Mergelina Luna, Cayetano. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 9.VI.1890 – Yecla (Murcia), 14.IV.1962. Arqueólogo.
Hijo de una buena familia de Sanlúcar originaria de Murcia, emparentado con los condes de Lebrija, se casó con Concepción Cano Manuel Martínez, con la que tuvo tres hijas y un hijo. Estudió bachillerato, siendo ya huérfano, en el colegio de los padres escolapios de Yecla (Murcia) y Filosofía y Letras en Madrid, donde se licenció en Historia en 1915 tras abandonar Derecho. Fue alumno de Manuel Gómez Moreno en la Sección de Arte y Arqueología del Centro de Estudios Históricos, en el que obtuvo una beca en la sección de Arqueología y colaboró con A. García Bellido y J. Martínez Santa-Olalla, tras doctorarse en Madrid en 1920 con una tesis sobre Arquitectura megalítica en la Península Ibérica. En 1925 pasó a ser auxiliar en la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid y ganó por oposición la Cátedra de Arqueología, Numismática y Epigrafía, quedando para siempre vinculado a esa Universidad, en la que fundó el Seminario de Arte y Arqueología y su prestigiado Boletín, una de las revistas de referencia en su campo de la universidad española.
Excavó junto con P. Paris y G. Bonsor la necrópolis romana de Baelo (Bolonia, Cádiz) de 1917 a 1921, pero también muy diversos yacimientos, aunque sin estudios científicos y con una tradición decimonónica que entendía la Arqueología como Historia del Arte. Hizo excavaciones en las grandes sepulturas megalíticas de la Cueva de Menga y El Romeral (Antequera, Málaga), en la necrópolis megalítica de Montefrío (Granada), el castro de Santa Tecla (La Guardia, Pontevedra) de 1928 a 1933 y en el yacimiento mozárabe de Bobastro (Málaga). Ya en Murcia, excavó yacimientos ibéricos como el Santuario de La Luz (1924-1925) y la necrópolis de Cabecico del Tesoro (1935-1936, 1953), ésta en colaboración con A. Fernández Avilés y que continuaría G. Nieto, así como los monumentos paleocristinos de La Alberca, con A. Fernández Avilés Algezares (1934), y el “Casón” de Jumilla (1935). Es de destacar su labor en la Universidad de Valladolid, donde, siguiendo la tradición de M. Gómez Moreno y E. Tormo, hacía excursiones con los alumnos para estudiar iglesias y monumentos, buscando en los archivos y dibujando sus plantas, y a él se debe la serie Documentos para el estudio del Arte en Castilla. En 1933 participó en el Crucero por el Mediterráneo y, un año después, en julio de 1934, con Elías Tormo y otros profesores, organizaron un nuevo viaje de estudios por Grecia en el que, por inspiración de E. Tormo, se homenajeó al Greco con un monumento de M. Benlliure en su Creta natal (27 de julio de 1934).
La Guerra Civil le sorprendió en Yecla y, aunque intentó escapar, fue nombrado responsable de la Sección Arqueológica de la Junta de Incautación, Salvamento y Catalogación del Tesoro Artístico. El primero de abril se presentó en Valladolid, donde encontró su Universidad destruida por un atentado. Nombrado rector (1939-1951), procedió a su reconstrucción y se esforzó en normalizar cursos y locales, restauró la Facultad de Filosofía y Letras, que había sido quemada, y mejoró considerablemente la Universidad, creando nuevos servicios, como el Paraninfo, un colegio mayor y la nueva Facultad de Ciencias, instaló el Archivo de la Universidad y el Histórico Provincial, etc., para todo lo cual contó con su amistad con el ministro de Educación José Ibáñez Martín. En 1952 pasó por concurso a la Cátedra de Arte y Arqueología de la Universidad de Murcia, ya que estaba vinculado familiarmente a Yecla, y fundó un nuevo Seminario de Arte y Arqueología, que dirigió hasta su jubilación en 1961, recibiendo al morir un homenaje póstumo (1962). Entre sus alumnos se cuentan el lingüista Antonio Tovar, el arqueólogo G. Nieto Gallo, casado con su hija María, J. M. Díez Martínez, marido de su otra hija, Virginia, que siguió sus pasos en la Universidad de Murcia, pero también estudiaron con él Manuel Fernández, Luciano de la Calzada, Antonio Tovar, Joaquín Pérez Villanueva, Felipe Ruiz, Demetrio Ramos, Eloísa García, Luis Suárez, Federico Wattenberg, Matilde Escortell, etcétera.
