Ceán Bermúdez, Juan Agustín Gijón (Asturias), 17.IX.1749 – Madrid, 3.XII.1829; Historiador del Arte y anticuario.
De familia modesta, estudió gramática y latinidad en Gijón y Filosofía y Humanidades en el colegio de San Matías de los jesuitas de Oviedo (1762-1764).
En este último año acompañó a Jovellanos, al que le unían estrechas relaciones familiares, de paje a Alcalá de Henares, y con él permaneció hasta 1767. Al ser nombrado Jovellanos alcalde del Crimen de la Audiencia de Sevilla en 1768, le siguió a esta ciudad. En Sevilla comenzó su formación en Bellas Artes, especialmente en la pintura con Juan Espinal, con quien creó en 1769, entre otros, la Escuela pública de nobles artes que acabó por constituirse en la Academia de Tres Nobles Artes, gracias al apoyo de Francisco de Bruna y Pablo Olavide. En agosto de 1776 fue enviado por Jovellanos a Madrid, quien solicitó la recomendación de Pedro Rodríguez Campomanes, para perfeccionar sus estudios de pintura con Antonio Rafael Mengs. Aunque tan sólo se mantuvo cuatro meses al lado del pintor de Bohemia, ejerció una notable influencia en Ceán en su asimilación de la estética neoclásica, de la que hizo gala toda su vida y alumbró siempre su criterio en sus estudios, tanto artísticos como arqueológicos.
Tras un corto retorno a Sevilla, regresó a Madrid en octubre de 1778 con motivo del nombramiento de alcalde de Casa y Corte de Jovellanos. Fue en este momento cuando Ceán Bermúdez dejó la pintura para dedicarse al estudio del Arte y emprendió sus trabajos recopilatorios sobre artistas españoles y extranjeros que habían trabajado en España. En 1783 fue nombrado oficial de la Secretaría del Banco de San Carlos y, en 1785, ascendió a oficial mayor, siendo su director Francisco Cabarrús. Este puesto le permitió desarrollar sus estudios artísticos y realizar varios viajes por España, de los que obtuvo provecho al recoger datos sobre artistas y ampliar sus conocimientos de historia del arte. Un año después contrajo matrimonio con Manuela Margarita Camas y las Hevas.
En estos años madrileños trabó amistad, entre otros, con Leandro Fernández de Moratín y Francisco de Goya, quien le retrató en dos ocasiones. Al caer el conde de Cabarrús, Ceán Bermúdez fue destinado al Archivo de Indias en Sevilla, en 1791. Aunque el trabajo en el archivo le abrumaba, aprovechó para continuar recopilando datos sobre los artistas españoles, ya que Jovellanos le remitía muchas noticias. Fue la primera separación prolongada de su mentor. En 1797 regresó de nuevo a Madrid al ser nombrado Jovellanos ministro de Gracia y Justicia y obtuvo el cargo de oficial de la Secretaría de Gracia y Justicia de Indias.
El 1 de julio de 1798 fue elegido académico honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Dos años más tarde, y financiado por dicha institución, se publicó, no sin ciertas dificultades, el Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, su obra más importante y un trabajo sin precedentes en la historiografía del arte en España y largamente aplaudido por la crítica de entonces y de siempre.
A raíz del destierro de Jovellanos, en 1801, fue de nuevo destinado al Archivo de Indias. En ésta su tercera estancia sevillana, dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio y la investigación sobre la Historia del Arte y las Antigüedades. Frutos de sus estudios sobre la Historia del Arte fueron la Descripción artística de la Catedral de Sevilla (1804), obra de gran importancia, pues se trata en realidad de un verdadero tratado de la evolución de los estilos arquitectónicos, la Descripción artística del Hospital de la Sangre (1804), además de un estudio sobre la escuela sevillana de pintura y Bartolomé Esteban Murillo (1806).
También escribió un trabajo sobre la custodia de la catedral de Sevilla (1805), que no fue publicado hasta bastantes años después de su fallecimiento. En la ciudad hispalense nació también su afición por las antigüedades, especialmente por las ruinas de Itálica, de la que remitió un informe sobre el llamado mosaico del circo o de las musas, hallado a finales de 1799, a la Real Academia de la Historia, que le había nombrado académico correspondiente el 9 de enero de 1802. En 1803 dicha institución le solicitó que informara sobre los individuos más adecuados para colaborar en la formación de la colección de inscripciones de España que la institución se había propuesto llevar a cabo y dar comienzo por el reino de Sevilla. Recomendó Ceán a su amigo Francisco de Bruna, a Diego Galvez, a Joaquín del Cid y Carrascal y a Justino Matute, al que también le unía la amistad.
