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Antonio López Muñoz

Biografía

López Muñoz, Antonio. Conde de López Muñoz (I). Huelva, 1.IV.1849 – Madrid, 15.III.1929. Abogado, catedrático, orador, escritor y político.

La trayectoria de este profesor y político se caracteriza por lo polifacético y variado de las actividades que realizó, pues, como él mismo anotó en el prólogo del primer tomo de sus Obras Completas, prólogo que resultó ser “una especie de autobiografía”, no tenía claro si su vocación había sido de poeta, de orador, de filósofo, de político, de abogado o de maestro.

Nacido en el seno de una familia modesta, estudió la enseñanza primaria y el bachillerato en Huelva. Como en él se apuntaba una clara inteligencia y una personalidad esforzada, la Diputación Provincial onubense le subvencionó en 1867 los estudios universitarios, que realizó en Sevilla, cursando las carreras de Derecho y de Filosofía y Letras. A los quince años parecía tener muy clara su vocación literaria, pues ya había escrito la leyenda Aliatar y, poco después, culminó un drama en verso que se estrenó en el Teatro de San Fernando de Sevilla. En fechas posteriores escribiría más obras dramáticas, que se llevaron a la escena en Granada (El legado, 1879; Escupir al cielo, 1879; Brenda, 1884) y en el teatro Español de Madrid (Herencia forzosa, 1881; El amigo de la casa, 1885).

A los veinte años se produjo el primer quiebro en su vida intelectual, al abandonar el cultivo en exclusividad de la literatura poética y del drama para compaginarlo con nuevas actividades de carácter docente. Fue durante un breve período de tiempo profesor sustituto de Literatura General y Española en la Universidad de Sevilla. Opositó a la cátedra de instituto de Psicología, Lógica y Ética y obtuvo sucesivamente las de Osuna (1870), Granada (1872), y, por concurso de traslados, la del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid (1893), centro en el que permaneció hasta su jubilación. Estas tareas académicas le llevaron al cultivo de la filosofía, que se plasmó en varios tratados y libros de texto relacionados con su asignatura. En sus escritos filosóficos —por ejemplo, cuando abordó cuestiones como la división de la Moral— muestra una clara influencia krausista, que le vino a través de su maestro Federico de Castro, catedrático de la Universidad de Sevilla y uno de los discípulos más consecuentes de Sanz del Río.

Dejó expuesto su pensamiento en numerosas intervenciones realizadas en instituciones culturales, desde el Círculo de la Unión Mercantil hasta el Ateneo de Madrid o la Academia de Ciencias Morales y Políticas, en la que pronunció su discurso de ingreso el 15 de diciembre de 1912. En sus conferencias se repitieron dos ideas que marcaron su trayectoria intelectual: su “ardiente fe democrática”, afirmada en su intervención ateneísta de 1900; y su confianza máxima en el papel de la educación para la regeneración moral de España. Este segundo planteamiento, desarrollado con argumentos de resonancias costistas, como las mejoras cualitativas de la enseñanza, la importancia de la escuela pública e igual para todos y la dignificación del maestro, se apartó ostensiblemente en la década de 1910 de los postulados europeizantes mantenidos por krausistas e institucionistas al defender la idea de “españolizar nuestra educación”, “educar a los españoles como tales hijos de España”.

Como él mismo relató, “hubo un día en que la política llamó a mi puerta con invocaciones de la amistad, con apremios del deber, con estímulos crecientes de lucha”. Posiblemente fue captado para esta nueva tarea por sus habilidades oratorias, que pronto empleó en las contiendas parlamentarias, pues, como decía el conde de Romanones, Antonio López “para discursos era pintiparado”. Se inició en la actividad política en Granada, dentro del Partido Republicano dirigido por Emilio Castelar, y fundó y utilizó el periódico El Diario para apoyar esta causa. Pero su carrera despegó realmente cuando se afilió al Partido Liberal de Sagasta. Diputado electo por Granollers (1890), apareció por primera vez en las Cortes como diputado granadino por Orgiva (1893), luego por Albacete (1898) y por Granada (1901). En las legislaturas de 1903- 1904, 1905-1907 y 1907-1908 figuró como senador albacetense y pasó a ser vitalicio por Real Decreto de 2 de enero de 1909. Fue vicepresidente del Congreso en 1902 y del Senado en 1905 y en 1910-1913. Compaginó sus obligaciones políticas con las académicas, con el ejercicio de la profesión de abogado, con su vocación literaria e, incluso, con la participación en algunas aventuras empresariales como la presidencia, en 1902-1903, del consejo de administración de la sociedad anónima “Telegrafía y Telefonía sin hilos”, que pretendía instalar, con tecnología propia, una rudimentaria industria radiofónica en España.

