Boccherini, Luigi. Lucca (Italia), 19.II.1743 – Madrid, 28.V.1805. Compositor y violonchelista.
Nacido en la ciudad italiana de Lucca, Luigi Boccherini se erigió en uno de los compositores más notables de la segunda mitad del siglo XVIII. Gracias a su prolongada estancia en España, dio a conocer los principales géneros camerísticos y sinfónicos en nuestro país, siendo uno de los introductores del clasicismo musical.
Tercero de siete hermanos e hijo de un contrabajista de la capilla palatina, estudió violonchelo y composición en su ciudad natal. Después de haber vivido en Roma, se trasladó a Viena con su familia, trabajando al servicio de la orquesta del teatro y del ballet de la Corte imperial (un hermano y dos hermanas de Luigi eran bailarines). Dada su dedicación a los géneros instrumentales, su música no podía ser bien acogida en su país de origen, ya que la música italiana se orientaba cada vez más hacia la ópera. La estancia en Viena será decisiva para su desarrollo posterior como compositor pues allí tuvo la oportunidad de escuchar la música de autores como Haydn y Gluck. Éste elogió de manera entusiasta los primeros tríos (1760-1761) de Boccherini. En 1764 regresó de nuevo a la capilla palatina de Lucca mientras que los dos años siguientes transcurrieron en Milán, interviniendo como violonchelista en la orquesta de Giovanni Battista Sanmartini: esta etapa será trascendental por la experiencia que adquirió en el ámbito de la música instrumental; se ha de tener en cuenta, por otra parte, que Sanmartini fue uno de los precursores del denominado estilo preclásico “galante” y uno de los fundadores de la sinfonía moderna. Asimismo, en 1765 formó un cuarteto de cuerda (dos violines, viola y violonchelo) junto a los violinistas Pietro Nardini y Filippo Manfredi y el viola Giuseppe Cambini. Durante aquella época Boccherini compuso dos oratorios de tema bíblico y una cantata eclesiástica —géneros que no volvió a abordar en su larga y fructífera trayectoria artística— así como su primera sinfonía y nuevos tríos. En 1767 se encontraba en compañía de su amigo Manfredi en París, donde ambos gozaban ya de una excelente reputación. Ese mismo año publicó los Sei Trii per archi, op. 1, y los Sei Quartetti, op. 2, cuatro años antes que Haydn publicase sus primeros cuartetos.
El embajador de España en París, a la sazón Joaquín Atanasio Pignateli de Aragón y Moncalvo, conde de Fuentes, invitó a Boccherini en 1768 a fijar su residencia en España, prometiéndole la protección del príncipe de Asturias (futuro Carlos IV) pero fue el infante Luis Antonio de Borbón quien finalmente acogió y protegió al compositor italiano. Seguramente el ambiente cultural español acabó convenciendo al autor italiano para aceptar el ofrecimiento de la corte española: en ella habían triunfado anteriormente músicos como Scarlatti y Farinelli o arquitectos como Juvara o Sachetti; gozaban de estabilidad económica y gran éxito compositores como Conforto, Brunetti o Corselli, este último maestro de la Real Capilla de Su Majestad, al igual que una pléyade amplísima de cantantes e instrumentistas italianos. Por otra parte, todas las novedades musicales provenientes de Italia eran recibidas con entusiasmo en la corte española, si bien dicho entusiasmo no era compartido del todo por los compositores nativos, que observaban con preocupación que las principales responsabilidades y encargos recaían en músicos extranjeros. No se puede olvidar tampoco que las relaciones italo-españolas se habían vuelto más intensas desde la llegada al trono de España de Carlos III en 1760, hasta ese momento Rey de las dos Sicilias, y así continuaron con su sucesor, Carlos IV, a partir de 1788.
