López Aguado, Antonio. Madrid, 1764 – 1831. Arquitecto.
Padre de Martín, se matriculó como alumno en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 14 de noviembre de 1778, a los catorce años de edad. Entre 1780 y 1784 se presentó como discípulo a las ayudas de costa convocadas por la Institución: en enero de 1780 por la 2.ª Clase de Arquitectura, elaborando como ejercicio demostrativo las Partes en grande del templo de Pola según Paladio; en marzo, por la misma clase, habiendo realizado las Partes en grande del Templo de Antonino y Faustina según Paladio; en mayo, también por la 2.ª de Arquitectura, tras ejecutar las Partes en grande del templo de Júpiter en Roma según Paladio y en diciembre tras desarrollar el Ornamento en grande del Templo de próstitos según Vitruvio. Estas tres últimas ayudas le serían concedidas respectivamente en las Juntas Ordinarias del 2 de abril, 4 de junio y 31 de diciembre de 1780.
A lo largo de 1781 volvió a optar a las becas mensuales, presentándose en esta ocasión en febrero y mayo por la 2.ª y 1.ª de Arquitectura, con las Partes en grande del templo díptero según Vitruvio y el Templo monóptero según Vitruvio, obteniéndolas respectivamente en las Juntas Ordinarias del 4 de marzo y 3 de junio de 1781. En este mismo año obtuvo el Primer Premio de 3.ª Clase por la Arquitectura, en el concurso general de premios, habiendo ejecutado como ejercicios prácticos el Capitel Jónico en ángulo, del tamaño de una quarta, con su planta y cornisamento, según las reglas de Vignola y el Capitel del Orden Jónico visto por ángulo.
Durante 1782 volvió a presentarse a las ayudas de costa, esta vez durante los meses de abril, noviembre y diciembre, siendo premiado respectivamente en las Juntas Ordinarias del 5 de mayo y 1 de diciembre de 1782, y 3 de enero de 1783. En abril lo hizo por la 1.ª de Arquitectura con el diseño de un Arco triunfal por al estilo antiguo; en noviembre por la Perspectiva, presentando el Templo de la Sibila Tiburtina según los residuos que se hallan en la Academia y en diciembre, también por la 1.ª de Arquitectura, elaborando el Templo de San Andrés según Dabiler.
A lo largo de 1783 tan sólo obtuvo la beca del mes de febrero por la 1.ª de Arquitectura en la Junta Ordinaria del 2 de marzo, tras desarrollar el Templo de Júpiter Stator según lo tiene la Real Academia, pero al año siguiente obtendría la de los meses de febrero y abril por la misma Clase, en las Juntas Ordinarias del 7 de marzo y 2 de mayo, con los dibujos del Templo de la Sibila de Tívoli, según se halla en la Real Academia y el Orden de Cariátides según Vitruvio.
En 1787 le fue concedido el Primer Premio de 1.ª Clase por la Arquitectura, en el concurso general de premios. Compitió con Blas Cesáreo Martín, Isidro Velázquez, Mateo de Medina, Juan de Milla, Ángel Fernández, Juan González, Francisco de Pablos, Luis de Huertas y Silvestre Pérez, este último galardonado con el Segundo Premio. A todos ellos se les exigió proyectar como ejercicio de pensado “una Biblioteca pública, en la cual, además de las Salas principales de su instituto, las haya para manuscritos, ú monetario, y una galería donde puedan colocarse las imágenes de los Sabios y Héroes de la Nación, con cómodas habitaciones para un Bibliotecario mayor, quatro del número y ocho supernumerarios” y como prueba de repente “un salón de Palacio para dar el Rey audiencia a los Embajadores”.
En la Junta Ordinaria del 4 de mayo de 1788 se leyó un memorial en el que solicitaba asunto para recibirse en la clase de académico de mérito. Le dieron como tema a desarrollar “Una iglesia parroquial para un pueblo de 300 vecinos con sus respectivas servidumbres y casas de habitación para el cura y sacristán”, proyecto hoy incompleto al ser hurtados, según un documento, “La fachada y el corte de la Igla. de Aguado”. Terminados los diseños, se acordó que fuera examinado en la junta particular y fue aprobado por unanimidad en la Junta Ordinaria del 1 de junio de 1788.
