Gómez de Solís, Hernán. Duque de Badajoz. ?, c. 1430 – 1507. Noble, mariscal, alcaide.
Aunque hay controversias sobre el nombre de su padre, todo parece indicar que fue un tal Diego de Cáceres, posiblemente de ascendencia asturiana. Según el cronista Rades, habría muerto en la aciaga entrada en tierras de musulmanes que realizó, en 1434, el maestre de Alcántara, Gutierre de Sotomayor. Menos dudas existen con el nombre de su madre, a la que todos los autores identifican como Leonor de Noroña. Ambos pertenecían a la fracción más baja de la nobleza extremeña. Tuvieron cinco hijos, uno de los cuales, Gómez de Cáceres y Solís, fue el verdadero responsable del ascenso social y económico del linaje Solís, al ser nombrado mayordomo real, primero, y maestre de la Orden de Alcántara (1458), después, por el rey Enrique IV. Su hermana Juana de Solís se casó con Francisco de Hinojosa, un importante hidalgo trujillano, mientras que su otra hermana, de nombre María, lo hizo con Galín Pérez Pantoja. Su hermano mayor Gutierre fue conde de Coria y estuvo casado con Francisca de Toledo, hija del conde de Oropesa. Todos ellos formarían un importante bloque familiar que tuvo un trascendental papel político en la convulsa Extremadura de la segunda mitad del siglo xv, que asistía a un cambio radical en las relaciones sociales que eran propias del feudalismo tradicional.
La primera aparición histórica de Hernán Gómez tiene como escenario la famosa boda de su hermana Juana. En ella se produjo un incidente “caballeresco” entre los Solís y el clavero de la Orden, Alonso de Monroy, en el que Hernán y su hermano Gutierre tuvieron un especial protagonismo al intentar acabar con la vida del clavero: “Porque les pareció lo había hecho por afrentalles y concertaron de matarle en el juego de cañas”. En realidad, detrás del incidente estaba la decepción de Alonso de Monroy y de gran parte de la Orden, al verse desplazados del control de la milicia extremeña por los Solís y sus seguidores.
La consecuencia fue una guerra por el maestrazgo de la Orden que duraría desde 1464 hasta 1472, aunque sus efectos persistieron hasta 1480, debido a los intereses de la familia de los Stúñiga y a los problemas entre Enrique IV y parte de la nobleza. En este conflicto civil, Gómez de Cáceres y Solís y sus hermanos tomaron partido por el príncipe Alfonso y en contra del rey Enrique IV que les había encumbrado.
Las primeras acciones militares en las que intervino tienen la fecha del verano de 1465. Se trató de la toma de Coria, Cáceres y Badajoz, ciudades de las que el maestre de Alcántara se apropió con el pretexto de garantizar su fidelidad al infante don Alfonso. En estas acciones, Hernán, que ya había sido nombrado maestresala del Rey en la Corte alfonsina, tuvo un especial protagonismo al tomar Badajoz y ser nombrado tenente de la ciudad, con un alto margen de maniobra que le permitió poner las bases de su poder económico y asentar su creciente posición social. Por estas mismas fechas recibió de su hermano el maestre las posesiones alcantarinas de la encomienda de Salvatierra y la villa fronteriza de Villanueva de Barcarrota, las dos en Badajoz.
Pero las condiciones cambiaron para los Solís. La división de la nobleza rebelde, la muerte del infante don Alfonso, en el verano de 1468, y, sobre todo, los reveses militares que les infringió el clavero Alonso de Monroy provocaron un cambio en la estrategia de la familia que, en el verano de 1469, intentó un acercamiento a Enrique IV en la ciudad extremeña de Trujillo. Entre las condiciones reales para obtener el perdón estaba la inmediata devolución de Badajoz. En compensación, Hernán Gómez de Solís sería nombrado mariscal de Enrique IV y alcaide de la ciudad o, lo que es lo mismo, máximo representante real, con lo que se aseguraba una privilegiada situación y el acceso a importantes rentas. Además se le concedían también dos importantes propiedades, Almendral y Torre de Miguel Sexmero, que aún permanecían bajo la jurisdicción de la ciudad pacense.
