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Martín Fernández de Toledo

Biografía

Fernández de Toledo, Martín. Señor de Orgaz (II), Novales, Pinto y Viñuelas. Toledo, p. s. XIV – 20.IX.1354. Preceptor de los reyes Alfonso XI y Pedro I de Castilla, justicia mayor del Rey, notario mayor de Castilla, notario mayor de Andalucía, canciller del Sello de la Poridad y alcalde mayor de Toledo.

Hijo de Gonzalo Ruiz de Toledo, mayordomo mayor de la reina Constanza, esposa de Fernando IV, ayo de la infanta Beatriz, futura reina de Portugal, y del rey niño Alfonso XI, alcalde mayor de Toledo y señor de Orgaz, representado por el Greco, siglos más tarde, en su obra El entierro del conde de Orgaz.

Desde su juventud acompañó a su padre en la Corte, donde le sucedió, por consejo de la reina María de Molina, como preceptor del rey Alfonso XI. Sus servicios al Monarca, además de educativos, fueron más de carácter burocrático y cortesano que guerrero.

Cuando el Rey alcanzó la mayoría de edad, Martín Fernández fue nombrado justicia mayor de la Casa del Rey, formó parte de su Consejo Real y accedió a la notaría mayor de Castilla en 1326, cargo que ya había desempeñado su padre. Años más tarde, en 1339, fue notario mayor de Andalucía, oficio que ejerció hasta su muerte.

Satisfecho con la educación recibida, Alfonso XI le encomendó la preceptura de su primogénito Pedro, a quien educó en los primeros años, hasta que fue sustituido por el maestre de Santiago, Vasco Rodríguez; no obstante, siguió utilizando el título de ayo del Rey toda su vida. Disfrutó del favor real, siendo nombrado, al alcanzar la mayoría de edad Pedro I, canciller mayor del Sello de la Poridad, oficio en el que confluían casi todas las funciones cancillerescas y que simultaneó con el de notario mayor de Andalucía y con la alcaldía mayor de Toledo, en la que también sucedió a su padre. No era un cargo meramente honorífico, sino que recibía un alto salario anual, además de otras cantidades por cada juicio que realizaba y otras prebendas económicas y sociales.

Por sus servicios a los reyes fue ampliamente recompensado.

Alfonso XI le donó, en 1321, los pechos y derechos del Rey en Casarrubios del Monte, la propiedad y jurisdicción de las aldeas de Novales en 1330, y en 1331 Pinto, que desgajó de la jurisdicción de Madrid, y le confirmó en el señorío jurisdiccional del lugar de Viñuelas en 1329. Pedro I, en 1350, le ratificó el señorío de Orgaz, que le había sido donado por su padre en 1312, añadiéndole la jurisdicción de la villa.

En la misma fecha le concedió el portazgo de Madrid, privilegio que antes había disfrutado Íñigo López de Orozco, así como el portazgo de Santa Olalla.

Casó con Inés, hija del señor de Benavides, con la que tuvo un hijo llamado Pero Fernández de Toledo, que falleció joven, y una hija, Aldonza, quien heredó el señorío de Orgaz e introdujo el linaje de los Guzmán andaluces en Toledo, al desposarse con Pedro Núñez de Guzmán, cuyos descendientes acabarán siendo condes de Orgaz.

En los últimos años de su vida se retiró de los desplazamientos de la Corte, habitando en sus casas solariegas de la parroquia de San Juan de la Leche de Toledo, ciudad donde desempeñaba la alcaldía mayor.

Allí, en agosto de 1354, le sorprenden los acontecimientos provocados por la presencia en la ciudad de la reina Blanca de Borbón, a quien el Rey quiere recluir en el alcázar, lo que fue evitado por el arzobispo y la mayoría de los caballeros de la ciudad, que se sublevaron contra las órdenes del Rey. Los únicos que permanecieron fieles a Pedro I fueron las autoridades, los alcaldes mayores —uno de los cuales era Martín Fernández— y el alguacil, a quienes los caballeros rebeldes encarcelaron en el alcázar el día 15 de agosto. Los rigores del encierro y la avanzada edad hicieron que Martín Fernández de Toledo enfermara repentinamente, por lo que fue liberado y conducido a su residencia, donde falleció el 20 de septiembre. Se le enterró, como había dispuesto en su testamento, en el convento de San Agustín, que fundó su padre Gonzalo Ruiz de Toledo.

 

Fuentes y bibl.: Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, C-7, fol. 123; O-6, fols. 142-145, 150-151 y 153.

L. Salazar y Castro, Índice de las glorias de la casa de Farnese, vol. II, Madrid, 1716, pág. 588 [ed. facs., Navarra, Wilsen, 1997]; P. López de Ayala, Crónicas de los Reyes de Castilla D. Pedro, D. Enrique II, D. Juan I, D. Enrique III, enmiendas de G. Zurita y corr. y notas de E. Llaguno Amirola, Madrid, Imprenta de Don Antonio de Sancha, 1779, año V, cap. XXI; P. Salazar de Mendoza, Orígenes de las dignidades seglares de Castilla y León, Madrid, Imprenta Real-Iusepe del Ribero, 1794, págs. 112 y 268 (ed. facs., Valladolid, Maxtor, 2004); C. Rosell (ed.), “Crónica de Alfonso XI”, en Crónica de los Reyes de Castilla desde don Alfonso el Sabio hasta los Católicos don Fernando y doña Isabel, Madrid, Atlas, 1953 (Biblioteca de Autores Españoles, vol. 68), págs. 198-199; L. Vicente Díaz Martín, Los oficiales de Pedro I de Castilla, Valladolid, Universidad, 1987, págs. 55, 70; J. Salazar y Acha, La casa del rey de Castilla y León en la Edad Media, Madrid, Centro de Estudios Políticos e Institucionales, 2000, pág. 485; G. Crespí de Valldaura, “Privilegios reales de d. Gonzalo Ruiz de Toledo. Documentos”, en Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz, Toledo, Instituto Teológico San Ildefonso, 2003, págs. 125- 172; P. Molenat, “Desde beni Abd al-Malik a los condes de Orgaz: el linaje de Gonzalo Ruiz de Toledo”, en Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz, Toledo, Instituto Teológico San Ildefonso, 2003, pág. 118.

 

Pilar Morollón Hernández