Dentro de la Academia y fuera de ella, su aprendizaje se centró en torno a Villanueva, convirtiéndose, después de Isidro González Velázquez, en su discípulo más directo. Fue uno de los arquitectos de la segunda generación del Neoclasicismo, entre cuyas primeras obras se encuentran un monumento para Ciudad Rodrigo, cuyos planos fueron aprobados en la Junta Ordinaria del 30 de noviembre de 1800; la fachada de la Real Casa de los Expósitos en la calle del Solado esquina a la de la Libertad (Madrid) en colaboración con Julián de Barcenilla (1803); la reparación del murallón de la calle de los Desamparados (Toledo), para cuyo reconocimiento había sido nombrado por la Corporación y cuyos cinco diseños en borrado serían aprobados en su totalidad en la Junta de la Comisión de 28 de julio de 1803, y la reforma del palacio de Villahermosa en Madrid (1805). Es en este año cuando, por fallecimiento de Arnal, fue propuesto el día 14 de marzo de 1805 para cubrir la vacante de director de Arquitectura a la vez que lo eran el teniente de arquitectura Juan Antonio Cuervo y el académico Silvestre Pérez, plaza que obtendría en la Junta Ordinaria del 19 de marzo de 1805. La plaza de López Aguado sería cubierta por Silvestre Pérez en febrero de 1812 por ausencia de este titular, aunque este nombramiento, junto con otros aprobados por el Rey, serían anulados en la Junta Ordinaria del 7 de noviembre de ese mismo año.
Durante 1813 aparece como teniente de arquitecto mayor de Madrid, ocupándose de la fortificación de “Avapiés”, y en 1814 como arquitecto mayor de la villa y director general de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En este último año levantó un arco triunfal en la desaparecida calle de la Almudena para conmemorar la vuelta de Fernando VII; elaboró la decoración de la puerta de Atocha para la entrada del Rey a Madrid y el Monumento a los héroes del 2 de Mayo en el paseo del Prado. En 1817 se trasladó a Sacedón (Guadalajara) para hacerse cargo de los reales baños y de la construcción de un palacio en “La Isabela”, a orillas del Guadiela, mismo año en que comenzó las obras de la puerta de Toledo (Madrid), que finalizó en 1824. El 23 de abril de 1818 fue nombrado director facultativo del nuevo Teatro Real de Madrid, que sustituía al de los Caños del Peral. A partir de 1922 su nombre aparece asociado al teatro del Príncipe y en 1923 al puente del Abanico sobre el río Manzanares, después de que en la Junta Ordinaria del 12 de octubre la Academia le propusiera ante el Real y ante el Superior Consejo de Castilla para llevar a cabo la dirección de dicha obra. A raíz de su muerte, la Junta de Gobierno de los Reales Hospitales de la Corte envió un escrito a la Academia donde quedó reseñado el perfil del individuo que debía ocupar su plaza: “Un sujeto de acreditada honradez, conocimientos artísticos y que esté exento de grandes atenciones que le impidan asistir con puntualidad y diaria vigilancia a las obras que ocurran en dichos establecimientos”.
Obras de ~: Fachada de la Real Casa de Expósitos en la calle del Solado, Madrid, 1803; Reparación del murallón de la calle Desamparados, Madrid, 1803; Arco triunfal por la vuelta de Fernando VII, Madrid, 1814; Monumento a los héroes del 2 de Mayo en el Prado, Madrid, 1814; Palacio en “La Isabela” a orillas del Guadiela, Guadalajara, 1817; Dirección del puente del Abanico sobre el río Manzanares, Madrid, 1823; Ejecución de la puerta de Toledo, 1817-1824.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Juntas ordinarias, generales y públicas, desde 1776 hasta 1785, sig. 84/3; desde 1786 hasta 1794, sig. 85/3; desde 1795 hasta 1802, sig. 86/3; desde 1803 hasta 1818, sig. 87/3; desde 1819 hasta 1830, sig. 88/3; desde 1831 hasta 1838, sig. 89/3; Libro de Académicos de mérito, 1753- 1845, sig. 18/3.
E. Pardo Canalís, Los registros de matrícula de la Academia de San Fernando, de 1752 a 1815, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez, 1967; P. Navascués Palacio, Arquitectura y arquitectos madrileños del siglo xix, pról. de F. Chueca Goitia, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1973, págs. 43-58; Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Hacia una nueva idea de la Arquitectura. Premios Generales de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1753-1831), Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando- Comunidad de Madrid, Dirección General de Patrimonio Cultural, 1992; S. Arbaiza y C. Heras, “Inventario de los dibujos arquitectónicos (de los siglos xviii y xix) en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (I)”, en Academia (A), 91 (segundo semestre de 2000), pág. 166; (IV), en A, 96 y 97 (primer y segundo semestre de 2003), pág. 178.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler