Calvo y Revilla, Rafael. Sevilla, 19.II.1842 – Cádiz, 4.IX.1888. Actor.
Nació en Sevilla, hijo de José Ramón Calvo y Lorenza Revilla. Toda su biografía se mueve en torno al mundo de la escena de la que llegó a ser uno de sus más destacados representantes. Sus padres eran actores; su tía materna —Rita— una afamada “característica” y sus hermanos Ricardo y Luis también lo fueron, manteniéndose esta herencia interpretativa en su hijo Ricardo Calvo y Agostí.
Rafael Calvo debutó a los diecisiete años en el Teatro Español de Madrid en la compañía de Pedro Delgado y muy pronto su apostura y carácter lo convirtieron en el galán indispensable del teatro español. Dotado, según José Yxart, de “un temperamento arrebatado y entusiasta, nutrido en el ideal caballeresco del teatro antiguo”, Rafael estaba llamado a encarnar la nueva saga de actores de la segunda mitad del siglo XIX, tras la huella de Isidoro Máiquez, de finales del XVIII, la de Carlos Latorre, fallecido en 1851, y la de Julián Romea, muerto en 1868.
Por otra parte, las circunstancias históricas y literarias de la vida española favorecieron el éxito del actor.
El reinado de Isabel II —con la bonanza económica que supuso para las empresas teatrales y su industria—, el mundo de la Septembrina y de los ideales republicanos del 68 —a los que Calvo se mantuvo fiel—, y la consolidación de la Sociedad de Autores Dramáticos durante el período de Alfonso XII, garantizaban una seguridad nunca antes conocida por los actores. Conscientes de esta situación los dramaturgos se apresuraron a redactar obras destinadas ex profeso a sus actores favoritos, aval de popularidad y éxito en taquilla. Así lo hicieron Zorrilla y, sobre todo, Echegaray, creador de los grandes triunfos de Rafael Calvo. El actor sabía escoger muy bien sus papeles y —conviviendo estéticamente con los últimos recuerdos del Romanticismo y el advenimiento del estilo Realista, transmutado dramatúrgicamente en la “alta comedia” y en la reacción Neorromántica—, eligió el drama histórico en verso y la recuperación del Siglo de Oro como vía idónea para proyectar su estilo declamatorio, de brillante efectismo melodramático.
Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca se actualizan en sus reposiciones de El castigo sin venganza, Amor, honor y poder y La vida es sueño.
Obras románticas como Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas o El zapatero y el rey y Don Juan Tenorio de Zorrilla, estrenadas algunos años antes, encontraron en Calvo a su auténtico valedor, ya que en opinión del crítico Luis Ruiz Contreras: “Rafael era el galán por antonomasia, el actor más adecuado que se vio nunca para arrullar amores y andar a cintazos sobre la escena”. Su encuentro con Echegaray supuso la culminación del éxito al combinar el melodrama y una interpretación que declama el verso a modo de recitación cantada, potenciando el efecto romántico.
La esposa del vengador (1874), En el puño de la espada (1875), En el pilar y en la cruz (1878), Conflicto entre dos deberes (1882) y El gran Galeoto, su gran triunfo el 19 de marzo de 1881 son algunos de los títulos que Echegaray le brinda en el teatro Español.
Pero la faceta empresarial tampoco fue ajena a los propósitos de Rafael Calvo. Sabedor de que el concepto de “cómico de la legua” empezaba a derivar en el de “primer actor”, con todo el potencial económico y el brillo de la fama que esto comportaba, viajó con su propia compañía por Europa e Hispanoamérica en importantes giras. También fue director artístico del Teatro Español durante la temporada 1887-1888, obteniendo un máximo de beneficios con un mínimo de gastos al programar cuarenta y ocho obras y unas sesiones de lecturas de poesías en dicho teatro. Incluso, rizando el rizo del juego comercial, mantuvo con Antonio Vico una supuesta rivalidad pactada, de enormes beneficios para la taquilla. La fórmula no era nueva, ya la habían practicado con anterioridad José Valero y José García Luna, formando un dúo de notable repercusión. En la España de las oposiciones entre Cánovas o Sagasta, Frascuelo o Lagartijo, Gayarre o Massini, el duelo Calvo-Vico dividió al público en dos bandos. Rivalidad ficticia, por supuesto, ya que, nacidos en la misma escuela, la declamación altisonante y cantarina de Calvo tuvo su complemento en la mímica y el incipiente realismo de Vico. No en vano Echegaray escribió para ambos El Gran Galeoto, aunque por diversos motivos no cristalizara su actuación conjunta en esta obra hasta 1887, cuando ambos ya se habían medido en escena en una representación de Don Juan Tenorio, repartiéndose por actos el papel protagonista ante la mirada comprensiva de “Clarín” y la airada de Pérez Galdós. Dos novelistas y críticos de teatro que, en el caso de Galdós, trabajó luego estrechamente con una actriz de la compañía de Calvo: María Guerrero.
Paradójicamente, tuvo Rafael Calvo una muerte poco literaria pero muy teatral, de las que confirman la disparidad entre la ficción escénica y la vida cotidiana.
Después de una existencia de aventuras amorosas, desarrolladas a veces a golpes de esgrima, de lances políticos vinculados a las ideas republicanas —como fue su cooperación en 1886 en la fuga del brigadier Villacampa—, la viruela acabó con la vida del actor prematuramente en 1888. Un final muy parecido al de uno de sus héroes, Espronceda, también personaje romántico de cóleras y venganzas, quien falleció de garrotillo el mismo año en que había nacido Rafael Calvo.
Obras de ~: Cartas de Rafael Calvo a Manuel Catalina, 1873 (Biblioteca Nacional de España, MSS/12940/13); Cartas de Rafael Calvo a Luis Mariano de Larra, 1874 (Biblioteca Nacional de España, MSS/20273/6).
Bibl.: Sociedad Española de Beneficencia de Buenos Aires, Al eminente artista Rafael Calvo, Buenos Aires, Imprenta M. Biedma, 1883; S. Olmedo y Estrada, Rafael Calvo y su repertorio, Madrid, M. Biedma, 1883 (reed. BiblioBazaar, 2010); Teatro Español, Homenaje al genio artístico de Rafael Calvo: noviembre de 1888, Madrid, Imprenta Ducazcal, 1888; J. Yxart, El arte escénico en España, Barcelona, Imprenta La Vanguardia, 1894; L. Calvo Revilla, Actores célebres del Teatro del Principe ó Español, Siglo xix: Manera de representar de cada actor. Anécdotas y datos biográficos, Madrid, Imprenta Municipal, 1920; L. Alas, Rafael Calvo y el teatro español, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1890; N. Díaz de Escovar y F. Lasso de la Vega, Historia del teatro español, Barcelona, Muntaner y Simón, 1924; L. Ruiz Contreras, Medio siglo de teatro infructuoso, Madrid, CIAP, 1931; M. Fernández Almagro, Calvo, padre e hijo, c. 1950-1960 (Biblioteca Nacional de España, Ms. 23203/4); C. Onrubia, El Neorromanticismo Español y su época, Madrid, CSIC, 1987; J. Huerta Calvo, Historia del Teatro Español, Madrid, Gredos, 2003, págs. 1333-1336, 1364, 1365; Teatro español de la A a la Z, Pozuelo de Alarcón (Madrid), Espasa Calpe, 2005.
María José Conde Guerri