Gutiérrez Espinosa, Bartolomé. Ciudad de México, 24.VIII.1580 – Nagasaki (Japón), 3.IX.1632. Agustino (OSA), mártir en Japón, beato.
Nació en Ciudad de México el 24 de agosto de 1580 y fueron sus progenitores Alonso Gutiérrez y Ana Rodríguez de Espinosa.
Cursó los estudios en el colegio de los jesuitas de su ciudad natal, ingresando más tarde en la Orden agustiniana, en cuyo seno profesó el día 1 de junio de 1597 en el convento mexicano de San Agustín ante el prior fray Diego de Contreras.
Emitidos los votos religiosos, sus superiores le destinaron al convento de Yuririapúndaro para cursar en dicha casa los estudios de artes y teología. Ordenado sacerdote, fue destinado a Puebla de los Ángeles y, estando en este convento, dio su nombre para enrolarse en la misión que conducía al archipiélago magallánico el comisario procurador de la provincia de Filipinas, fray Pedro de Solier.
Del puerto de Acapulco zarpó el 22 de febrero de 1606 en el navío Espíritu Santo, llegó al de Cavite el 2 de agosto del mismo año. Al día siguiente, el definitorio de la provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas le recibió y prohijó.
Su primer apostolado en las islas lo realizó como confesor de españoles. Algunos historiadores le hacen maestro de novicios en el convento de San Agustín de Manila hasta 1612, extremo que no se ha podido ratificar a la vista de los libros de gobierno de la provincia.
En 1612 pasó a Japón y fue nombrado prior del convento de Usuki en la congregación intermedia celebrada en el convento de Nuestra Señora de Guadalupe de Manila el día 23 de mayo de 1613.
Desterrado de tierras niponas, regresa a Filipinas, y ya en Manila es nombrado sacristán de la iglesia de San Agustín el 29 de abril de 1617. Una vez más, los historiadores y los biógrafos le presenta como maestro de novicios en la casa de Manila, teniendo como discípulos a dos jóvenes japoneses: Tomás de San Agustín y Miguel de San José.
En 1618 torna nuevamente a Japón en compañía del también agustino fray Pedro de Zúñiga. La persecución contra los cristianos les obligó a vivir en clandestinidad y a ejercer su misión pastoral en condiciones extremas, que no aminoraron su celo por servir a aquellas fervorosas comunidades cristianas. El 10 de noviembre de 1629 fue hecho prisionero y, después de un largo éxodo por las cárceles de Nagasaki y Omura, murió abrasado en la hoguera el 3 de septiembre de 1632.
Fue beatificado por el papa Pío IX en Roma el 7 de julio de 1867.
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Isacio Rodríguez Rodríguez, OSA