Sanz del Río, Julián. Torrearévalo (Soria), 13.III.1814 – Madrid, 12.X.1869. Filósofo.
Julián Sanz del Río, considerado como el fundador del denominado “krausismo español”, principal movimiento y corriente de pensamiento de la segunda mitad del siglo XIX español con influencia efectiva en la Cultura española durante la llamada Edad de Plata, nació el día 13 de marzo de 1814 en el pueblo soriano de Torrearévalo. A la edad de 10 años quedó huérfano, siendo recogido por su tío materno Fermín del Río, sacerdote prebendado en Córdoba, quien se encargó de su educación. En el Seminario de San Pelagio de Córdoba cursó los estudios de latín y humanidades y tres años de filosofía, para en 1830 comenzar sus estudios universitarios de Derecho en la Universidad del Sacromonte de Granada (1830- 1833) continuando en Toledo (1834), para volver de nuevo a Granada (1835-1836) licenciándose y doctorándose en Derecho Canónico. Ya en los últimos años de carrera inicia su labor docente como profesor de Derecho Romano y de Leyes en su Universidad de Granada (1835). En 1836 se traslada a Madrid para licenciarse y doctorarse en Derecho Civil, donde, además de sus estudios de Derecho que finaliza en 1840, y del inicio de la actividad profesional como abogado (1840-1843) y como profesor sustituto de Leyes (1842), participa activamente en la vida cultural de la capital, ingresando en las tres sociedades culturales progresistas más importantes del momento: La Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, El Ateneo Científico y Literario y la Academia de Jurisprudencia y Legislación.
Por Decreto de 16 de Junio de 1843, fue nombrado catedrático interino de Historia de la Filosofía de la Universidad Central, con la obligación de trasladarse a Alemania para estudiar durante dos años las doctrinas que han hecho de ese país una potencia en todos los terrenos, pero sobre todo en el científico y universitario, y con el encargo concreto de realizar un informe sobre el estado de la enseñanza universitaria en dicho país. Aparte del encargo oficial, hay ya desde un primer momento en él la idea, no muy clara al principio, de llevar a cabo un proceso de reforma mental y moral del pueblo español. Inmediatamente se dirigió a Heidelberg donde entró en contacto con los discípulos del filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause, cuya filosofía había conocido en Madrid a través del Curso de Derecho Natural de Ahrens.
Allí, completó su formación en la filosofía de Krause por una doble vía: el estudio privado de las obras de Krause y las conferencias o lecciones de los principales discípulos del filósofo, Röder y Leonhardi. El fallecimiento de su tío Fermín le obligó a regresar a España a finales de 1844 y a solicitar una licencia temporal de tres meses primero y, finalmente, a renunciar a la Comisión ministerial en Alemania. Poco después una Real Orden de 28 de septiembre de 1845 le confería, en calidad de propietario, la Cátedra de Ampliación de Filosofía, a la que renuncia por creer que todavía no está suficientemente preparado para propagar el sistema filosófico de Krause, iniciando un largo retiro de nueve años en Illescas (Toledo), durante los cuales desarrolla una continua actividad intelectual, con desplazamientos periódicos a Madrid, centrada en aspectos como: el conocimiento del estado filosófico del pueblo español, la realización de trabajos filosóficos que justifiquen de algún modo ante el Ministerio lo realizado en Alemania, la profundización personal en la filosofía de Krause y traducción de algunas de sus obras para acomodarlas al estado filosófico español del momento, o la formación de un grupo inicial de discípulos. Así, crea en 1851 una Sociedad Literaria para el estudio y discusión sobre la Ciencia Analítica.
Dándose cuenta de que para llevar a cabo el proceso de reforma mental del pueblo español que había planificado a largo plazo, no es tarea de un solo individuo, sino tarea común de varias generaciones, a través de la educación, considera insuficiente la reflexión y estudio interior particular, y cree necesario además que los resultados y el método de reflexión salgan a la luz y se comuniquen, pasando del ámbito individual y privado al ámbito social público. Para ello nada mejor que el método del magisterio que inicia en este momento, con este pequeño círculo filosófico de discípulos, y que potenciará una vez incorporado a la docencia en su cátedra de la Universidad Central en 1854. A partir de febrero de 1854, en que se reincorpora a la docencia universitaria tendrá ocasión de ensayar la difusión de las ideas krausistas desde la cátedra, prácticamente hasta su muerte en 1869, con el breve paréntesis de su expulsión de la misma a finales de 1867, en la que será repuesto tras el triunfo de la Revolución de 1868. Durante este período de tiempo hay un primer momento (1854-1864) en el que el peso de la actividad se centra en la difusión pública de la Filosofía krausista, principalmente a través de la docencia (tanto en la cátedra como privadamente) y de la imprenta, con la publicación de sus principales obras; y un segundo momento (1864-1869) en el que, a las tareas reflexiva y difusora, se unirá su actividad en la defensa tanto de la Filosofía krausista en general como de su propio magisterio en particular, frente a los ataques, generalizados a partir de 1864, de que son objeto ambas desde el sector neocatólico.