Al poco tiempo de llegar a la corte madrileña, Boccherini escribió, dedicándoselos al futuro Carlos IV, los Seis tríos para cuerda op. 6 (dos violines y violonchelo), fechados en 1769 (G 89-94). Sin embargo, el compositor de Lucca no fue contratado para la Real Capilla pese a su destreza como violonchelista y su reputación como compositor, como lo prueban los citados Seis tríos. Según comenta Boccherini y Calonje, biznieto del compositor, ello pudo deberse a la hostilidad profesada por Gaetano Brunetti, que habría conspirado para que no ingresase en la Real Capilla. El supuesto intento de Boccherini en 1768 o 1769 de incorporarse a la Real Capilla no tuvo efecto, como tampoco lo tuvo en 1787, cuando una plaza vacante fue ocupada por Francisco Brunetti, un hijo de Gaetano.
Tras este intento fallido, Boccherini compuso aquel mismo año de 1769 una Sinfonía concertante op. 7 (G 491), dedicada al Teatro de los Caños del Peral, donde se representaban óperas y tenían lugar también academias o conciertos públicos. La obra, titulada “Concerto grande a piu strumenti obbligati” incluye un grupo concertante de ocho instrumentos: dos oboes, dos fagots, dos trompas y dos violines (I y II) más un ripieno de violín I, violín II, viola I, viola II, violonchelo y contrabajo; se trata de una pieza compuesta de variados temas y con una original estructura formal. Poco después tuvo lugar el contacto con el infante Luis, pues los Seis cuartetos de cuerda op. 8 (G 165-170) están dedicados ya al “Infante di Spagna”; tales obras ofrecen ciertos elementos de la escritura a cuatro partes típica del cuarteto de cuerda clásico basado en Haydn, pero también elementos de otros géneros como la sinfonía y el concierto. Todavía los Seis cuartetos de cuerda op. 9 (G 171-176) de 1770 están dedicados a los “Signori dilettanti di Madrid”, tal vez en un último esfuerzo por dirigirse al entorno musical público y no privado. En los cuartetos del período comprendido entre 1769-1770, Boccherini se pone al mismo nivel de Haydn y Mozart por su tratamiento de la melodía, la madurez que adquiere el género del cuarteto en sus manos y su puesta al día en las corrientes de la época, con la tristeza propia del Sturm und Drang. El hecho de que esta música, en la vanguardia de la época, fuese destinada a las academias madrileñas, prueba que Iriarte no se equivocaba cuando escribió diez años después que en Madrid había una gran afición a la música instrumental.
En cuanto a los inicios de su relación con el infante don Luis, el propio Boccherini narra “[...] que en el año de 1770 en el Real Sitio de Aranjuez, tuvo el honor de que dicho Señor [el infante Luis Antonio de Borbón], con permiso y beneplácito verbal de V. M., le eligiese por su violón de cámara y compositor de Música, cuyo destino ha desempeñado por todo este tiempo con la exactitud y puntualidad que es notoria”. Son frases incluidas en una instancia que Boccherini dirigió a Carlos III en 1785 a causa del fallecimiento del infante y haberse quedado el maestro italiano sin protector. En la “Relación de los individuos del Quarto de don Luis”, aparecen efectivamente su nombre y respectivo sueldo: “D. Luis Boccherini, violón de S. A., goza diez y ocho mil reales de vellón, los catorce mil reales de ellos por decreto de S.A. de 8 de noviembre de 1770, en que fue nombrado, y los cuatro mil reales restantes, por otro decreto de 22 de septiembre de 1772. El mismo Boccherini goza doce mil reales de vellón por las obras de música que hiciere en lugar de igual cantidad que se le libraba separadamente, según lo manifiesta en el decreto de 17 de agosto de 1784 en que S.A. le nombró por su compositor de música”. Plenamente dedicado a la capilla musical del infante Luis Antonio de Borbón, compone las Sei Sinfonie, op. 12, interpretadas en las academias con una plantilla fija, ampliada con otros músicos venidos al efecto: se trata de piezas magistrales, comparables a las de Haydn y Mozart, ya que Boccherini había asimilado a la perfección los modernos procedimientos de la escuela de Mannheim. En 1771-1772 están datados sus primeros Quintetti, op. 10, 11, 13, obras de gran originalidad y concebidas para dos violines, viola y dos violonchelos: en vez de escribir quintetos con dos violas, Boccherini utiliza dos violonchelos, lo cual otorga al género un color diferente, con un timbre más robusto y denso, a menudo de textura y potencia casi sinfónicas. De los quintetos pertenecientes a la op. 11, el sexto y último, titulado L’uccelliera (la pajarera), incluye imitaciones de gorjeos de pájaros y algunos pasajes de tipo bucólico y posiblemente esté inspirado en la Casa de aves de Aranjuez. Cuando recurre a tales elementos descriptivos, éstos se imponen claramente sobre los formales.
