Ferro Caaveiro, Miguel. Santiago de Compostela (La Coruña), c. 1740 – 1.VII.1807. Maestro de obras de la catedral de Santiago y arquitecto municipal de Santiago.
Hijo del arquitecto barroco Lucas Antonio Ferro Caaveiro, maestro de obras de la catedral de Santiago, con el que comenzó a formarse en dibujo y arquitectura, en las décadas de 1750 y 1760. Su orientación hacia la arquitectura de la Ilustración llegó de modo práctico, con el contacto directo con los distintos obradores y maestros que en Santiago levantaban el palacio Rajoy, el segundo cuerpo de la fachada de la Azabachería de la catedral, el cuartel de Santa Isabel, en el que trabajaba su padre, y sobre todo la capilla de la Comunión, también en la catedral, donde intervino directamente y que hubo de ser para él una verdadera escuela de arquitectura. Su primer trabajo conocido es un plano de 1766 de la plaza del Hospital, encargo del administrador del propio centro asistencial.
Destacaba en el plano la preocupación que el Hospital tenía por la implantación urbana del seminario del arzobispo Rajoy, que tendría que diseñarse en función de las perspectivas visuales del Hospital que destaca Ferro. En 1767 realizó un informe sobre el estado de la puerta de la Mámoa, en la muralla de la ciudad. Seguía ayudando a su padre en las labores como maestro de obras de la catedral y, a la muerte del progenitor, en 1770, fue nombrado maestro de obras de la basílica jacobea.
En aquel tiempo la obra que se estaba levantando era la capilla de la Comunión, iniciada con trazas del académico Domingo Lois. La construcción se desarrolló en tres fases: en la primera (1768-1771) se hicieron excavaciones, cimientos y enlosado de la rotonda. En la segunda (1771-1772) comenzó la intervención de Ferro, quien dirigió el primer cuerpo desde el suelo hasta el entablamento. En la tercera (1772-1783) dio las trazas para el entablamento, el tambor, con su rítmica alternancia de óculos y vanos, y la cúpula nervada con la que se cubrió la rotonda. La dirección de obra fue también suya, contando desde 1777 con J. Pensado como aparejador y Juan Antonio Nogueira como contratista.
Al tiempo que hizo esta obra, formó planos en 1770 para el cuerpo y fachada de la iglesia parroquial de Santa María del Camino (Santiago), teniendo en cuenta la cabecera preexistente, construida en 1748.
El interior mantenía la claridad estructural generada en el ámbito de la capilla mayor. La fachada fue modificada por fray Plácido Caamiña, presentando una sola calle flanqueada por pilastras pareadas de orden jónico y entablamento partido sobre el que vuela el frontón curvo, ligeramente quebrado y partido en su parte inferior para dejar espacio a un gran óculo. En 1771, el arzobispo Rajoy le encargó la remodelación del cuartel militar de Santa Isabel, extramuros, para servir como hospicio de la ciudad, con servicios sanitarios, educativos, laborales y habitacionales. El hospicio conformaría un gran bloque rectangular, con dos áreas independientes separadas por una capilla, y se ubicaría en un ambiente natural, rodeado de campo, bien ventilado y con abundante agua corriente en sus inmediaciones.
Entre 1774 y 1778 compaginó su trabajo en Santiago con las obras hidráulicas del puerto de La Coruña e inició en 1774 la construcción del monasterio asturiano de Coria. Su trabajo en la ciudad herculina se centró en el proyecto (1775) de un arsenal para buques- correo, obra en la que destaca su riguroso estudio de la geometría de raíz ilustrada. Entre 1774 y 1780 se construyó, con planos suyos, el ala norte del edificio de la Universidad de Santiago. El alzado exterior muestra dos pisos atados con pilastras gigantes de orden jónico, mientras que en la crujía abierta al patio empleó una suerte de orden toscano, con pilastras, fajones y entablamento de rica molduración. El alzado hacia el patio muestra arcos de medio punto rebajado en el piso inferior y ventanas rectangulares en el superior.
Ambos cuerpos aparecen atados en altura por pilastras corintias esencializadas, en cuyos capiteles se logró un insólito nivel de abstracción. Con las mismas pautas se levantó el ala oriental entre 1783 y 1792.
