Tapia y Salcedo, Gregorio de. Madrid, 27.IX.1617 baut. – 2.I.1671. Cortesano, caballero de la Orden de Santiago, tratadista.
Hijo de Gregorio de Cuero y Tapia (Barcelona, 10.X.1598 baut. —Madrid, 22.VII.1662), secretario de Estado de Felipe IV, que había casado con su prima hermana Catalina Salcedo y Tapia, fue bautizado en la madrileña parroquia de Santiago el 27 de septiembre de 1617. Dos son los rasgos más destacables en su preparación como caballero: su sólida formación humanística —pues estudió Latín, Retórica, Filosofía y Poética con el licenciado Gabriel Gutiérrez, y Matemáticas, Griego y otras materias con los jesuitas Camasa, Guillermo Escocés, Claudio Ricardo y Esteban Lamberto, del Colegio Imperial—, así como su destreza y conocimiento en el manejo del caballo, hecho que se pone de manifiesto en su conocida obra, Exercicios de la gineta (1643), que dedicó al príncipe Baltasar Carlos. Precisamente, en esta última, justifica el autor el contenido de la misma porque “[s] Siendo pues mi instituto en ésta breue obra, tratar de los Exercicios y Excelencias de la Gineta (que por ser, sin duda, la mas auentajada, como se probará, la tengo por principal de la Cavallería me ha parecido no solo conueniente, sino necessario, presentar primero la insinuacion de algunas pruebas más heroicas y claras, y despues hazer representacion de las imagenes que van distribuidas en este Compendio: En cuya diuersidad, y gusto de posiciones, y figuras, diestras, como fuertes, hallarás algun descuento, ó vsura entre la tarea de las Discursos”. Joseph Antonio Álvarez y Baena añade, además, entre el repertorio de sus obras, una titulada Advertencias para torear, que posiblemente se refiera a la obra de Pedro Jacinto de Cárdenas y Angulo, Advertencias o preceptos del torear con rejón, lanza, espada y jáculos: la obligación en que se ponen, i como se ha de salir della en las ocasiones que se pueden ofrecer, que prologó Tapia y Salcedo. La cita, sin embargo, ha motivado que algunos autores atribuyan al personaje el opúsculo Advertencias para los cavalleros que salieren a torear a la Plaça, en las fiestas Reales, Escritas por vn Cavallero, a quien la Magestad del señor Rey Don Phelipe Quarto, que esté en el Cielo, mandó escrivir en ocasion de venir a España la Reina nuestra señora Doña Mariana de Austria (1657), que permanece en el anonimato, pero que pudo confeccionarse hacia 1649, coincidiendo con el casamiento de Felipe IV con Mariana de Austria, con una impresión de la misma, para no caer en errores, posiblemente, posterior. De hecho, José María de Cossío, Isidro Gómez Quintana o José Deleito y Piñuela, la adscriben a Nicolás de Menacho.
El nombramiento de Tapia y Salcedo como caballero de la Orden de Santiago por Real Cédula de 6 de febrero de 1639 y tras la aprobación del Consejo el 14 del mismo mes —no en vano, su padre servía desde 1621 como secretario de Cámara del Consejo de las Órdenes y también gozó de la merced del hábito de la Orden de Santiago, aunque en este caso con unos meses de diferencia— le permitió, por una parte, desempeñar cargos de notable consideración: fiscal y procurador general de la Orden de Santiago, procurador de Cortes por Madrid, comisario de los Reinos de Castilla y León, Junta del Servicio de Millones y capitán de Infantería en la Milicia de esta villa, como bien se comprueba en su Memorial de la antigüedad de la Sagrada orden de Santiago, Reina de Zale, sobre las demás Militares de España (1650), y, por otra, dar a conocer el Modo de armar caballeros, y dar el Habito en lei del Orden de Santiago (1658) o redactar el Discurso breve ó Recopilación de las Leyes de Armería (1663).
Asimismo preparó un Epitome de la vida y milagros de la Santa Infanta Doña Sancha (1668), religiosa de la Orden de Santiago.
