Capra, Alejandro. Cremona (Italia), p. s. XVII – ?, 1683-1685. Arquitecto, ingeniero militar, ingeniero hidráulico y escritor al servicio de la Monarquía Hispánica.
Se desconocen los términos cronológicos de su vida. Sin embargo, a partir de algunos datos circunstanciales, se cree que nació en los primeros años del siglo XVII en Cremona, ciudad donde pasó la mayor parte de su existencia, hasta su muerte, y en la que recibió una gran formación cultural, aprendiendo, igualmente, la práctica arquitectónica, pero también elementos de goniometría, geometría, gnomónica y técnicas de fortificación.
Capra estuvo empleado al servicio de Gonzalo Fernández de Córdoba y Ambrosio Spínola, gobernadores españoles del Estado de Milán, entre 1628 y 1630, donde tuvo la oportunidad de conocer las técnicas más avanzadas del arte de la guerra. Profundizaría también sus conocimientos en campos de estudio similares, frecuentando “muchos virtuosos topógrafos de diferentes naciones” activos en la zona de Milán, especialistas en fortificaciones como Antonio Barca, expertos en hidráulica y economía agrícola, hasta el punto de que destacó al nivel de los más expertos reputados y cualificados en el sector.
Debido a la peculiaridad sus intereses, Capra, si bien tenía que emplearse en la construcción de máquinas, instrumentos de guerra y de transporte, en “invenciones” donde su experiencia encontraba pleno ámbito de aplicación y también en obras específicas de ingeniería técnica o de ordenamiento territorial, muy rara vez tuvo la oportunidad de participar en proyectos de diseño arquitectónico. Según el testimonio de sus propios escritos, se limitó principalmente a intervenciones de renovación y restauración como, por ejemplo, en el coro de la iglesia de San Francisco y en el colegio jesuita de Cremona.
La única prueba documentada de una obra de importancia realizada por Capra se refiere al proyecto para la catedral de Pontremoli (provincia de Massa-Carrara, La Toscana), dedicada a la Madonna del Popolo. Desde 1620 existía una clara voluntad por parte de los órganos de gobierno de la ciudad de renovar el antiguo templo. Sin embargo, sería en 1630, cuando se confirmó, con motivo de la peste que asolaba la región, la decisión de erigir una catedral “suntuosa, noble y capaz del pueblo en la medida de lo posible”. Capra, quien, a pesar de su juventud, ya debía de gozar de cierta reputación como arquitecto público del Estado de Milán, presentó en 1633 un proyecto detallado que fue aprobado y puesto en práctica con bastante rapidez, ya que, tres años después, se colocó la primera piedra y se inauguró oficialmente la obra. Esta se elevaría de acuerdo con los principios programáticos expresados por Capra en sus tratados, es decir, la simplicidad de estructura lejos de los “caprichos” barrocos y, al mismo tiempo, la solemnidad de proporciones, sólo aligerada por la elevación central de la cúpula.
Entre 1647 y 1648, Capra trabajó para defender su ciudad natal (sitiada por los franceses) al servicio de los españoles, durante un episodio de la Guerra de los Treinta Años. Así, pudo ejercer su talento en los más diversos campos: construcción de molinos de tracción, presas para dirigir el agua según las necesidades estratégicas, contrapesos para facilitar el uso de las campanas, además de inventos, como sistemas de fuentes de complicados mecanismos hidráulicos para enfriar las habitaciones o bien de martinetes y máquinas elevadoras y, por tanto, de uso en la obra. Dedicó el resto de su vida a esta actividad, en la consideración y estima de sus conciudadanos, dedicándose tanto al desarrollo de nuevos dispositivos como a estudiar y escribir sobre sus temas favoritos. Su producción es, de hecho, conspicua: en 1671 compuso una Geometría familiar y una instrucción práctica…, publicada en Cremona por Pietro Zanni. Al año siguiente, Paolo Puerone imprimió para él, también en Cremona, la Nueva arquitectura de los estudios de tierras y aguas… y en 1673 retomó y amplió su primer texto en Las dos primeras partes de la geometría familiar… Su obra más importante, Sobre la arquitectura familiar… fue impresa en Bolonia en 1678 según la tipografía de G. Monti quien, en 1683, publicó también La nuova Architecture militari… y ambos fueron reeditados posteriormente en Cremona en 1717 en una sola edición, tras la muerte de Capra, dedicada por los editores a F. Arisi, que la precedió con un detallado “elogio al autor”.
