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Celso Arévalo Carretero

Biografía

Arévalo Carretero, Celso. Ponferrada (León), 6.IV.1885 – Madrid, 16.XI.1944. Biólogo, introductor de la ecología acuática en España.

Nacido en una familia de origen y arraigo segoviano, su primera niñez transcurrió, sin embargo, en Ponferrada (León), coincidiendo con los años en que allí estuvo el destino de su padre, catedrático de Matemáticas de enseñanza secundaria. Destacó desde niño por su brillantez como estudiante. Siguió estudios de Ciencias Naturales en la Universidad Central, en la que se graduó como licenciado en 1903, con sólo dieciocho años, para doctorarse al año siguiente.

Alternó a continuación puestos como docente auxiliar en las universidades Central y de Zaragoza con estancias de formación e investigación en la Estación de Biología Marítima de Santander, único centro dedicado por entonces en España a la investigación marina, a donde acudió con sendas becas, o pensiones, según la terminología de la época, concedidas por el Museo de Ciencias Naturales en 1904 y 1905.

En 1909 inició su dedicación profesional, que ya no iba a abandonar, como catedrático de Historia Natural en institutos de enseñanza secundaria, tras ganar la correspondiente oposición. Su primer destino fue Mahón (Menorca, Baleares), de donde pasó a Salamanca y por fin, en 1912, a Valencia. En Valencia debió de considerar Arévalo que alcanzaba una primera consolidación profesional y, desde su llegada al Instituto General y Técnico de la ciudad, comenzó a poner en marcha los proyectos de investigación científica a los que no había renunciado por seguir la carrera docente. Tomando el modelo de las estaciones costeras, que había conocido de primera mano en Santander, y sabedor de que no había en España, pero sí en otros países europeos y en Norteamérica, centros equivalentes destinados al estudio de ríos y lagos, resolvió dedicar sus esfuerzos al estudio de las aguas continentales, comenzando por la laguna de L’Albufera, próxima a la ciudad de Valencia.

Al amparo del Instituto en el que trabajaba, y con el apoyo de su Director Francisco Morote, montó lo que pronto iba a denominar Laboratorio de Hidrobiología.

Los años valencianos, hasta su traslado a Madrid en 1919, y su dedicación a la hidrobiología, o biología de las aguas continentales, representan la etapa más fecunda y original de la trayectoria científica de Arévalo. Sus mayores logros fueron la introducción en España de un tipo de estudios hasta entonces prácticamente desconocidos y la adopción en los mismos de un claro enfoque ecológico, siguiendo la tendencia internacional de la biología acuática del momento.

Arévalo, en efecto, estudió L’Albufera y otros sistemas acuáticos desde la nueva aproximación científica de la ecología, tratando de integrar el conocimiento del medio físico con las comunidades de organismos que lo pueblan y estudiando las variaciones espaciales y temporales de éstas. Fue el primer naturalista español en publicar trabajos solventes sobre los organismos del zooplancton de las aguas continentales, especialmente los rotíferos y los crustáceos cladóceros. Todo ello desde la modestia de los medios de su laboratorio, reconocido oficialmente como Laboratorio de Hidrobiología Española por Real Orden de 26 de octubre de 1917. En Valencia Arévalo formó a su principal discípulo, el biólogo Luis Pardo García.

En 1918 gana cátedra en el Instituto del Cardenal Cisneros, en Madrid, a donde se traslada en 1919.

Convence entonces al Museo Nacional de Ciencias Naturales para que cree una Sección de Hidrobiología, de la que se hace cargo. Desavenencias con el centro motivaron su salida a finales de 1931, no sin antes dejar nuevos trabajos de investigación y un libro de alta divulgación, La vida en las aguas dulces de 1929, que fue durante mucho tiempo el único manual de ecología acuática disponible en castellano. Otra parte de su obra se reflejó, por un lado, en breves notas y artículos especializados, y, por otro, en manuales generales de historia natural para la enseñanza y la divulgación, de todo lo cual se ofrece más abajo una selección. En esta última faceta, obviamente vinculada a su permanente dedicación profesional como docente, Arévalo destacó también como naturalista moderno, al día de las novedades teóricas en biología y cultivador de una pedagogía basada en el campo y el laboratorio. Sus convicciones católicas en lo religioso y conservadoras en lo político fueron, en su caso, compatibles con una actitud intelectual de activa apertura a la modernización científica. A todo ello añadió inquietudes y conocimientos específicos sobre su tierra segoviana, que le llevaron a publicar durante 1931 y 1932 la revista Cultura Segoviana, en cuyas páginas hizo gala de sus conocimientos históricos y especialmente numismáticos.

Tras la guerra, de 1936 a 1939, y sin abandonar su vinculación al Instituto del Cardenal Cisneros, del que fue nombrado director en 1943, Arévalo se reincorporó brevemente al Museo como vicedirector.

Aquejado de una enfermedad cancerosa, que progresó rápidamente, falleció en 1944.

 

Obras de ~: “Contribución al estudio de los Hidrozoarios españoles existentes en la Estación de Biología Marítima de Santander”, en Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 4 (1906), págs. 79-109; Geología, Valencia, 1912; Biología, Valencia, 1914; “El Laboratorio hidrobiológico del Instituto de Valencia”, en Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (BRSEHN), 14 (1914), págs. 338-348; “La Hidrobiología como Ciencia creada por las nuevas orientaciones de la Historia Natural”, en Ibérica, 2, 46 (1914), págs. 317- 319; Introducción al estudio de los Cladóceros del plankton de la Albufera de Valencia, Valencia, 1916; Algunos rotíferos planktónicos de la Albufera de Valencia, Valencia, 1917; “Sobre el concepto preciso de la palabra ‘hidrobiología’ en su sentido estricto”, en BRSEHN, 21 (1921), págs. 171-177; “Algunas consideraciones sobre la variación temporal del plankton en aguas de Madrid”, en BRSEHN, 23 (1923), págs. 94-103; “El lago de Carucedo”, en Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 11 (1923), págs. 305-330; Los métodos de la investigación planctónica, Valencia, 1924; Principios de Historia Natural, Madrid, 1927; La vida en las aguas dulces, Barcelona, Jabor, 1929; Historia Natural Popular, Barcelona, 1930; La Historia Natural en España. Primera Parte, Madrid, 1935.

 

Bibl.: L. Pardo García, “Nota necrológica. D. Celso Arévalo Carretero”, en Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 43 (1945), págs. 187-198; S. Casado, “El Laboratorio de Hidrobiología de Valencia y la historia de la limnología en España”, en Quercus, 80 (1992), págs. 24-34; S. Casado de Otaola, Los primeros pasos de la ecología en España, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1997.

 

Santos Casado de Otaola

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