Por estas fechas, habría obtenido el reconocimiento de sus contemporáneos por una serie de epigramas que había escrito bajo el título de Monte Parnaso en seis cumbres (1658) y la dedicatoria de un poema de José Antonio González de Salas: “A D. Gregorio de Tapia y Salcedo, Caballero de la Orden de Santiago, y Fiscal Caballero de la misma Orden.
Su amigo D. Jusepe Antonio”, que corresponde al de la musa Mepómene en El Parnasso Español: monte en dos cumbres dividido, con las nueve musas castellanas, donde se contiene Poesías de Francisco de Quevedo y Villegas, Caballero del habito de Santiago, Secretario de su Magestad, y Señor de la Villa de la Torre de Juan Abad, como acredita el italiano establecido en la Corte de Felipe IV, Paolo Antonio de Tarsia en la Vida y obras posthumas de D. Francisco de Quevedo Villegas, que editó en 1663. Parece ser que también el librero Roberto Duport le dedicó la edición póstuma de la obra de Quevedo, Virtud militante contra las cuatro pestes del mundo, mientras que la reimpresión que llevó a cabo Pedro Coello, en 1648, de una antología poética de Anastasio Pantaleón de otra anterior de Pellicer fue dedicada igualmente a Gregorio Tapia y Salcedo, lo que acredita la importancia que tenía el personaje en la época y el carácter erudito del mismo. Pero, además, gozó de alguna popularidad en Europa, especialmente en Italia —donde su padre permaneció todo una década, primero, en 1649, como secretario de la Negociación del Estado de Milán para pasar después a la de Sicilia en el Consejo Supremo de Italia— siendo elegido miembro de la Accademia degli Anfistili de Roma, según patente de 24 de agosto de 1658, e ingresó en noviembre de 1662 en la Accademia degli Infuriati de Nápoles. La traducción al castellano que en 1668 hace del Alcibíades, Capitan y Ciudadano atheniense, de Virgilio Malvezzi, muestra un claro dominio lingüístico del italiano.
Gregorio de Tapia y Salcedo murió el 2 de enero de 1671 en la parroquia de San Juan Bautista, situada en torno a la actual plaza de Ramales de Madrid, y que por aquel entonces constituía la parroquia de Palacio, dejando como heredero a su tío Juan de Cuero y Tapia, señor del mayorazgo de su apellido, quien le dio sepultura en su capilla del Convento de Religiosas de Santa Clara.
Obras de ~: Ejercicios de la gineta al Principe Nuestro Señor D. Baltasar Carlos, Madrid, Imprenta de Diego Díaz de la Carrera, 1643 [contiene: retrato de S. A. y 28 grabados calcográficos de M.ª Eugenia de Beer]; Memorial de la antigüedad de la Sagrada orden de Santiago en once pliegos al Rei N. S. El del Reino de Zale, i derecho que tiene a él la dicha Orden sobre las demás Militares de España. El Reço de los Cavalleros della i de la de Calatrava, i Alcantara, Madrid, Alonso de Paredes, 1650; “Prólogo”, en P. J. de Cárdenas y Angulo, Advertencias, o precetos del torear con rejon, lanza, espada, y iaculos: la obligacion en que se ponen, i como se ha de salir della en las ocasiones que se pueden ofrecer, Madrid, Imprenta de Diego Díaz de la Carrera, 1651; El Modo de armar caballeros, y dar el Habito en lei del Orden de Santiago, según el título 4 de sus establecimientos, con notas y adiciones. Madrid, 1658; Monte Parnaso en seis cvmbres, á Nuestro mui Santo Padre Alexandro VII en nueve pliegos, con ocasion de unas Epigramas de su Santidad traducidas, que estan en la ultima cvmbre, Madrid, 1658; El cuervo timbre o cimera. Discurso breve ó Recopilación de las Leyes de Armería para formar un escudo de Armas, Madrid, María de Quiñones, 1663; Epitome de la vida, y milagros de la Serenissima Infanta Doña Sancha Alfonso, hija del Sr. Rey D. Alonso el Nono de Leon, esposa de Gesu Cristo en el convento de Santa Eufemia de Coçollos, de la orden de Santiago, trasladado al de Santa Fé de Toledo, con la información del hecho i derecho de la Comendadora, y Convento de Santa Fé, por el Dr. Francisco de Pisa, Madrid, Joseph Fernández de Buendía, 1668; Alcibiades Capitan, i civdadano ateniense [Su vida escrita en lengva italiana por el marques Virgilio Malveci, del Consejo Supremo de Guerra, Embajador extraordinario a la Gran Bretaña, I en la castellana por Don Gregorio de Tapia y Salcedo, Cavallero de la Orden de Santiago, antes Fiscal y aora Procurador General en el Real Consejo de las Militares de Castilla], Madrid, Domingo Garcia i Morras, 1668.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Consejo de Órdenes, exp. 7984; Archivo de la Villa de Madrid, Secretaría, sign. 2-399-14.
