno. Ambos opúsculos se centran fundamentalmente en cuestiones presupuestarias, puesto que José María Orense pertenecía a la Comisión correspondiente del Congreso. El primero finaliza con una síntesis del programa político que proponía el marqués y que incluía las garantías de la seguridad individual y el hogar, el respeto a la propiedad de toda clase, el derecho de asociación sin restricciones, la libertad de imprenta y el sufragio universal. En este mismo año publicó varios escritos en contra del Concordato con la Santa Sede e interpeló al Gobierno sobre “la libre introducción de las harinas de Castilla en la isla de Cuba” (Diario de las Sesiones de Cortes, Congreso de los Diputados, n.º 8, 24 de noviembre de 1847: 64-65).
En 1848 se encontraba entre los implicados en los incidentes del 26 de marzo en Madrid, reflejo de la Revolución que había acabado en febrero en Francia con la Monarquía de Luis Felipe de Orleans. Le acompañaron en la intentona Fernando Garrido, Sixto Cámara y Ordax Avecilla. Hubo un segundo episodio el 7 de mayo —esta vez con las características de un pronunciamiento militar— que fue fácilmente sofocado por los generales Narváez y Fernández de Córdoba. A consecuencia de estos intentos tuvo que exiliarse a San Juan de Luz. El 22 de diciembre de 1848 el ministro de Gracia y Justicia, Lorenzo Arrazola, comunicó al Congreso que a Orense y al también diputado Patricio de la Escosura se les seguía una causa “por creerlos autores y principales promovedores de los planes revolucionarios que hace algún tiempo se están fraguando en los pueblos de Francia inmediatos a nuestra frontera para destruir la Constitución del Estado” (Diario de las Sesiones de Cortes, Congreso de los Diputados, n.º 50, 27 de diciembre de 1848: 35).
En 1849 publicó desde Biarritz una carta dirigida a Rafael María Baralt y Nemesio Fernández Cuesta que habían replicado a su anterior “¿Qué hará en el poder el partido progresista?”. En esta carta, bajo el título genérico de “Apéndice a los programas políticos”, afirma que un sistema político no es un fin, sino un medio de llegar a un buen sistema económico y social”. Propone como modelo a seguir a los Estados Unidos.
Fue condenado a veintisiete meses de presidio correccional en Valladolid en 1850 por su participación en nuevas conspiraciones contra el duque de Valencia. Su hermano Francisco de Paula renunció a su acta de diputado por negársele el indulto a José María, que no quiso pedirlo al Gobierno encabezado por el mismo Narváez. Francisco de Paula volvió a ser elegido en las elecciones del mismo año 1850 (31 de agosto). José María Orense fue amnistiado y elegido diputado de nuevo en 1851 (10 de mayo). Tuvo algunas intervenciones en materia de obras públicas en el Pleno del Congreso (30 de junio, 29 de julio) pero pronto se exilió a Bruselas. Desde allí, dirigió un manifiesto a los electores de Palencia reclamándoles su voto para volver al Congreso de los Diputados. En este documento ampliaba su programa político con la “libertad de enseñanza, por medio de la reducción de Universidades; la descentralización administrativa, provincial y municipal; la elección de alcaldes por los pueblos; la milicia nacional; el libre cambio; la libertad de Bancos; el repartimiento de los terrenos baldíos, realengo y comunes; la enseñanza gratuita para los pobres; asilos para enfermos, impedidos o sin trabajo”.
La Revolución de junio de 1854, que culminaría en el “Manifiesto de Manzanares”, le sorprendió en Palencia. Se trasladó a Madrid y aceptó la presidencia del Círculo de la Unión, al que se vincularon los elementos más radicales de los progresistas. Encabezó el motín llamado “de los Basilios” (28 de agosto), en referencia al antiguo convento y teatro de la esquina de las calles Desengaño y Valverde de Madrid, por lo que fue encarcelado y tuvo que salir de nuevo de España. Finalmente, en la elecciones de 1854 (4 de octubre) resultó elegido de nuevo diputado por la circunscripción palentina para las Cortes Constituyentes. Formó parte de los diecinueve diputados que votaron la supresión de la Monarquía en la sesión de 30 de noviembre de ese año.
En la legislatura de 1854-1856 tuvo una participación muy activa como diputado y no sólo en el debate constitucional. Presentó numerosas iniciativas en relación con las incompatibilidades de los diputados, los derechos de consumos y puertas, las matrículas de mar, los ferrocarriles, la mejoras de las relaciones con las repúblicas hispanoamericanas, los presupuestos, las obras públicas, el Ejército y la Marina, el establecimiento de bancos y otros.
El 14 de julio de 1856 la Reina cesó a Espartero y nombró primer ministro a O’Donnell, que recibió un voto de censura de las Cortes. Las disolvió el 2 de septiembre. Orense fue uno de los organizadores del levantamiento de la Milicia Nacional contra el nuevo Gobierno, sofocado de inmediato por el Ejército. Resultó detenido, encarcelado y desterrado de nuevo. En 1858 publicó el folleto “Lo que hará en el poder el Partido Democrático y… el Partido Progresista”, significándose como uno de los líderes de la nueva formación política, el Partido Democrático, de signo ya claramente republicano. Añadió a su programa la abolición de la pena de muerte. Desde 1865 presidió la Sociedad Abolicionista de la Esclavitud.
