Serna y Occina, José Ruperto Luis de la. Santoña (Cantabria), 27.III.1785 – Armentia (Vitoria), 15.I.1823. Marino, capitán de fragata de la Armada.
Hijo de Fernando de la Serna y de María Antonia Occina, fue bautizado en la Iglesia parroquial de Santa María el día 30 de marzo del año de su nacimiento, reinando en España Carlos III, ya viudo de María Amalia de Sajonia.
Desde su niñez se dedicó a la profesión de la mar y el 30 de septiembre de 1801 sentó plaza de guardia marina en la compañía del departamento marítimo de El Ferrol, siendo ya reyes de España Carlos IV, quinto de la Casa de Borbón, y su esposa y prima María Luisa de Parma, y estando a punto de firmarse la precaria Paz de Amiens que, en realidad, no fue más que una tregua entre Francia y Gran Bretaña, y que supuso para España la recuperación de Menorca a cambio de ceder Trinidad a Inglaterra. A pesar del tratado de paz los británicos continuaron en actitud hostil contra el tráfico comercial marítimo procedente de las colonias.
El 28 de noviembre de 1803, Serna formaba parte de la dotación del bergantín Descubridor que entró en combate con un corsario inglés al que obligó a retirarse después de dos horas de lucha encarnizada. Ascendió a alférez de fragata el 9 de junio de 1804, año en que Napoleón se convirtió en emperador de los franceses y España y Francia iniciaron una nueva guerra contra Gran Bretaña como consecuencia del ataque de un corsario inglés en pleno período de paz, el 30 de septiembre, a la fragata Extremadura cuando se encontraba realizando observaciones científicas y trabajos de hidrografía en la costa de Chile, y el que el 5 de octubre sufrió una formación de cuatro fragatas, que había salido con caudales de Montevideo hacia Cádiz al mando del entonces brigadier José Bustamante y Guerra, por otras cuatro británicas al mando de sir Graham Moore. El 21 de octubre de 1805 tomó parte en el combate de Trafalgar, embarcado en el navío de setenta y cuatro cañones Monarca que, al mando del capitán de navío Teodoro de Argumosa y formando parte de la división mandada por el teniente general Ignacio M. Álava, se enfrentó a la columna del almirante Collingwood que con su insignia en el Royal Sovereign cortó la línea de combate de la escuadra combinada hispano-francesa. El Monarca estuvo combatiendo durante unas cinco horas hasta que totalmente desarbolado y haciendo más agua de la que se podía achicar se vio obligado a rendirse.
El comandante fue herido de gravedad, murieron treinta y siete miembros de la dotación y sesenta y tres resultaron heridos, entre éstos se encontraba Serna que fue hecho prisionero. El buque se perdió en Sanlúcar ocho días después del combate. Serna, una vez liberado y repuesto de las heridas, ascendió a alférez de navío el 9 de noviembre, empleo en el que desempeñó destinos en el servicio de arsenales y como ayudante de la compañía de guardia marinas.
La derrota de la flota combinada en Trafalgar desbarató los planes napoleónicos de invadir Inglaterra por mar y llevó al Emperador a decidir llevar a cabo un bloqueo continental al que España se unió enviando, en julio de 1807, quince mil hombres al mando del marqués de la Romana.
El 27 de octubre Godoy y Napoleón firmaron el Tratado de Fontainebleau, que pretendía dividir a Portugal en tres partes: la del norte sería para los reyes de Etruria, reino creado en 1801 por Francia en Italia para los duques de Parma, María Luisa y Luis, hija y yerno de Carlos IV, que Napoleón había desposeído de su reino; el centro se cambiaría en la próxima paz por Gibraltar y otras tierras; y el sur se daría a Godoy como principado independiente y hereditario. Este mismo año, 1807, se descubrió la conspiración de El Escorial, que encabezaba el príncipe Fernando, hijo de Carlos IV y futuro Rey de España, contra Godoy, que no consiguió del Consejo los castigos ejemplares que pretendía para los conspiradores que crearon el Partido Fernandino y continuaron trabajando para desbancarlo.
