Granollacs i Pons, Joan. Vic (Barcelona), c. 1557 – Barcelona, 1609. Caballero de Vic y diputado militar de la Diputación del General de Cataluña.
Denominado popularmente con frecuencia el “diputado de Cataluña”, es uno de los personajes políticos de mayor interés del principado a finales del siglo xvi.
Pertenecía a un linaje de mercaderes de Vic de notable presencia a lo largo de todo el siglo xvi en el gobierno municipal de la ciudad y en el ejercicio de los oficios locales del Rey. Dedicados a la venta de telas y a la comercialización de trigo y algodón, los Granollacs pronto triunfaron en el mundo de las finanzas y consolidaron amplios intereses en el marco de la actividad fiscal y hacendística de la Diputación del General de Cataluña. Era hijo de Miquel Granollacs y de Elionor de Pons, matrimonio del cual nacieron dieciséis hijos y tres hijas. Prácticamente todos los que llegaron a la juventud acabaron estableciéndose en Barcelona. En el marco de los negocios familiares, su probada capacidad financiera le permitió negociar en 1571, 1582 y 1590 en las ferias de Lyon, participando en la transferencia de remesas de dinero para el pago de las tropas reales en Flandes. En colaboración con sus hermanos, destacó por una intervención permanente durante décadas en la gestión de los arrendamientos de los llamados derechos de bolla de la Diputación del General de Cataluña. La consolidación de su ascenso social se produjo durante la Corte general de Monzón de 1585, cuando obtuvo el privilegio de caballero, en compañía de tres de sus hermanos. A finales de la década de 1580, participó también como titular de crédito, junto a su familia, de las embajadas organizadas por la Generalidad en Madrid y Roma, aunando una vez más sus intereses particulares con el desarrollo del poder de la institución. En 1587 fue insaculado en las bolsas de candidatos al oficio de oidor militar y sólo tres años más tarde pasó a las de diputado militar. Unos meses más tarde le sonrió la suerte de la extracción y se convirtió en consistorial de la Generalidad. Su período de gobierno se convertiría en uno de los más importantes de la historia de la institución. Empeñado en el desarrollo del sistema de toma de decisiones a través de Juntas de Brazos y Dieciochenas, reforzó su papel en aplicación de la legislación de 1585. A finales de 1590 el enfrentamiento entre la institución y el gobierno real volvía a ser abierto, a pesar de los acuerdos del año anterior, en defensa de la poderosa jurisdicción que pretendía arrogarse. El 24 de mayo las autoridades del Rey en Cataluña intentaron detenerlo en plena calle sin éxito. Rodeado del personal político más fiel a sus posiciones políticas, se recluyó en la Casa de la Diputación del General. El Consejo de Aragón y la Real Audiencia trabajaron activamente durante meses para resquebrajar sus apoyos, hasta conseguir finalmente su huida y la de sus partidarios de Barcelona en abril de 1592. Fugitivo durante meses, entrando y saliendo de incógnito de la ciudad, se refugió finalmente en Francia, donde conoció la noticia de la ejecución en sus bienes decretada por la Real Audiencia en represalia a su oposición política. En 1596 obtuvo un primer guiaje para residir en el Rosellón, pero parece que no hizo un uso inmediato, puesto que había podido rehacer su vida en Aviñón, gracias a sus poderosos contactos comerciales y financieros en aquella plaza. Contrajo allí segundas nupcias con Francesca de Fortiàs, de la cual le sobrevivieron cinco hijos. En 1599 regresó a Cataluña para participar activamente en la Corte general convocada por Felipe III de Castilla y exigir justicia y reparación a sus sufrimientos. Plenamente rehabilitado, parece que más tarde actuó como corresponsal del duque de Feria en Francia hasta su muerte.
Bibl.: M. Pérez Latre, Entre el rei i la terra. El poder polític a Catalunya al segle xvi, Vic, Eumo Editorial, 2004, págs. 192- 197 y 213-216.
Miquel Pérez Latre