Según su biógrafo Rafael María de Labra, “su exterior era sencillo y plácido. Estatura regular; el pelo cortado a la inglesa; la cara toda afeitada; los ojos pequeños, pero vibrantes; la boca recogida y la fisonomía en general, mas propia de un reverendo campechano y su poquito marrullero, que de un revolucionario impenitente. Vestía siempre con pulcritud, pero sin lujo; sus maneras, distinguidas; su conversación, amena; y su trato, llano y afectuoso hasta lo indecible”.
En abril de 1860 se produjo el desembarco del general Ortega, capitán general de Baleares, con más de tres mil hombres en San Carlos de la Rápita. Le acompañaba el conde de Montemolín, pretendiente carlista. Ortega fue detenido y condenado a muerte, mientras que Carlos Luis de Borbón renunció a sus derechos dinásticos. Orense se encontraba en Valencia y se ordenó su detención, pero pronto se le puso en libertad por no tener participación en los hechos. En 1863 publicó el libro Treinta años de gobierno representativo en España. En él denunciaba la corrupción electoral, criticaba la política moderada y exponía por extenso su programa político.
Fue aclamado como presidente del Comité Democrático en el mitin celebrado en el Teatro Circo de Madrid en enero de 1866. Unos días después, el fracasado levantamiento del general Prim le obligó a exiliarse de nuevo a Burdeos, desde donde continuó su actividad política. En agosto de 1866 se firmó el Pacto de Ostende, por el que demócratas y progresistas se comprometían a poner fin al reinado de Isabel II y convocar una Asamblea Constituyente que habría de decidir sobre la forma de gobierno. A este pacto se unió la Unión Liberal, con la condición del respeto por la forma monárquica.
La Revolución de septiembre de 1868 le permitió el regreso a la Península. Entró por Barcelona, donde presidió la reunión, en el Teatro del Liceo, que proclamó la república federal como forma de estado. Viajó después a Madrid, Santander, Valladolid y Andalucía. Fue elegido diputado para las Constituyentes por Valencia en las elecciones de 15 de enero de 1869 y tuvo un papel muy activo en el debate constitucional, defendiendo sus posiciones históricas: abolición de la pena de muerte, de la esclavitud y de las quintas y las matrículas de mar, incompatibilidad de los diputados con cualquier empleo público retribuido, extensión del sufragio a todos los varones mayores de veinte años y libertad de cultos y profesiones.
En relación con el artículo 33 del proyecto constitucional formuló una enmienda con el texto “la forma de Gobierno de la nación española es la República Democrática Federal”, que resultó derrotada. Abandonó el Congreso y marchó a Murcia. De allí, a Béjar, uniéndose a la sublevación republicana. Detenido en Valdelajabes, fue conducido a Salamanca donde un Consejo de Guerra lo condenó a muerte. Se le conmutó la pena por la de destierro y marchó a Bayona. Allí, según denuncia el diputado constituyente García López en la sesión de 5 de marzo de 1870, fue hostigado por las autoridades francesas. Amnistiado, regresó a las provincias vascas. Tras la derrota y caída de Napoleón III en Sedán (1 de septiembre), promovió la formación de una legación española de la que formó parte su hijo Antonio y marchó a Tours —sede del Gobierno de Defensa Nacional de Francia—, donde pronunció un discurso preconizando la federación latina y la instauración de la república universal.
Por encontrarse ausente, no participó en la sesión de 16 de noviembre de 1870 en la que se votó como Rey de España al duque de Aosta, Amadeo de Saboya. Resultó elegido diputado en las elecciones de 1871 (8 de marzo, por Valencia), 1872 (24 de agosto, por Barcelona) y —tras la renuncia de Amadeo el 11 de febrero— 1873 (10 de mayo, por Palencia). El 16 de abril de 1872 fue elegido senador por la provincia de Santander. El 3 de octubre de 1872 presentó en el Congreso una proposición de ley sobre separación de la Iglesia y el Estado.
En la sesión de apertura de las Cortes Constituyentes de la República Española celebrada el domingo 1 de junio de 1873 fue presidente de edad y resultó elegido presidente interino por unanimidad. El sábado 7 de junio fue elegido de nuevo presidente de la Cámara y el domingo 8 votó afirmativamente la proposición de ley que declara como “forma de gobierno de la República española la República democrática federal”. El 9 de junio renunció a la Presidencia. Una proposición no de ley aprobada por las Cortes lo proclamó “patriarca de la República española, que ni un solo instante ha dejado de merecer la confianza de la Cámara”.
Se exilió de nuevo a Francia tras la restauración monárquica de 1874 y volvió a España en 1877. Falleció en Astillero (Santander) en 1880, con su patrimonio muy mermado.
Fue autor de numerosas colaboraciones en los periódicos El Duende Liberal, El Tribuno, La Soberanía Nacional, El Pueblo y La Discusión.
