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Giovanni Battista Castello

Biografía

Castello, Giovanni Battista. Il Bergamasco. Gandino, Bergamo (Italia), c. 1509 – Madrid, 3.VI.1569. Pintor, estuquista y arquitecto.

Parece que nació en el seno de una familia de artistas.

Su padre, Giovanni Maria Castello posiblemente era pintor. Llegó a Génova, alrededor de 1540-1541 como ayudante de Aurelio Busso, pintor de Cremona, para pintar grisallas sobre estuco en las fachadas de las residencias aristocráticas. Uno de los ejemplos más significativos serían sus decoraciones en la villa Imperiale de Génova. Parece que transcurrió un período formativo en Roma por iniciativa del mecenas Tobias Pallavicini, tras el cual regresó a Génova, donde está documentada su presencia en 1552. Entre 1558 y 1560 colabora con Luca Cambiaso en la decoración de la villa delle Peschiere para la familia Pallavicini, donde se percibe la influencia de la Farnesina de Roma. Contemporáneamente trabaja con Bernardino de Cantone diseñando los palacios genoveses de Pallavicini en la Strada Nuova y el palacio Carrega Cataldi. Entre 1563 y 1565 se ocupará del palacio Podestà en la strada nuova, diseñado para Nicolosio Lomellino y el palacio Vincenzo Imperiale in Campetto entre 1560 y 1566.

Aparte de estos encargos civiles, también trabaja en Génova, junto a Luca Cambiaso, en la decoración de la iglesia de San Mateo entre 1558 y 1559. Asimismo, interviene, alrededor de 1562, en la capilla Grimaldi en la iglesia de San Francisco en Castelletto, desgraciadamente destruida; en el presbiterio de S. Anunziata de Portoia, de 1563; y en la capilla Lercari de la catedral de Génova entre 1565 y 1567.

La necesidad de Felipe II de decorar al fresco varias de sus residencias en los alrededores de Madrid, condicionó la venida de varios artistas de Italia, como el español Gaspar Becerra o el Bergamasco.

No obstante, parece que la llegada a España del Bergamasco en 1566 fue de la mano del marqués de Santa Cruz para trabajar en la construcción del palacio del Viso junto a un equipo de escultores y arquitectos genoveses. También parece que realizó dos diseños de sarcófagos para Luis de Requesens, a la sazón embajador español en Roma y quien reclutó a Cajés y Cincinato, antes de abandonar Génova. Una de las obras con mayor repercusión en el palacio del Viso fue la escalera. Parece que desde allí envió a Felipe II un modelo para el monasterio de San Lorenzo de El Escorial que el rey recibió en julio de 1567 y desde el 5 de septiembre de 1567 se encuentra al servicio de Felipe II. Las obras del palacio del Viso quedaron a cargo de Andrea Roderio, Giovani Maria Raggio y Michele da Carona.

Se ha supuesto que la escalera imperial con rampas del claustro principal del monasterio de El Escorial, ejecutada en 1569, derive de un modelo directo del Bergamasco que sustituyese el proyecto primigenio de Juan Bautista de Toledo. Sin embargo, su idea será modificada, especialmente en la parte del cierre, por Juan de Herrera.

Una de sus primeras intervenciones en la corte fue la decoración para el carnaval de 1568 en el Alcázar y poco después marcha a Toledo para trazar el nuevo cuarto del mediodía. Tras la muerte de Gaspar Becerra, en enero de 1568, Felipe II repara en él para sustituirle como pintor mural y decorador. Así, le da dinero para pinturas y para que venga su equipo desde Génova a ayudarle, integrado por su hijastro Niccolo Granello, Francesco y Juan Maria de Urbino, el estuquista Pedro Milanés y el dorador Francesco de Viana. En 1569 se unirán dos pintores genoveses más: Pedro de Polisena y Francesco Pequiano. La muerte de Becerra hace que trabajen bajo su dirección Romulo Cincinato y Patricio Cajés. En la documentación de Valsaín se hace referencia a la bóveda celestepintada al fresco por los genoveses en una fuente de trucos, que debemos identificar con el Bergamasco y su equipo Niccolo Granello y Fabrizio Castello.

Su principal obra junto a Becerra fue la decoración al fresco con estucos del Alcázar de Madrid con su equipo (Torre Dorada) con motivos mitológicos (Historia de Ulises). También se ocupa de la decoración con mármoles traídos de Génova de los que se encargaban los escultores milaneses Bonanome y Sormano.

El taller de Bergamasco trabajará en 1568 en el dorado de los estucos de la Torre de la Reina del palacio de El Pardo, especialmente Francesco de Viana.

Tras su improvista muerte en 1569 tomarán las riendas de su equipo Cincinnato y Cajés. Apenas fallecido se hace inventario y se ponen a buen recaudo sus patrones, papeles y colores para que su obra pueda ser proseguida. El encargado de dirimir aquello que sirve y de devolver lo restante a su viuda será el arquitecto Juan de Herrera. Quizá su última obra sea un dibujo de una crucifixión para la escena principal del retablo de Nuestra Señora de la Esperanza en Ocaña, que servirá de inspiración a Diego de Urbina para ejecutar esta pintura, por comisión real. Lamentablemente, este retablo no se conserva en la actualidad. Una vez utilizado, se devolverá a su viuda, Margarita Castello.

Su participación en Italia en importantes programas decorativos junto a Luca Cambiaso se considera decisiva para la venida de éste a España en 1583.

No se debe confundir con su homónimo Giambattista Castello, il genovese (1547-1639), quien también trabajó en El Escorial, principalmente como miniaturista de los libros de coro y ayudando a Luca Cambiaso.

 

Obras de ~: frescos, Palacio del Viso del Marqués (Ciudad Real) 1566-1567; frescos, Alcázar de Madrid (desaparecidos en el incendio de 1734); proyecto para escalera, claustro principal del monasterio de El Escorial (Madrid).

 

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Almudena Pérez de Tudela