Sin dejar de lado la constante reflexión privada, la comunicación con los discípulos se revela como condición imprescindible para que la filosofía pueda producir algún bien social para el país. Sanz del Río es consciente de que quienes hoy se sientan como alumnos en los pupitres de la Universidad, acabarán por ocupar más bien pronto que tarde las cátedras de los centros educativos del país. En razón de esta constatación les recomendará a sus alumnos que una vez finalizada la carrera y ya en posesión de sus plazas de profesorado, entren en contacto con los más jóvenes, que muestren interés científico, introduciéndoles en los principios de la nueva filosofía; jóvenes que, a su vez, andando el tiempo, serán futuros profesores que seguirán poniendo en práctica este proceder. De este modo en dos o tres generaciones, a través de la vía lenta de la educación, se podrá lograr que la filosofía krausista produzca la elevación científica y mental del país. Así, primero en Madrid y luego en diversas ciudades y universidades periféricas se formarán grupos que conformarán lo que propiamente se ha llamado krausismo español.
Además de la cátedra y de las reuniones particulares con sus discípulos más allegados, la imprenta fue también el vehículo de propagación de las nuevas doctrinas a través de sus obras, aunque buena parte de sus reflexiones y cursos, especialmente los de los últimos años de su vida y tal vez los más importantes para poder juzgar acerca del grado de independencia y originalidad logrado por Sanz del Río en sus reflexiones, aún hoy permanecen inéditos en la Real Academia de la Historia. Entre las publicadas se ha de hacer referencia, por su carácter fundamental, a las siguientes: Discurso pronunciado en la Universidad Central (1857); Sistema de la Filosofía. Metafísica. Primera Parte: Análisis (1860); Ideal de la Humanidad para la vida (1860); Racionalismo Armónico. Definición y principios (1860); Carta y cuenta de conducta (1867)...
Si el año 1857, con el Discurso inaugural, puede ser considerado como la hora cero, la presentación pública del krausismo como programa transformador de la sociedad a través de la Educación, en el que a la Universidad le está reservado un papel determinante, y al profesorado se le encomienda una tarea que adquiere el carácter de un verdadero sacerdocio intelectual, el año 1860 ha de ser considerado la hora cero del krausismo en lo que respecta a su contenido concreto como filosofía estricta, ya que en dicho año aparecen las dos obras más emblemáticas de la filosofía krausista en España: la Analítica y el Ideal de la Humanidad para la vida. De filosofía fundamental y fundamentadora la primera, y de filosofía práctica la segunda, ambas unen los dos polos más importantes que constituyen el desarrollo de un pueblo del Sur como España, a saber, la conciencia y la vida. A lo largo de estas obras se perfila el núcleo de la filosofía de Sanz del Río tanto en su dimensión más sistemática y estrictamente metafísica como en su dimensión cosmovisional, definida por el siguientes rasgos: a) Desde la perspectiva filosófica se defiende un racionalismo armónico que admite y estima todas las facultades cognoscitivas del espíritu, pero bajo la dirección reguladora de la razón; b) una filosofía fundamentada en la religión, pero con exigencias de razón y libertad, teniendo como consecuencias inmediatas e irrenunciables la defensa de un cristianismo racional y de la libertad religiosa; c) un liberalismo político, rechazando todo tipo de injusticia, violencia, arbitrariedad u obstáculo en general que dificulte o se oponga a la marcha progresiva de la humanidad hacia el pleno cumplimiento de su destino; d) una concepción organicista de la sociedad, conjunción armónica de individuos y grupos, como la forma más apropiada para que ésta cumpla su fin, que no es otro que facilitar a todos sus miembros el cumplimiento de su destino individual y social; e) una constante y progresiva reforma, transformación y perfeccionamiento del individuo y de los organismos sociales en la historia como medio de acercamiento a la realización plena del ideal humano; y finalmente, f ) confía en la educación de la persona como único medio eficaz, a su vez, para lograr la reforma individual y social como medio de acercarnos al Ideal de Humanización en la Historia. En el fondo, la vida humana y la historia misma consisten fundamentalmente en una continua y progresiva tarea educadora: educación religiosa, moral, científica, artística. Estas características atraerán hacia esta filosofía a buena parte de la juventud española, pero ese mismo carácter reformista e innovador convertirá al krausismo en blanco de múltiples y furibundas impugnaciones, introduciendo en torno a sí un marcado matiz polémico que caracteriza la peripecia vital del movimiento krausista.