A finales de 1808 regresó a Madrid donde residió hasta su fallecimiento. En 1810 tuvo que aceptar el empleo de jefe de División del Ministerio de Negocios Eclesiásticos de José Bonaparte. El 10 de enero de 1812 fue admitido en la clase de académicos supernumerarios y como era entonces preceptivo presentó por trabajo el Discurso preliminar a las “Noticias de los arquitectos y arquitectura de España”, obra que Eugenio Llaguno y Amirola, su autor, le había legado en 1799 y que Ceán enriqueció con extensas adiciones y prolongaciones, y que es la primera síntesis de la historia de la Arquitectura española.
El 5 de junio de 1812 fue admitido para la clase de número tras presentar un discurso sobre La vida de Juan de Herrera, que quedó inédito y fue publicado en 1870. En este mismo año, la Real Academia de la Historia le encargó la biografía de Jovellanos, que publicó dos años más tarde, y que ha sido la fuente en la que han bebido la mayor parte de los posteriores biógrafos del ilustre asturiano. Estuvo Ceán desde estos momentos muy implicado en la Real Academia de la Historia a la que acudía con puntual regularidad a sus juntas.
Tras la finalización de la invasión francesa, la Real Academia de la Historia tuvo que reorganizar y normalizar sus actividades. Ceán estuvo muy involucrado en estas tareas y en 1814 fue agregado a su Comisión de Antigüedades, que estaba formada por Diego Clemencín, José Sabau y José de la Canal, a la que se incorporó más tarde, tras ser readmitido en el seno de la Academia en 1816, el anticuario de la institución, José Antonio Conde. Uno de los objetivos principales fue la de restablecer la Inspección de Antigüedades del Reino, que le había sido concedida a la Academia por Real Cédula de 6 de julio de 1803, una de las primeras medias legislativas de protección monumental que ha existido en Europa. Para reforzar y hacer más eficaz el desempeño de esta importante atribución, Ceán presentó el 20 de septiembre de 1816 el prefacio de la obra Sumario de las Antigüedades romanas que hay en España pertenecientes a las Bellas Artes, y el 23 de enero de 1818, tras el favorable informe de José Antonio Conde, la Academia acordó publicarlo bajo sus auspicios. Para redactar esta importante obra, que tuvo una intención didáctica y de difundir el conocimiento de nuestras antigüedades clásicas, Céan utilizó como fuente principal el archivo de la Real Academia de la Historia y estuvo trabajando en ella prácticamente hasta sus últimos días. Pero, además, Ceán formó parte de varias comisiones, como revisor general, que informaron sobre distintas obras sobre las antigüedades españolas, como el trabajo sobre la situación de la antigua Elvora de José María de la Paz Rodríguez (1817) y la Celtiberia de Ptolomeo de Ambrosio Rui Bamba (1818).
No por ello abandonó sus estudios sobre la historia del arte, ya que en 1821 tradujo del italiano y anotó con profusión la obra de Federico Milizia Arte de ver en las Bellas Artes del diseño, y desde 1818 amenizó las reuniones académicas con sus famosos Diálogos, la mayor parte de los cuales aparecieron publicados en la revista El Censor en 1822 y otros póstumamente y en los que dejó clara muestra de su neoclasicismo.
Póstuma fue también le edición de un trabajo realizado, a petición de su amigo Vicente González Arnao, en 1819, sobre los artistas que intervinieron en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. A ellos se debe añadir la Historia del Arte de la Pintura que fue redactada entre 1822 y 1824 y cuyo manuscrito se conserva inédito en la Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El 14 de febrero de 1824 fue nombrado consiliario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Dos años más tarde, José de Madrazo, director del Real Establecimiento Litográfico, le llamó para redactar la Colección de los retratos de los Reyes de España. Llegó a describir las cuarenta y seis primeras litografías, y al no poder continuar le sustituyó José Musso y Valiente.