Portugal se resistió a unirse al bloqueo contra Inglaterra, la familia real lusa se marchó a Brasil y Napoleón conquistó con facilidad el reino portugués enviando a través de la Península tropas, que tras la conquista del país vecino siguieron tomando posiciones en España con la consiguiente alerta de la Corte que pensó en trasladarse a Andalucía desde Aranjuez, donde se encontraba entonces. Sin embargo, el 17 de marzo el partido Fernandino logró que estallara un motín en esta ciudad frente a la casa de Godoy.
Carlos IV consiguió controlarlo durante unas horas al hacer público el decreto que exoneraba al ministro, pero la calma duró poco y el 19 de marzo abdicó en su hijo Fernando, que se convirtió en Fernando VII. El 23 del mismo mes las tropas francesas mandadas por Murat entraron en Madrid y el 24 lo hizo Fernando VII. Las relaciones entre españoles y franceses se deterioraron rápidamente. Napoleón ya había decidido entregar el trono español a su hermano José y encargó a su embajador Savary sacar del país a Fernando VII que salió para París para ratificar ante el emperador su estabilidad en el trono hispano.
El 2 de mayo cuando el resto de la familia real iba a emprender el camino hacia Francia, el pueblo madrileño se amotinó y comenzó la sublevación que provocó la Guerra de la Independencia. Los madrileños acabaron siendo derrotados por los franceses y reprimidos con dureza, pese al valiente comportamiento de la población encabezada por los capitanes artilleros Daoíz y Velarde y el teniente Ruiz. En la madrugada del 3 de mayo comenzaron los fusilamientos de los patriotas apresados por las tropas napoleónicas y culpados de la revuelta. El alcalde de Móstoles declaró la guerra a los franceses. El 5 de mayo tuvieron lugar las abdicaciones de Bayona que llevaron la corona española a manos, primero, de Napoleón y de su hermano José, después. El conocimiento en provincias de estas abdicaciones unido a los sucesos de Madrid provocó reacciones contrarias, y se produjeron levantamientos en Oviedo, Valladolid, Badajoz, Sevilla, Valencia, Cataluña y Zaragoza que cristalizaron en la formación de las Juntas Provinciales Supremas que espolearon a otros núcleos urbanos a la revuelta que desembocó en una guerra generalizada para expulsar a los franceses de España que contó con el apoyo de las tropas inglesas que se encontraban en Portugal, primero al mando del general Moore y posteriormente, ya el año 1812 en el que se promulgó la Constitución de Cádiz, al mando del duque de Wellington. La Guerra de la Independencia, en la que el número de muertos se evalúa en más de un millón, finalizó con la firma del Tratado de Valensay, una vez expulsados los franceses de España e iniciada la invasión de Francia por el sur, al tiempo que los aliados empujaban a Napoleón desde Alemania después de haber sido destruido su ejército en Rusia en el invierno de 1812. Este tratado se firmó el 13 de marzo de 1814, y en él Napoleón renunció a toda intervención en España y reconoció como rey legítimo a Fernando VII. Más tarde, en mayo del mismo año, se firmó el Tratado de París, en el que se acordó organizar el Congreso de Viena para rehacer el descompuesto mapa político europeo.
