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Federico Perrenot de Granvela

Biografía

Perrenot de Granvela, Federico. Señor de Champagney, en el Franco Condado. Barcelona, 3.IV.1536 – Dôle (Francia), 1602. Gentilhombre de la boca de Felipe II, chef des Finances de los Países Bajos, gobernador de Amberes y diplomático.

Quinto hijo de Nicolás Perrenot de Granvela, consejero de Carlos V, y de Nicole Bonvalot, era, por lo tanto, hermano menor del cardenal Antonio Perrenot de Granvela y de Tomás Perrenot, señor de Chantonay.

A la muerte de su padre en 1550 no había acabado aún sus estudios, pero los dejó para ir a Augsburgo a solicitar al príncipe Felipe que le admitiera en los Ejércitos de la Monarquía con alguna merced.

Los servicios de su padre hicieron que éste accediera y le concediera una patente de corneta y una pensión de 800 libras sobre las rentas de Dôle. De Augsburgo, pasó a servir a Italia con el duque de Alba, donde permaneció hasta 1554, momento en que partió hacia Flandes asistiendo allí al combate de Renty con el grado de capitán de la Caballería. Es en esta época cuando su hermano Jérôme murió de un arcabuzazo y le dejó el título de señor de Champagney en el Franco Condado, nombre con el que se le conocería hasta su muerte. Posteriormente, se le concedieron las baronías de Aspremont, Renaix, Beaujeu y Saint-Loup, y en 1556 fue nombrado gentilhombre de la boca de Felipe II, oficio que ostentó hasta, al menos, 1595.

Cuando Felipe II partió hacia Castilla desde Flandes en 1559, Champagney permaneció en los Países Bajos junto a su hermano, que quedó como el consejero más importante de Margarita de Parma. Frèderic se mantuvo allí incluso después de que las protestas de los nobles flamencos obligaran a la partida de Granvela en 1564. En 1566 intervino en el Compromiso de los Nobles, pero rápidamente se retiró del movimiento y marchó a Besançon, evitando así enfrentarse a los problemas que acuciaban a Flandes. Champagney permanecería en el Franco Condado hasta la muerte de su hermano Chantonay en febrero de 1571, cuando marchaba de la embajada en el Imperio a su nuevo puesto de gobernador de la ciudad de Amberes.

El III duque de Alba, gobernador de los Países Bajos en aquel momento y que mantenía una gran afinidad política con los Perrenot, llevaba un tiempo sugiriendo al Monarca la posibilidad de integrar en el servicio real a Champagney y ésta fue la ocasión perfecta para ello, ya que se le eligió como sucesor de su difunto hermano en el gobierno de la plaza comercial más importante de Flandes.

Champagney se incorporó a su nuevo puesto en julio de 1571, en un momento difícil, ya que la población estaba enfrentada al castellano de la ciudad, Sancho de Ávila, debido a los abusos de sus soldados. A consecuencia de esto, el nuevo gobernador comenzó a mostrar su descontento con el puesto y pidió su resignación, tanto al duque de Alba como a Felipe II, mostrando por primera vez la dificultad de su carácter, que en nada se parecía al resto de miembros de su familia al servicio real. Al ver que no se le concedía el traslado y que no podía influir en las decisiones del duque de Alba, Champagney comenzó a formar junto a otros nobles flamencos, como el duque de Aerschot o Beauvoir, una facción cortesana que sería conocida como la de los malcontents. Este grupo supuso una tercera vía política a la complicada situación que vivieron los Países Bajos durante la segunda mitad del gobierno del duque de Alba, y sus objetivos se basaban en conseguir mayores parcelas de poder para los naturales de las diecisiete provincias. Para sus propósitos, dicha facción se acercó al duque de Medinaceli, enviado a Flandes como nuevo gobernador general aunque nunca llegó a ocupar el puesto, que prometió a los flamencos que recobrarían su importancia en la Administración. Cuando Medinaceli retornó a la Península Ibérica a finales de noviembre de 1573, llevó consigo diversos memoriales de los enemigos del duque de Alba, denunciando la situación en Bruselas, uno de los discursos más contundentes fue el de Champagney.

La llegada de Luis de Requeséns como nuevo gobernador de Flandes supuso la esperanza por parte de Champagney de alcanzar mayores cuotas de poder.

Durante los primeros momentos la relación entre ellos fue buena y el comendador mayor de Castilla, incluso, le llamó a Consejo y le encargó que interviniera en algunas conversaciones con los rebeldes. Poco después, fue nombrado coronel de un Regimiento valón de cinco enseñas para reforzar Amberes y superintendente de una división de la flota real, aunque su expulsión por los tercios españoles amotinados en Amberes hizo imposible que ejerciera. Sin embargo, poco después comenzó a tener desavenencias con el gobernador al negarse a reincorporarse a su puesto de gobernador de Amberes. Requeséns propuso que fuera a Nápoles junto con su hermano Granvela pero el Consejo de Estado rechazó esta idea y decidió retirarle de dicho gobierno, sin darle un nuevo destino. En compensación, fue enviado como embajador a Inglaterra el 16 de enero de 1576 con la misión de intentar que los ingleses se comprometieran a no actuar en Flandes, consiguiendo sólo evasivas. Cuando retornó a los Países Bajos en marzo, Requeséns ya había muerto y el Consejo de Estado había tomado el poder.