En 1829 aparecieron los cuatro volúmenes de las Noticias de los Arquitectos y Arquitectura de España de Eugenio Llaguno, profusamente anotados, ampliados y documentados por Ceán. La obra, cuya revisión y corrección para su impresión fue encargada por el entonces ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros, el 28 de noviembre de 1828, a Francisco Antonio González y Martín Fernández de Navarrete, fue publicada bajo los auspicios de Fernando VII, a quien está dedicada, en la Imprenta Real, y es la primera historia científica de la Arquitectura española.
A los pocos días del fallecimiento de Ceán, Fernando VII mandó, por real Orden de 21 de diciembre de 1829, que se costease por el real erario la impresión del Sumario de las Antigüedades romanas que hay en España, quedando el beneficio de la obra a su familia y que la Real Academia de la Historia se encargase de la corrección de la impresión, que le fue encomendada a Diego Clemencín, José de la Canal y José Musso y, finalmente, publicada en la Imprenta Real en 1832. El Sumario, que al igual que las Noticias de Arquitectos, fue elaborada a lo largo de pacientes años de trabajo y pese a las justificadas objeciones que se le han señalado, fue una de las obras más importantes de la arqueología fernandina y es, sin duda, la primera obra de conjunto sobre las antigüedades hispanorromanas que se publicó en España.
Obras de ~: Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Madrid, Real Academia de San Fernando, 1800; Descripción artística de la catedral de Sevilla, Sevilla, Casa de la Viuda de Hidalgo y Sobrino, 1804; Descripción artística del Hospital de la Sangre de Sevilla, Valencia, Benito Monfort, 1804; Apéndice a la descripción artística de la catedral de Sevilla, Sevilla, Viuda de Hidalgo y Sobrino, 1805; Carta de D. Juan Agustín Ceán Bermúdez a un amigo suyo, sobre el estilo y gusto en la pintura de la escuela sevillana, y sobre el grado de perfección a que la elevó Bartolomé Estevan Murillo, cuya vida se inserta y se describen sus obras en Sevilla, Cádiz, Casa de Misericordia, 1806; Memorias para la vida del excelentísimo señor don Gaspar Melchor de Jovellanos y noticias analíticas de sus obras, Madrid, Imprenta que fue de Fuentenebro, 1814; Análisis de un cuadro que pintó D. Francisco Goya para la catedral de Sevilla, Madrid, Imprenta Real y Mayor, 1817; Diálogo sobre el arte de la pintura, Sevilla, 1819; “Diálogo sobre la primicia entre la Pintura y la Escultura”, en El Censor, n.º 89 (abril de 1822); “Diálogo sobre el origen, formas y progresos de la Escultura en las naciones anteriores a los griegos”, en El Censor, n.º 91 (4 de mayo de 1822); “Diálogo sobre el estado de perfección a que llegó la Escultura en Grecia”, en El Censor, n.º 97 (8 de junio de 1822); “Diálogo sobre la Escultura en tiempo de la dominación de los romanos”, en El Censor, n.º 102 (13 de julio de 1822); Colección de cuadros del Rey de España, obra litografiada por hábiles artistas bajo la dirección de D. José de Madrazo con el texto por D. Juan Agustín Ceán Bermúdez, Madrid, 1826-1836; Arte de ver en las Bellas Artes del diseño, según los principios de Sulzer y de Mengs, por Francisco Milizia. Traducido al castellano con notas e ilustraciones por Juan Agustín Ceán Bermúdez, Madrid, Imprenta Real, 1827; con E. Llaguno Amirola, Noticias de los arquitectos y arquitectura de España desde su restauración, por el Excmo. Señor D. Eugenio Llaguno y Amirola, ilustradas y acrecentadas con notas, adiciones y documentos por Juan Agustín Ceán Bermúdez, Madrid, Imprenta Real, 1829; Sumario de las antigüedades romanas que hay en España, en especial las pertenecientes a Bellas Artes, Madrid, Imprenta de D. Miguel de Burgos, 1832; “Descripción de la custodia de la Catedral de Sevilla”, en El Arte en España, III (1864), págs. 174 y ss.; Ocios de Don Juan Agustín Ceán Bermúdez sobre Bellas Artes (Hasta ahora inéditos), Madrid, Imprenta de Berenguillo, 1870.
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Jorge Maier Allende