En las Seis sinfonías op. 21 (G 493-498), escritas en Boadilla en 1775, los minuetos, contraviniendo el orden habitual tradicional, están situados en último lugar y concebidos como finale, cuya función es aligerar los grandes allegros iniciales o los expresivos tiempos lentos. Además de los descriptivismos ya señalados, hay que añadir la alusión a la caza: así, por ejemplo, se escucha en las trompas del Allegro que inicia la Sinfonía en Mi bemol mayor op. 21, n.º 2 (G 494): no sólo se trata de una evocación de la música de la época, sino que también responde al hecho cotidiano de las aficiones del infante, un apasionado de la caza. Nuevamente aparecen las trompas de caza en el Allegro assai inicial de la Sinfonía n.º 3. Durante el período que trabajó para el infante en Boadilla, Boccherini compuso un gran número de obras de cámara: dos series de Quintetos con flauta op. 17 y op. 19; un grupo de Seis tríos de cuerda op. 14; dos series de Seis cuartetos op. 15 y op. 22; uno de Seis sextetos con flauta op. 16. Al respecto es necesario indicar que las condiciones de trabajo eran muy favorables para el compositor italiano: disponía de músicos para interpretar sus obras, recibía a cambio un estipendio por escribirlas, y los editores franceses publicaban sus obras con rapidez inusitada, propagando en toda Europa su prestigio; por otra parte, el infante Luis Antonio estaba ávido de nuevas obras tanto como entretenimiento propio como para satisfacer a sus aristocráticos invitados.
Durante los años de Boadilla se casó en fecha indeterminada con la italiana Clementina Peliccio, con la que tuvo tres hijas y dos hijos (María Teresa, Mariana, Isabel, Luis Marcos y José Mariano), cuyas fechas y lugares de nacimiento son también desconocidos. En 1776, según Alfredo Boccherini y Calonje, murió su madre en Aranjuez: aquel mismo año el infante Luis Antonio de Borbón fue desterrado por el Rey y Boccherini lo acompañó en los diferentes lugares por los que peregrinó: se sabe que estuvieron en Talavera, Torrijos y Velada; en este último pueblo poseía el conde de Altamira un palacio, que fue ofrecido al infante y su familia, asentándose allí durante cinco o seis meses hasta fines de 1776 o comienzos de 1777. Es más que probable que Boccherini y su familia siguieran al infante en esta primera etapa de destierro, como lo demuestra el hecho de que la producción musical es muy escasa si se compara con la fecundidad abrumadora de los años anteriores: en Velada pudo componer los Seis sextetos op. 23 (G 454- 459). Durante la primavera y el verano de 1777 el infante y su pequeña corte se encontraban en Cadalso de los Vidrios, alojados en el palacio Villena, donde Boccherini trabajaba por entonces en sus Seis Cuartetos op. 24, aunque no se conocen datos precisos sobre las actuaciones musicales en dicho palacio. Por último y como colofón a un largo periplo, la corte de Luis Antonio se asentó en el pueblo abulense de Arenas de San Pedro a finales de 1777, concretamente en casa Lletget, de donde se trasladaron a otra más amplia y cómoda, la mansión de los Frías, que ampliaron luego con el contiguo palacio de las Damas