Ante la nueva tesitura política, Champagney decidió acercarse a los rebeldes y para ello se nacionalizó brabanzón, el 1 de enero de 1577, y se convirtió en uno de los promotores de la Unión de Bruselas contra Felipe II el 9 de enero de ese año. Se enfrentó a las tropas enviadas por Juan de Austria para entrar en Amberes y participó en la reunión en que se decidió llamar al archiduque Matías como gobernador de los Países Bajos, tras reunirse en secreto con el príncipe de Orange. Sin embargo, los celos existentes entre Orange y los malcontents sobre el poder acumulado por el primero harían que se detuviera a estos últimos y, aunque Champagney se libró de la cárcel, fue expulsado del puesto que se le había concedido de chef des Finances. Finalmente, Juan de Austria le hizo detener en Gante el 19 de agosto de 1578, tras confirmar su hermano que Frèderic había ayudado a los rebeldes y perder Champagney la confianza de ambos bandos por su doble juego. El noble del Franco Condado permaneció detenido hasta que el 7 de septiembre de 1584 se le liberó en Beveren, permitiéndosele permanecer en los Países Bajos pero sin recuperar sus bienes ni la confianza real. Pese a ello, en 1588 intervino en las negociaciones de Bourbourg con los ingleses y gozó durante algunos momentos de la simpatía de Alejandro Farnesio. Su polémico carácter volvió, sin embargo, a aflorar y las desavenencias con el duque de Parma, en unión con Pierre-Ernest Mansfeld, crecieron tanto que llegó a ser uno de sus mayores enemigos. El 12 de julio de 1592, Farnesio escribió al Rey diciendo que le alejaba de Bruselas por su comportamiento y el 14 de octubre de ese año llevó a cabo su propósito.

El hermano de Granvela partió entonces hacia Dôle, de donde era chevalier d’honneur (“caballero de honor”) del Parlamento desde 1573, para permanecer allí hasta su muerte en 1602. Su última aparición política tuvo lugar a finales de 1595 cuando salió a recibir al archiduque Alberto a su paso por el Franco Condado en la jornada que éste estaba realizando para tomar posesión del gobierno de Flandes. Dicha actitud fue muy criticada por su pasado rebelde, tal y como señala Roco de Campofrío en su crónica.

Champagney se había casado en Amberes, por influencia del duque de Alba, con una de las mujeres más ricas de la ciudad, Constance de Berchem, que era, a su vez, viuda de Goswin de Varick, écoutète (“juez”) de Amberes y margrave de Rijen. De ella tuvo una hija, Hélène Perrenot, que se casó en 1599 con Emmanuel-Philibert de la Beaume, conde de Saint-Amour. De igual manera, tuvo también un hijo natural que falleció el 29 de enero de 1574 en el combate naval de Romerswal.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General del Palacio Real (Madrid), Expedientes personales, caja 827/12; Archivo General de Simancas, Estado, leg. 547, fols. 148, 151 y 153; leg. 589, fol. 79; leg. 602, fol. 18; Instituto Valencia de Don Juan (Madrid), envío 6, carpeta 1, fol. 327; Archivo Francisco de Zabalburu (Madrid), carpeta 153, doc. 16; Archivio Segreto Vaticano, Segretaria Stato, Fiandra, leg. 5, fols. 94r. y 121r.

A. Carnero, Historia de las guerras civiles que ha habido en los Estados de Flandes desde el año 1559 hasta el de 1609 y las causas de la rebelión de dichos estados, Bruselas, Antonio Carnero, 1625, pág. 280; M. Ch. Weiss, Papiers d’État du Cardinal de Granvelle d’après les manuscrits de la bibliothèque de Besançon, vol. I, Paris, Imprimerie Royale, 1841, págs. XIII-XVI; A. L. P. de Soumoy (ed.), Mémoires de Frédéric Perrenot, sieur de Champagney, 1573-1590, Bruxelles-La Haye, Société de l’Histoire de Belgique, 1860 (Collection de Mémoires relatifs à l’histoire de Belgique. 16e siècle); J. Massarete, La vie martiale et fasteuse de Pierre-Ernest de Mansfeld, 1517-1604, vol. II, Bruxelles, Imprimerie F. Van Buggenhoudt, 1930, pág. 92 (Paris, Editions Duchartre, 1931); M. van Durme, El Cardenal Granvela (1517-1586): imperio y revolución bajo Carlos V y Felipe II, Barcelona, Teide, 1957, pág. 18 (2.ª ed.); J. Roco Campofrío, España en Flandes, trece años de gobierno del archiduque Alberto (1595-1608), Madrid, Ayuntamiento de Alcántara, 1973, pág. 51; H. de Schepper, “Frederik Perrenot van Champagney (1536-1602) het “enfant terrible” van de familie Granvelle”, en K. de Jonge y G. Janssens (eds.), Les Granvelle et les anciens Pays-Bas, Lovaina, Universitaire pers Leuven, 2000, págs. 233-244; J. E. Hortal Muñoz, “La concesión de mercedes en los Países Bajos durante el gobierno del duque de Alba. La importancia del control del gobierno de las ciudades y de las provincias”, en J. Bravo Lozano (ed.), Espacios de poder: Cortes, ciudades y villas, Alicante, Caja de Ahorros del Mediterráneo, 2002, pág. 197; “Las relaciones entre Flandes y el Imperio tras el comienzo de la revuelta de los Países Bajos (1567- 1571): el entendimiento entre el III duque de Alba y Thomas Perrenot, Señor de Chantonay”, en Miscelánea Comillas, 62 (2004), págs. 155-156; J. Martínez Millán y S. Fernández Conti (dirs.), La monarquía de Felipe II: la Casa del rey, vol. II, Madrid, Fundación Mapfre-Tavera, 2005, pág. 361.

 

José Eloy Hortal Muñoz

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