Arborea, Leonor de. Condesa de Goceano. Cataluña, c. 1354 – ?, 1402-1404. Noble.
Nació seguramente en Cataluña, hija de Mariano IV de Bas-Serra y de Timbora di Rocabertí. Sin embargo, su vida transcurrió en el territorio del Giudicato de Arborèa, junto con sus hermanos Hugo y Beatriz, recibiendo una educación adecuada al rango.
Casó con Brancaleone Doria. Aunque lleva una vida retirada y con una gran moral religiosa, no por eso deja de estar vigilante de las actividades políticas y legales del Giudicato de Arborèa.
En el año 1383 vivió dos graves episodios, que trastocaron su vida. El doble asesinato de su hermano Hugo y de su sobrina Benedetta. La noticia de la muerte de su hermano le llegaba a su residencia de Génova donde mora con su marido Brancaleone Doria y con sus hijos Mariano y Federico. La princesa Leonor cayó como un rayo en Oristano, y cortó toda la autoridad al común haciendo reconocer como autoridad única al pequeño Federico. Realizó una visita por cada una de las villas del giudicato haciendo reconocer al pequeño como el nuevo soberano. Toma las riendas del giudicato y a la vez envía a su marido a un coloquio con el rey de Aragón, el cual aportaba una carta donde Leonor firmaba como jueza de Arborèa.
En principio, Brancaleone Doria fue recibido con toda cortesía, pero desde el momento en que se supo que Leonor no estaba dispuesta a someterse, Brancaleone fue hecho prisionero y encerrado en la torre de San Pancracio. Se envió un mensaje a Leonor en el que se le solicitaba que cesara en su hostilidad y que enviara como rehén a su hijo; en caso de no cumplir con estas demandas no volvería a ver más a su marido.
Leonor no sabía qué hacer y al mismo tiempo que continúa la guerra trata de conseguir un acuerdo con Barcelona. Todo esto sucedía en la regencia de su hijo menor de edad. Logró paz y orden en un convulso estado causado por las grandes subversiones de grupos, demostrando una gran inteligencia y sentido que le permitieron llevar a su estado un verdadero orden.
Murió su hijo Federico.
La paz con los aragoneses fue firmada en 1388; en esta paz los aragoneses concurrieron a Cagliari. Por parte de Leonor y de Mariano V, su hijo, acudieron el conde Pancia, Tomaso de Serra y Antonio Casu; por parte de Juan I, el Cazador, soberano de la Corona de Aragón, Ximénez Pérez de Arenós. La paz a la que se llegaba resultaba más desventajosa para los arborenses pero por la necesidad de liberar de la prisión a Brancaleone Doria, que se mantenía arrestado y como rehén del rey de Aragón, y por la gran prisa que había por reorganizar política y económicamente el territorio.
El acuerdo fue operativo, ya que en enero de 1390 Brancaleone fue excarcelado después de siete años de prisión, en 1391 la guerra recomenzó con la ocupación por los arborenses de la casi totalidad de Cerdeña, lo que da pie a que Leonor pueda dedicar toda su energía a la reorganización del giudicato apoyada por el pueblo que, en realidad, buscaba la estabilidad política y económica. Es así que durante el siglo xiv, los Arborea, primero, bajo Mariano IV y, luego, bajo Leonor ponen fin a una política filoaragonesa y lucharán por extender su poder sobre toda la isla. Unos enfrentamientos que se producen desde 1324 y que concluyen en el siglo xv con el fin del Giudicato de Arborea.
Leonor era una mujer dotada de una grande voluntad y también de un alto sentido de la justicia, en este último aspecto debe su fama, sobre todo por haber llevado a cabo una recopilación de leyes que se conoce como “la Carta Logu”, que es un trabajo de gran sabiduría legislativa. Leonor lo que hace es seguir la labor iniciada por su padre, al que se le denominó el Grande por todos los éxitos que había conseguido contra los aragoneses. La carta, promulgada en el año 1395, está considerada como una obra de gran importancia en lo que atañe a la disciplina, y la sistematización de la misma. Comprende un Código Civil y Penal, más un Código Rural para la protección de las tierras y de los cultivos. Tuvo vigencia desde 1421 hasta el siglo XVIII en toda la isla, a excepción de Cagliari y Sarrari, que disponían de Estatutos propios.
Es indudable que la exigencia de la legislación se basaba en el sentimiento de superar la situación de desorden, lograr una disciplina que condujera a un gobierno y organización de la administración y de la justicia. Introduce un pleno estado de derecho en el que sin excepciones todos están sometidos a unas reglas de respeto a la norma jurídica y donde gracias a ésos todos son conocedores de las normas, tanto los ciudadanos como los extranjeros. En ella se contemplan numerosas leyes que responden a las exigencias de la época, como la tutela y posición de las mujeres, la defensa del territorio, el problema de la usura. El Código se adelantó mucho a su tiempo.
Es indudable que gracias a su actividad Arborea conoce una de las épocas más brillantes de su historia gracias a su intuición política e inteligencia. Se preocupó mucho de sus hijos y su familia, Federico y Mariano, pero no por eso dejó de preocuparse por los asuntos del Giudicato de Arborea. En su etapa, la iglesia de San Gavino de Monreale fue terminada.
Fue una gran apasionada de la caza, por lo que desarrolló el arte de la cetrería, lo que le llevó a coleccionar halcones, precisamente el halcón Leonor recibe su nombre de ella.
En los años cercanos al 1404 se produjo una peste muy severa que diezmó parte de la población. Leonor fue contagiada y moriría de la peste. Algunos años después moría su hijo Mariano V con el que se ponía fin al Giudicato de Arborea, que se transformó en el marquesado de Oristano, siendo un feudo aragonés bajo el marqués Leonardo Cubello, cuñado de Leonor.
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María Luisa Bueno Domínguez