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Eduardo Chao Fernández

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Biografía

Chao Fernández, Eduardo. Ribadavia (Orense), 5.XI.1821 – Madrid, 21.XII.1887. Escritor y político republicano.

Hijo primogénito de Francisca Fernández y José María Chao Rodríguez (Leiro, Rivadavia, 1790-Vigo, Pontevedra, 1858), nació en el seno de una familia acomodada. Su padre, farmacéutico de Rivadavia de ideas liberales, combatiente de la Guerra de la Independencia y miliciano del Trienio, fue perseguido durante la década absolutista, en la que sufrió la confiscación de sus bienes, dos años de encarcelamiento y otros cuatro de confinamiento. En estas circunstancias, la familia se trasladó a la ciudad de Vigo, donde Chao cursó los primeros estudios, pasando luego a la Universidad compostelana, donde cursó la carrera de Farmacia, al tiempo que se batía con los carlistas en la acción de La Bacolla. Vuelto a Vigo, se alistó en la Milicia Nacional y tomó parte en el alzamiento de septiembre de 1840 (que sacó nuevamente de la cárcel a su padre, ya destacado progresista gallego). Escribió entonces su primer folleto, sobre las causas de la revolución de ese año, en el que hacía profesión de fe republicana y esparterista, y marchó inmediatamente a Madrid. En la capital encontró colocación como redactor de la Gaceta (1840-1843) y publicó otro folleto, Los republicanos y la época, donde se reafirmaba en sus ideas democráticas, que también plasmó en sus colaboraciones periodísticas de El Huracán (1840), El Argos y Guindilla (1842). Al caer el regente Espartero, Chao fue encarcelado por conspirar, al tiempo que su padre emigraba a Portugal por haberse destacado como miembro de la Junta revolucionaria de Santiago (1843). Enemigo del trono y del moderantismo en el poder, siguió publicando en El Espectador (1841-1848), aunque la censura le llevó a dejar el periodismo para concentrarse en escribir libros sobre la historia reciente (Zurbano, La guerra de Cataluña), un Diccionario de la Política, junto a Antonio Romero Ortiz y Manuel Ruiz de Quevedo, y otros reputados trabajos literarios y científicos; como prologar Espartero, páginas contemporáneas (1846), traducir a Víctor Hugo (Nuestra Señora de París, 1847), editar la Democracia en América, de Tocqueville, con un estudio referido a España (1854), fundar la Revista Químico- Farmacéutica de Madrid, luego Revista Matritense de Farmacia... (1850-1851), y la Biblioteca del Hombre Libre (de su propiedad), o dirigir la prestigiosa Biblioteca Ilustrada de la editorial Gaspar y Roig. Entre esta ingente y polifacética labor de publicista destacó la continuación que hizo para dicha editorial de la Historia General de España del padre Mariana, hasta 1848. Año éste en que participó en el frustrado levantamiento progresista del 7 de mayo en Madrid. En agosto de 1849 contrajo matrimonio con la riojana Rosario Cabezón, que murió seis años después, dejando una hija de nombre homónimo.

En 1854, como militante ya del Partido Demócrata, Chao intervino activamente en la revolución de julio, preparando a la opinión pública con el periódico clandestino El Murciélago e, iniciada la lucha, asistiendo a las barricadas (momento en que fue detenido hasta la caída del gobierno moderado) y presidiendo la junta revolucionaria de un barrio de Madrid. Pensando que la situación política podía desembocar en la proclamación de la república con Espartero de presidente, aceptó de este general progresista un empleo de oficial en el Ministerio de la Gobernación, destino al que renunció poco después por estar en desacuerdo con la marcha de la revolución. En ese mismo año fue elegido por la provincia de Orense diputado de las Cortes Constituyentes, siendo uno de los diecinueve parlamentarios que en ellas votaron contra el reconocimiento del trono de Isabel de Borbón (era la primera vez que se cuestionaba en sede parlamentaria la monarquía). Durante el Bienio colaboró en la prensa demócrata madrileña: el satírico El Látigo, El Eco de las Barricas, de Fernando Garrido, y La Discusión, durante la etapa de Nicolás María Rivero. Al caer las Constituyentes a manos del general O’Donnell, Chao se centró en sus tareas periodísticas, colaborando en La Oliva, luego El Miño (1856-1857), publicación galleguista fundada en Vigo por su hermano Alejandro y su cuñado José Ramón Fernández (abogado y político progresista), y dirigiendo El Crédito (1858), que le facilitó entrar en la dirección de varias entidades financieras, y El Correo de Ultramar, donde defendió la asimilación de las colonias americanas con las provincias peninsulares. Tras los acontecimientos madrileños de junio de 1866 se exilió en París, donde se implicó en los círculos revolucionarios, asistió a conferencias y cursos en el Colegio de Francia y la Sorbona, visitó museos y estudió el sistema de enseñanza francés. viajó también por Inglaterra, Bélgica, Suiza, Italia y Holanda.

