Chaves y Mendoza, Juan de. Vizconde de la Calzada (I). Trujillo (Cáceres), c. 1570 – Madrid, 11.VI.1640. Juez, oidor de la Chancillería de Granada, gobernador de los Consejos de Órdenes y del Consejo Real de Castilla.
Hijo de los trujillanos Alonso de Mendoza y Chaves e Isabel de Alvarado, ambos sobrinos del confesor de Felipe II, Diego de Chaves. Contrajo matrimonio con su prima hermana María Paulina Pacheco de Chaves, hija de Pedro Alfonso de Hinojosa y de María de Chaves, también nacidos en Trujillo. Tuvieron cinco hijos: el primogénito, Melchor, casó con Isabel Josefa Chacón y Mendoza, condesa de Casarrubios, y Baltasar. El segundogénito, Baltasar, fue el único que nació en Madrid. Todos los demás, el mayor y Gaspar, Martín, Isabel de Chaves y Mendoza nacieron en Trujillo.
Juan de Chaves y Mendoza estudió en el Colegio Mayor de Oviedo de la Universidad de Salamanca.
Fue catedrático sustituto de Leyes y de Cánones en la referida Universidad. Comenzó en 1602 su carrera judicial desempeñando una alcaldía de hijosdalgo de la Chancillería de Granada. Dos años más tarde ascendió a oidor de la misma. En este puesto permaneció por espacio de diez años, hasta que el 9 de agosto de 1614 fue promovido a alcalde de Casa y Corte.
El 23 de agosto de 1616, bajo la presidencia de Fernando de Acebedo, el Consejo de la Cámara lo proponía en una consulta para una plaza del Consejo de Castilla, vacante por fallecimiento de Molina de Medrano.
En ella figuraban Fernando Molina de Medrano en primer lugar, Gaspar de Vallejo, en segundo y Juan de Chaves, en tercero. Felipe III, al resolver la consulta, nombró a Fernando Ramírez Fariña, que no iba propuesto, disponiendo al propio tiempo que Juan de Chaves ocupara la plaza que quedaba vacante por promoción del doctor San Vicente a la presidencia de la Chancillería de Valladolid. El 21 de febrero de 1618 sucedió a Gil Ramírez de Arellano en la asesoría del Real Bureo.
Participó en el complot fallido que pretendía despojar del valimiento al duque de Uceda y del confesionario al padre Aliaga y atribuir un papel político preferente al príncipe Manuel Filiberto de Saboya. No obstante haber participado en este complot, Chaves era muy amigo de Juan de Ciriza, confidente del duque de Uceda. Además, trató de entrar en la Cámara, sin conocimiento del presidente Acebedo, por mediación del propio Ciriza. Enfrentado con casi todos sus compañeros del Consejo de Castilla, con el único que trataba Chaves en él era con Melchor de Molina.
A pesar de haber colaborado con gentes del entorno del valido Uceda, el nuevo régimen instaurado por Felipe IV le proporcionó acceso al Consejo de la Cámara, algo que en vano había intentado en los últimos años del reinado de Felipe III. El 12 de febrero de 1622 obtuvo el hábito de la Orden de Santiago. El valido Olivares contó con él para integrar en la tercera y la cuarta décadas del siglo xvii diversos comités y juntas. Participó en la Junta creada en noviembre de 1623 para tratar de la administración del hospital de convalecientes, formada por los consejeros de Castilla Gilimón de la Mota, Tejada, Pérez de Araciel y el propio Chaves, a quien se le otorgó la superintendencia del referido hospital. Al año siguiente asistió a la Junta Grande de Reformación, que velaría por mantener la moralidad pública. En 1629 concurrió a otra junta grande, ésta encargada de la obtención de recursos financieros. Más tarde se incorporó a la Junta de Donativo, destinada a la gestión y administración del mismo; a la Junta de Caballería de las Órdenes, dedicada al reclutamiento de los caballeros de hábito que engrosarían las filas del ejército; a la Junta de Vestir la Casa Real y a la celebrada en Badajoz en 1637 para conocer la evolución de las alteraciones ocurridas en Évora (Portugal).
El padre Félix Hortensio Paravicino, trinitario calzado, le propondría, en un dictamen fechado el 26 de noviembre de 1626 en el que también figuraban los consejeros de Castilla Chaves y Corral, para el cargo de presidente del Consejo de Castilla. Como recompensa a sus servicios, el 31 de octubre de 1630 se creó el título de vizconde de la Calzada para el poseedor del mayorazgo fundado por Chaves. Sin embargo, la familia adoptó la costumbre de titularse conde de la Calzada. Desde el mismo año de 1630 hasta el de 1638, el rey le confió el gobierno del Consejo de Órdenes, en el que actuó bastante arbitrariamente.
Cuando a finales de diciembre de 1639 falleció el gobernador del Consejo de Castilla, el arzobispo de Granada, Juan de Chaves, figuró junto a los prelados de Cartagena, Pamplona y Burgos como candidato a la sucesión, y finalmente fue nombrado. Apenas se mantuvo medio año en este gobierno, ya que falleció en junio de 1640. En abril del mismo año había integrado con el cardenal Borja y otros la Junta que estudiaría la concesión de grandeza a diez casas nobiliarias.
Fue enterrado en la iglesia de San Joaquín.
En 1627 había adquirido el señorío de Santa Cruz de la Sierra y, años después, el Rey hizo merced a su hijo Baltasar del título de conde con la denominación de dicho señorío.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Quitaciones de Corte, leg. 25; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 6408; Consejos, libro 1477, fols. 36-41; Archivo General de Palacio, Expediente personal, caja 55, exp. 2.
G. González Dávila, Teatro de las grandezas de la villa de Madrid, Corte de los Reyes Católicos de España, Madrid, Thomas Iunti, 1623; M. Escagedo y Salmón, “Los Acebedos”, en Boletín de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, 8 (1926), págs. 15-29; J.-M. Pelorson, Les Letrados, juristes castillans sous Philippe III, Le Puy-En-Velay, Université de Poitiers, 1980; J. Fayard, Los miembros del Consejo de Castilla (1621- 1746), Madrid, Siglo XXI, 1982; Los ministros del Consejo Real de Castilla (1621-1788). Informes biográficos, Madrid, Hidalguía- Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Salazar y Castro, 1982, págs. 5-6; P. Gan Giménez, La Real Chancillería de Granada (1505-1834), Granada, Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 1988; E. Postigo Castellanos, Honor y privilegio en la Corona de Castilla. El Consejo de las Órdenes y los Caballeros de Hábito en el siglo xvii, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1988; J. H. Elliott, El conde-duque de Olivares, Barcelona, Crítica, 1990; G. Gascón de Torquemada, Gaçeta y nuevas de la corte de España desde el año 1600 en adelante, ed. de Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta, Madrid, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 1991; J. F. Baltar Rodríguez, Las Juntas de Gobierno en la Monarquía Hispánica (Siglos xvi-xvii), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998; R. Gómez Rivero, “Consejeros de Castilla de Felipe III”, en Anuario de Historia del Derecho Español, t. LXXIV (2004).
Ricardo Gómez Rivero