Obras de ~: Qué hará en el poder el Partido Progresista?, Madrid, La Ilustración, 1847; Los Presupuestos como los desea el pueblo español: o sea, proyecto de enmienda a los de la Comisión del Congreso […] y del Gobierno, Madrid, Imprenta del Siglo, 1848; A l’Assemllée nationale, Pau, Imp. de Veronese, 1848; con F. Mendialdúa, Apéndice a los programas políticos, Madrid, Celestino G. Álvarez, 1849; Demostración de que las reformas propuestas por Orense están ya ensayadas, y que en donde la mayoría de ellas se practican, hay orden público respecto a la propiedad y a la familia, y ningún temor a las revoluciones que ha habido, y se temen en los otros países, Bayona, Impr. de P. Lespès, 1851; Sistema del gobierno español en materia de elecciones, Bayona, Lespès, 1851; Sres. electores del distrito de Palencia, Bayona, Lespès, 1851; Histoire du parti libéral en Espagne, trad. de L. Avril, Bruselas Impr. de J. H. Briard, 1853; Lo que hará en el poder el Partido Democrático y lo que hará en el poder el Partido Progresista, Madrid, La América, 1858; Los fueros, Madrid, Anselmo Santa Coloma, 1859; La democracia tal cual es, Madrid, J. A. García, 1862; Treinta años de gobierno representativo en España, Madrid, Juan Antonio García, 1863 (reed. 1865); Ventajas de la República Federal, Madrid, Juan Antonio García, 1869 (reed. 1870); Derecho público republicanodemocrático- federal, Madrid, Juan Fernández, 1870 (también ed. en Bayona, Impr. de la Vda. de Lamaignière, 1870); “Las reformas republicanas”, en F. Díaz Quintero (dir.), Enciclopedia Republicana Federal Social, Madrid, Impr. de T. Rey, 1871, págs. 137-174; La empleocracia, Madrid, García, 1872; La salvación de España: basada en una plan reformista, político y administrativo, Madrid, Impr. de P. Aienzo, 1873.
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Barón de Parla-Verdades, Madrid al daguerrotipo, Madrid, L. García, 1849; Semb lanzas de los 340 diputados a Cortes que han figurado en la legislatura de 1849-1850, Madrid, Gabriel Gil, 1850; E. Tajuelo Gallardo, El libro de los diputados o fisonomía del Congreso de 1851, Madrid, José María Ducazcal, 1851; Causa formada al ex-diputado D. José María de Orense, Marqués de Albayda, Valladolid, Dámaso Santaen, 1851; J. Vallejo, Cortes Constituyentes: galería de representantes del pueblo, 1854-1856; J. Rico y Amat, El libro de los diputados y senadores, Madrid, Vicente y Labajos, 1862-1866; E. Rodríguez Solís, Biografías de los diputados a Cortes de la Asamblea Constituyente de 1869, t. I, Madrid, Tomás Alonso, 1869, págs. 238-250; Los diputados pintados por sus hechos, Madrid, R. Labajos y Cía., 1869-1870; P. D. Montes, Anales históricos de la revolución política en España, Madrid, Elizalde y Cía., 1870; F. Cañamaque, Los oradores de 1869, Madrid, Simón y Osler, 1879; M. Segovia, Figuras y figurones, t. VI, Madrid, Impr. de D. Molina, 1881 (2.ª ed.); R. M.ª de Labra, Don José María Orense (Marqués de Albaida): estudio biográfico, Madrid, Aurelio J. Alaria, 1882; E. Rodríguez-Solís, Historia del Partido Republicano español, t. II, Madrid, Imprenta de F. Cao y D. de Cal, 1893, págs. 403-405 y 537-538; M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo xix, Madrid, J. Palacios, 1903, pág. 315; C. Roure, Recuerdos de mi larga vida, t. III, Barcelona, El Diluvio, 1927, págs. 123-127; F. Rispa Perpiñá, Cincuenta años de conspirador, Barcelona, Vilella, 1932, págs. 115-136; A. Eiras Roel, El Partido Demócrata Español (1849-1868), Madrid, Rialp, 1961; A. Laguna Platero, “José María Orense, ideólogo del partido demócrata español”, en Hispania, 157 (1984), págs. 343-368; A. Gil Novales (dir.), Diccionario biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991; A. Moliner Prada (est. prelim.), Lesseps y los políticos españoles (el informe de 1848), Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil Albert, 1993; N. Townson (ed.), El republicanismo en España (1830-1977), Madrid, Alianza, 1994, págs. 33-85; J. Alvarado (coord.), Poder, economía, clientelismo, Madrid, Marcial Pons, 1997, págs. 173-175; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quién hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998; G. de la Fuente, Los revolucionarios de 1868, Madrid, Marcial Pons, 2000, págs. 26-27 y 48; J. Paniagua y J. A. Piqueras (dirs.), Diccionario biográfico de políticos valencianos, 1810-2003, Valencia, Institució Alfons el Magnànim, 2003.
Mateo Maciá