Vuelto a España, tomó parte en la revolución de 1868: conspiró en los centros democráticos clandestinos ligados a Estanislao Figueras y al exiliado José María Orense y, tras la batalla de Alcolea, fue vocal de las Juntas revolucionarias de Madrid (interina y electa), desde el 29 de septiembre al 19 de octubre, aceptando de éstas y del Gobierno provisional el nombramiento de director general de Telégrafos, cargo que abandonó al poco tiempo por decantarse el gobierno Serrano-Prim por la monarquía y arrastrar tras de sí a los demócratas “cimbrios”. Miembro relevante del Partido Republicano Demócrata Federal (perteneció al Comité de Madrid y al nacional), colaborador de la La Igualdad y La Discusión (más tarde también de La República Ibérica y de otros periódicos) y vocal de la Junta directiva de la Sociedad Abolicionista Española (1868), fue elegido diputado por la provincia de Orense para las Cortes Constituyentes (1869-1871), en las que votó junto a la minoría del partido por la República. En julio de 1869 firmó en Madrid, como representante de La Coruña, el Pacto federal nacional impulsado por su partido. En la legislatura de 1871-1872, los vigueses le eligieron diputado, pero no ocupó el escaño por disolverse antes las primeras Cortes amadeístas. En las elecciones de abril de 1872 fue diputado por Vigo y en las de septiembre de ese mismo año, senador por Alicante, Barcelona y Gerona; optó por esta última provincia. Como parlamentario no destacó como orador, pero sí por la claridad y precisión de sus exposiciones. Miembro de la comisión constitucional del Partido, redactó, junto a Nicolás Salmerón, el Proyecto de Bases de la Constitución Republicano-Federal que, al final, no pudo ser discutido en la Asamblea federal de 1872.

Vicepresidente de la Asamblea Nacional que proclamó la República el 11 de febrero de 1873, fue ministro de Fomento durante la presidencia del Poder ejecutivo de Figueras, desde el 24 de febrero hasta el 11 de junio de ese año. Durante esos meses llevó a cabo reformas, como la creación de la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico (realzando así este organismo, creado en 1870), de la comisión del Mapa Geológico, de la sección de Música en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la Junta del Canal Imperial de Aragón y, prácticamente, de las Juntas de obras portuarias. Aunque suprimió el juramento constitucional de los profesores y reorganizó el bachillerato y algunas enseñanzas superiores, su plan general de Instrucción pública no lo completó por dejar el gobierno tras las elecciones de mayo de 1873, en las que fue elegido por tres distritos gallegos; optó por la representación de Vigo. En la noche del 3 de enero de 1874 destacó en el hemiciclo del Congreso por tratar de parar con medidas legales el golpe de estado de Pavía, que acabó con las Constituyentes de la República.

En otro orden de cosas, Chao fue vocal del Consejo de administración de la Compañía del ferrocarril de Lérida a Reus y Tarragona (al menos, entre 1866 y 1873), consejero del Banco de Propietarios (1869), que había ideado en 1861, y presidente de la sociedad de seguros La Unión (1873), luego fusionada con el Fénix Español. Durante la Restauración buscó el desarrollo económico gallego a partir del de Vigo, donde creó la Escuela de Artes y Oficios (1886) y promovió, sin mucho éxito, proyectos y empresas para reactivar el comercio del puerto y conectar éste por ferrocarril directo con Valladolid (empresa en la que ya había fracasado en 1852, cuando creó una sociedad ferroviaria concesionaria). De estos esfuerzos dejó constancia en varios folletos y en sus colaboraciones periodísticas, como las de La Ilustración Gallega y Asturiana (1879-1882), nueva revista fundada en Madrid por Alejandro Chao, en colaboración con Manuel Murguía. Vinculado a los círculos krausistas antes de 1868, Chao formó parte de la primera Junta directiva de la Institución Libre de Enseñanza (1876).

En política, buscó la unión entre sus correligionarios y militó en el partido Republicano Progresista de Ruiz Zorrilla. A pesar de ser presidente del Comité provincial del partido en Madrid, no fue informado del pronunciamiento de Villacampa (1886), que le cogió en Galicia realizando una gira de propaganda en compañía de Salmerón, lo que precipitó la ruptura de éstos con el zorrillismo. La muerte le sorprendió en 1887, cuando preparaba el lanzamiento del periódico republicano centrista La Justicia.