o palacio Viejo. El infante encargó a Ventura Rodríguez la erección de un nuevo y grandioso palacio en Arenas así como una casa de oficios para todos los servicios auxiliares, ya que la servidumbre se elevaba a setenta personas, sin contar a los administradores, secretarios, confesores, ayos, el maestro de baile, el peluquero, un bibliotecario, los músicos (entre los que se hallaban Boccherini y Francisco Font) y pintores de cámara. A partir de 1779 se pudo habitar el palacio y la actividad creativa de Boccherini no se detuvo: al año 1778 pertenecen las dos series de Cuartetos op. 24 y op. 26 (G 195-200), los Quintetos con dos violonchelos op. 25 (G 295-300); un año después compuso tres series de Seis quintetos op. 27 (G 301-306), op. 28 (G 307-312) y op. 29 (G 313-318): todas estas obras camerísticas se interpretaban regularmente, bien de forma privada, bien de forma pública ante los selectos invitados del infante. En 1780 escribió su Quintettino op. 30 n.º 6, subtitulado Musica notturna di Madrid, el cual es posible que fuera el resultado de algún viaje reciente a la capital española. Boccherini se lamentó siempre de su lejanía de Madrid, como lo atestigua una carta dirigida a Carlo Emanuel Andreoli en Viena y fechada en Arenas a 22 de septiembre de 1780: “Si estos precios convienen a los Srs. Artaria [el editor vienés], podrán comunicárselo a S. E. el Sr. Embajador, o a V. S., y en tal caso yo les señalaré a una persona en Madrid a la que remitiré los originales de las obras que me pidan, la cual persona recibirá el dinero y remitirá a su vez los originales a quien S. E. designe, ya que yo no puedo (dada mi presente situación, lejana de la corte) hacer directamente esta transacción por mí mismo”.
Cuando en 1785 falleció el infante Luis Antonio de Borbón, Carlos III dispuso que se abonasen los sueldos a su servidumbre durante seis meses, mientras encontraban un nuevo empleo. Boccherini envió el siguiente memorial a Carlos III, solicitándole que siguiera ayudándole, una vez trascurridos los citados seis meses: “Excmo. Sr.: Don Luis Boccherini, Violón y Compositor de música del Sr. Infante D. Luis desde el año de 1770 con el sueldo de 12.000 reales anuales, viene en la lista de criados nombrados por S. A. a quienes ha resuelto el Rey se paguen seis mesadas para que en este intermedio busquen su acomodo, suplica a S. A. en el Memorial adjunto que en consideración al esmero con que sirvió a S. A. por espacio de quince años y a que quedará en la calle con seis hijos huérfanos de madre, sujetos a los trabajos consiguientes a la indigencia, se digne continuarle su sueldo y darle el destino que fuere de real agrado”. La respuesta del monarca fue rápida y positiva, pues Carlos III dispuso el 22 de noviembre de 1785 que se le otorgara a Boccherini la primera vacante de violonchelo en la Real Capilla y que, mientras tanto, se le siguiera abonando los doce mil reales que venía cobrando. Sin embargo, dicha promesa real fue incumplida, ya que ese mismo año fue contratado Francisco Brunetti para cubrir la plaza de violonchelista, aunque posiblemente siguió cobrando la paga anual establecida.
