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Ángel Fernández de los Ríos

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Biografía

Fernández de los Ríos, Ángel. Madrid, 27.VII.1821 – París (Francia), 18.VI.1880. Periodista, político, editor, urbanista e historiador.

Hijo de Manuel Fernández de los Ríos y Gregoria Peña Velasco, originarios de Cantabria. Estudió con los dominicos del convento de Santo Tomás. Comenzó en 1841 a escribir en el periódico esparterista El Espectador, en el que llegó a ser redactor. Un año después ingresó en la Brigada de Artillería de la Milicia Nacional. La vida del periodismo político y la adhesión al liberalismo radical le llevó a entrar en la masonería, en la logia de los “Doce hombres de corazón”, junto a Calvo Asensio, situada en la calle Jacometrezo.

En 1845 dejó El Espectador para colaborar en las empresas literarias del editor Ignacio Boix y el impresor Baltasar González. En el mes de septiembre de ese mismo año se casó con María Teresa Rueda Bassoco.

Se convirtió en el encargado de las revistas literarias y teatrales de El Siglo Pintoresco. La intención de Fernández de los Ríos era la de convertirse en un gran editor y promotor cultural, siempre iluminado por las ideas progresistas. Su adhesión al progresismo le convirtió en el informador de Mendizábal. Los demócratas españoles se sumaron a la revolución europea de 1848. El partido progresista, liderado entonces por Manuel Cortina y Salustiano de Olózaga, se mantuvo al margen. Fernández de los Ríos recibió la misión de informar del comportamiento de los progresistas a Mendizábal, que se encontraba en París.

Adquirió el Semanario Pintoresco Español en 1848 y un año después fundó La Ilustración, que se convirtieron en las publicaciones ilustradas preferidas de la clase media española. El éxito le reportó recursos económicos y le animó a emprender otras tareas. Fundó el periódico progresista Las Novedades, cuyo primer número vio la luz el 14 de diciembre de 1850, y que se publicó hasta 1858. En poco tiempo se convirtió en el diario progresista más influyente hasta la aparición de La Iberia. Llegó a tener 14.000 suscriptores, una de las cifras más altas de la España del ochocientos. Las Novedades fue, además, el primer periódico español que se imprimió con maquinaria movida a vapor. Su interés por difundir la cultura le llevó a fundar la Biblioteca Universal Diaria, en la que editó obras clásicas y modernas a precios populares, como el Quijote, y las obras de Eugenio Sue y Alphonse de Lamartine.

Estuvo involucrado como progresista en la conspiración para derribar a los gobiernos moderados polacos. Ocultó a O’Donnell en su casa, por indicación de su amigo Cánovas del Castillo, durante seis meses. Formó parte de la Junta de Salvación, Armamento y Defensa en septiembre 1854. Redactó el manifiesto de unión liberal para las elecciones a Cortes. Fue elegido diputado a Cortes en septiembre 1854 e ingresó en el Ateneo de Madrid. La división de la unión liberal de 1854 dio lugar a la formación del Centro Progresista en 1856, en la que estuvo Fernández de los Ríos junto a Pedro Calvo Asensio, Montemar y Sagasta. Enviudó en diciembre de 1856, poco después de perder a su única hija Amalia. Deprimido, se retiró a San Vicente de Toranzo, en donde estuvo dos años retirado. Contrajo nuevas nupcias por poderes el 5 de mayo de 1860, cuando estaba en Roma. Ratificó su matrimonio con Guadalupe, hermana menor de su anterior esposa, veinticuatro años menor que él, en San Vicente de Toranzo 18 de mayo de 1860. A su vuelta a Madrid entró en los círculos krausistas de Julián Sanz del Río, donde conoció a Nicolás Salmerón. Aumentó su labor periodística ligada al progresismo puro de Salustiano de Olózaga en el periódico La Iberia, del que fue redactor (1860-1863). Al año siguiente compiló sus artículos en el libro que tituló O todo o nada. De esos años son sus obras históricas: la biografía Muñoz Torrero. Apuntes biográficos (1864) y Estudio histórico de las luchas políticas en la España del siglo XIX (1864), que reeditó aumentada en 1879-1880. La Tertulia progresista le encargó la redacción de una biografía del líder progresista, que tituló 1808-1863. Olózaga. Estudio político y biográfico (1863). Dejó La Iberia en 1863, cuando la adquirió Sagasta tras la muerte de Calvo Asensio. El motivo fue que Sagasta siguió la línea del general Prim de pactar con la Unión Liberal y el trono, una idea que el militar abandonó en 1865. Fernández de los Ríos fundó entonces el diario progresista puro La Soberanía Nacional (1864), que apoyaba la estrategia de ruptura y retraimiento de Olózaga, y que le llevó a acompañarle en un viaje de propaganda política por Aragón y Cataluña.

El 14 de marzo de 1865 se adhirió como director de La Soberanía Nacional a la “Manifestación de la Prensa contra el proyecto de la ley de imprenta”. También en 1865, con motivo de la llegada de los reyes de Portugal, en unión con Emilio Castelar, organizó la llamada “manifestación ibérica” en la estación de Atocha de Madrid para mostrar su oposición al cariz antiliberal de los Borbones españoles. Participó en la insurrección del cuartel de San Gil. Un tribunal militar dictó pena de muerte contra él y tuvo que exiliarse en París.