El 24 de octubre de 1780 fue nombrado arquitecto de la ciudad de Santiago, por lo que velará por el cumplimiento de las disposiciones municipales, en cuanto a urbanismo, obras públicas y arquitectura civil, expresadas en las Ordenanzas de 1780. En 1781, realizó una pequeña intervención en la iglesia parroquial de San Miguel dos Agros: el diseño de la sacristía construida en el ángulo exterior formado por la unión de las capillas de los Dolores y San Jerónimo, el altar de la Virgen y la bóveda que cubre el tramo anterior al ábside de la Dolorosa. Pero fue en la capilla general de Ánimas, trazada en 1784, donde Ferro demostró su talante ilustrado, de tal suerte que realizó un templo de amplia nave única, con capillas laterales, sobrio orden toscano, con pilastras lisas, presbiterio absidal y gran bóveda de cañón con arcos fajones.
A partir de 1784, se encargó de la dirección de la Escuela Patriótica de Dibujo de la Sociedad Económica de Amigos del País, ubicada en San Martín Pinario.
Durante años, Ferro manifestó en sus aulas gran interés por la enseñanza del dibujo arquitectónico. Otro aspecto del que se ocupó fue el de la arquitectura efímera para las fiestas, como las organizadas en 1789 para celebrar la coronación de Carlos IV. Realizó para la ocasión una “máquina” de fuego de artificio que se colocó en medio de la plaza mayor (Obradoiro) y que se llamó El templo de Jano Cerrado, de estilo barrococlasicista, muy en la línea de Ventura Rodríguez, y con un programa simbólico dedicado a cantar las virtudes y conveniencia para el país de un gobierno pacífico.
En noviembre de 1788, se reformaron los altares del trascoro de la catedral, dedicados a la Virgen de la Soledad, san Jorge y la Anunciación, con un estilo clasicista que, de no ser suyas las trazas, habrían contado con su supervisión y aprobación. En 1794, el arzobispo Malvar le encargó el proyecto integral de reforma de la basílica jacobea, asunto solicitado también al académico Melchor de Prado Mariño. La idea supone la transformación de la mayor parte del espacio catedralicio, suprimiendo la sillería coral de la nave central y auspiciando una nueva cabecera para reubicar el coro. Ferro presentó un libreto con cuatro planos de planta, acompañados de su escala y de sus correspondientes notas y ofreció dos proyectos de remodelación: en el primero, propuso un cuerpo regular añadido a la cabecera, menos lesivo que el segundo proyecto, en el que desarrolló un gran plan de reestructuración de espacios con un notable nivel de abstracción. La política exterior de la España borbónica del último tercio del siglo XVIII obligó al Cabildo a donar grandes sumas de dinero a la Corona. La invasión napoleónica y la Guerra de la Independencia contribuyeron a la quietud en la fábrica de la catedral durante las primeras décadas del siglo XIX.
En el verano de 1799, realizó el estudio y proyecto para el enlosado y cloaca de la calle de la Azabachería, arteria comercial y vía de comunicación entre las plazas del Obradoiro y del Campo. Empedró la calle, ordenó la demolición de varios soportales ruinosos y logró ensanchar la vía pública, hacerla más recta y evitar accidentes. En la misma calle visitaba y reparaba las casas propiedad del Cabildo de la catedral, en su papel de maestro de obras de la basílica apostólica. Su control sobre las viviendas que se edificaban en la ciudad le llevó a realizar proyectos de arquitectura doméstica en las décadas de 1780 y 1790. Son tres los tipos de alzados trazados por Ferro: fachadas encuadradas por pilastras toscanas, fachadas encuadradas por resaltes y fachadas con un primer cuerpo almohadillado que, a veces, se aplica en las pilastras o esquinales.
Entre 1799 y 1800 mantuvo una disputa con el arquitecto académico Melchor de Prado Mariño, por el control de las obras de la ciudad. El pleito se resolvió a fines de 1800 con un acuerdo entre ambos litigantes.
No obstante, las escasas obras que se hacían en Santiago, el descenso del volumen de trabajo en la catedral y los achaques que comenzó a padecer por su avanzada edad, hicieron que Ferro tuviese que suplicar, en 1803-1804, una ayuda económica a los canónigos.
Una enfermedad contraída en 1804, le llevará a la tumba el 1 de julio de 1807.
Obras de ~: Plano de la plaza del Hospital, Santiago, 1766; Planos para el cuerpo y fachada, iglesia parroquial de Santa María del Camino (Santiago), 1770; Remodelación del cuartel militar de Santa Isabel, Santiago, 1771; Construcción del monasterio de Coria (Asturias), 1774; Obras hidráulicas del puerto, La Coruña, 1774-1778; Ala norte del edificio de la Universidad, Santiago, 1774-1780; Arsenal para buques-correo, La Coruña, 1775; Sacristía, iglesia parroquial de San Miguel dos Agros, Santiago, 1781; Capilla General de Ánimas, Santiago, 1784.
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Francisco Singul Lorenzo