Dávila y Padilla, Agustín. México, 1562 – Santo Domingo (República Dominicana), 26.VI.1604. Religioso dominico (OP), profesor de Filosofía y de Teología, arzobispo de Santo Domingo, historiador de las Indias.
Fue hijo de Pedro Dávila (descendiente de Alonso de Dávila, capitán de Hernán Cortés) y de Isabel Padilla, nobles españoles residentes en México. Habiendo estudiado de muchacho Humanidades y Teología, el día 19 de noviembre de 1579, a los diecisiete años, entró como novicio en la Orden de predicadores, en su convento de México. Una vez ordenado estuvo en el convento de Tlascala (poco después llamado Puebla de los Ángeles) dando lección, es decir, actuando como profesor, de Filosofía y de Teología. Fue trasladado, para las mismas cátedras, al convento dominico de México. Allí empezó pronto a acumular documentos, datos históricos y valiosas informaciones sobre los primeros misioneros; quería dar forma a una historia de la orden dominica en México. En la capital de la Nueva España fue nombrado prior del citado convento; después, calificador de la Inquisición, definidor del capítulo general de la Orden y, finalmente, procurador de la Orden en Madrid y en Roma.
En el viaje que realizó a España fue recibido por Felipe II, quien “entusiasmado por su elocuencia y celo —dice el autor del artículo en la Enciclopedia Espasa— le nombró predicador suyo, arzobispo de Santo Domingo y cronista de las Indias”. Lo último no parece cierto. Dávila escribió en México y publicó en Madrid (1596) una gran historia o crónica de la Orden de predicadores en la Nueva España, con ochocientas treinta y cinco páginas en folio; el libro gozó de predicamento y tuvo, después de fallecer su autor, varias ediciones, pero el interés histórico y la abundancia de detalles de todo tipo sobrepasó los límites de la historia de la orden religiosa, hasta el punto que en el siglo XVII el libro apareció con otro título más general; de este modo se puede aceptar que Dávila pasó de ser cronista oficial de su orden a ser un cronista o historiador fáctico de las Indias, bien que su libro se dedicaba a la lectura de los novicios y contenía un estilo aleccionador y ejemplarizante.
Confirmado como arzobispo de Santo Domingo, en la Isla Española, por el papa Clemente VIII, el 18 de agosto de 1599, recibió el breve confirmatorio en enero de 1600. Consagrado solemnemente, no se instaló Dávila en el suntuoso palacio arzobispal que había en Santo Domingo y prefirió vivir en una austera celda monacal. En la corta duración de su prelacía promovió un colegio de estudios superiores, promocionó el seminario archidiocesano, pudo defender la isla con fortuna contra los frecuentes ataques de los corsarios y, lo que ha quedado más conocido de su gestión y celo, propuso un estatus de libre comercio para la isla, como el que tenían las Canarias, para evitar la alarmante despoblación que observaba en La Española; “tomó —dice la Enciclopedia Dominicana— la defensa más positiva contra la orden de despoblación de los pueblos de la Banda Norte, hecho que ocurrió en la primera década del siglo XVII. Con extraordinaria visión se opuso a tales criterios, sosteniendo que para liquidar el negocio del contrabando, la medida más inteligente era declarar allí el libre comercio”.
Esto le valió fuertes choques con el gobernador Osorio, que en 1603 procedió brutalmente contra los indicados moradores norteños. El hecho provocó en el joven arzobispo Dávila un enorme sentimiento y sea ésta la causa directa o indirecta, el caso es que falleció muy prematuramente, con poco más de cuarenta año el 26 de junio de 1604.
Poco después de la entrevista que tuvo García Dávila con el rey Felipe II, falleció éste, y el padre dominico pronunció un sermón fúnebre en la iglesia mayor de Valladolid el 8 de noviembre de 1598, que fue impreso en Sevilla en 1599. Como su autor aparece, simplemente, como Agustín Dávila, ni los bibliógrafos A. Palau (1951) ni J. Simón (1973) reconocen a este autor como el mismo de su obra fundamental, y en sus bibliografías los consideran, erróneamente, como autores distintos; se trata del mismo autor.
Obras de ~: Historia de la fvndacion y discurso de la prouincia de Santiago de Mexico, de la orden de Predicadores, por las vidas de sus varones insignes, y casos notables de Nueua España. Por el Maestro fray Augustin Dauila Padilla. Al principe de España Don Felipe, nuestro señor. Con priuilegio de Castilla [...], En Madrid, en casa de Pedro Madrigal, año de 1596 (2.ª ed., Brvsselas, En casa de Ivan de Meerbeqve, 1625; 3.ª ed., Prólogo de Agustín Millares Carlo, México, Editorial Academia Literaria, 1955, “reproducción facsímile de la ed. de 1625, incluyendo la Tabla de cosas notables”); ediciones con cambio de título: Varia historia de la Nueva España y Florida, donde se tratan muchas cosas notables, ceremonias de Indias, y adoración de sus ídolos [...], Valladolid, Varesio, 1634 (ed. moderna: Historia de la Nueva España, copiada y revisada por A. Teja Zabre, México, Ediciones Botas, 1938); Sermón que predico el Padre Maestro F. Augustin Davila, de la Orden de Predicadores [...] a las honras que la ciudad de Valladolid hizo en su iglesia mayor al Rey Don Phelipe II [...] en ocho de noviembre de 1598, Impresso en Seuilla, en casa de Francisco Perez, 1599; Censura, Valencia, 30 de abril de 1599, [en F. Diago, Historia de la Provincia de Aragon de la Orden de Predicadores [...], Barcelona, 1599, prelim.].
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Fernando Rodríguez de la Torre