En 1786 figuraba al servicio de la condesa-duquesa de Benavente Osuna en calidad de director de su orquesta. La corte de la citada aristócrata era una de las más brillantes en el ámbito madrileño, compitiendo en esplendor y pompa con la propia corte real y con otras tan relevantes como la casa de Alba. La casa de Benavente Osuna había firmado un contrato con Joseph Haydn para el envío regular de sus obras con el fin de ser interpretadas por la orquesta propia de la condesa-duquesa: dicha orquesta dio a conocer obras de autores como Michael y Joseph Haydn, Pleyel, Brunetti o el propio Boccherini, y en las cuentas de enero de 1787 aparece a su frente “Luis Boccherini, director de la orquesta y compositor, por su consignación de un mil reales en cada mes”, seguido de José Lidón y de los músicos de la orquesta, compuesta del cantante Antonio Plaza, cuatro violines (entre ellos Manuel y Pascual Carril), dos oboes (Gaspar Barli y Francisco Baset), dos contrabajos, una flauta, dos trompas, dos fagotes, un violón (Pablo Vidal) y un “templador” (afinador) del clave (Ramón Herrero Sessé). En un inventario de 1824 perteneciente a la biblioteca de la casa Benavente Osuna, se citan varias obras de Boccherini, unas dedicadas a su nueva patrona, otras al infante Luis y otras varias sin dedicatoria: seis sinfonías de 1775 dedicadas al infante; otras seis sinfonías, sin fecha, las cinco primeras dedicadas al infante y la última a la condesa-duquesa en 1782; dos sinfonías dedicadas a la condesa-duquesa, una de 1787 y la otra sin fecha; una sinfonía “marcada con el n.º 2” dedicada al infante; cuatro sinfonías “impresas marcadas con los números 3, 4, 5 y 6 con igual dedicatoria”; seis cuartetos de 1761; otros seis de 1769; otros seis de 1770; seis cuartetos “chicos” de 1772; seis tercetos de 1766; un concierto grande, sin más datos; seis quintetos “chicos”, op. 3, de 1773; seis quintetos, op. 2, de 1771; seis quintetos, op. 1, de 1772; seis quintetos, op. 1, 1771; seis quintetos, op. 1, 1775; seis quintetos dedicados al infante don Luis, 1779; seis “quartettinos” dedicados al infante, 1781; seis quintetos “con la misma dedicatoria”, 1780; seis quintetos dedicados a la condesa, 1786; tres quintetos dedicados a la condesa, 1787; un cuarteto, 1787; un sexteto, 1787; diez minuetes “expresamente escritos para la Excma. Sra. Condesa de Benavente”, 1787, y un “concierto 1.º” dedicado al infante don Luis, sin fecha. A través de esta lista se colige que Boccherini había traído consigo parte de sus obras cuando abandonó la casa del infante y que la depositó en el archivo de la casa de Benavente.
Para la condesa-duquesa de Benavente compuso asimismo su única zarzuela, La Clementina, con texto de Ramón de la Cruz, en 1786. Se observa en las fechas del inventario que la última composición dedicada a la condesa data de 1787. Desde 1787, en que Boccherini desaparece de la casa de Benavente, se conocen muy pocos datos biográficos. Ese mismo año el compositor se casó en segundas nupcias con María Pilar Joaquina Porreti, hija de Domingo Porreti, violonchelista de la Real Capilla. Al parecer, el año anterior Boccherini había compaginado dos patronazgos, el de la casa de Benavente, en la que estuvo contratado en 1786 y 1787, y el de Federico Guillermo de Prusia, que le había otorgado el título de compositor de cámara en 1786 con una remuneración de mil escudos alemanes anuales. Para el rey de Prusia escribió una parte importante de su producción camerística, incluidos los octetos con instrumentos de viento. Sin embargo, a raíz del fallecimiento del monarca alemán en 1797, finalizó el compromiso con el músico, que dejó de percibir tales emolumentos. Así pues, entre 1787 y 1797, Boccherini recibía la pensión de la casa real española y la del rey de Prusia.
