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Antonio Álvarez de Toledo y Beaumont y Manrique

Biografía

Álvarez de Toledo Beaumont y Manrique, Antonio. Duque de Alba (VII). Madrid, 26.II.1615 – Madrid, 11.VI.1690. Virrey de Nápoles, presidente del Consejo de Italia, consejero de Estado y de Guerra.

Hijo de Fernando Álvarez de Toledo Mendoza, sexto duque de Alba, y de su primera esposa, Antonia Enríquez de Ribera Álvarez de Toledo, quinta marquesa propietaria de Villanueva del Río, con la que había contraído matrimonio en Madrid, el 9 de febrero de 1612. Su madrina de bautismo fue la beata Mariana de Jesús.

Fallecida la marquesa Antonia en Alba de Tormes, el 23 de noviembre de 1623, el duque volvió a contraer nupcias, el 22 de julio de 1632, con Catalina Pimentel y Ponce de León, hija de Antonio Alonso Pimentel, noveno conde-duque de Benavente, y de su primera esposa, María Ponce de León.

Su padre, Fernando, había sido consejero de Estado, además de mayordomo mayor de Carlos II, aunque durante unos pocos meses de 1667, al cubrir la vacante dejada por el duque de Montalto, Luis Guillén de Moncada, investido cardenal. El duque falleció el 7 de octubre de 1667. Antonio sucedió además en los títulos de duque de Huéscar (V), conde de Lerín (VII), marqués de Coria (X), marqués de Villanueva del Río (VI), conde de Salvatierra de Tormes (VII), conde de Piedrahíta (VI), duque de Galisteo (IV) y conde de Osorno (IX).

Antonio se postuló, siendo ya flamante duque de Alba, como un acérrimo partidario del hermano del Rey, Juan José de Austria, a quien mostró su fidelidad en la villa de Torrejón de Ardoz, en el mes de febrero de 1669. Debido a la poderosa personalidad de su padre, Antonio había vivido largo tiempo ajeno a la vida política. A los cincuenta y cuatro años de edad asumía la jefatura de una de las principales casas de Castilla sin experiencia alguna y sin apenas contar con las alianzas y capacidades de su padre.

Viudo desde 1650 de Mariana de Velasco y Aragón, hija del sexto duque de Frías, de la que tuvo descendencia masculina —Antonio Martín nacido hacia 1627, marqués de Villanueva del Río mientras vivió su padre, y Francisco Álvarez de Toledo y Silva—, se casó por última vez, en Madrid, el 22 de septiembre de 1656, con Guiomar de Silva Mendoza Corella, hija de Diego de Silva y Portugal, segundo marqués de Oraní y barón de Mur.

Era gentilhombre de cámara del Rey cuando en 1674 fue designado miembro de los consejos de Estado y de Guerra, al tiempo que recibían sus nombramientos los duques de Osuna —gobernador general de Milán— y Pastrana —mayordomo mayor de la Reina—, el príncipe de Astigliano, el marqués de los Balbases —embajador en Viena—, el conde de Villaumbrosa —presidente del Consejo Real— y Pedro de Aragón.

El 4 de agosto de 1675 el Rey le honró armándole caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro. Se convirtió en el número quinientos seis.

Suscribió en 1676 el manifiesto de la Grandeza que respaldó la cesión del gobierno a Juan José de Austria y el alejamiento de la reina Mariana de Austria de la Corte. Firmó el escrito, redactado por el marqués viudo de Mondéjar, en el que figuraban los nombres de los duques de Medina Sidonia, Osuna, Gandía, Arcos, Uceda, Pastrana e Infantado, Híjar y Veragua, el del marqués de Villena, condes de Altamira, Lemos y Benavente.

La implicación de los Alba en la política de Juan José de Austria llegó incluso más lejos cuando en 1677 el marqués de Villanueva del Río, primogénito del duque, y el duque de Medina Sidonia, profanaron el derecho de asilo del monasterio de San Lorenzo de El Escorial para capturar a Fernando de Valenzuela, marqués de Villasierra, favorito de la reina Mariana, que se había acogido a sagrado tras su caída en desgracia.

La violación del sacro recinto provocó un gran revuelo en la Corte.

