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Juan Pedro Arnal y Ardi

Biografía

Arnal y Ardi, Juan Pedro. Madrid, 19.XI.1735 – 14.III.1805. Arquitecto.

Hijo de Juan Enrique Arnal, natural de Jurac, reino de Perpiñán —platero cuyo trabajo estuvo vinculado en Madrid a los círculos cortesanos—, y de Margarita Jerónima Ardi, natural de la villa también francesa de Castelnaudary, en el partido del Langedoc, Pedro Arnal estudió las bellas artes en la Academia de Toulouse y en ella fue siete veces premiado en Arquitectura, Perspectiva y Dibujo. Vuelto a Madrid hacia 1760, consta su matrícula en la Academia de San Fernando para el estudio de Arquitectura y Natural el 18 de octubre de 1762, con veintisiete años. En Arquitectura obtuvo el segundo premio de 1.ª clase en el concurso general del año 1763, por sus proyectos de un Palacio Episcopal con su Audiencia y habitaciones a los lados para doce Canónigos y de Un Mausoleo á la memoria de D. Luis Velasco, compuesto de dos cuerpos, uno Dórico y otro Jónico. En 1766, con treinta años, obtuvo al fin el primer premio de 1.ª clase por sus proyectos de Casa magnífica para los Consejeros y demás Tribunales del Rey y de Capilla circular de sesenta pies de diámetro de orden Corintio con tres altares, para un Palacio Real. Este éxito le valió ser comisionado para viajar a Córdoba y Granada para dibujar las antigüedades árabes bajo la dirección de José de Hermosilla y teniendo por compañero al joven Juan de Villanueva, cuatro años menor que Arnal y también discípulo de la Academia. El viaje se realizó entre septiembre de 1766 y abril de 1767. Tras sus trabajos en Andalucía, Hermosilla presentó, en la de San Fernando, a la Junta Ordinaria del 2 de mayo de 1767, los dibujos hasta entonces acabados de los palacios árabe y de Carlos V de la Alhambra, los de la catedral de Granada, su sagrario y Capilla Real, así como las plantas y los alzados de la catedral de Córdoba y un gran número de dibujos de antigüedades e inscripciones árabes. Explicó Hermosilla qué dibujos eran de su mano y cuáles de Villanueva o de Arnal, elogiando después “la aplicación con que ambos han trabajado [y] la inteligencia que han adquirido en toda especie de operaciones propias de un arquitecto sobre el terreno y sobre los mismos edificios”, y quedó en entregar el resto de las láminas, que los tres estaban todavía trabajando, cuando estuvieran acabadas. El encargo, en consecuencia, aún no estaba del todo atendido.

Sin embargo, la misma Junta leyó un memorial de Pedro Arnal en el que, haciendo presente su aplicación, su deuda con la Academia y el mérito que se le acababa de reconocer, suplicaba a la Academia le concediera la graduación que estimase pertinente. En vista de tal solicitud, considerada entonces oportuna y moderada, los vocales presentes hicieron a Arnal académico de mérito por la Arquitectura, y teniendo noticia la Junta de que el interesado se encontraba en ese momento en la propia casa de la Academia, lo llamó a la sala, le informó de su flamante graduación y le dio posesión de su asiento.

A partir de ese momento, Pedro Arnal resultará ser siempre uno de los miembros más activos de la corporación fernandina, tanto en el ejercicio de la enseñanza como en su asistencia a juntas y comisiones.

Socio de honor de las Academias de Toulouse y Marsella, en la madrileña de San Fernando irá ascendiendo como profesor de las salas de Arquitectura al ritmo en que se van produciendo vacantes.

Fue teniente director desde el 9 de septiembre de 1774, por fallecimiento de Subirás, y, tras la muerte de Ventura Rodríguez, director desde el 5 de marzo de 1786. Ese mismo año es creada por real orden de Carlos III, dada en El Pardo el 22 de marzo, una comisión censora de los proyectos de toda obra pública que se construyera en España y que fueran remitidos para su examen a la Academia por el Consejo de Castilla o por otros cuerpos autorizados. Se trata de la importante Comisión de Arquitectura, que dirigirá desde su origen también Pedro Arnal. Sus estudios y dibujos de los mosaicos descubiertos en un edificio situado a tres leguas de Toledo, en Rielves, fueron el motivo de la publicación en 1788 del volumen en gran folio Discurso sobre el origen y principio de los mosaycos [...] de la Villa de Rielves. Creado académico de honor de la valenciana de San Carlos, Arnal llegó a la cima de su carrera en la de Nobles Artes de San Fernando al ser elegido director general de ella, puesto que mantiene desde el 28 de septiembre de 1801 hasta su fallecimiento.

