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Enrique Chicote del Riego

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Biografía

Chicote del Riego, Enrique. Madrid, 6.I.1870 – 1958. Actor y autor teatral.

De acomodada familia, era el tercer hijo de Adela del Riego y Tejada y de Juan Chicote González, que pertenecía al Cuerpo de Farmacia Militar, carrera que siguió su hermano César Chicote del Riego, alcanzando merecida fama como bacteriólogo y naturalista, mientras que Enrique Chicote del Riego se dedicaba a participar en funciones de aficionados en sus años de adolescente en el madrileño Teatro Alhambra. Estudió Derecho, carrera que interrumpió para dedicarse al teatro. Intervino en funciones universitarias y como profesional debutó en 1885 en el Teatro Madrid.

Tres pesetas le pagaron como primer sueldo.

En 1888 se presentó en el Teatro Felipe haciendo el papel del guardia en la zarzuela El año pasado por agua. Tres años estuvo de primer actor en el también madrileño escenario del Romea y luego fue al de la Princesa. Estuvo en las compañías de María Tubáu, Julia Cirera y Sánchez de León, hasta que en 1895 creó su propia compañía.

En 1896 comenzó también su andadura como profesor del Conservatorio Nacional de Madrid sin abandonar su profesión de actor. Conoció a la actriz Loreto Prado, que provenía de una distinguida familia y se había aficionado al teatro. En 1898 le propuso formar pareja. Estrenaron La tonta de capirote, un sainete, inaugurando una de las parejas cómicas más celebradas del teatro español de su época. Esa unión duró cuarenta y cinco años, tanto artística como sentimentalmente.

Estuvieron en el Teatro Martín, que había alquilado Chicote. Luego pasaron al Cómico, antiguo Teatro Capellanes y después al Maravillas. Representaron, entre otras comedias y sainetes, La gente alegre; La chiquita de Nájera y, en el escenario del Romea, La preciosilla, que llevaba música del maestro Vives; El cuerno de oro; ¡Aprieta, constipado!; Gimnasio modelo; El Nacimiento del Mesías... Loreto y Chicote, como se anunciaron durante tan prolongada carrera, se significaron siempre en el teatro por su vena humorística, tanto en el género de la comedia como en el llamado “género chico”, derivado de la zarzuela pero de menos duración.

Enrique Chicote, que era primer actor y empresario, trabajó en casi todos los teatros que había en Madrid, al lado de un inseparable Loreto Prado, en los tres primeros decenios del siglo XX, según la disponibilidad para alquilarlos por temporadas. En el Moderno (antes Alhambra), estrenó El pilluelo de París; La trapera, de Luis de Larra; La casta Susana, de Miguel Echegaray; Los granujas; Los dos pilletes; Las travesuras de Juana; Los chicos de la escuela; Congreso feminista; La borracha; Pa mí que nieva; Las estrellas; La peseta enferma; Los tres gorriones...

En 1905 contrató Chicote el teatro de los hermanos Eslava, donde dieron a conocer la obra La alegría que pasa, del polifacético Santiago Rusiñol, traducida del catalán al castellano por Vital Aza. En la temporada siguiente estrenaron en el Gran Teatro una revista titulada La brocha gorda, en la que Loreto hacía una recreación de Consuelo Vello Cano, La Fornarina.

Terminaron en el Cómico, su teatro más habitual, donde les esperaba el mayor éxito de su vida. Lo consiguieron en 1907 con Alma de Dios, de Arniches, García Álvarez y el maestro Serrano. De hecho, gran parte del amplísimo repertorio teatral de la pareja les fue escrito por el acreditado comediógrafo Carlos Arniches.

Loreto y Chicote convertían a propósito representaciones serias en tragicomedias. Y el público les agradecía ese sesgo. Tanta era su popularidad, que Chicote repetía a menudo ante sus amigos y periodistas: “En Madrid somos tan conocidos que se nos compara con el cocido”.

Paralelamente, el 8 de mayo de 1926 Chicote fue nombrado profesor numerario de Declamación, con un sueldo de 4.000 pesetas anuales, pero el puesto había estado ejerciendo sin remuneración alguna desde 1921, como sustituto de Ceferino Palencia. Es más, gracias a Chicote que ofreció el Teatro Cómico que regentaba, se pudieron continuar las clases de declamación cuando el Ministerio de Instrucción Pública cerró el edificio del Teatro Real, sede entonces del Conservatorio Nacional de Música y Declamación, hasta que en 1929 se contó con el Teatro María Guerrero y después con la residencia de los padres jesuitas de la calle de Zorrilla de Madrid. En agradecimiento, la Dirección del Conservatorio le propuso en abril de 1930 para que le fuera concedida la Cruz de Alfonso XII. Con el estallido de la Guerra Civil se le cesó como profesor de esta institución por Orden Ministerial de 23 de junio de 1937 del Madrid republicano.

Tras la contienda, por su edad y salud, tuvo que tramitar un expediente de aptitud para continuar ejerciendo la docencia; obtuvo respuesta favorable de la Dirección General de Bellas Artes, que le permitió continuar en el cargo hasta su jubilación el 11 de mayo de 1946.

De otra parte, su compañía con Loreto Prado no dejó de trabajar cada temporada, sin apenas descanso. Los estrenos más celebrados de Loreto y Chicote fueron: La venganza de la Petra, La casa de Quirós, El tío de Alcalá, La sobrina del cura... Así, hasta un repertorio de más de varios centenares de títulos. La comunicación entre ambos en el escenario era perfecta. No importaba que sus personajes estuvieran a veces alejados de su propia edad. Así, ella fingía ser quinceañera en la obra Seis pesetas, de Luis de Vargas, en tanto él actuaba con ella con total naturalidad. Pero Loreto falleció el 25 de mayo de 1943 y Enrique Chicote ya no fue el mismo sin su inolvidable compañera, aunque continuara en el teatro hasta el año 1956, fecha en la que recibió un homenaje organizado por la Asociación de la Prensa de Madrid. El Ayuntamiento de la capital dedicó el nombre de una calle a la pareja, a espaldas de la popular Gran Vía.

Enrique Chicote estrenó durante su prolífica carrera de actor un sinfín de obras, que él cifraba en cerca de dos mil, todas ellas de carácter cómico, sainetesco.

 

Obras de ~: Se suplica la asistencia Teatro Martín, Madrid, Imprenta R. Velasco, 1896; Pelusilla, Madrid, Imprenta R. Velasco, 1896; La Loreto y este humilde servidor, Madrid, M. Aguilar, 1944; Cuando Fernando VII gastaba paletó, Madrid, Editorial Reus, 1952; Las señoritas del Pan Pringao, Madrid, Editorial Reus, 1953; El misterio de la cabeza parlante, Madrid, Editorial Reus, 1954; Loreto Prado, Madrid, Editorial Reus, 1955.

 

Bibl.: M. Román, Los cómicos, vol. I, Barcelona, Royal Books, 1995, págs. 51-56; M. Gómez García, Diccionario del teatro, Madrid, Ediciones Akal, 1997, pág. 235; G. Soria Tomás y E. Pérez Rasilla, “Documentos sobre los profesores de las enseñanzas teatrales del Conservatorio Nacional de Música y Declamación (1931-1939)”, en F. Doménech (ed.), Teatro Español. Autores clásicos y modernos. Homenaje a Ricardo Doménech, Madrid, Fundamentos RESAD, 2008, págs. 389-392.

 

Manuel Román Fernández

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