El príncipe de Asturias, a quien Boccherini dedicara los Seis tríos para dos violines y violonchelo, era un gran aficionado a la música de cámara y él mismo gustaba de tocar el violín. Sin embargo, al acceder al trono en 1788 continuó con el violinista Gaetano Brunetti y no recuperó al compositor italiano. El biznieto de Boccherini narra una anécdota que justificaría la pérdida del favor real de Carlos IV, cuando éste era todavía príncipe de Asturias: “Don Luis, tío de Carlos IV, entonces Príncipe de Asturias, condujo un día a Boccherini a Palacio para oír los nuevos quintetos de Boccherini. El Príncipe hacía de primer violín. Su parte tenía una serie de compases monótonos: do, si, do, si. El Príncipe, cansado, se levantó y dijo con acento colérico: ¡Esto es detestable!; ¡un principiante no haría otro tanto! ¡Do, si, do, si! Señor —contestó Boccherini— preste V. A. atención a las modulaciones que el segundo violín y la viola ejecutan; al pizzicato que se oye en el violonchelo, al propio tiempo que el primer violín se sostiene siempre uniforme. Esta uniformidad pierde su monotonía desde el momento en que entran los demás instrumentos y se mezclan en el diálogo. —¡Do, si, do, si! ¡Y esto durante media hora! Delicioso diálogo. ¡Música de principiante, y de mal principiante!— Señor, antes de emitir semejante juicio, es preciso ser inteligente. Desde aquel día Boccherini no volvió a pisar el Palacio Real”. No cabe dudar de la veracidad de esta anécdota, que revela el fuerte carácter del músico italiano madrileñizado, incapaz de fingir ni siquiera ante el propio príncipe, aunque ello conllevara la enemistad de éste y la consiguiente ausencia de favor real. El mismo biógrafo nos relata otra anécdota que reafirma la fuerte personalidad de Boccherini: “El violinista Alejandro Boucher pidió un día permiso a Boccherini para tocar uno de sus quintetos en casa de Benavente. No se lo concedió. Boucher insistió y comenzó a tocar. Boccherini le recogió los papeles. —Sois demasiado joven para tocar mi música—. Boucher le rogó le enseñara a ejecutarla y Boccherini accedió”.
Asimismo colaboró desde 1796 con el marqués de Benavente, guitarrista aficionado para el que llevó a cabo las transcripciones para quinteto con guitarra de los quintetos con dos violas. Con él y otras personas ilustres tomaba parte en una academia de música en el estudio del pintor Gregorio Borghini y dos veces por semana participaba en las veladas musicales que el marqués ofrecía en su residencia, actividades todas ellas remuneradas. A partir de 1798 vuelve a componer por encargo para la casa de Benavente Osuna, produciendo la obra escénica Inés de Castro y las obras con pianoforte. Es preciso tener en cuenta que en los últimos años del siglo XVIII tanto la guitarra como el piano se convirtieron en instrumentos de moda, sobre todo entre los numerosos aficionados. Durante el mandato de Luciano Bonaparte como embajador francés en Madrid (1800-1801), Boccherini compuso varias obras para él, además de participar en los conciertos que éste ofrecía. Por otra parte, desde 1796, Boccherini había establecido relación comercial con el editor francés Pleyel, cuyas ediciones dieron a conocer sus obras en el ámbito internacional.
Los últimos años de su vida estuvieron marcados por las pérdidas familiares. En 1796 falleció su hija mayor, María Joaquina; en 1802, otras dos hijas, y dos años después su segunda esposa y otra hija. Así pues, de sus seis hijos, sólo los dos varones le sobrevivieron.