Capra adquirió méritos ante los gobernantes locales, trabajando también para estudiar y erradicar las inundaciones del Po con proyectos de terraplenes (él mismo afirma en La nuova Architecture militari haberse distinguido en esta actividad en 1670 en Casalmaggiore). Sus provechosas intervenciones le valieron, además, el certificado del vicario del Tribunal de Provisión de Milán que, en 1658, lo calificó como de “utilidad pública”. También fue llamado a los juzgados de Madrid donde, sin embargo, no llegó a presentarse, porque, al haber enfermado durante el viaje, se vio obligado a regresar. No se sabe el año exacto de su muerte, pero, a partir de datos circunstanciales consistentes en la publicación de su último tratado y la publicación póstuma de un folleto de su hijo Domenico, es posible situarla entre 1683 y 1685.
Finalmente, Capra compuso diversos tratados, en su mayoría dedicados al análisis de los problemas teóricos y en particular de la arquitectura, entendida no sólo como una técnica constructiva sino como un conjunto de reglas genéricas con las que plantear y resolver las más diversas situaciones. Según Capra, la arquitectura es “una ciencia que establece los verdaderos principios y documentos para hacer algo bien ajustado, y que se acerque lo más posible a la perfección, por eso a Dios se le llama Arquitecto Supremo y Divino, porque en la creación del mundo hizo todas sus obras más perfectas”. Pero, en la aparente facilidad ecléctica con la que Capra se mueve entre los más diversos campos de especialización, se aprecia una información actualizada y documentada y una capacidad de síntesis, haciendo referencia específica a los grandes tratadistas del Renacimiento, a los que demuestra haber conocido y bien asimilado, como Vitruvio, Scamozzi, Serlio, Vignola y Palladio. Tampoco faltan referencias a textos menos conocidos como los de Pietro della Valle, el teórico de las fortificaciones Pietro Antonio Barca, el matemático N. Tartaglia, el ingeniero hidráulico G. Batistta Barettieri y el teórico de la estimación Batistta Cipolla.
Capra abordó también los temas específicos de su “profesión”. Así, reseñando los distintos sistemas de medidas, de reglas matemáticas y empíricas para tomar la distancia entre diferentes puntos o calcular las superficies y volúmenes de sólidos (columnas, bóvedas, esferas, piedras, fardos de heno, etc.). De igual forma, tratando la técnica de la ingeniería, en la que su doctrina parece derivar del racionalismo cientificista manierista tardío, instaurado en el Gran Ducado de Toscana a través de la política tecnocrática de los soberanos, así como por la amplia difusión de los tratados militares.
En los últimos años de su vida, estuvo meditando sobre un tratado específico dedicado a sus últimos intereses. Como anuncia el propio Capra en las páginas de La nuova Architecture militari, se suponía que sería un volumen dividido en cuatro libros relativos a la construcción de los “relojes de sol”; a los “cinco órdenes de la arquitectura civil”; “a la manera… de fabricar escenas y máquinas para el uso de los teatros”; a la refrigeración de las habitaciones por el calor del verano, uno de los temas que más estimulan la imaginación de Capra, que inventa un aire acondicionado rudimentario aprovechando la presencia de chimeneas como convectores modernos y agua para generar flujos de aire frío; hasta la arquitectura militar, textos que, a su muerte, quedaron manuscritos.
Obras de ~: Nuova architettura dell'agrimensura di terre e acque, Cremona, Paolo Puerone. 1672; Geometria Famigliare, Et Instruttione Pratica d'Alessandro Capra, Architetto Cremonese: Per gl'Edificij Nuoui, e Vecchij, Opera Multo Curiosa, e di Giounamento Universale; Divisa in Tre Parti, con l'Indice De Capi, e Loro Argomenti; Dedicata agl'Illustrissimi Signori Decurioni della Città di Cremona, Cremona, Giovanni Pietro Zanni, 1673; Nuova architettura famigliare, Bologna, Giacomo Monti, 1678; Nuova architettura militare, Bologna, Giacomo Monti, 1683.
Bibl.: L. Olivato, “Capra, Alejandro”, en Dizionario Biografico degli Italiani, vol. 19, Roma, Istituto della Enciclopedia Italiana, 1976; A. Coppa, “La circulación de las ideas a través de los tratados de los Ingenieros Militares milaneses al servicio de Carlos V y Felipe II”, en Las fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000; F. Loffi, “Alessandro Capra, inventore del condizionatore”, en Cremona Sera, 4 de julio de 2021 [en línea], disponible en https://cremonasera.it/cultura/alessandro-capra-inventore-del-condizionatore.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño