Fernández de Toledo, Gutierre. Toledo, p. s. xiv – Alfaro (La Rioja), 7.IX.1360. Camarero mayor del Rey, repostero mayor de Pedro I y alcalde mayor de Toledo.
Nació en el seno de una poderosa familia de caballeros mozárabes toledanos. Su padre, Fernán Gómez, fue privado de la reina regente María de Molina y de Fernando IV, ocupando la notaría mayor del reino de Toledo. Su madre, Teresa Vázquez de Acuña, fue elegida por Alfonso XI como aya del infante don Pedro, futuro Pedro I, e introdujo a sus hijos en el entorno del infante. Fue armado caballero de la Orden de la Banda Real de Castilla en la coronación de Alfonso XI, en Burgos, en 1332.
En la mayoría de edad de Pedro Gutierre Fernández fue nombrado guarda mayor del Rey, copando, junto con su familia, los oficios más próximos al Monarca: su hermano Gómez Pérez era despensero mayor, Pedro Suárez, camarero mayor, y su sobrino Pedro Suárez el Mozo, repostero mayor.
En los primeros años del reinado de Pedro I fue su consejero privado. Durante la grave enfermedad que sufrió el Rey en 1350 y su posterior convalecencia, gobernó de hecho el reino, junto con su hermano Pedro Suárez. En ese mismo año se enfrentó, con el ejército del Rey, a Enrique de Trastámara y Pedro Ponce en Algeciras, obligándolos a abandonar la ciudad que habían tomado.
En 1351 era alcaide del alcázar de Talavera, donde, por orden real, encarceló a doña Leonor, madre de su hermanastro Enrique. Allí, el Rey la mandó asesinar.
Un año más tarde fue enviado como testigo en los tratados con el rey de Aragón.
A comienzos de 1353 dirigió el asedio de Aguilar, donde se había refugiado el señor de la villa, Alfonso Fernández Coronel, conspirador contra el Monarca e íntimo amigo de Gutierre, con el que mantuvo su última entrevista para negociar su rendición, tras la que fue acusado de traición y ejecutado.
En la primavera de ese año, el Rey desposó a Blanca de Borbón, e inmediatamente la abandonó para volver con su amante María de Padilla. El artífice de la negociación de la boda, Juan Alfonso de Alburquerque, cayó en desgracia, provocando la destitución de los oficiales de la Corte afines a él, entre ellos Gutierre Fernández, que perdió el oficio de camarero mayor.
No tardó en recuperar el favor real, ya que con motivo del enfrentamiento entre linajes petristas, Juan Tenorio se pasó al bando Trastámara, quedando sin servir el oficio de repostero mayor, que Pedro I adjudicó a Gutierre Fernández, quien lo ejerció hasta su muerte. Desde entonces fue uno de los consejeros privados del Rey, hasta el punto de tomar la palabra en su nombre en las llamadas “vistas de Tejadillo”, donde la coalición de nobles opuestos al Monarca le solicitaron que volviera con su mujer legítima, Blanca de Borbón.
Por sus servicios, el Rey le concedió, en 1355, la casa fuerte de Perovéquez, el diezmo real de toda la madera de Ribadeo y Navia y la alcaldía mayor de Toledo.
Tomó parte en la llamada “Guerra de los dos Pedros”, que enfrentó a Pedro I de Castilla con Pedro IV el Ceremonioso de Aragón. Desde 1356 hasta 1360 fue el encargado de la defensa de la frontera en Molina, junto a cuatrocientos caballeros, desde donde se enfrentó a las tropas aragonesas comandadas por Lope Fernández de Luna. Perdió la batalla y a su hijo Gómez Carrillo, que murió en ella.
Tras la derrota de Castilla en Araviana frente a Enrique de Trastámara, que se había coaligado con el rey aragonés, en la que desertaron numerosos nobles castellanos y se perdieron cuantiosos efectivos, fue instado por el Rey a dirigir a todos los caballeros que quedaron en la frontera y a reagruparlos en Almazán.
En 1360 se entablaron conversaciones de paz entre los dos reinos en Tudela, auspiciadas por el legado papal y el rey de Navarra. El rey castellano envió como procurador a Gutierre Fernández, y el rey de Aragón, al vizconde de Cabrera. Como no se llegó a ningún acuerdo, el representante castellano, sin contar con el parecer del Rey, intentó dividir al adversario, negociando separadamente con uno de sus enemigos, el infante don Fernando, hecho que fue interpretado por Pedro I como síntoma de traición. Esta iniciativa fue excusa de de su caída en desgracia. El Rey dio por concluidas las negociaciones y ordenó a Gutierre ir a la villa de Alfaro, donde fue encarcelado por los maestres de Santiago y Alcántara y ejecutado. Su cabeza fue enviada al Rey. La muerte de Gutierre Fernández afectó políticamente a toda su familia. Su hermano Vasco, arzobispo de Toledo, fue obligado a exiliarse en Portugal; su sobrino Gutierre Gómez, prior de San Juan, encarcelado, y Diego Gómez hubo de refugiarse en Aragón. No obstante, estos últimos fueron más tarde perdonados.
Fuentes y bibl.: Archivo de Santo Domingo el Real, doc. n.º 200, 1415.
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Pilar Morollón Hernández