Pese a su conocida incompetencia, Alba consiguió en 1677 la presidencia del Consejo de Italia que pretendía Pedro de Aragón, vicecanciller interino de Aragón desde la muerte de su hermano el cardenal Pascual de Aragón. Tan alta magistratura se la ofreció Juan José, aun sabiendo sus carencias, como pago a su probada lealtad.

Durante estos años del gobierno del hermano del Rey, Alba mantuvo una gran actividad política. En 1675, sometida la cuestión del matrimonio del Rey al dictamen del Consejo de Estado por la reina Mariana, Alba votó en contra de la propuesta de un enlace alemán, al igual que Juan José y el conde de Peñaranda.

La candidata, la archiduquesa María Antonia, nieta de la regente, fue rechazada, sin embargo, por una minoría de consejeros. Antonio, al igual que el marqués de Astorga, se inclinó por una hija del gran duque de Toscana, una Médicis. Finalmente, reunido el Consejo en sesión de 11 de enero de 1679, con el voto favorable del condestable de Castilla, de Pedro de Aragón, los duques de Alba, Medinaceli y San Germán, los marqueses de Astorga y Cerralbo y el conde de Chinchón, se acordó el enlace con la princesa gala María Luisa de Orleans, hija del duque de Orleans.

Enfermó el de Austria en Madrid, en julio de 1678, cuando llegaban a la Corte nuevas de París que anunciaban el haber concedido el Monarca cristianísimo la mano de la princesa de Orleans a su cuñado. En esta delicada coyuntura se debatió la conveniencia de que el Rey eligiera otro confesor. El duque de Alba logró imponer su candidato, fray Francisco Reluz, catedrático de Teología de Salamanca.

Llegado el duque de Medinaceli al cargo de primer ministro el 21 de febrero de 1681, Alba se dejó tentar, al igual que otros muchos grandes como el duque de Villahermosa y el marqués de Astorga, para ofrecer su apoyo político al nuevo gobierno a cambio de recibir generosas donaciones.

El 11 de junio de 1690 falleció en la Villa y Corte el duque de Alba. La descendencia en el ducado quedó en manos de sus dos hijos varones y de su nieto. Antonio Álvarez de Toledo Fernández de Velasco fue octavo duque de Alba hasta su muerte, acaecida el 15 de noviembre de 1701. Fallecido el duque después de su breve matrimonio con Constanza de Guzmán Dávila —hija de los marqueses de Velada, muerta en 1670 a los dos años del casamiento— heredó la Casa su hijo Antonio Martín Álvarez de Toledo y Guzmán como noveno duque. Desaparecido el duque y su heredero, Nicolás Álvarez de Toledo, en 1711 y 1709 respectivamente, acabó sucediendo en el ducado Francisco Álvarez de Toledo y Silva, hermano del séptimo duque e hijo del segundo matrimonio de su padre.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias, Audiencia de Lima, Real Cédula de Confirmación de Encomienda al Duque de Alba, en Camba, Patachiara, Chaacachaca, Pilcopata y Paucartambo (en los corregimientos de Canes, Quispicanchi y Paucartambo), 2 de julio de 1668, leg. 202, n.º 17; Biblioteca Nacional de España, Carta de apoyo del duque de Alba a Juan José de Austria, Madrid, 10 de abril de 1669, ms. 12026, fols. 114r.-114v.; Carta del duque de Alba al cardenal de Toledo sobre el gobierno de Carlos II, c. 1670, ms. 12959/1; Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, Osuna, Capitulaciones para el matrimonio de Isabel Ponce de León, hija de los Duques de Arcos, con Antonio Martín de Toledo, hijo del Duque de Alba, 1698, caja 129, doc. 7.

J. A. Álvarez de Baena, Hijos de Madrid ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes, t. I, Madrid, Benito Cano, 1789, págs. 165-166; G. Maura y Gamazo, duque de Maura, Vida y reinado de Carlos II, Madrid, Aguilar, 1990; V. M.ª Márquez de la Plata y L. Valero de Bernabé, El Libro de Oro de los Duques, Madrid, Prensa y Ediciones Iberoamericanas, 1994, págs. 21-22; M. P. García Pinacho (ed.), Los Álvarez de Toledo. Nobleza viva, Segovia, Junta de Castilla y León, 1998, pág. 62; A. Carrasco Martínez, “Los Grandes, el poder y la cultura política de la nobleza en el reinado de Carlos II”, en Studia historica. Historia moderna, 20 (1999), págs. 77-136.

 

Santiago Martínez Hernández

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