Luigi Boccherini falleció en la calle Santa María, número 5, de Madrid el 28 de mayo de 1805. Con motivo del fallecimiento del compositor, el periódico alemán Allgemeine Musikalische Zeitung publicó el 21 de agosto de 1805 la siguiente nota necrológica (de gran interés, pues muestra la valoración que se tenía del compositor en Europa): “[...] era verdaderamente uno de los compositores más distinguidos de música instrumental de su país, Italia. A diferencia de la mayor parte de sus compatriotas, evolucionó acorde con las épocas y con el desarrollo del arte de la música en Alemania. [...] [De Haydn] asimiló en su propia obra todo lo que pudo sin negar su propia personalidad. Italia le considera por lo menos en la misma altura que Haydn en virtud de sus cuartetos y música similar; España, donde transcurrió la mayor parte de su vida creadora, en muchas de sus obras lo prefiere al maestro alemán, que, en ese país, es a veces considerado excesivamente erudito. Francia, sin desear colocarlo en el mismo nivel que Haydn, le tiene en mucha estima, mientras que Alemania, con su actual preferencia por todo lo que es más difícil, más artificioso, más erudito, parece aún conocerlo demasiado poco. Se distinguió en la causa de la música instrumental italiana, española (y probablemente también francesa), habiendo sido el primero en escribir cuartetos para cuerdas, en los cuales cada instrumento tiene asignada una parte importante. De cualquier modo, fue el primero en lograr allí [España] éxito con ese tipo de música. Boccherini (y pronto después de él Pleyel, con sus obras tempranas) creó allí todo un revuelo con su música de cámara; indudablemente antes de Haydn, cuya música todavía causaba una cierta aprehensión al público”.
Obras de ~: Música instrumental: Sonatas: 34 sonatas (G 1-19, 2b, 4b, 74, 562-569, 565b, 579); Dos sonatas (G 571-72; G 580); Sonata (G 570); Seis sonatas (G 25-30), 1768; Seis sonatas (G 143-48); Dúos: Seis dúos, op. 3 (G 56-61), 1761; Dúo (G 62); Seis dúos (G 63-68); Seis fugas (G 7); Sonata (G 5).
Tríos: Seis tríos, op. 1 (G 77-82), 1760; Seis tríos, op. 4 (G 83-88), 1766; Seis tríos, op. 6 (G 89-94), 1769; Seis tríos, op. 14 (G 95-100), 1772; Seis tríos, op. 34 (G 101-106), 1781; Seis tríos, op. 47 (G 107-112), 1793; Seis tríos, op. 54 (G 113- 118), 1796; Seis tríos (G 125-130).
Cuartetos: Seis cuartetos, op. 2 (G 159-164), 1761; Seis cuartetos, op. 8 (G 165-170), 1769; Seis cuartetos, op. 9 (G 171-176), 1770; Seis cuartetos, op. 15 (G 177-182), 1772; Seis cuartetos, op. 22 (G 183-188), 1775; Seis cuartetos, op. 24 (G 189-194), 1776-1778; Seis cuartetos, op. 26 (G 195-200), 1778; Seis cuartetos, op. 32 (G 201-206), 1780; Seis cuartetos, op. 33 (G 207-212), 1781; Cuarteto, op. 39 (G 213), 1787; Dos cuartetos, op. 41 (G 214-215), 1788; Dos cuartetos, op. 42 (G 216-217), 1789; Dos cuartetos, op. 43 (G 218-219), 1790; Seis cuartetos, op. 44 (G 220-225), 1792; Seis cuartetos, op. 48 (G 226-231), 1794; Cuatro cuartetos, op. 52 (G 232-235), 1795; Seis cuartetos, op. 53 (G 236-241), 1796; Seis cuartetos, op. 58 (G 242-247), 1799; Dos cuartetos, op. 64 (G 248-249), 1804.
Quintetos: Seis quintetos, op. 10 (G 265-270), 1771; Seis quintetos, op. 11 (G 271-276), 1771; Seis quintetos, op. 13 (G 277-282), 1772; Seis quintetos, op. 18 (G 283-288), 1774; Seis quintetos, op. 20 (G 289-294), 1775; Tres quintetos, op. 25 (G 295-297), 1778; Tres quintetos, op. 25 (G 298-300); Seis quintetos, op. 27 (G 301-306), 1779; Seis quintetos, op. 28 (G 307-312), 1779; Seis quintetos, op. 29 (G 313-318), 1779; Seis quintetos, op. 30 (G 319-324), 1780; Seis quintetos, op.
31 (G 325-330), 1780; Seis quintetos, op. 36 (G 331-336), 1784-1786; Seis quintetos, op. 40 (G 340-345), 1788; Dos quintetos, op. 41 (G 346-347), 1788; Cuatro quintetos, op. 42 (G 348-351), 1789; Tres quintetos, op. 43 (G 352-354), 1790; Cuatro quintetos, op. 45 (G 355-358), 1792; Seis quintetos, op.
46 (G 359-364), 1793; Cinco quintetos, op. 49 (G 365-369), 1794; Seis quintetos, op. 50 (G 370-375), 1795; Dos quintetos, op. 51 (G 376-377), 1795; Seis quintetos, op. 17 (G 419-424), 1773; Seis quintetos, op. 19 (G 425-430), 1774; Seis quintetos (G 437-442); Tres quintetos, op. 39 (G 337-339), 1787; Seis quintetos, op. 56 (G 407-412), 1797; Seis quintetos, op. 55 (G 431-436), 1797; Seis quintetos, op. 57 (G 413-418), 1799; Seis quintetos, op. 60 (G 391-396), 1801; Seis quintetos, op. 62 (G 397-402), 1802; Ocho quintetos (G 445-451, 453).
Sextetos: Seis sextetos, op. 16 (G 461-466), 1773; Seis sextetos, op. 23 (G 454-459), 1776; Cinco sextetos, op. 38 (G 467- 469, 471-472), 1787.
Octetos: Octeto, op. 38 (G 470), 1787; Octeto, op. 42 (G 473), 1789.
Sinfonías: Sinfonía (obertura) (G 490); Sinfonía concertante, op. 7 (G 491), 1769; Seis sinfonías, op. 21 (G 493-498), 1775; Sinfonía (atribución dudosa) (G 500); Seis sinfonías, op. 12 (G 503-508), 1771; Seis sinfonías, op. 35 (G 509-514), 1782; Cuatro sinfonías, op. 37 (G 515-518), 1786; Sinfonía, op. 41 (G 519), 1778; Sinfonía, op. 42 (G 520), 1789; Sinfonía, op. 43 (G 521), 1790; Sinfonía, op. 45 (G 522), 1792; Sinfonía, arreglo (G 523).
Conciertos: Once conciertos (violonchelo, orquesta) (G 474- 483); Concierto (clave, orquesta) (G 487); Concierto (violonchelo, orquesta) (G 573).
Varios para orquesta: Serenata (G 501); Cefalo e Procri, bailo eroico (G 524), 1778; Diez minuetos, op. 41 (G 525), 1788; Ballet español (G 526), c. 1773; Obertura para La buona figliola (G 527).
Música escénica: Zarzuelas: La Clementina (G 540), 1786; Escena: Inés de Castro (G 541), 1798.
Arias: Aria para L’Almería (G 542), c. 1779; La confederacione dei Sabini con Roma (G 543), 1765; Quince arias italianas (voz, orquesta) (G 544-558).
Dúos: La destra ti chiedo (G 559).
Música religiosa: Misas: Misa op. 59 (G 528), 1800 (perdida); Kyrie, Gloria, Credo (G 529-531), c. 1765.
Secuencia: Stabat Mater (G 532), 1800.
Salmos: Dixit Dominus (G 533-534).
Cantatas: Cantata de Navidad, op, 63 (G 535), 1802 (perdida); Cantata por el día de San Luis (G 536).
Oratorios: Gioas, re di Giudea (G 537); Il Giuseppe riconosciuto (G 538), 1765.
Villancicos: Nueve villancicos (G 539), c. 1783.
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Paulino Capdepón Verdú