Sus trabajos para la nobleza cortesana fueron constantes, aunque la obra más importante, y también la primera en el tiempo, fue el palacio de Buenavista, proyectado de nueva planta y comenzado a construir en 1777 por Arnal para el matrimonio formado por la duquesa de Alba y el marqués de Villafranca en los altos de una vasta propiedad con jardines aterrazados hacia la calle de Alcalá. Tras los derribos de las edificaciones preexistentes, que habían servido de última residencia a la reina Isabel de Farnesio, comenzó una obra que, sin estar todavía acabada, sufrió en 1795 y en 1796 sendos incendios que la dejaron prácticamente en ruinas antes de haber sido habitada por sus propietarios. Los planes de reconstrucción del edificio corrieron más tarde, en 1814, a cargo del arquitecto Antonio López Aguado, cuando se pensó en crear en él un museo fernandino de pintura y escultura. Para el duque del Infantado, Pastrana y Lerma, inicia Arnal en 1791 una gran casa palacio en las Vistillas de San Francisco. Para el marqués de Santa Cruz reforma una casa en la plaza de la Encarnación con vuelta a las calles de la Bola y de Torija y da el proyecto de reforma de su casa palacio de la calle de San Bernardino.

También en Madrid y en posiciones próximas entre sí proyecta y dirige la ejecución de dos nuevos edificios oficiales.

A partir de 1791, de la desaparecida Real Imprenta de la Gaceta, con fachada accesoria a la plazuela de la Paz y principal a la calle de Carretas (de esta última se conserva copia firmada por Arnal del alzado ideado por el arquitecto Manuel Rodríguez Turrillo).

A partir de 1795, de la Real Casa de Postas, que ocupaba toda la superficie del hexágono irregular que dibujaba el perímetro de la manzana 205 —tras la intervención de Ventura Rodríguez en la definición urbana de ese entorno—, detrás de la Real Casa de Correos proyectada por el arquitecto francés Jaime Marquet y de la Imprenta Real, del mismo Arnal.

Autor de modestos y siempre sencillos proyectos de renovación del caserío madrileño para particulares, se conserva todavía en pie la casa que Pedro Arnal proyecta en 1803, su plano de fachada está fechado el 14 de abril de ese año, para Francisco Pérez de Lema en la calle de las Aguas, manzana 117.

Su obra es abundante en proyectos de arquitectura religiosa que, como muchos de la arquitectura civil, no pasaron del papel. La valoración de la figura de Arnal por parte de la historiografía da una importancia grande a su sólida formación —considerándolo “uno de los arquitectos más eruditos de su tiempo” (Ceán), aunque no se conocen textos teóricos de los que sea autor— y a la renovadora actitud que defendió, desde su posición académica de director de las salas de Arquitectura y de la Comisión de esta disciplina, en beneficio del abandono de los sistemas decorativos y los métodos de proyecto del barroco y de la búsqueda de un nuevo clasicismo, de acuerdo con los supuestos mantenidos por una arquitectura francesa representativa de la Razón (Sambricio). Su obra proyectada y la escasa construida, sin embargo, manifiesta una voluntad posibilista y pragmática, ajena al arqueologismo, la estilofilia y la composición por partes autónomas de las que hará gala la mejor arquitectura de la Ilustración.

Vicente López pintó en 1795 el retrato, hoy perdido, de Pedro Arnal. Viudo de primeras nupcias con Luisa de Robles, fallecida el 26 de marzo de 1802, y casado en segundas, el siguiente 20 de junio de ese mismo año, con Francisca Ortiz y Carrión, Arnal hizo testamento el 19 de septiembre de 1804, dando instrucciones para que sus libros y su colección de estampas fueran vendidos a los profesores que los necesitaran en “el precio justo que mereciere” y dejando por heredero único y universal al póstumo o póstumos de que se hallaba embarazada su mujer.

Murió en casa propia, reformada y ampliada por él en 1801, situada en la calle de las Huertas número 11, con vuelta a la costanilla de los Desamparados 8 y 9, manzana 245, y fue enterrado junto a los restos de su primera esposa en la iglesia madrileña del convento de los padres Carmelitas Descalzos.

 

Obras de ~: Escritos: Discurso sobre el origen y principio de los mosaycos, y sus varias materias, contraído á los que nuevamente se descubrieron en las excavaciones de la Villa de Rielves de orden de S. M. Por Don Pedro Arnal, s. l., s. f. [Madrid, 1788].

Obras de arquitectura civil: portada de la casa del conde de Baños en la plazuela del Ángel (1770); Palacio de Buenavista (1777-1796); proyecto de reforma de la fachada del Hospital Tavera; proyecto de Casa consistorial y cárcel de Pozoblanco, ornatos de los teatros del Príncipe y de la Cruz (1784); proyecto de Puerta principal de Andújar (1786); Aduana en Santander (1787); Ayuntamiento de Pozoblanco (1787); Pósito en el valle de Azgadir; Ayuntamiento y cárcel en Soto de Cameros, Logroño; proyecto de reforma de la casa del marqués de Santa Cruz; Nueva población de San Carlos en el valle de Santa Elena, La Mancha (1788); ornatos de la Casa de Correos, de la Academia de San Fernando y de la casa del marqués de Cogolludo (1789); Imprenta Real (1791); Real Casa de Postas (1795); Escuela en Mascuerras, Santander (1797); Dos caseríos en Jaizquíbel, Guipúzcoa (1801); Obelisco de entrada a Sanlúcar de Barrameda (1803).

