Agustín, Jerónimo. Aragón, s. m. s. XVI – ?, p. m. s. XVII. Militar, caballero de la Orden de Calatrava y virrey de Mallorca.
Natural del reino de Aragón, descendía por línea paterna de Vicente Agustín, que había sido lugarteniente del baile general de Aragón y por línea materna de Jeroni Agustí, batle general de Cataluña y caballero de la Orden de Santiago, hijo a su vez de Antoni Agustí y Síscar, que fue vicecanciller del Consejo de Aragón en tiempos de Fernando el Católico y Carlos I. Fue designado virrey de Mallorca por Felipe IV el 9 de diciembre de 1621, para suceder a Francisco Juan de Torres, fallecido cuatro meses antes en el ejercicio del cargo. Llevaba entonces treinta y tres años al servicio de la Monarquía. Había sido capitán de infantería, de arcabuceros y sargento mayor en la última década del siglo XVI. Había prestado servicios militares en Flandes, participó en la expulsión de los moriscos, estuvo en Túnez y en La Mármora y en 1610 ingresó como caballero en la Orden de Calatrava. En diciembre de 1621, cuando fue nombrado virrey del reino de Mallorca, se encontraba en Cádiz. Ocupó el virreinato durante casi dos trienios entre el 12 de julio de 1622 y el 21 de mayo de 1628. Entre la muerte del virrey Torres y su llegada a la isla, ejerció como virrey interino durante casi once meses el procurador real Pedro Ramón Zaforteza. El Consejo de Aragón consideró que, a pesar de que había ejercido ya como virrey interino en dos ocasiones anteriores “por ser natural y emparentado en el Reyno no conviene que lo haga mucho tiempo”. La postura del Consejo era que Mallorca sería mejor gobernada por un virrey no natural de la isla. En mayo de 1622 las galeras del Mediterráneo recibieron la orden de dirigirse a Cartagena para transportar a Agustín a Mallorca. Fue el primer virrey de ese reino nombrado por Felipe IV.
Desembarcó en la capital mallorquina el 12 de julio de 1622.
Recién llegado a la isla, juró los privilegios y franquezas del reino y recibió el juramento de fidelidad al Rey de sus súbditos mallorquines. Ante él juraron a Felipe IV como nuevo soberano los síndicos de Ibiza y él en su nombre les juró sus privilegios. Tuvo un virreinato conflictivo. Los numerosos actos de violencia protagonizados u organizados por el bandolerismo nobiliario de Canamunts y Canavalls motivaron que el Rey ordenase, en 1622, que los caballeros mallorquines no pudieran reunirse en grupos superiores a tres o cuatro individuos. Tuvo que hacer frente a la oposición de los jurados ante los impopulares reclutamientos de tropas para la guerra exterior, ante el argumento de que vaciaba los campos de hombres aptos para trabajar.
El 15 de julio de 1623 aquéllos escribieron al soberano para exponerle el daño que se seguiría de reclutar cuatro compañías de infantería que se pretendían levar.
Los jurados elevaron sus quejas contra él, también ante el Rey, a causa del aprisionamiento domiciliario de uno de ellos, el ciudadano Salvador Armegol, por orden virreinal a comienzos de 1623, ante la sospecha de que uno de sus criados había escondido en una cámara de su casa a un bandolero y por haberse negado por dos veces consecutivas a que fuese convocado el Gran y General Consell. Para expulsarlo, se sacó a relucir una antigua pragmática del siglo XIV, de Pedro el Ceremonioso, que excluía del gobierno de Mallorca a los aragoneses. Este mismo año, a raíz de la detención de un alguacil del Santo Oficio, fue excomulgado. Al final tuvo que liberarlo para poder ser absuelto.
Ante la escalada alcista del bandolerismo y la conflictividad social, el Rey ordenó, en mayo de 1624, que a partir de entonces actuasen en la Audiencia dos jueces de Corte, en lugar de uno y que ambos fuesen no naturales del reino. En mayo de 1625, a pesar de las quejas de los jurados contra él, se prorrogó su mandato por un segundo trienio, tras los informes favorables del Consejo de Aragón. Era el virrey que gobernaba Mallorca cuando se fraguó en la monarquía el proyecto olivarista de la Unión de Armas. En octubre de 1625 fueron encontrados pasquines sediciosos escritos con el lema “Cavallers germania, visca franse”, que fueron motivo de grave preocupación en el reino.
Desde la Corte se impulsaron los procesos contra los delincuentes ante su abundancia. El 21 de mayo de 1628 dejó Mallorca para trasladarse a su nuevo destino como maestre de campo en el Milanesado. Se le hizo merced del mando de un tercio de Lombardía, que había quedado vacante por el fallecimiento del maestre de campo Luis de Córdova. Se hizo cargo interinamente del virreinato en esta ocasión el obispo Baltasar de Borja hasta la llegada del nuevo titular, en septiembre de 1629, José de Monphaon.
Bibl.: A. Campaner, Cronicón Mayoricense, Palma, Juan Colomar y Salas, 1881; J. M.ª Quadrado, Islas Baleares, Barcelona, Daniel Cortezo y C.ª, 1888; T. Aguiló, Virreyes de Mallorca, Palma, Editorial Mallorquina de Francisco Pons, 1959; J. Juan Vidal, El Sistema de Gobierno en el Reino de Mallorca (Siglos xvxvii), Palma, El Tall, 1996; P. Molas i Ribalta, Catalunya i la Casa d’Àustria, Barcelona, Curial, 1996; J. Juan Vidal, Els Virreis de Mallorca (ss. xvi-xvii), Palma, El Tall, 2002.
Josep Juan Vidal