Suárez de Toledo, Pedro. Señor de Casarrubios del Monte. Toledo c. 1350 – Troncoso (Portugal), 29.V.1385. Notario mayor del reino de Toledo y alcalde mayor de Toledo.
Primogénito del matrimonio formado por Diego Gómez de Toledo, notario mayor del reino de Toledo y alcalde mayor de Toledo, e Inés de Ayala, hermana del canciller Pero López de Ayala, pertenecientes a un poderoso linaje toledano, cuyos antepasados sirvieron como oficiales de la Casa Real desde el reinado de Fernando IV hasta el de Pedro I, y ocuparon los arzobispados de Toledo y Santiago.
Cuando murió su padre, era un joven de unos veinte años y el rey Enrique II le concedió por privilegio los dos oficios que había desempeñado su progenitor, el de proyección cortesana, la notaría mayor del reino de Toledo, y el puramente local de alcalde mayor de la ciudad. Fue señor jurisdiccional de Casarrubios del Monte, mayorazgo instituido por sus padres, Valdepusa y Arroyomolinos, por privilegio dado por Juan I en 1379. Casó con Juana de Orozco, a quien Juan I concede el señorío de Pinto, que había pertenecido a su padre Íñigo López de Orozco, con lo que aumenta su poder señorial.
Tuvo más proyección local que cortesana. Como vasallo real, participó, al mando de las milicias concejiles de Toledo, en las campañas que Juan I emprendió contra Portugal para reivindicar su legitimidad en la pretensión del trono luso, al estar casado con la infantaniña doña Beatriz. En junio de 1382, se hallaba junto a las tropas castellanas en Badajoz, para enfrentarse al ejército luso en el valle del río Caya, evitado por el acuerdo que propuso el rey portugués. Es en esa ciudad, y circunstancia, cuando Pedro Suárez dicta su testamento antes de entrar en batalla. En él lega a Gutierre, hijo ilegítimo, los señoríos de Malpica y Valdepusa, y a su futura descendencia legítima, el mayorazgo de Casarrubios. Tres años más tarde, en el mismo marco de enfrentamiento con Portugal, Pedro Suárez volvió al servicio de armas del Rey, quien le encomendó, junto a Juan Rodríguez de Castañeda y Alvar García de Albornoz, una misión arriesgada en territorio portugués: deberían entrar con trescientas lanzas desde Ciudad Rodrigo hasta el curso alto del Mondego y destruir las localidades que encontraran a su paso. La acción fue realizada con éxito, pero cuando regresaban con lentitud por la pesada carga del botín transportado en mulas, y el ganado robado en las aldeas, una fuerza portuguesa, mandada por Juan Fernández Pacheco, los sorprendió junto a la aldea de Troncoso el 29 de mayo de 1385, pereciendo Pedro Suárez y Juan Rodríguez junto a numerosos peones toledanos.
No dejó hijos varones legítimos y su hijo Gutierre murió sin descendencia, por lo que con él acabó el linaje de los Gómez de Toledo, pero sí dos hijas: Inés de Ayala, señora de Casarrubios y antecesora del rey Fernando el Católico, y Teresa de Ayala, señora de Pinto.
Fuentes y bibl.: Archivo de Santo Domingo el Real, doc. n.º 352, 506; Real Academia de la Historia, Colección Salazar, O-20, fols. 15-16.
L. Galíndez de Carvajal, “Crónica de Juan Segundo”, en C. Rosell, Crónicas de los reyes de Castilla: desde don Alfonso el Sabio hasta los Católicos don Fernando y doña Isabel, vol. II, Madrid, Atlas, 1953, págs. 98-99 (Biblioteca de Autores Españoles, LXVIII); S. de Moxó, Los antiguos señoríos de Toledo, Toledo, Instituto Provincial de Estudios Toledanos, 1973, págs. 173-174; “El auge de la nobleza urbana de Castilla y su proyección en el ámbito administrativo y rural a comienzos de la Baja Edad Media”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, 178 (1981), pág. 478; J. Porres Martín-Cleto, Historia de las calles de Toledo, Toledo, Zocodover, 1982, págs. 799 y 1024; L. Suárez Fernández, Juan I (1379-1390), Palencia, Diputación Provincial, 1994, págs. 82-83 y 156; P. Molenat, Campagnes et Monts de Tolède du xiie au xve siècle, Madrid, Casa de Velázquez, 1997, págs. 334-335 y 369; B. Martínez Caviró, “Doña Inés de Ayala”, en Toletum Boletín de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 77 (2000), págs. 125 y 129.
Pilar Morollón Hernández