Las cosas volvieron a cambiar en el otoño de ese año. Los Solís habían incumplido los acuerdos con Enrique IV, principalmente en lo que se refería a Badajoz, lo que provocó la formación de un frente nobiliario que capitaneaban Alonso de Monroy y Gómez Suárez de Figueroa, conde de Feria. Las verdaderas razones de estos personajes había que buscarlas en los esfuerzos del primero por hacerse con el maestrazgo de la Orden y en el interés del segundo por devolver a su señorío las enormes posesiones que había tenido en la ciudad, antes de haber sido desplazado por Hernán Gómez de Solís. Gómez Suárez de Figueroa fue el encargado del asalto a la ciudad, mientras que el clavero Alonso de Monroy lo era de la toma de la villa de Alcántara. Las dos acciones coincidieron en el tiempo, en diciembre de 1469, y las dos terminaron con la victoria del frente nobiliario y la derrota de los Solís. Badajoz fue tomada con relativa facilidad el 4 de enero de 1470, aunque las capitulaciones impuestas a Hernán Gómez de Solís no fueron excesivamente duras. Fue expulsado de la ciudad, pero, de algún modo, el acuerdo respetaba la mayor parte de sus numerosos intereses económicos y, lo que era más importante, llegaba a un acuerdo de compromiso matrimonial con la hermana del duque de Feria, Beatriz Manuel de Figueroa, hecho que elevaba su status social situándolo entre la más alta nobleza de Extremadura.
La muerte de su hermano en mayo de 1473, quien además ya había sido depuesto del maestrazgo un año antes por los partidarios de Alonso de Monroy, tuvo como consecuencia un giro de ciento ochenta grados en la política de Hernán Gómez. El objetivo era mantener por todos los medios la posición adquirida hasta entonces. Se desligó de los problemas internos de la Orden, reforzó su relación con el II conde de Feria y aprovechó el problema sucesorio para cambiar de bando y adscribirse definitivamente al isabelino. Esto le permitió consolidar y legitimar su señorío. A ello le ayudaron mucho los Reyes Católicos, que llegaron a encomendarle misiones diplomáticas importantes para el reino. En 1499, Hernán Gómez llegaba por fin a un acuerdo con Juan de Stúñiga, maestre de Alcántara, sobre Villanueva de Barcarrota y Salvatierra. En él se establecía, entre otras cosas, que esta última quedaba definitivamente en manos de Hernán Gómez, mientras que Villanueva volvía a la Orden. Un año después, creaba en sus posesiones tres mayorazgos para sus tres hijos, previa autorización de los Reyes Católicos. Murió en el mes de noviembre de 1507. El exhaustivo inventario efectuado tras su fallecimiento elevaba su fortuna a 13.253.722 maravedís.
Bibl.: F. de Rades y Andrada, Crónica de las tres Órdenes y Cauallerías de Sanctiago, Calatraua y Alcántara, parte Crónica de Alcántara, Toledo, Juan de Ayala, 1572 (ed. facs. Barcelona, 1980), fols. 44r. y ss.; A. S alazar, Historia genealógica de la casa de Lara, vol. I, Madrid, Imprenta Real, 1696, pág. 465; A. de Torres y Tapia, Crónica de la Orden de Alcántara, vol. II, Madrid, Imprenta de Gabriel Ramírez, 1763, págs. 368 y ss.; A. Maldonado, “Hechos del Maestre don Alonso de Monroy” (con un est. preliminar de A. R. Rodríguez Moñino), en Revista de Occidente (1935); M. Muñoz de San Pedro, “El inexistente ducado de Badajoz”, en Homenaje a la memoria de D. Antonio Rodríguez Moñino, Madrid, Castalia, 1975, págs. 485-506; F. Mazo Romero, El condado de Feria (1394-1505). Contribución al estudio del proceso señorializador en Extremadura durante la Edad Media, Badajoz, Institución Cultural Pedro de Valencia, 1980; M. C. Gerbert, La nobleza en la corona de Castilla. Sus estructuras sociales en Extremadura (1454 a 1516), Cáceres, Institución Cultural El Brocense, 1989, págs. 129-130; J. L. del Pino García, Extremadura en las luchas políticas del siglo xv, Badajoz, Diputación Provincial, 1991; A. Domínguez Vinagre, “El asalto al poder señorial. Hernán Gómez de Solís y la ocupación de Badajoz”, en Revista de Estudios Extremeños, t. LVII, n.º 2 (2002), págs. 565-616; B. Palacios Martín (ed.), Colección Diplomática Medieval de la Orden de Alcántara (1157?- 1494), II, De 1454 a 1494, Madrid, Editorial Complutense, 2003, pág. 311; N. Ávila Seoane, “Monroyes, Botes y Almaraces: tres señoríos tempranos con el concejo de Plasencia”, en En la España Medieval, 27 (2004), págs. 131-163.
Feliciano Novoa Portela