P. A. de Tarsia, Vida y obras posthumas de D. Francisco de Quevedo Villegas. Caballero del Habito de Santiago, Madrid, D. Joachin Ibarra, 1772, pág. 137; J. A. Álvarez y Baena, Hijos de Madrid: Ilustres en Santidad, dignidades, armas, ciencias y Artes. Diccionario histórico por el orden alfabético de sus nombres, que consagra al Ilmo. y Nobilisimo Ayuntamiento de la Imperial y Coronada Villa de Madrid, vol. II, Madrid, Oficina de D. Benito Cano, 1790, págs. 373-378; J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los mas ilustres profesores de las Bellas Artes en España, vol. I, Madrid, Real Academia de San Fernando-Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1800, pág. 123; J. M.ª Marchesi, Catálogo de la Real Armería, Madrid, Real Armería, 1849, pág. 61; I. Gómez Quintana, Apuntes históricos acerca de la fiesta de toros en España, vol. I, Córdoba, La Verdad, 1897, págs. 24- 25; J. M.ª de Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. II, Madrid, Espasa Calpe, 1961, pág. 479; C. A. de la Barrera y Leirado, Catálogo bibliográfico y biográfico del teatro antiguo español. desde sus orígenes hasta mediados del siglo xviii, London, Tamesis Books Limited, 1968; J. Simón Díaz, “El Monte Parnaso en cinco obras del Siglo de Oro”, en Anales de Literatura Hispanoamericana (Universidad Complutense de Madrid), n.º 8 (1979), págs. 273-288; E. Rodríguez Cuadros y A. Tordera (eds.), “Introducción”, en P. Calderón de la Barca, Entremeses, jácaras y mojigangas, Madrid, Castalia, 1982, pág. 194, nota 149; J. Deleito y Piñuela, También se divierte el pueblo, Madrid, Alianza Editorial, 1988, pág. 99; R. González Cañal, “Marcial y el Conde de Rebolledo: versiones áureas de seis epigramas latinos”, en Cuadernos de Filología Clásica: Estudios Latinos (Universidad Complutense de Madrid), n.º 2 (1992), págs. 289-305; C. Isasi Martínez, “Traducción y retórica: Notas para la historia de la traducción en España en el siglo xvii”, en Livius: Revista de Estudios de Traducción (Universidad de León), n.º 10 (1997), págs. 77-89; F. Fernández Izquierdo, “Los caballeros cruzados en el ejército de la Monarquía Hispánica durante los siglos xvi y xvii: ¿anhelo o realidad?”, en Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante, n.º 22 (2004), págs. 107-111; J. Campos Cañizares, El toreo caballeresco en la época de Felipe IV: técnicas y significado socio-cultural, Sevilla, Fundación Real Maestranza de Caballería de Sevilla-Fundación EstudiosTaurinos-Universidad de Sevilla, 2008 (col. Tauromaquias, n.º 9).
María Isabel Montoya Ramírez