Anglesola, Berenguer de. ¿Gerona?, p. t. s. xiv – Perpiñán (Francia), 23.VIII.1408. Eclesiástico, obispo, legado, cardenal.
Descendiente de la baronía de Anglesola (Lérida), probablemente por la rama de Miralcamp, fundada por Hugo II de Anglesola, esposo de Sibila de Anglesola, señor de esta última localidad. Gozó del apoyo político de Pedro IV, quien intercedió el 8 de agosto de 1381 ante el cabildo de la catedral de Lérida para que le concedieran al entonces bachiller en ambos Derechos (in utroque jure baccalarius) una canonjía; al año siguiente era canónigo de Gerona y rector del Estudio de Bolonia. Además, el Monarca ordenó al Baile General de Cataluña el pago de doscientos florines de oro para su estudio, “en lo qual está e conversa loablement” (8 de abril de 1382).
En mayo de 1382 lo propuso para una dignidad pontifical, solicitando en el mes julio de ese mismo año la pavordía de Lérida, ocupándose de los censos, bienes y rentas de la iglesia. Su carrera eclesiástica no se detiene, y el Papa lo eleva a la prelatura del obispado de Huesca el 18 de enero de 1383, accediendo a las reiteradas peticiones del Soberano, quien aseguraba era consejero y promotor de negocios de la Curia Real.
Sin apenas tomar ninguna decisión de relieve por la premura de tiempo, es trasladado a la iglesia de Gerona el 14 de octubre de 1384, recibiendo la consagración episcopal de manos del arzobispo de Zaragoza, a la sazón García Fernández de Heredia, el 15 de agosto de 1386. Con el simple título de electus había jurado los estatutos de la catedral (15 de febrero de 1385), publicando unas constituciones sobre la recitación del oficio divino en el coro, prohibiendo la celebración simultánea de la misa conventual y sancionando la impuntualidad en los maitines (2 de junio de 1386). Consagró obispo de Lérida a Geraldo de Requesens (10 de julio de 1387) y prestó homenaje al rey Juan I por los feudos que poseía en la isla de Mallorca (18 de marzo de 1387). Probablemente, en ese año el cardenal Pedro de Luna, legado de Clemente VII, celebró un concilio reformador en la capital gerundense, a la que asistieron la mayor parte de los obispos del reino de Aragón.
Anglesola mandó publicar una bula del papa Gregorio XI (25 de enero de 1376) donde se condenaban los errores de Raimundo Llull, siéndole presentada el 29 de julio de 1388. A un tiempo, se desencadenó una dura persecución contra los judíos de la aljama de Gerona, el 10 de agosto de 1391, un mes después de los disturbios acaecidos en Valencia. Ese año asistió al Concilio Provincial de Tarragona. Es destacable que durante su prelacía se construyera en 1395 la biblioteca capitular, lo que constituyó un verdadero hito cultural de esta ciudad catalana.
Muy ligado a la Curia de Aviñón (Francia), su vida dio un giro copernicano tras la elección de Benedicto XIII, desplegando su actividad en torno al Papa y dejándose ver sólo de modo esporádico en su diócesis.
De este modo, ya se halla a su lado en la embajada de los tres duques, a mediados del año 1395. Meses más tarde actúa en una misión diplomática ante el rey de Aragón, quien lo derivará a la Corte castellana. A su regreso a Aviñón, prorrogó las annatas en favor de la fábrica de la iglesia gerundense.
Fue designado cardenal el 20 de diciembre de 1397, asignándole el título presbiteral de San Clemente.
Anglesola se mostró leal a su benefactor, consagrando el resto de su vida a apoyar las tesis de legitimidad del papa Benedicto XIII. Así, fue uno de los cinco purpurados que no lo abandonaron en la defección del 1 de septiembre de 1398, cuando todos los demás le volvieron la espalda. Su residencia en Aviñón fue saqueada. Durante el bloqueo del palacio papal, montó guardia todas las tardes hasta medianoche, lo que estuvo a punto de costarle la vida. Restablecida la calma, tras la huida del Sumo Pontífice, honró el cadáver de su madre Constanza de Anglesola en su traslado desde Gerona hasta Poblet, donde lo depositó en el panteón familiar. En 1401 publicó una constitución sobre la indumentaria de los clérigos. Tres años más tarde visitó la catedral y se embarcó en una de las dos grandes galeras que se artillaron en Barcelona para pasar a Italia, siguiendo una consigna papal, pues el alto mandatario de la Iglesia soñaba con apoderarse de Roma.
Hombre culto, tenía en su biblioteca uno de sus grandes tesoros; compuesta por cincuenta y tres volúmenes, en su mayoría obras jurídicas, contaba también con ejemplares de medicina, historia, literatura, espiritualidad y sagradas escrituras.
El 29 de mayo de 1406 fue promovido al título cardenalicio de obispo de Porto. Desde Marsella falló una sentencia, en calidad de juez comisario, absolviendo al doctor Gutierre Gómez, arcediano de Guadalajara, del presunto envenenamiento del obispo de Sigüenza, Juan Serrano (4 de julio de 1407). Acompañó, asimismo, a Benedicto XIII en su viaje a Italia para entrevistarse con su oponente en 1408.
Falleció cuando se disponía a participar en el Concilio de Perpiñán (Francia), el 23 de agosto de 1408. Sus restos mortales reposan en la capilla de San Dalmau Moner, en el presbiterio de la catedral de Gerona, presentando como blasón un escudo de oro con tres fajas vibradas de sable, las mismas armas que se aprecian sobre la puerta del castillo de Bascara, del que era señor natural el obispo de la ciudad. Su sepulcro, donde puede apreciarse el busto esculpido en alabastro del cardenal, es una de las obras más significativas de la escultura funeraria del gótico internacional de principios del siglo xv, y se atribuye a Pere Oller, ciudadano de Barcelona, tal y como confirma el contrato de ejecución de la tumba, por la que se abonaron 315 florines. Habiendo sido encargado entre el mes de agosto de 1409 y la Pascua de 1410, el sepulcro fue concluido en noviembre de 1411, cuando se realiza la ceremonia de traslación del cuerpo, rodeada de una gran pompa y fastuosidad.
Bibl.: J. Marqués i Casanovas y J. Marqués i Planagumà, “El obispo Berenguer de Anglesola”, en Revista de Girona, 80 (1977), págs. 239-245; L. Batlle Prats, “Inventari dels llibres de Berenguer d’Anglesola”, en La cultura a Girona de l’Edat Mitjana al Renaixement, Gerona, Institut d’Estudis Gironins, 1979, págs. 65-85; J. Goñi, “Anglesola, Berenguer de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1987, págs. 31-32; J. Binefa Monjo, “El senyoriu d’Anglesola en la Catalunya medieval. Selecció de textos inèdits”, en Urtx, 4 (1992), págs. 3-47; J. Valero Molina, ”El contracte del supulcre del cardenal Berenguer d’Anglesola”, en Locus Amoenus, 4 (1998-1999); J. Valero Molina, “El sepulcre de Berenguer d’Anglesola i els seus refernts en l’escultura funerària europea”, en Annals de l’Institut d’Estudis Gironins, 45 (2004), págs. 687-732.
Miguel Ángel Motis Dolader