 

Obras de ~: Razones de España para la revolución de septiembre, 1840; Los republicanos y la época, Madrid, Imprenta del Archivo Militar, 1842; Historia de la vida militar y política de Martín Zurbano, Madrid, Tipografía de P. Madoz y L. Sagasti, 1846; (dir.), La guerra de Cataluña. Historia contemporánea de los acontecimientos que han tenido lugar en el Principado desde 1827 hasta el día, Madrid, Imprenta y Est. de Baltasar González, 1847-49, 2 vols.; continuación de la Historia General de España del padre Mariana (Miniana, Floridablanca y Toreno), vols. 4 y 5, Madrid, Gaspar y Roig, 1848-1851; Cuadros de la geografía histórica de España, desde los primeros tiempos históricos hasta el día, Madrid, Imprenta de Tomás Fortanet, M. Ruano y Cía., 1849; con A. Romero Ortiz y M. Ruiz de Quevedo, Diccionario de la Política, Madrid, Andrés y Díaz, 1849; (dir.), Los tres reinos de la Naturaleza. Museo pintoresco de Historia Natural, Madrid, Gaspar y Roig, 1852-1858, 9 vols.; Cuadro sinóptico de la Historia de España, Madrid, 1853; (dir.), Diccionario Enciclopédico de la Lengua Española [...], Madrid, Imprenta y Librería de Gaspar y Roig, 1853-1855, 2 vols.; “Estudio sobre el carácter democrático de la sociedad española”, en A. Tocqueville, De la democracia en América, Madrid, Imprenta José Trujillo, 1854; La ostricultura en Galicia, Vigo, Imprenta de J. Compañel, 1865; con N. Salmerón, Proyecto de bases de la Constitución republicano-federal de España, presentado a la Asamblea Federal de 1872, Madrid, Imprenta de Campuzano Hnos., 1872 (2.ª ed., Madrid, Imprenta de R. Labajos, 1873); Proyecto de Ley contra la excesiva división de la propiedad y del suelo en Galicia, Madrid, Imprenta y Litografía de González, 1873; Necesidades del porvenir de Vigo, Madrid, Imprenta de Rubiños, 1881; Defensa del Proyecto del puerto comercial de Vigo que estudió D. Melitón Martín, Madrid, Imprenta de El Correo, 1883; El ferro-carril y el puerto de Vigo, Madrid, Est. Tipográfico de El Correo, 1883; Resumen de la controversia sobre el proyecto del puerto comercial de Vigo..., Madrid, Enrique Rubiños, 1884; El observatorio meteorológico de Vigo, Madrid, Imprenta de S. Arranz y Cía., 1884; Comparación de las observaciones meteorológicas de Vigo en 1884 con las estaciones de la zona cantábrica, Madrid, Tipografía de los Huérfanos, 1885; Reglamento de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, Madrid, Imprenta Fortanet, 1886; Memoria leída en la sesión inaugural de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, Vigo, Imprenta de Varela y Ruiz, 1886.

 

Fuentes y bibl .: Archivo del Senado, Expediente Personal del Senador D. Eduardo Chao Fernández, por las provincias de Alicante, Barcelona y Gerona, sig. HIS-0137-08.

S. Llanta y Guerín, Los diputados pintados por sus hechos. Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869, t. II, Madrid, R. Labajos y Cía., 1869-1870, págs. 1-5; “D. Eduardo Chao, Ministro de Fomento”, en La Ilustración Española y Americana, Madrid, n.º 15 (16 de abril de 1873), págs. 226-227; A. M. Segovia, Figuras y figurones, t. I, Madrid, Enrique Jaramillo, 1881 (2.ª ed.), págs. 52-64; M. M. Puga, “Eduardo Chao”, en La Voz de Galicia, 10 de febrero de 1885; E. Rodríguez- Solís, Historia del Partido Republicano español, t. II, Madrid, Imprenta de Fernando Cao y Domingo del Val, 1893, págs. 411-413 y 552-553; M. Curros Enríquez, Eduardo Chao. Estudio biográfico-político, Madrid, Fernando Fé, 1893; M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo xix, Madrid, Imprenta de J. Palacios, 1904, pág. 99; B. Fernádez Alonso, Orensanos ilustres, Orense, Imprenta de El Diario de Orense, 1916; P. López Rodríguez (ed.), Reformismo agrario no sexenio democrático, Santiago de Compostela, Consellería de Agricultura, 2001; I. Peiró Martín y G. Pasamar Alzuria, Diccionario Akal de Historiadores españoles contemporáneos (1840-1980), Madrid, Akal, 2002, págs. 186-187.

 

Gregorio de la Fuente Monge

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