Cayetano de Mergelina fue también correspondiente por Albacete de la Real Academia de la Historia (1921), de la Sociedad Española de Numismática; vicedirector del Instituto Diego Velázquez (1940) y vocal del Patronato Menéndez Pelayo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, procurador en Cortes, comisario provincial de Excavaciones de Valladolid (1941-1952) y Murcia (1952-1962), presidente de la Comisión de Monumentos de Murcia y miembro de la Real Academia de Alfonso X el Sabio, de Murcia (1955) y Gran Cruz Civil de Alfonso X el Sabio y Medalla de la Universidad de Valladolid.
Obras de ~: “El monte Arabí. El problema de las cazoletas”, en Coleccionismo, X (1922), n.º 112, págs. 85-102; “La necrópolis tartesia de Antequera”, en Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria (Madrid), Memoria IV (1922), págs. 37-90; con P. Paris, G. Bonsor et al., Fouilles de Belo (Bolonia, province de Cadix, 1917-1921), I-II, Paris, De Bocard, 1923-1936; El santuario hispánico de la Sierra de Murcia. Memoria de las excavaciones en el eremitorio de Nuestra Señora de la Luz (1924-1925) (Memoria de la Junta Superior de Excavaciones Arqueológicas 77), Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1926; Bobastro. Memoria de las excavaciones realizadas en las Mesas de Villaverde-El Chorro. Málaga (Memoria de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades 89), Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1927 (reed. Cádiz, Agrija, 2003); “La iglesia bizantina de Algezares”, en Archivo Español de Arqueología, 40 (1940), págs. 5-32; “La estación arqueológica de Montefrío (Granada)”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, VIII (1942), págs. 33-196, y XII (1946), págs. 15-26; “Tugia. Reseña de unos trabajos”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, XXIII-XXIV (1943-1944), págs. 13-32; “La Citania de Santa Tecla”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 37-39 (1944-1945), págs. 13-54 (reed. Padroado Municipal Monte Santa Trega); “El sepulcro de La Alberca”, en VV. AA., III Congreso Arqueológico del Sudeste Español, Murcia, 1947, Cartagena, 1948, págs. 283-293.
Bibl.: A. Palau, Manual del librero hispanoamericano, IX, Barcelona, A. Palau, 1956, n.º 165352; M. Almagro Basch, “Profesor Cayetano de Mergelina (1891-1962)”, en Ampurias, 24 (1962), págs. 351-352; Homenaje al profesor Cayetano de Mergelina, Murcia, Tipografía Moderna (Valencia), 1962, 1-29, 513-516; A. Tovar, “El Prof. C. de Mergelina”, en Zephyrus, 13 (1962), págs. 111-112; J. de M. Carriazo, “Con Don Manuel Gómez Moreno en el Centro de Estudios Históricos”, en VV. AA., Homenaje al profesor Carriazo, Sevilla, Universidad, Facultad de Filosofía y Letras, 1972, II, pág. XLIII; J. A. Gaya Nuño, Historia de la crítica del arte en España, Madrid, Ibero Europea de Ediciones, 1975, pág. 233; J. M. Cuenca Toribio, Semblanzas andaluzas, Madrid, Espasa Calpe, 1984, págs. 135- 137; J. M. Noguera, “Mergelina y Luna, Cayetano de”, en Gran Enciclopedia de la región de Murcia, t. VI, Murcia, 1995, pág. 125; J. M.ª García Cano, “Cayetano de Mergelina y los orígenes de los estudios ibéricos en Murcia” y J. L. Chicharro Chamorro, “Mergelina y la Cámara de Troya”, en J. Blánquez y M.ª L. Roldán (eds.), La Cultura Ibérica a tavés de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, Universidad Autónoma, 1999, págs. 75-78 y págs. 215-220, respect.; J. M. Noguera (ed.), Arquitectura del la Antigüedad Tardía en el Sureste en la obra de Cayetano de Mergelina: los mausoleos de La Alberca y Jumilla, Murcia, Universidad, 1999; G. Pasamar e I. Peiró, Diccionario Akal de Historiadores Españoles Contemporáneos (1840-1980), Madrid, 2002, págs. 409-410; F. Poveda, “El yeclano que revolucionó la arqueología”, en Economía Avanzada (periódico mensual de Murcia-Alicante), I, n.º 5, enero-febrero de 2005, págs. 30-31; s. a., La arqueología ibérica en Murcia (catálogo de exposición), Murcia, 2006.
Martín Almagro-Gorbea