En el Gobierno liberal presidido por el conde de Romanones ocupó la cartera de Instrucción Pública y Bellas Artes, desde el 31 de diciembre de 1912 hasta el 13 de junio de 1913. Su estancia en este Ministerio se caracterizó por la plasmación legal de algunos proyectos institucionistas de segunda fila, como la reforma curricular y de las prácticas de enseñanza en la Escuela Superior del Magisterio o la constitución, por Real Decreto de 4 de abril de 1913, del Patronato de la Reina Victoria Eugenia, encargado de fomentar la construcción de escuelas públicas en Madrid, que se pretendía que sirvieran de modelo pedagógico para toda España. También creó el Patronato de Amigos de la Alhambra, reguló el escalafón de catedráticos de instituto y redactó un decreto para reorganizar la segunda enseñanza, que no se publicó porque una crisis gubernamental le llevó a ocupar la Cartera de Estado. En este nuevo Ministerio, cuya titularidad ostentó desde el 13 de junio hasta el 27 de octubre de 1913, sorteó al menos un momento difícil durante la visita del ministro francés Poincaré, en octubre de ese año, al que Alfonso XIII ofreció, por su cuenta y riesgo y sin el visto bueno del Gobierno, la estrecha alianza de España en caso de un conflicto armado con Alemania, que parecía bastante previsible. Aún ocupó López Muñoz una tercera cartera, la de Gracia y Justicia, en el Gobierno de concentración presidido por Manuel García Prieto, desde el 26 de mayo hasta el 15 de septiembre de 1923 y, como tal, a petición expresa del Rey, tuvo que actuar de notario mayor del reino en el acto de la jura del general Primo de Rivera como jefe del Directorio Militar.

Su vocación literaria le llevó a ocupar la presidencia de la Asociación de Escritores y Artistas entre 1913 y 1929. Desde ella logró la creación, por Real Decreto de 24 de marzo de 1916, del Instituto Cervantes para apoyar a los escritores y artistas desvalidos y educar a sus hijos, “empeño el más honroso y difícil de mi vida pública”. El rey Alfonso XIII le concedió la merced de conde de López Muñoz, el 23 de marzo de 1920, “a solicitud de los elementos culturales de España”. Hombre modesto, perfecto caballero y elegante incluso para sobrellevar las desgracias familiares que le sucedieron en los últimos años de su vida, destacó por su honda raigambre moral y su infatigable espíritu de sacrificio.

 

Obras de ~: Aliatar: leyenda oriental y en verso, Huelva, Gálvez y Palacios, 1869; La cuestión literaria del día, Granada, D. Paulino V. y Sabatel, 1877; Elementos de Lógica y de Filosofía elemental, Granada, Imprenta de Paulino Ventura Sabatel, 1878, 2 vols.; El legado. Cuadro dramático en verso, Granada, Imprenta de Paulino Ventura Sabatel, 1878; Escupir al cielo. Drama en tres actos y en verso, Granada, Imprenta de Paulino Ventura Sabatel, 1879; Herencia forzosa. Drama en tres actos y en verso, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1880; Programas de Lógica y filosofía moral, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1898; Lecciones de Filosofía elemental, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1899; Nociones de Derecho Usual, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1899; Principios y reglas de la Elocuencia en la Oratoria, la declamación y la lectura. Lecciones explicadas en la Escuela de Estudios Superiores del Ateneo de Madrid durante el curso de 1897 a 1898, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1899, 2 vols.; Discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid sobre Centralización, Descentralización y Regionalismo, por D. ~, en la noche del 16 de Marzo de 1900, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1900; Rudimentos de Derecho, Madrid, Imprenta de San Francisco de Sales, 1902 (2.ª ed.); La política y la moral. Discurso leído en el acto de su recepción por el Excmo. Señor D. ~ y contestación del Excmo. Señor D. Vicente Santamaría de Paredes, académico de Número, el día 15 de diciembre de 1912, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Sucesores de Rivadeneyra, 1912; Discurso pronunciado por el Excmo. Sr. ~ en la velada parlamentaria del Centenario de las Cortes de Cádiz, Madrid, Imprenta de R. Velasco, 1913; La renovación política española. Conferencia, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Est. Tipográfico de Jaime Ratés, 1918; Programa de Psicología, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1919; Necrología del Excmo. Sr. D. Alejandro Groizard y Gómez de la Serna, individuo de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, leída ante la misma, Madrid, Est. Tipográfico de Jaime Ratés, 1920; Discurso leído por el Excmo. Sr. Conde de López Muñoz, Ministro de Gracia y Justicia, en la solemne apertura de los Tribunales, Madrid, Editorial Reus, 1923; De mi Archivo. Obras Completas, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1924-1929, 7 vols. [vol. I: Bosquejos literarios. Primera serie: versos, 1922; vol. II: Bosquejos literarios. Segunda Serie: prosa, 1924; vol. III: Bosquejos literarios. Tercera serie: obras dramáticas, 1925; vol. IV: Trabajos oratorios. Primera serie, 1928; vol. V: trabajos oratorios. Segunda serie, 1928; vol. VI: Trabajos oratorios. Tercera serie, 1928; vol. VII: Trabajos oratorios. Cuarta serie, 1929].

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 99 n.º 8, 107 n.º 21, 111 n.º 2 y 115 n.º 19; Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0252-07.

J. F. Lasso Gaite, El Ministerio de Justicia. Su imagen histórica (1714-1981), Madrid, Imprenta Sáez, 1984, págs. 193-94; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Ed. Actas, 1998, págs. 622-625; E. Navarro Domínguez, “Los versos del orador: una aproximación a la obra poética de Antonio López Muñoz (1849- 1929)”, en Huelva en su historia, n.º 9 (2002), págs. 209-225; V. Romero Barranco, “Una incursión de Antonio López Muñoz en el género de la leyenda: ‘Aliatar’”, en Aestuaria: revista de investigación, n.º 9 (2006), págs. 125-136.

 

María del Mar del Pozo Andrés

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