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Juan Bautista Belaunzarán

Biografía

Belaunzarán, Juan Bautista. Andoáin (Guipúzcoa), 1769 – Bilbao (Vizcaya), 1849. Arquitecto y académico de Bellas Artes.

Encuadrado dentro de la segunda generación de arquitectos neoclásicos de Vizcaya, la que tiene protagonismo entre 1814 y 1835, Belaunzaran no sólo fue cabeza de una saga de importantes maestros —sus hijos Hermenegildo y Pedro Manuel—, sino también una figura decisiva en el desarrollo de la arquitectura provincial en la primera mitad del siglo xix. Como otros coetáneos, Silvestre Pérez, por ejemplo, dominó también la ingeniería de caminos, que practicó durante toda su vida.

Comienza ésta en Andoain (Guipúzcoa), en 1769, de donde debió de pasar a Madrid, a prepararse en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Antes de terminar el siglo XVIII ya se encontraba ubicado en Lequeitio (Vizcaya), desplegando mucha actividad, tanta como desde su último avecindamiento en Bilbao. Y en esta villa falleció a los ochenta años.

Su testamento, redactado en 1848, proporciona muchas noticias sobre su buen nivel económico, pues dejaba varias posesiones urbanas en Lequeitio y Andoain.

Muy frecuentemente involucrado en encargos de tipo oficial o público, como el trazado o la dirección de caminos reales —los de Bilbao a Durango y de Lequeitio a Durango—, solicita en 1834, cuando tenía ya sesenta y cinco años, la dirección del de Orduña (de Bilbao a Pancorbo), sin conseguirla. Dos años después informaba sobre el estado en que había quedado la iglesia de Santiago de Bilbao tras el asedio carlista.

Su primera gran obra es la antigua casa consistorial de Guernica (1814), desaparecida en el bombardeo del año 1937. Salvo en algún aspecto formal, recordaba en todo a las casas concejiles vascas del barroco, con su porche corrido en arcos abajo y sus balconadas arriba. En 1819 diseña y dirige, con su hijo Hermenegildo, la iglesia de Ajanguiz (Vizcaya) y sus casas curales, magnífico edificio aquél, de tipo centrado, como otros anteriores de Vizcaya debidos a la primera generación de maestros de la Academia (Larrabetzu, Aldeacueva, Bermeo, por ejemplo). También centrada era la iglesia que presidía el cementerio de Mallona (Bilbao), desaparecida, como sus galerías porticadas en rectángulo, diseñado todo por Belaunzaran en 1828. Queda de la necrópolis un magnífico ingreso en arco de triunfo, la escalinata y parte de los servicios. También un plano suyo, no realizado, de necrópolis elíptica.

Dos iglesias que no tienen que ver con el planteamiento circular, sino con el basilical de una nave con columnas adosadas a los muros, son las de San Pedro de Galdames (Vizcaya), que traza en 1825, y la de Arrieta (Vizcaya), que se le atribuye aquí. El uso tan correcto que hace de la columna dórico-romana (toscana) y la reiteración en las fórmulas centradas revelan la sugestión que para Belaunzaran tenía la Antigüedad.

El acceso a Mallona, por ejemplo, es un verdadero arco de triunfo a la romana. Como la propia fachada de Ajanguiz.

Una de sus últimas actuaciones debió de ser la traza y dirección de la torre de campanas de la iglesia de Zamudio (1845), de un neoclasicismo ya muy deslavado, isabelino.

 

Obras de ~: con H. Belaunzaran, iglesia de Ajanguiz y casas curales, Vizcaya, 1819; iglesia de San Pedro de Galdames, Vizcaya, 1825; cementerio de Mallona-Bilbao, 1828; iglesia de San Martín de Arrieta, Vizcaya, s. f. (atrib.).

 

Bibl.: J. A. Barrio Loza, “El viejo camposanto neoclásico de Mallona, en Bilbao”, en Letras de Deusto (Bilbao), n.º 41 (1988), págs. 107-124; “Aproximación a la arquitectura del neoclasicismo en Bizkaia”, en Arquitectura neoclásica en el País Vasco, Bilbao, Gobierno Vasco, 1990, págs. 91-101.

 

José Ángel Barrio Loza