Baguer, Carles. Carlets. Barcelona, 12.III.1768 sup. – 29.II.1808. Organista y compositor.
Su nombre aparece escrito de formas diversas incluso cuando él firma: Carles o Carlos, y Baguer, Veguer o Vague.
En 1781 ya era discípulo de música de su tío materno Francesc Mariner, organista de la catedral de Barcelona. Su nombre no figura entre los que por aquellos años eran escolanes de este templo y, por lo tanto, también discípulos de Mariner —y del maestro de capilla, que no es citado como maestro de Baguer— e integrantes de esta capilla musical, estructura a la vez interpretativa y pedagógica. Por ello, más bien cabe pensar que su parentesco con este reputado organista impulsó a su familia a darle una educación musical de carácter particular y fuera de los patrones habituales.
Su etapa profesional empezó el 9 de enero de 1786. Cuando en 1786 Mariner enfermó, Baguer le sustituyó de manera interina. Aquél ya no se reincorporó a su puesto de trabajo y, tras su muerte en 1789, el 12 de abril de 1790, Baguer obtuvo el nombramiento definitivo sin oposición a la organistía de la catedral de Barcelona, después de haber desempeñado el cargo interinamente durante más de cuatro años.
En esta primera etapa de ejercicio profesional Baguer realizó oposiciones a organista a las catedrales de Lérida (1786) y Tarragona (1789), en ambos casos sin éxito.
Al año siguiente opositó al cargo de organista de la iglesia del Pi. Las sinfonías que se conservan en el archivo de este templo son sólo en partitura general por lo que cabe pensar que tal vez fueron presentadas como aval de su capacidad para la composición en esta ocasión, si bien ésta no era considerada necesaria para el cargo.
El día 26 de diciembre del mismo año, dentro del ciclo de Navidad en que la Iglesia era más permisiva acerca del repertorio que se podía tocar al órgano en el templo, Baguer mostró gran habilidad ejecutando “pastorelas, contradanzas y otros juguetes”.
En 1795 se interpretaron sus Goigs als Sants Màrtirs y al año siguiente se presentó a una oposición al cargo de organista de la catedral de Granada, nuevamente sin éxito. Para la ocasión escribió un himno y un responsorio de Navidad, ambos a ocho voces, y conservados en la Biblioteca de Catalunya. Además, aquel mismo año entraba a formar parte, con plenitud de derechos, de la capilla de música de la catedral.
El 4 de noviembre de 1797 estrenó en el Teatre de la Santa Creu, de Barcelona, su única ópera, titulada La principesca filosofa, con texto en italiano y libreto basado en El desdén por el desdén, de Agustín Moreto. Unos meses antes, Ferran Sor había obtenido un importante éxito en el mismo teatro con su ópera Il Telemaco nell’Isola di Calipso y seguramente Antonio Tozzi, entonces director musical del teatro, quería repetir el éxito que aquélla había tenido dando una oportunidad a otro joven autor barcelonés. Pero, aún sin ser un fracaso como en ocasiones se insinuó, ni la crítica que obtuvo ni el número de representaciones que alcanzó fueron comparables.
En 1801 tiene lugar un episodio de tensión importante con el cabildo de la catedral, del que se hacen eco los comentarios que circulan de boca en boca por la ciudad y que recoge el Baró de Maldà en su Calaix de Sastre: el 30 de enero, Baguer dirigió un escrito al cabildo en el que solicitaba un aumento de salario y la renuncia al estado eclesiástico (tenía órdenes menores), lo que conllevaba vestir de seglar en sus interpretaciones públicas al órgano. Además, pedía permiso para opositar al cargo de segundo organista de la catedral de Sevilla, algo que ha sido interpretado como una medida de fuerza para obtener su petición, al no tener un verdadero interés por abandonar su cargo. El 9 de febrero o tal vez antes se había resuelto el caso: Carlets podía vestir de seglar cuando tocaba el órgano, y él desistía de opositar en Sevilla; pero su victoria sólo fue parcial, ya que el cambio de estatus le comportó una disminución en su salario.
A partir de este momento sólo se conservan noticias relativas a composiciones: en 1802, Carlos IV visitó la ciudad y seguramente fue ésta la ocasión para la que escribió su sinfonía La Máscara Real. También de aquel 1802 data la única copia fechada de las ocho conservadas de su Missa Scala Aretina. Más tarde, entre 1804 y 1808, escribió seis dramas sacros por encargo del Oratorio de San Felipe Neri, de Barcelona. Éstas son sus obras de mayores dimensiones y aquellas en las que hace un uso más generoso de los instrumentos disponibles en aquel momento. A lo largo de sus años al frente del órgano de la catedral ejerció la docencia de este instrumento con los escolanes de este templo. El magisterio de Canto que ejercía Francesc Queralt y el suyo propio al órgano fueron razones suficientes como para que este templo se convirtiera en un centro de formación musical renombrado. Su opinión fue requerida para formar parte de tribunales de oposiciones, para la edición de un método de canto llano, y acerca del estado de algunos órganos. Sus interpretaciones al órgano eran muy estimadas en la ciudad, especialmente cuando, en el ciclo navideño, se centraba en repertorios más ligeros. Participó activamente en la vida musical barcelonesa, dirigiendo algunas de las capillas de la ciudad, o participando en las numerosas academias de música que tenían lugar en la ciudad, ya fuera tocando instrumentos de tecla, la guitarra o cantando, o aportando sus composiciones, como cuando en 1801 escribió un concierto para corno inglés en ocasión de la llegada de un instrumento de este tipo por primera vez a Barcelona.
Discípulos suyos, como Mateu Ferrer, Francesc Andreví o Ramon Carnicer, que ocuparon cargos importantes, perpetuaron su escuela y su recuerdo. También lo hicieron las múltiples copias de sus obras que circularon abundantemente —no hay archivo de música en Catalunya que conserve un fondo importante de obras de este período que no contenga obras de Carles Baguer—, en algunos casos hasta principios del siglo XX. Las fuentes de la época se refieren a él como una personalidad de reconocido prestigio, por lo que a los pocos días de su muerte se le ofreció un solemne funeral.
Su producción vocal religiosa incluye misas, un réquiem, completas, dramas sacros, arias, antífonas, responsorios y salmos. Su producción vocal no religiosa se limita a la ópera La principesca filosofa. Su obra orquestal incluye sinfonías y conciertos. Su abundante producción para tecla incluye contradanzas, fugas, intentos, minués, rondós, sinfonías, sonatas y versos. Su obra para otras combinaciones instrumentales se limita a ocho dúos para dos flautas.
Obras de ~: Goigs als Sants Màrtirs; La principesca filosofa (ópera), 1797; La Máscara Real, 1802; Missa Scala Aretina, 1802.
Bibl.: M. A. Ester-Sala, “Algunos datos biográficos de Carlos Baguer (1768-1808), organista de la catedral de Barcelona”, en Revista de Musicología, VI-1 (1983), págs. 223-251; M. A. Ester-Sala y J. M.ª Vilar i Torrens, “Una aproximació als fons de manuscrits musicals a Catalunya”, en Anuario Musical (AM), 42 (1987), págs. 229-243; “Una aproximació als fons de manuscrits musicals a Catalunya (II)”, en AM, 44 (1989), págs. 155-166; “Una aproximació als fons de manuscrits musicals a Catalunya (III)”, en AM, 46 (1991), págs. 295- 320; M. Ester-Sala y J. M.ª Vilar i Torrens, “Baguer, Carlos”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, vol. 2, 1999, págs. 48-51.
Juan Bautista Vilar i Torrens