Portocarrero, Luis. Señor de Palma del Río (VII) y de Almenara. ?, c. 1450 – Calabria (Italia), III.1503. Noble, señor.
Hijo de Martín Fernández Portocarrero y de María de Velasco, era menor de edad cuando murieron sus padres en 1460 y 1463, respectivamente. Para entonces ya estaba capitulado con Beatriz Carrillo, hija del I conde de Cabra, Diego Fernández de Córdoba, celebrándose la boda en 1468, momento en que se declaró menor de veinticinco y mayor de dieciocho años. Este enlace arrastró al joven señor de Palma al bando de su suegro en las pugnas civiles cordobesas, aunque la pronta muerte sin hijos de su esposa y la celebración en 1472 de su segundo matrimonio, ahora con Francisca Manrique, hija de Fadrique Manrique, cambió sus posiciones políticas y le llevó al bando de Alonso de Aguilar. Estas variaciones, en tiempos tan revueltos, le hicieron apoyar alternativamente a Enrique IV y al infante-rey Alfonso, de los que recibió importantes mercedes. Enrique IV le cedió cuantiosos libramientos sobre las rentas reales y en 1465 una alcaldía mayor de Córdoba, así como los señoríos sobre Hornachuelos y La Puebla de los Infantes, aunque éstas nunca tuvieron efecto por la resistencia de Córdoba y Sevilla, a cuyos alfoces pertenecían. Por su parte, Alfonso (XII) le otorgó una alcaldía mayor de Écija en 1468 y otras notables mercedes de tipo económico.
Al morir éste y volver Portocarrero a la obediencia de Enrique IV, recibió una voz y voto mayores del Cabildo de Córdoba en 1469.
El acceso al Trono de los Reyes Católicos atajó estas oportunidades, pero el estallido de la Guerra de Granada algunos años después le convirtió en uno de los grandes capitanes de la contienda. El 8 de septiembre de 1483 cooperó decisivamente en la gran victoria de Lopera, premiada con la curiosa merced de que las sucesivas señoras de Palma recibieran cada año la ropa principal que las reinas de Castilla vistiesen ese día.
En 1484 le fue encomendada la alcaidía de Álora con el mando civil y militar sobre tan importante plaza en el despliegue castellano, la cual mantendría hasta su muerte. En 1490 ocupó interinamente la capitanía general de la frontera de Granada y en 1496 los Reyes le cedieron la tenencia de Constantina con la veinticuatría de Sevilla adjunta. Poco después, en 1499, fue nombrado comendador mayor de León en la Orden de Santiago, de la que ya era trece, y al año siguiente acompañó a la infanta María a sus bodas con el rey Manuel de Portugal. Todo ello da cabal idea del aprecio cada vez mayor que le profesaban los Reyes.
En 1502 se le encomendó el mando del Ejército y la Armada que se enviaron a Italia en socorro del Gran Capitán, del que era muy amigo y estrecho pariente.
El 8 de marzo de 1503 desembarcó en Calabria con objeto de recuperar las plazas que los franceses ocupaban en esa región, pero aquejado de unas fiebres malignas murió a los pocos días. Depositado inicialmente su cuerpo en la Catedral de Mesina, fue trasladado a España y definitivamente enterrado en el Monasterio jerónimo de Nuestra Señora del Valle, en Écija, patronato y fundación suya y de Francisca Manrique desde 1486.
Écija se había convertido en el centro del poder de Luis Portocarrero desde su matrimonio con Francisca Manrique en 1472. La dote se estipuló en 1.200.000 maravedís, pero además se acordó que todas las posesiones ecijanas de Fadrique Manrique pasasen a su hija y que, a la muerte de éste, su yerno recibiera la alcaidía, alcaldía y alguacilazgo mayores de la ciudad.
Todo ello, unido a los ya notables intereses del señor de Palma en la comarca, le convertía, de lejos, en el personaje más poderoso de Écija y casi en señor de ella, con repercusiones que beneficiarían especialmente a su hijo Luis, I conde de Palma.
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Rafael Sánchez Saus