Sanz del Río es la cabeza visible de la nueva filosofía y hacia él y su doctrina dirigirán principalmente sus baterías los pensadores neocatólicos desde su incorporación a la cátedra, en 1854, prácticamente hasta su fallecimiento, el 12 de octubre de 1869, que hacen que su vida durante estos años esté salpicada de continuos episodios en los que sus obras, su magisterio y hasta su persona son objeto de los más duros ataques. Resultado de esta campaña de críticas y de la puesta en práctica de una serie de disposiciones del Ministro Manuel de Orovio será la formación de un expediente académico contra Sanz del Río mandado instruir por Real Orden de 31 de mayo de 1867.
Ante las diversas acusaciones de que es objeto redactará una Carta y Cuenta de Conducta, en la que, tras afirmar su carácter de filósofo y fiel cristiano, que le lleva a defender el principio de la Iglesia Romana según el cual no existe oposición real entre la razón y la fe, y cuya relación considera como filósofo desde la razón, único juez competente en asuntos filosóficos, defiende positivamente todas sus enseñanzas tanto a través de la cátedra como de la imprenta, y sale al paso de las acusaciones de panteísmo, de haber formado escuela filosófica, de racionalismo, y de contravenir su enseñanza las leyes religiosas, políticas y morales del país. Como consecuencia del Expediente se publicará una Real Orden de 31 de diciembre de 1867 por la que Sanz del Río es apartado de la docencia.
Meses más tarde, tras el triunfo de la Gloriosa, será repuesto en su cátedra el 19 de octubre de 1868. Poco después será propuesto, primero, como rector de la Universidad, cargo que no aceptará y, después, como decano de la Facultad de Filosofía y Letras, cargo del que tomará posesión el 1 de noviembre, pero al que renunciará apenas un mes más tarde, el 3 de diciembre, por motivos de salud, una salud quebrada por una larga enfermedad, por el exceso de trabajo y por los sinsabores producidos por los últimos sucesos. Meses más tarde fallecía en Madrid el 12 de octubre de 1869.
Obras de ~: Lecciones sobre el sistema de la Filosofía Analítica. Primera, segunda y tercera lecciones, Madrid, Imp. de los suc. de Andrés y Díaz, 1850; G. Weber, Compendio de la Historia Universal, trad. de la 5.ª ed. en correspondencia con el autor y aum. con varias consideraciones generales y notas por ~, Madrid, Imp. Díaz y Compañía, 1853 (ts. I-II) y Madrid, Imp. Nacional, 1855-1856 (ts. III-IV); Discurso pronunciado por D. ~, Licenciado en Filosofía, en el acto de recibir la investidura de Doctor en Filosofía [La cuestión de la Filosofía novísima], Madrid, Imprenta Nacional, 1856 [en La Razón, 1 (1860), págs. 449-463]; Discurso pronunciado en la Universidad Central por el doctor D. Julián Sanz del Río en la solemne inauguración del año académico de 1857 á 1858 en la Universidad Central, Madrid, Imp. Nacional, 1857 (eds. en 1867, 1869, 1883 y 1890; ed. de E. Terrón, 1973; ed. de A. Jiménez García, Madrid, Universidad Complutense de Madrid - Facultad de Filosofía, 1996; disponible en http://www.ensayistas.org/critica/generales/ krausismo/sanz/discurso.htm); K. Ch. F. Krause, Ideal de la humanidad para la vida, con introd. y comentarios por D. ~, Madrid, Imp. de Manuel Galiano, 1860 [otras eds. en 1871; 1904 (2 vols.); Barcelona, Orbis, 1985; disponible en http://www.ensayistas.org/critica/generales/krausismo/sanz/ ideal.htm]; K. Ch. F. Krause, Sistema de la Filosofía. Metafísica. Primera parte. Análisis. Expuesto por D. Julián Sanz del Río, Madrid, Imp. de M. Galiano, 1860; Doctrinal histórico de la literatura germánica, conforme a las fuentes y a los escritos de G. Weber, G. G. Gervinus, E. G. Eichhof, E. du Meril y otros, Madrid, Imp. de J. Viñas, 1860; “Racionalismo Armónico. Definición y Principios” [1860], en F. de P. Canalejas, Estudios críticos de Filosofía, Política y Literatura, Madrid, Carlos Bailly-Bailliere, 1872, págs. 150-163. (disponible en http://www.ensayistas.org/critica/ generales/krausismo/textos/racionalismo.htm); Programas de segunda enseñanza. Psicología, Lógica y Etica, Madrid, Imp de Manuel Galiano, 1862; Doctrinal de Psicología, Lógica y Etica. Segunda parte: Lógica, Madrid, Imp. de F. Martínez García, 1863; Carta y cuenta de conducta, Madrid, Est. Tipográfico de P. Conesa, 1867 [en La Enseñanza, n.