Serna participó en la Guerra de la Independencia, primero como ayudante del segundo batallón de marina en los combates de Zornotza (Vizcaya), Durango (Vizcaya), San Pelayo (Asturias), Lugo y Espinosa de los Monteros (Burgos) el 10 de noviembre de 1808 donde fue herido. El 23 de febrero del año siguiente ascendió a teniente de fragata y recuperado de las heridas, el 1 de septiembre fue destinado de segundo ayudante general de la cuarta división del ejército de operaciones del norte, tomando parte, de forma destacada, en la defensa de Astorga. El 26 de marzo de 1810 rechazó a un ejército de quinientos franceses que se dirigía contra Ponferrada (León) y a la mañana siguiente a los que lo hacían contra Bembibre (León), que ocupó y resistió allí hasta la llegada del primer batallón de Marinería. El 15 de abril ascendió a teniente de navío y a finales de septiembre se hizo cargo de la división del centro con la que combatió por las montañas de León hasta que a finales de abril de 1811 se incorporó nuevamente al servicio de la Armada, en el Departamento de Ferrol. En mayo de 1812 salió para América con tropas embarcadas en la fragata Venganza. Allí estuvo al mando de una flotilla de botes y lanchas armadas que operaban en el río Medellín (Colombia) para proteger el paso de los convoyes a Veracruz (Méjico). En noviembre del año siguiente regresó a Cádiz y embarcó en la fragata Efigenia, con la que salió, en 1815, para Costa Firme llevando una expedición mandada por el general Pablo Morillo. En abril de ese año, mandando la lancha de su buque participó en las operaciones de la isla Margarita (Venezuela) y forzó a retirarse a las flecheras enemigas que salieron de Pueblo Mar (Isla Margarita) para atacar. El 7 de septiembre, en Cartagena de Indias (Colombia) obligó a un corsario a abandonar su presa, bajo el fuego de las fortalezas y bongos (especie de canoas utilizadas por los indios de América Central) enemigos que salieron a la boca del puerto para protegerle. El 24 de octubre tomó parte en el bombardeo de esta plaza y con los botes armados de su mando tomó y sacó una goleta a distancia de tiro de pistola de los baluartes de la plaza. El 11 de noviembre tomó el mando de los bongos de Cospique (Colombia), con los que, en unión de la vanguardia del ejército se tomó la posición de Tierra Bomba (Cartagena de Indias) y se batió tenazmente el Caño de Oro (Cartagena de Indias), donde los insurgentes tenían seis goletas y una balandra, obligándoles a retirarse sobre el Manzanillo (Cartagena de Indias). Tomó parte en todas las operaciones que se llevaron a cabo hasta la rendición de esta ciudad. A continuación, ya con el empleo de capitán de fragata que ostentaba desde el 12 de marzo de 1816, embarcó en el bergantín-goleta Churruca y llegó a Cádiz el 8 de mayo de 1817.
Después de la Guerra de la Independencia, España se vio envuelta en una serie de acontecimientos que, tras seis años de un régimen absolutista desembocaron en la revolución de 1820 y la instauración de un régimen liberal de tres años de duración: Fernando VII abolió la Constitución de Cádiz el 4 de mayo de 1814; se hizo público el Manifiesto de los Persas, escrito redactado por sesenta y nuevo diputados realistas, dirigido por el primer secretario de Estado, duque de San Carlos, animando al Rey a restablecer el absolutismo; comenzaron las detenciones y fugas al extranjero de los liberales y empezó el llamado Sexenio Absolutista; en la noche del 25 al 26 de septiembre de 1814, tuvo lugar el intento de pronunciamiento del general, labrador y guerrillero, Francisco Espoz y Mina en Pamplona, como consecuencia del descontento creado por los, a su juicio, errores gubernamentales, la existencia y manejos de una camarilla próxima al Rey y las arbitrariedades que se cometían, que dieron lugar a más conspiraciones y pronunciamientos instigados por liberales convencidos; militares, la mayoría no procedentes de las Academias que habían hecho carrera como guerrilleros y creían que no habían sido justamente recompensados; comerciantes y empresarios que achacaban el mal estado de la economía al régimen absolutista, y sociedades secretas como la masonería, perseguidas y castigadas por su librepensamiento y por la prohibición eclesiástica que pesaba sobre ellas; el 18 de septiembre de 1815 el exguardia marina Juan Díaz Porlier se pronunció en La Coruña, proclamando, tras detener a las autoridades, “la libertad frente al