Ayllón Alonso, Mateo Miguel. Cuenca, 21.IX.1793 – Carabanchel Bajo (Madrid), 9.VIII.1844. Político, jurista y hacendista.
Tras iniciar estudios de Filosofía en el Seminario Conciliar de Cuenca, en 1811, en plena Guerra de la Independencia (1808-1814), se incorporó al Ejército, del que se retiró en 1821 con el grado de teniente, siendo nombrado en ese mismo año secretario del Gobierno político de Sevilla, en el marco del Trienio Liberal (1820-1823).
En abril de 1822 resultó elegido diputado en Cortes por Sevilla pero al año siguiente, dada su marcada tendencia liberal, se vio obligado a exiliarse en Inglaterra tras la invasión de las tropas de la Santa Alianza, los Cien mil hijos de San Luis, que repusieron el poder absolutista de Fernando VII.
Después de más de una década en el exilio, regresó a España al acogerse a la Ley de Amnistía de 1834, tras la muerte de Fernando VII y alcanzar de forma definitiva los liberales el poder.
Licenciado en Derecho, ejerció como abogado, siendo designado en 1835 juez de primera instancia de Madrid, en 1836 fiscal togado del Tribunal Superior de Cuentas y en 1839 magistrado. Carrera en la judicatura que compaginó con importantes incursiones en la vida pública como miembro del Partido Progresista, apareciendo en 1835 entre los colaboradores del diario madrileño de esta ideología El Eco del Comercio y ocupando varios cargos políticos.
Entre 1836 y 1837 representó como diputado en Cortes nuevamente a Sevilla, y junto a Fermín Caballero y Pascual Madoz, entre otros, formó parte del bloque de diputados de izquierda que apoyaron la continuación de la Constitución de 1812, la abolición de los diezmos y la expropiación de la tierra a la aristocracia. En 1838 revalidó la elección para desempeñar el escaño de la Cámara Baja por la circunscripción hispalense, pero estos comicios fueron anulados por no sujetarse a la Ley Electoral vigente, por lo que su acta quedó desaprobada y no pudo jurar. En las siguientes elecciones generales, las de julio de 1839, firmó el manifiesto electoral que los principales líderes del Partido Progresista dirigieron a los electores de Madrid criticando los males del Gobierno moderado y defendiendo sus principales aportaciones, como la Constitución de 1837 y su apoyo al trono, resultando Ayllón elegido diputado tanto por Sevilla como por Cuenca, optando por su lugar de nacimiento, para posteriormente, desde 1840 a 1843, representar en el Congreso de los Diputados de nuevo a la circunscripción sevillana.
Precisamente en este último año alcanzó la culminación de su carrera política al ser designado el 9 de mayo, por recomendación del líder progresista Manuel Cortina, ministro de Hacienda del gabinete presidido por Joaquín María López en el marco de la Regencia del general Espartero, Gobierno que recibió el apoyo de las Cortes, pero cuyas discrepancias con el Regente provocaron su dimisión en bloque sólo diez días después de su nombramiento. El nuevo Ministerio presidido por Gómez Becerra se enfrentó a una fuerte oposición en el Congreso, donde la mayoría progresista se encontraba dividida entre los partidarios de Espartero —los denominados de forma despectiva “ayacuchos”— y los que recelaban del excesivo protagonismo de éstos en las esferas de poder.
Estos últimos contaban con el apoyo de la minoría moderada, por lo que el ejecutivo de Gómez Becerra se vio obligado a disolver las Cortes y a convocar elecciones generales, medida que provocó que la oposición parlamentaria y la prensa antiministerial multiplicaran los ataques, preludiando el inminente estallido revolucionario y que se produjo a finales de mayo y se extendió a lo largo del mes siguiente por la mayor parte del país, manifestándose los pronunciados a favor de la destitución del ministerio y la vuelta al poder de Joaquín María López. La intervención del Ejército dirigido por los generales moderados terminó por decidir el triunfo del alzamiento y la precipitada salida de España del Regente. El 22 de julio las tropas sublevadas del general Narváez entraron en Madrid y al día siguiente López asumió de nuevo la presidencia del Consejo de Ministros. El 24 de julio Ayllón se encargó por segunda vez del Ministerio de Hacienda en el seno de un Gobierno de coalición integrado por progresistas y moderados, permaneciendo en el mismo hasta su cese el 24 de noviembre de 1843, habiendo caído el Gabinete de López por su debilidad parlamentaria cuatro días antes, aunque el sustituto de éste en la presidencia del Consejo de Ministros, Salustiano Olózaga, mantuvo a Ayllón en la titularidad de su cartera hasta el nombramiento de quien lo reemplazara. Durante esta etapa como ministro de Hacienda restableció varios impuestos anulados por Mendizábal, su antecesor en la jefatura del ministerio, caso de los derechos de puertas, la contribución de culto y clero, la renta del aguardiente y las rentas provinciales de Castilla y sus equivalentes en la antigua Corona de Aragón, con el fin de recuperar ingresos para sanear la maltrecha Hacienda Pública; y también restableció en sus puestos a la mayor parte de los empleados de su ministerio que resultaron cesados por su lealtad hacia el Regente.
Una de las medidas del segundo Gobierno López fue la convocatoria de elecciones a Cortes para septiembre de 1843, siendo elegido Ayllón diputado suplente por la circunscripción de Huelva y titular por la de Cuenca, permaneciendo en la Cámara Baja hasta pocos días antes de su fallecimiento.
Bibl.: J. Valera, Historia General de España desde los tiempos primitivos hasta la muerte de Fernando VII continuada desde dicha fecha hasta nuestros días por don Juan Valera con la colaboración de don Andrés Borrego y don Antonio Pirala, t. VI, Barcelona, Montaner y Simón Editores, 1882, págs. 382 y 465; A. Moliner Prada, Joaquín María López y el partido progresista 1834-1843, Alicante, Instituto de Estudios “Juan Gil-Albert”, 1988, págs. 34, 60 y 67; A. Gil Novales (dir.), Diccionario biográfico de Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991, pág. 62; A. Rull Sabater, Diccionario sucinto de ministros de Hacienda (siglos XIX y XX), Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1991, págs. 64-65; R. Santillán, Memorias (1808-1856), Madrid, Banco de España, 1996, págs. 267-269; J. M. Cuenca y S. Miranda, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998, págs. 362-365; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001, pág. 160.
Francisco Miguel Espino Jiménez