Fundó en octubre 1866 Los Sucesos, de carácter ilustrado, que en dos meses obtuvo siete mil suscriptores. No obstante, su labor conspirativa hizo que fuera condenado por un Consejo de Guerra, por lo que tuvo que dejar el país. Desde París publicó en el periódico La Época bajo el seudónimo de “Fulano”.

Triunfante la Revolución de 1868, regresó a España y publicó El futuro Madrid, que comprendía una reforma urbanística de la capital para convertirla en una ciudad moderna. Fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid. Esta faceta urbanística la culminó con Guía de Madrid (1876). De su labor en dicho Ayuntamiento ha quedado la construcción de la plaza de la Independencia, el ensanche de la ciudad, las vías de circunvalación, el Boletín Municipal y que el parque de El Retiro pasara a ser propiedad del pueblo de Madrid.

Elegido diputado en febrero de 1869, tuvo que renunciar al cargo al aceptar la embajada en Lisboa. El gobierno Prim le dio la misión de convencer a Fernando Coburgo de que aceptara el trono español.

De su labor dejó constancia en Mi misión en Portugal (1878), donde también daba fe de su iberismo. Por su labor durante estos años en Portugal recibió varias condecoraciones portuguesas y españolas: la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de la Concepción, la Gran Cruz de Cristo, la Gran Cruz María Victoria, la Gran Cruz de la Rosa y la Gran Cruz de Carlos III.

El cargo de embajador lo compatibilizó con el de senador por Santander en 1871, 1872 y 1873. A su vuelta, en 1872, el gobierno radical de Ruiz Zorrilla quiso nombrarle gobernador de Madrid, pero lo rechazó.

Junto al grueso del Partido Radical se pasó al republicanismo cuando fue proclamada la República el 11 de febrero de 1873. Salmerón, con el que tenía amistad, le quiso incorporar a su gobierno y Castelar le quiso nombrar alcalde de Madrid, pero se negó a ambos ofrecimientos.

Estuvo en Madrid cuando se pronunció Martínez Campos. Fernández de los Ríos se adhirió entonces al proyecto revolucionario de Ruiz Zorrilla. Romero Robledo, ministro de la Gobernación, ordenó su detención en abril de 1876. La Guardia Civil le detuvo en su casa del barrio de Salamanca, y De los Ríos marchó a Portugal. Sin embargo, al no cesar en sus tareas conspirativas, el Gobierno español consiguió que lo expulsaran del citado y tuvo que emigrar a Francia en octubre de 1876. En la capital francesa frecuentó los círculos políticos republicanos, adherido al Partido Republicano Progresista de Ruiz Zorrilla y Nicolás Salmerón. Dejó sus negocios a la atención de su primo José Ruiz de Quevedo. Escribió entonces para La Ilustración Española y Americana y El Solfeo, periódico republicano. Murió en París, de tifus, y su cadáver fue repatriado.

 

Obras de ~: Álbum biográfico. Museo universal de retratos y noticias de las celebridades actuales de todos los países, Madrid, Alambra y Cía., 1849; 1808-1863. Olózaga. Estudio político y biográfico, Madrid, Manuel de Rojas, 1863; “Prólogo” a A. de Argüelles, De 1820 a 1824: reseña histórica, Madrid, A. de San Martín, 1864; Estudio histórico de las luchas políticas en la España del siglo XIX, Madrid, 1864 (Madrid, English & Grass, 1879-1880, 2 vols.); Muñoz Torrero: apuntes biográficos, Madrid, Imprenta de Las Novedades, 1864; El futuro Madrid, Madrid, 1868 (reed., con intr. de A. Bonet Correa, Barcelona, José Batlló, 1975); (dir.), La Asamblea constituyente de 1869, Madrid, Imprenta Tomás Rey y Cía., 1869; Mi misión en Portugal, París-Lisboa, E. Vélate-Bertrand, 1878; Guía de Madrid: manual del madrileño y del forastero, Madrid, Imprenta de Aribau y Cía., 1876; La Exposición Universal de 1878, Madrid, English & Grass, 1878.

 

Bibl.: J. Octavio Picón, “Ángel Fernández de los Ríos”, en La Ilustración Española y Americana, I, XXIV (1880), págs. 423-427; A. Bonet Correa, Ángel Fernández de los Ríos. Ayuntamiento de Madrid. Delegación de Educación. Instituto de Estudios Madrileños del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Aulas de Cultura. Ciclo de Conferencias sobre Madrileños ilustres, Madrid, 1975; J. Octavio Picón, “Ángel Fernández de los Ríos y la génesis del urbanismo contemporáneo”, intr. a Á. Fernández de los Ríos, El futuro Madrid, op. cit.; C. Alonso, “Ángel Fernández de los Ríos (1821-1880). La escritura militante”, en M. L. Ortega (ed.), Escribir en España entre 1840 y 1876, Madrid, Visor Libros, 2002, págs. 139-162.

 

Jorge Vilches García

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