yugo de la feroz tiranía”, fue apresado por sus propios suboficiales, juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte y fusilado el 26 de ese mes; el 6 de mayo de 1814, año en que el Rey, viudo desde 1806 de su primera esposa María Antonia de Nápoles, contrajo matrimonio con Isabel de Braganza, que murió dos años después sin más descendencia que una niña que moriría a los pocos meses, fue ejecutado en la plaza de la Cebada de Madrid Vicente Ramón Richart, que había preparado una conspiración para apresar a Fernando VII y obligarle, al parecer, a establecer un sistema más liberal y abierto; en 1817, en cuyos inicios San Martín comenzó la invasión de Chile, se produjo en el mes de abril la, también fracasada, conjura en Cataluña del general Luis de Lacy y el coronel Francisco Miláns del Bosch, con los mismos fines que el pronunciamiento de Porlier; en abril de 1818 se perdió Chile, como consecuencia de la derrota de las tropas españolas en la batalla de Maipú; el 20 de enero de 1819, año en que el Monarca se casó por tercera vez, ahora con María Amalia de Sajonia, muerta sin sucesión diez años más tarde, se atajó la conspiración capitaneada por Joaquín Vidal en Valencia, que pretendía proclamar rey a Carlos IV; el 1 de enero de 1820 el comandante Riego proclamó en Cabezas de San Juan (Sevilla) la Constitución de 1812 y al día siguiente se sublevó el ejército que, destinado a América con el fin de mantener unidos a España aquellos territorios, se hallaba concentrado en Cádiz y sus alrededores; al mando del coronel Quiroga los sublevados se apoderaron de San Fernando (Cádiz), donde quedaron bloqueados por las fuerzas realistas mandadas por el general Freire hasta que el 21 de febrero se pronunció en La Coruña el coronel Acevedo, que en un audaz golpe de mano hizo preso al capitán general; en pocos días se sublevaron Zaragoza, Barcelona y Pamplona, y luego otras plazas del norte y nordeste de España; el 7 de marzo Fernando VII aceptó la constitución y designó un gobierno de carácter liberal; el 24 de febrero de 1821 Agustín de Iturbide presentó el Plan de Igualada para convertir a Méjico en un país libre y monárquico al tiempo que en la Península las partidas realistas empezaron a actuar en el norte contra el régimen liberal; en Madrid, el capellán del Rey, padre Matías Vinuesa, urdió un plan antigubernamental que fracasó, pero el Monarca provocó la dimisión del gabinete en las Cortes y nombró uno nuevo en el que Bardají y Feliú fueron los hombres claves y contra el que estallaron revueltas en varias provincias, Serna pasó destinado de Cádiz a El Ferrol como ayudante de la Mayoría General y más tarde se le asignó al sexto regimiento de marina, como teniente coronel del mismo, en 1820 salió para La Coruña al mando de cuatro compañías de este regimiento.
En septiembre de 1822 salió nuevamente para llevar a cabo operaciones en Cataluña y Aragón con el fin de batir a las numerosas partidas reaccionarias que se habían levantado con motivo de la vuelta del régimen constitucional. El 15 de enero del año siguiente, 1823, murió en combate al mando de sus tropas cuando trataba de detener en el puente de Armentia (Victoria) el avance hacia La Alcarria y Brihuega (Guadalajara) de los hombres del cabecilla, de origen francés, Bessiéres, que había sido republicano y acabó realista-absolutista.
En su honor una calle de Santoña lleva su nombre y la Armada le honra con una placa en el Panteón de Marinos ilustres de San Fernando (Cádiz) que reza “A la memoria del Capitán de Fragata Don José de la Serna, muerto gloriosamente en la acción de Armentia contra el cabecilla Bessiéres mandando el sexto Regimiento de Marina en 15 de enero de 1823”.
Bibl.: F. de P. Pavía, Galería biográfica de los generales de marina, t. III, Madrid, Imprenta de F. García, y C.ª, 1873, págs. 139-140; J. A. y A. del Río, Marinos Ilustres de la provincia de Santander, Santander, Imp. de J. M. Martínez, 1881, págs. 367-375; J. Cervera y Jácome, El Panteón de Marinos Ilustres, historia y biografías, Madrid, Imp. del Ministerio de Marina, 1926; VV. AA., Historia General de España y América, t. XII, Madrid, Ediciones Rialp, 1981; Enciclopedia General del Mar, Barcelona, Ediciones Garriga, 1982, pág. 1365; J. I. González-Aller Hierro, España en la mar, una historia milenaria, Madrid, Lunwerg editores, 1998; VV. AA., Atlas Histórico de España I, Madrid, Ediciones Istmo, 2000.
Carlos Márquez Montero