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Jusepe Antonio González de Salas

Biografía

González de Salas, Jusepe Antonio. Madrid, 12.I.1592 ant. – 14.III.1651. Humanista.

Fue bautizado en la Villa y Corte el 12 de enero.

Sus padres fueron Diego González de Salas, contable mayor de Felipe II y Felipe III y señor de la casa de los González de Vadiella, e Isabel de Jibaja Pisa y Quiroga, miembro de otra insigne familia de cortesanos.

La desahogada posición económica que disfrutaban permitió a su hijo dedicarse desde su juventud a los estudios de Humanidades, para los que González de Salas contó con el magisterio de Lupercio Leonardo de Argensola, quien guió sus primeros pasos en materia de poesía.

Sus amplios conocimientos de Historia, Geografía y Filología Clásica le llevaron a publicar, antes de cumplir los cuarenta años, sus comentarios del Satiricón de Petronio (Frankfurt, 1629), que fueron muy bien acogidos por sus contemporáneos. De hecho, en esta época González de Salas era ya un prestigioso erudito que se relacionaba con humanistas españoles y extranjeros de la talla de Constantino Sofía o Gaspar Scioppio. Su amigo más conocido, sin embargo, fue Francisco de Quevedo, con quien compartió el gusto por lo satírico y lo jocoso, tal y como demuestran sus traducciones de Petronio, Marcial y Juvenal. Es más que probable, igualmente, que González de Salas participase en los cenáculos literarios de la Corte, donde debió de conocer a los más insignes autores de su tiempo. Su figura, de hecho, fue alabada ya por Lope de Vega en el Laurel de Apolo (Madrid, 1630) y, poco más tarde, Pérez de Montalbán no dudó en incluir su nombre en su famoso Índice de los ingenios de Madrid (Madrid, 1632).

El 8 de marzo de 1634 González de Salas recibió el hábito de la Orden de Calatrava, si bien no utilizó el título de caballero hasta 1643. Dedicado plenamente a la traducción e interpretación de textos clásicos, entregó a las prensas en 1633 sus comentarios a la Poética de Aristóteles bajo el título de Nueva idea de la tragedia antigua. Años más tarde, su versión castellana del De situ orbis de Pomponio Mela, publicada como Compendio geográfico (Madrid, 1644), alcanzó tal repercusión que su fama traspasó las fronteras españolas, mientras en el interior se desataba una encendida polémica en torno a su contenido. González de Salas cultivó también la poesía —sus textos se conservan en volúmenes compilarios de varios autores—, si bien sus versos nunca alcanzaron la perfección de los grandes maestros. De su pluma salieron igualmente diversos tratados sobre ortografía, música o adivinación que, por desgracia, no se han conservado. Finalmente, González de Salas completó su labor intelectual actuando como editor de las obras poéticas de Quevedo que, bajo el título de Parnaso español, fueron reunidas para la imprenta en 1648.

Ya en la madurez, contrajo matrimonio con Ana Deza y Quiroga, con quien tuvo dos hijos que aún eran pequeños cuando quedaron huérfanos de padre.

Tras la muerte del humanista, acaecida en marzo de 1651, la Inquisición revisó su biblioteca particular, donde González de Salas había acumulado un total de dos mil cuatrocientos veinticuatro volúmenes —entre los que se contaban unos doscientos cincuenta libros prohibidos—, que sirven como elocuente muestra de la infatigable actividad intelectual desarrollada por su propietario.

 

Obras de ~: Commenta in T. Petroni Arbitri Satiricon, Frankfurt, 1629; Nueva idea de la tragedia antigua o ilustración última al libro singular de Poética de Aristóteles Stagirita, Madrid, Francisco Martínez, 1633 (ed. de L. Sánchez Laílla, Zaragoza, Prensas Universitarias, 1999; y Kassel, Reichenberger, 2003); Compendio geográfico e histórico de el orbe antiguo, Madrid, Diego Díaz de la Carrera, 1644.

 

Bibl.: E. C. Riley, “The dramatic theories of Don Jusepe Antonio Gonzalez de Salas”, en Hispanic Review, XIX (1951), págs. 173-203; J. O. Crosby, “La huella de González de Salas en la poesía de Quevedo editada por Alderete”, en Homenaje a Rodríguez Moñino, t. I, Madrid, Castalia, 1966, págs. 111- 123; J. López Rueda, “Joseph Antonio González de Salas, un filólogo clásico, amigo de Quevedo”, en Tres grandes humanistas españoles, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1976, págs. 37-62.

 

Eduardo Torres Corominas

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