Obras de arquitectura hidráulica: fuentes de Sigüenza y de Villafranca de Córdoba; puentes de Tirateafuera sobre el río Vega, La Mancha (1789), de Navalcarnero, de Andoaín y de Villafranca; presa del Povedal del Marrón, Asturias (1804).

Obras de arquitectura religiosa: en Madrid, testero de la capilla de Santa Rita en la iglesia de San Felipe el Real (1776); sepulcro en la iglesia de San Andrés (1778); proyecto del claustro de la catedral de Almería (1785, con Miguel Fernández); capilla de los Guardias en la iglesia de San Sebastián (1786); altar de San José en la parroquia de San Ginés (1789); tabernáculo para la parroquia de Santa María (1792) y retablo para la iglesia de San Nicolás (1794). Fuera de Madrid: retablo para la iglesia parroquial de Sesma (1787); tabernáculo de mármoles verdes de la catedral de Jaén (1789); altar para las salas capitulares de la catedral de Burgos (1789); iglesia parroquial de Navalcarnero (1785); iglesia parroquial de Santa María de Calatañazor (1788); altar para la iglesia de San Juan de Orduña (1789); retablo de la capilla mayor de la iglesia de Cambados (1789); altar lateral para la iglesia parroquial de Villanueva y Geltrú (1792); altar para la iglesia de Madridejos, en La Mancha (1793); fachada del convento de Capuchinas, en Murcia (1796); tabernáculo de la catedral de Málaga (1797); Iglesia de Berriatúa (1801); retablo mayor de la iglesia de San Esteban, en Valencia (1801); torre de la iglesia de Urda, en La Mancha (1803). En la América hispana: proyectos para la catedral de Cuenca, en Quito (1787); tabernáculo de la catedral de Córdoba, en Tucumán (1796); Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en México (1802).

 

Bibl.: J. A. Ceán-Bermúdez, “Apéndice”, en E. Llaguno y Amirola, Noticias de los arquitectos y arquitectura de España desde su restauración por el Exmo. Sr. D. [...], ilustradas y acrecentadas con notas, adiciones y documentos por D [...], Madrid, Imprenta Real, 1829, t. IV, págs. 308-310; Martínez Friera, Un Museo de Pinturas en el Palacio de Buenavista. Proyecto de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, Madrid, Afrodisio Aguado, 1942; J. M. Pita Andrade, “La Casa de Alba costea el retablo de la iglesia parroquial de Cambados”, Cuadernos de Estudios Gallegos, IX, fasc. XXVII, 1959, págs. 144- 150; R. Mesuret, “Documents et references sur Pierre Arnal”, en Caravelle, VII (1966), págs. 76 y ss.; E. Pardo Canalís, Los registros de matrícula de la Academia de San Fernando de 1752 a 1815, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1967, pág. 10; C. Sambricio, “Juan Pedro Arnal, arquitecto del siglo xviii”, en Archivo Español de Arte, n.º 183 (1973), págs. 299-318; “Juan Pedro Arnal y la teoría arquitectónica en la Academia de San Fernando de Madrid”, en Goya, n.º 147 (noviembre de 1979), págs. 147-157; “El urbanismo de la Ilustración”, en Vivienda y Urbanismo, Madrid (1982), págs. 139-157; “Juan Pedro Arnal”, en La arquitectura española de la Ilustración, Madrid, CSCAE-IEAL, 1986, págs. 304-310; V. Tovar Martín, “Juan Pedro Arnal”, en La Casa de Correos, un edificio en la ciudad, Madrid, Comunidad de Madrid, 1988, págs. 99-130; M. Fernández García, Parroquia madrileña de San Sebastián. Algunos arquitectos que fueron feligreses de esta parroquia, Madrid, Tierra de Fuego, 1988, págs. 6-7; J. L. Barrio Moya, “Testamento y muerte del arquitecto Juan Pedro Arnal”, en Academia, n.º 71 (segundo semestre de 1990), págs. 481-492; D. Rodríguez Ruiz, La memoria frágil. José de Hermosilla y las Antigüedades árabes de España, Madrid, Fundación Cultural COAM, 1992; I. Cadiñanos Bardeci, “La parroquia de Navalcarnero en el siglo xviii”, en Academia, n.º 82 (primer semestre de 1996), págs. 359-378; P. Moleón Gavilanes, Arquitectos españoles en la Roma del Grand Tour (1746-1796), Madrid, Abada, 2003.

 

Pedro Moleón Gavilanes

 

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