º 53, 10 de diciembre de 1867, págs. 66-69; ed. moderna comparada en A. Jiménez, “Un texto raro de Sanz del Río: Carta y cuenta de conducta”, en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 7 (1989), págs. 254-280]; Lecciones sobre el sistema de la filosofía analítica de Krause, Madrid, Imp. de P. Conesa, 1868; Cartas inéditas de don Julián Sanz del Río, publicadas por D. Manuel de la Revilla. Madrid, Casa editorial de Medina y Navarro [1874] (ed. fr. por P. Jobit, Les éducateurs de l’Espagne contemporaine, París, E. de Boccard, 1936, vol. 2); K. Ch. F. Krause, Sistema de la Filosofía. Metafísica. Segunda parte. Síntesis. Expuesto por D. Julián Sanz del Río, Madrid, 1874 (ejemplar dactilografiado), 2 vols.; Análisis del pensamiento racional, Madrid, Imprenta de Aurelio Alaria, 1877; Filosofía de la muerte, est. sobre mss. de don Julián Sanz del Río por M. Sales y Ferré, Sevilla, Imp. de José García Fernández, 1877; El idealismo absoluto, pról. de A. Zozaya, Madrid, Imp. R. Angulo, 1883 (col. Biblioteca económica filosófica, vol. 9) [2.ª ed., 1890]; Sanz del Río (1814-1869). Apunte biográfico por F. Giner de los Ríos. Documentos, Diarios y Epistolario, introd. y preparación de P. de Azcárate, Madrid, Tecnos, 1969; Filosofía de la Historia, ed., introd. y notas de F. Díaz de Cerio, Soria, Centro de Estudios Sorianos – Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1977; Cincuenta cartas inéditas entre Sanz del Río y krausistas alemanes (1844-1869), selecc. de E. M. Ureña, con introd. y notas, Madrid, Publicaciones de la Universidad Pontificia de Comillas, 1993; R. Albares y J. Egozcue, “Epistolario de Gumersindo Laverde Ruiz y Julián Sanz del Río”, en La Ciudad de Dios, 207 (1994), págs. 419-494.
Bibl.: F. Giner de los Ríos, “En el centenario de Sanz del Río”, en Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (Madrid), año 38, n.º 653, 31 de agosto de 1914, págs. 225-231 (reprod. en P. de Azcárate, Sanz del Río, Madrid, Editorial Tecnos, 1969, págs. 25-36); J. López Morillas, El Krausismo español, México, Fondo de Cultura Económica, 1956 (2.ª ed. rev., 1980); F. Martin Buezas, La teología de Sanz del Río y del krausismo español, Madrid, Gredos, 1977; El Krausismo español desde dentro. Sanz del Río. Autobiografía de intimidad (contiene cartas y diarios de Sanz del Río), Madrid, Tecnos, 1978; E. Díaz, La filosofía social del Krausismo español, Valencia, Fernando Torres, 1983; A. Jiménez García, El krausismo y la Institución Libre de Enseñanza, Madrid, Cincel, 1986; T. Rodríguez de Lecea, Antropología y filosofía de la historia en Julián Sanz del Río, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1991; E. Menéndez Ureña, J. L. Fernández Fernández y J. Seidel, El “Ideal de la humanidad” de Sanz del Rio y su original Alemán: textos comparados con una introducción [edita la concordancia de los textos siguientes: el texto de Krause publicado en Tagblatt des Menschheitlebens; el texto del Ideal publicado en 1860; y otra vers. anterior del mismo según un ms. de la Real Academia de la Historia (1851)], Madrid, Universidad Pontificia de Comillas, 1992 (2.ª ed. rev., 1997); R. V. Orden Jiménez, Sanz del Rio, traductor y divulgador de la analítica del Sistema de la filosofía de Krause, Pamplona, Universidad de Navarra, 1998; Sanz del Río en la Universidad Central: los años de formación (1837-1854), Madrid, Editorial Complutense, [2001]; [Documentación relativa a la donación que don Julián Sanz del Río hizo a la biblioteca de la Universidad Central en 1865], 2009 (Universidad Complutense de Madrid, Biblioteca Histórica, Referencia, Separatas 517); R. Albares, Julián Sanz del Río: 1814-1869, Ciudad Real, Almud – Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, 2012.
Roberto Albares Albares