Integrado en el Partido Moderado, desarrolló una fulgurante carrera político-administrativa, desde la política provincial a la nacional, siendo jefe político o gobernador civil de doce provincias –entre ellas Toledo (1847), Córdoba (1847-1848), Málaga (1848) y Zaragoza (1853)–, cónsul general de Jerusalén (1857) y diputado en Cortes por los distritos onubenses de La Palma (1858-1860), Aracena (1863-1865) y la capital (1867-1868).

No obstante, su papel histórico más significativo lo desempeñó como amante de Isabel II. Amigo del ministro y presidente, conde de San Luis, éste le proporcionó el nombramiento de Gentilhombre de Cámara de la Reina, iniciando una relación íntima con ella. En abril de 1859 fue designado secretario particular de Isabel II, estando entonces casado con Isabel Tirado. Tras la insistencia de Narváez primero y O`Donnell después, en 1865 terminó su relación amorosa, dejando de ser secretario en agosto de este año, aunque permaneció hasta 1866 en Palacio como consejero real, considerándosele padre de las infantas Pilar, Paz y Eulalia, y del infante Francisco de Asís. No obstante, para alejarlo de la Corte, fue confinado en Segovia, donde participó en una conspiración contra el duque de Tetuán, siendo obligado a marcharse de España en enero de 1867 con la excusa de su nombramiento como ministro plenipotenciario en Berlín. [...]